Las tres llaves que, creo, abren el corazón de una persona homosexual

 

Cada uno de nosotros es diferente y tiene un corazón que tiene su propio funcionamiento, sus propias entradas, sus puertas precisas. Y son estas llaves las que debemos identificar cada vez que nos encontremos con alguien (un desconocido o un cercano). Para ello, tenemos que ponernos a la escucha, al alcance y a menudo rebajarnos al nivel de la persona. De lo contrario, podemos perder completamente a la persona y nuestra relación, y tener conversaciones tristes, vacías, cerradas e incluso violentas.
 

He comprendido la importancia de la identificación de las llaves de cada corazón humano sobre todo gracias a mi papá. Sin que él mismo se diera cuenta, me he percatado de que había tres llaves que daban particularmente acceso a su corazón y le hacían feliz : 1) el idioma español (hablar juntos su lengua materna) ; 2) el canto (cantar con él en polifonía las canciones que le gustan) ; 3) Dios (hablar de Fe). Sin ellas, o si falta una de los tres, su corazón no se abre tanto, y los intercambios resultan superficiales.
 

Para mi compi de piso, Abdel, creo que es la comida (si compartes su mesa y disfrutas de su cocina, ¡ es pan comido !), es la alegría (a menudo manifestado por el juego fraternal) y es la escucha (su corazón encuentra la paz y se abre en cuanto se siente escuchado, considerado, en cuanto su inteligencia y su sabiduría son reconocidas : ¡ Abdel es un amante de la Verdad y de la franqueza ! ¡ No soporta los disimulos, las mentiras y el postureo !).
 

Últimamente, fui a visitar a Marie-Thérèse, una amiga catequista mía, muy mayor, que, tras una caída en casa, se encuentra hospitalizada y postrada en una cama, casi sin poder hablar… mientras que era una mujer muy habladora y activa. Creo que su corazón permanece cerrado y en la tristeza si con ella no tenemos la llave del combate espiritual y si no le hablamos de Dios, de los ángeles, de los ataques demoníacos, de los Últimos Tiempos, porque necesita constantemente ser responsabilizada y reconocida como una guerrera en este combate espiritual interior y exterior universal. La llave del corazón de Marie-Thérèse, la que le da una alegría profunda, es el combate espiritual, es mirar la realidad a través del prisma de lo místico y de lo sobrenatural. ¡ El pragmatismo cientista la « carga » ! Y sus ojos se iluminan en cuanto hablamos de los ángeles, de Jesús y de los demonios, con ella. Se siente comprendida. Se la toma por una visionaria, una profeta y una santa, y ya no por una loca, fanática, debilitada, inactiva y encamada.
 

Con el respaldo de estos tres ejemplos vivientes, por supuesto me he planteado la cuestión de la llave del corazón de las personas homosexuales. Porque me parece que, en general, la gente – y en particular los católicos – no sabe cómo proceder con nosotros, coincidir con nosotros, entendernos, y lo está haciendo súper mal. Tampoco digo que seamos sencillos y accesibles. Pero bueno, ¡ al llamarnos « SSA » (« Same-Sex Attraction ») o « AMS » (« personas con Atracción por el Mismo Sexo ») no es como vais a hacer que nos sintamos queridos, considerados, o que conquistaréis nuestro corazón !
 

Conociendo desde hace más o menos veinte años a bastantes personas homosexuales, y tomándome a mí mismo como objeto de estudio, puedo humildemente darles las llaves de nuestro corazón (¡ herido ! ¡ y falsamente complejo !) que creo haber identificado a nuestro respecto (incluso si, obviamente, existe una pluralidad de personas homosexuales, y existen otras llaves más precisas para cada persona homo tomada por separado). Sin embargo, creo que hay principalmente 3 llaves :
 

1) Hablar nuestro LENGUAJE (aunque no os guste y os parezca ideológico, vulgar y falso), o, lo que es lo mismo, considerar y valorar nuestra SINCERIDAD (a falta de poder aplaudir nuestra verdad). ¿ Qué significa esto concretamente ? Significa que si os hablamos de « homosexualidad », de « transidentidad », de « género(s) », de « homofobia », de « Queer », de « heterosexualidad », no hay que rechazar ni despreciar estas palabras, sino acogerlas y utilizarlas también. Si os hablamos de « identidad » o de « Amor » o de « sentimientos » o de « pareja » en relación con la homosexualidad, hay que acoger su sinceridad y su realidad (al menos de creencias) de estas últimas. Igual si nos sentimos mujer en un cuerpo de hombre o un hombre en un cuerpo de mujer : es al menos una realidad fantasmática y de nuestro sentir. Dejad de lado vuestro purismo de la Verdad o de la realidad, y hablad nuestro lenguaje, porque es al menos el reflejo de nuestros deseos profundos, de nuestra voluntad y de nuestras sinceridades. Si sacáis la llave de nuestra sinceridad, nuestro corazón se abrirá y podrá escucharlo todo.
 

2) También hay una llave poderosa para abrir nuestro corazón como persona homosexual : es la llave de nuestros GUSTOS (gustos musicales, gustos televisivos, gustos de ropa, gustos estéticos, gustos sexuales, humor sofisticado-vulgo-provocador, etc.). Si, por el contrario, no pasáis por nuestros gustos (porque os negáis a caer en lo comercial, lo cursi, lo popular o lo elitista, lo nostálgico), y queréis imponernos vuestra idea de la Verdad, ¡ nuestro corazón permanecerá cerrado como un erizo ! Mientras que si nos habláis de Dios, basándoos en las canciones de Lady Gaga y de Mónica Naranjo, o de nuestros gustos en materia de hombres y de seducción, estoy seguro de que llegaremos rápidamente a un arreglo, un pretexto para reírnos juntos, que nos tranquilizará. Los gustos (« de mierda » o/y « de alta calidad ») son el principal camino hacia nuestro corazón.
 

3) La tercera llave de nuestro corazón, creo que puedo decir que son nuestras vergüenzas, nuestros PECADOS. Y nuestros pecados experimentados, probados y compartidos. Una persona que viene a hablar con nosotros y se considera pura, que no muestra sus heridas, y que no ha pasado por los errores o los crímenes o los problemas o las tonterías que nosotros pasamos, no podemos verla como una hermana, como una cómplice. Hay que comprender que el corazón de las personas homosexuales está particularmente herido, es orgulloso, temeroso y, por tanto, es uno de los corazones humanos más difíciles de penetrar. ¡ Más aún porque a menudo somos muy inteligentes pero ignorantes de sus grietas ! No se trata de venir hacia nosotros conociendo nuestros pecados. Para llegar a nuestro corazón, tenéis que presentaros como ignorantes de nuestros pecados o como hermanos de pecados, e incluso como más pecadores que nosotros. ¡ En serio ! ¡ Y a menudo, la gente no-homo o los católicos están a años luz de considerarse más pecadores y heridos que nosotros ! ¡ De ahí la brecha de incomprensión y el diálogo de sordos entre los no-homos y los homos ! Existe una verdadera hermandad de abollados y pecadores, y es poderosa. Quien viene a nosotros mostrándonos sus propios pecados (y los más gordos y más vergonzosos) abre nuestro corazón (¡ que está más blindado que las cajas fuertes de Wall Street !). La tercera llave de nuestro corazón de personas homos es VUESTROS PECADOS.
 

Estos son mis consejos. Avisadme si os funciona.

Les trois clés qui, je pense, ouvrent le cœur d’une personne homosexuelle


 

Chacun de nous est différent et a un cœur qui a son propre fonctionnement, ses propres entrées, des portes bien précises. Et ce sont ces clés que nous devons identifier à chaque fois que nous rencontrons quelqu’un (un inconnu ou un proche). Pour cela, il faut se mettre à l’écoute, se mettre à la portée et souvent s’abaisser à la hauteur de la personne. Sinon, on peut passer complètement à côté d’elle et de notre relation, et avoir des discussions tristes, insipides, fermées voire violentes.
 

J’ai compris l’importance de l’identification des clés de chaque cœur humain en particulier grâce à mon papa. Sans qu’il en soit conscient lui-même, j’ai remarqué qu’il y avait trois clés qui donnaient particulièrement accès à son cœur et qui lui donnaient la joie : 1) la langue espagnole (parler ensemble sa langue natale) ; 2) le chant (chanter avec lui en polyphonie les chants qu’il aime) ; 3) Dieu (parler de Foi). Sans ça, ou s’il en manque une des trois, son cœur ne s’ouvre pas tellement, et les discussions resteront en surface.
 

Pour mon coloc Abdel, je crois que c’est la nourriture (si tu partages sa table et apprécies sa cuisine, c’est gagné !), c’est la joie (souvent manifestée par le jeu fraternel) et c’est l’écoute (son cœur s’apaise et s’ouvre dès qu’il se sent écouté, considéré, dès que son intelligence et sa sagesse sont reconnues : Abdel est un amoureux de la Vérité et de la franchise ! Il ne supporte pas les dissimulations, les mensonges et les faux-semblants !).
 

Récemment, je suis allé rendre visite à Marie-Thérèse, une amie catéchiste âgée qui, suite à une chute chez elle, se retrouve hospitalisée et alitée, sans quasiment pouvoir parler… alors que c’était une femme très bavarde et très active. Elle, je pense que son cœur reste fermé et dans la tristesse si on n’a pas la clé du combat spirituel et si on ne lui parle pas de Dieu, des anges, des attaques démoniaques, des Fins Dernières, car elle a sans cesse besoin d’être responsabilisée et reconnue comme une guerrière de ce combat spirituel intérieur et extérieur universel. La clé du cœur de Marie-Thérèse, celle qui lui donne la joie profonde, c’est le combat spirituel, c’est de regarder le réel sous le prisme du mystique et du surnaturel. Le pragmatisme scientiste, ça la rase ! Et son regard s’illumine dès qu’on parle des anges de Jésus et des démons. Elle se sent comprise. On la prend pour une visionnaire, une prophète et une sainte, et non plus pour une femme folle, illuminée, diminuée, inactive et grabataire.
 

Fort de ces trois exemples vivants, je me suis bien sûr posé la question de la clé des cœurs des personnes homosexuelles. Parce que je trouve qu’en général, les gens – et en particulier les cathos – ne savent pas comment nous prendre, nous rejoindre, nous comprendre, et s’y prennent comme des brêles. Je ne dis pas que nous sommes simples et accessibles non plus. Mais bon, ce n’est certainement pas en nous qualifiant d’« AMS » (« personnes Avec Attirance pour le même Sexe ») ou de « SSA » (« Same-Sex Attraction ») que nous allons nous sentir aimées, considérées, et que vous allez nous interpeller ou conquérir notre cœur !
 

Alors ayant fréquenté et « pratiqué » un certain nombre de personnes homos, et en me prenant moi-même pour objet d’étude, je peux vous donner humblement les clés de notre cœur (blessé ! et faussement complexe !) que, depuis une vingtaine d’années, je pense avoir identifiées nous concernant (même si, bien sûr, il existe une pluralité de personnes homosexuelles, et qu’il existe d’autres clés plus précises pour chaque personne homo prise au cas par cas). Je crois néanmoins qu’il y a 3 clés principalement :
 

1) Parler notre LANGAGE (même s’il ne vous plaît pas et vous semble idéologique, vulgaire et faux), ou, ce qui revient au même, considérer et valoriser notre SINCÉRITÉ (à défaut de pouvoir applaudir notre vérité). Concrètement, ça implique quoi ? Ça veut dire que si nous vous parlons d’« homosexualité », de « transidentité », de « genre(s) », d’« homophobie », de « Queer », d’« hétérosexualité », il ne faut pas rejeter ni mépriser ces mots, mais les accueillir et les employer aussi. Si nous vous parlons d’« identité » ou d’« Amour » ou de « sentiments » ou de « couple » en lien avec l’homosexualité, il faut en accueillir la sincérité et la réalité (au moins de croyances). Si on se sent femme dans un corps d’homme ou homme dans un corps de femme, c’est pareil : c’est au moins une réalité fantasmatique et de notre ressenti. Lâchez votre purisme de la Vérité ou de la réalité, et parlez notre langage, car ce dernier est au moins le reflet de nos désirs profonds, de notre volonté et de nos sincérités. Si vous sortez la clé de notre sincérité, notre cœur va s’ouvrir et pourra tout entendre.
 

2) Il y a aussi une clé puissante pour ouvrir notre cœur de personne homo : c’est la clé de nos GOÛTS (goûts musicaux, goûts télévisuels, goûts vestimentaires, goûts esthétiques, goûts sexuels, humour sophistico-gravelo-grinçant, etc.). Si en revanche vous ne passez pas par nos goûts (parce que vous refusez de tomber dans le commercial, le kitsch, la culture populaire beauf ou l’élitisme, la nostalgie), et que vous voulez plaquer votre idée de la Vérité sur nous, notre cœur restera fermé comme une huître ! Alors que si vous nous parlez de Dieu en prenant appui sur les chansons de Lady Gaga et de Mylène Farmer ou en nous parlant de nos goûts en matière de mecs et de séduction, je suis sûr que nous allons vite trouver ensemble un terrain d’entente, de rigolade et qui nous rassurera. Les goûts (« de chiottes » ou/et « d’une qualité rare ») sont le principal chemin de notre cœur.
 

3) La troisième clé de notre cœur, je crois pouvoir dire que ce sont nos hontes, nos PÉCHÉS. Et nos péchés expérimentés, éprouvés et partagés. Une personne qui vient nous parler en s’estimant pure, qui ne montre pas ses blessures, et qui n’est pas passée et ne passe pas par les erreurs ou les crimes ou les galères ou les conneries que nous traversons, nous ne pouvons pas la voir comme une sœur, comme une complice. Il faut bien comprendre que le cœur des personnes homos est particulièrement blessé, orgueilleux, peureux, et donc un des cœurs humains les plus durs à pénétrer. A fortiori parce que nous sommes souvent très intelligentes mais ignorantes de ses fêlures ! Il ne s’agit pas d’arriver vers nous en connaissant nos péchés. Pour atteindre notre cœur, il faut vous présenter soit comme des ignorants de nos péchés soit comme des frères de péchés, voire même comme plus des pécheurs que nous ! Mais vraiment ! Et bien souvent, les gens non-homos ou catholiques sont à des années-lumière de s’estimer plus pécheurs et plus blessés que nous ! D’où le fossé d’incompréhension et le dialogue de sourds qu’il y a entre non-homos et homos ! Il existe une réelle fraternité de cabossés et de pécheurs, et elle est puissante. Celui ou celle qui vient vers nous en nous montrant ses propres péchés (et les plus gros, les plus honteux) ouvre notre cœur (pourtant plus blindé que les coffres forts de Wall Street !). La troisième clé de notre cœur de personnes homos, ce sont VOS PÉCHÉS.
 

Voilà mes astuces. Faites-moi savoir si ça marche de votre côté.

Armageddon Time = Homosexuality Time


 

Je sais que, même si ce n’est absolument pas le cas, ça paraît difficile à croire, voire homophobe. Mais je m’en fous. C’est une réalité incarnée et symbolique universelle, qu’on peut voir dans le film « Armageddon Time » (traitant en toile de fond d’homosexualité, mais aussi du nom de la bataille finale entre l’armée de Jésus et l’armée de Lucifer) de James Gray, qui sortira le 9 novembre prochain au cinéma. Nous, personnes homosexuelles, et notre homosexualité, avons une valeur prophétique puissante, et même eschatologique (tout ce qui est relatif à la Fin des Temps). Nous sommes des signes forts de l’imminence du retour de Jésus, des confirmations vivantes (et non-causales) de la Bible et en particulier du Livre de l’Apocalypse de saint Jean. Nous vous conduisons à la Bête, à la compréhension de la Marque de la Bête, ainsi qu’à la Fin du Monde. Ce n’est pas pour rien que, dans le documentaire « Les Folles de Dieu », j’ai présenté un exposé spécial « Homosexualité et Fin du Monde » (lors de la journée 6). Il faut que vous nous écoutiez au lieu de nous mépriser ou de nous ignorer en pensant que nous n’avons rien à vous apprendre, ou que le thème de l’homosexualité ne serait pas important. Armagayddon Time.
 

Ce qui est affligeant dans les vidéos du père Matthieu

Ce qui est affligeant, c’est que les vidéos du père Matthieu – qui ne parlent comme par hasard jamais de la réalité des couples homos qu’il promeut – sont hyper simplificatrices (le sujet de l’homosexualité est complètement survolé… et ce survol sera justifié par l’interdit de « ne pas juger »), et sont même applaudies par pas mal de prêtres catholiques qui ne voient même pas où est le problème (et dont certains doivent bénir des couples homos en cachette). Ça fait mal de voir ça. (Et je vous passe l’agacement que génère en moi l’hilarité forcée, doucereuse et infantilisante du ton employé par ce prêtre ; limite grimaçante tellement elle suinte l’hypocrisie). La parole des « Folles de Dieu », qui sort la continence de la fausse dialectique du « permis ou du défendu », ne pèse pas lourd face à ce discours sacerdotal gay friendly… C’est dur d’être renié par son propre camp.
 

 

Vivement que sorte mon livre Couples homosexuels : C’est quoi le problème?. Normalement, c’est pour novembre.
 

Post Facebook d’un prêtre choletais

L’Amour pécheur

L’Amour dit « Je suis pécheur comme toi » (… même si c’est pas vrai). Il va jusqu’à s’abaisser à cette fausse identité-là, cette fausse ressemblance, pour que le réel pécheur que nous sommes tous (à l’exception de Jésus et de Marie) se reconnaisse en Lui et se convertisse. (2 Cor 5, 21)

Traduction en français de mon passage-télé sur RFI


 

J’ai enfin pris le temps de traduire en français l’une de mes meilleures interviews télé, qui a été tournée en mai 2021 sur RFI (Radio France Internationale) en espagnol, et que les non-hispanophones ne pouvaient pas comprendre. Le mal est réparé. Merci une nouvelle fois au journaliste Jordi Batallé, qui brille par son professionnalisme et sa bienveillance.
 

 

JB : Bonjour à tous, et bienvenue aujourd’hui à notre nouvel invité du jour sur Radio France Internationale. L’écrivain français Philippe Ariño vient de sortir sur les réseaux sociaux son documentaire « Les Folles de Dieu », dans lequel il traite, à travers le portrait de 7 témoins homosexuels, transgenres et bisexuels, de l’articulation complexe entre homosexualité et Foi catholique. Et justement, pour nous parler de ce film, et de sa propre expérience en tant qu’homo et croyant, Philippe Ariño a eu l’amabilité de venir nous rendre visite dans nos studios de RFI. Bonjour Philippe.
 

P : Bonjour Jordi. Nan mais toi aussi, tu es un peu une Folle de Dieu…
 

JB : C’est aussi ce que disait ma maman quand j’étais petit.
 

P : (éclat de rire)
 

———————–1’35———————–
 

JB : Alors pour te présenter un peu, Philippe, tu es donc né dans la ville de Cholet, non loin de Nantes, dans le nord-ouest de la France. Tu es issu d’une famille catholique pratiquante, d’origine espagnole. J’aimerais que tu nous racontes ce que ça a impliqué pour toi, en naissant dans ce terreau familial, la découverte de ton homosexualité ( ?).
 

P : Bon. Comme l’illustre mon tee-shirt, j’étais le mouton – non pas noir mais – arc-en-ciel de la famille ! Je crois que les membres de ma famille ont toujours considéré mon homosexualité comme une richesse. C’est vrai que dans notre société on oppose beaucoup Foi et homosexualité. Mais personnellement, j’ai découvert, notamment grâce à ma famille, que ces deux « conditions » n’étaient pas incompatibles. Et ça, ça me réjouit beaucoup, parce que je sais que ça n’est pas souvent le cas dans les autres familles. Mais dans la mienne, ils ont accueilli l’existence de ma tendance sexuelle, et en même temps mon observance/obéissance aux prescriptions de l’Église, c’est-à-dire la non-pratique de cette tendance : vivre la continence, donc une abstinence donnée à Dieu et aussi au Monde.
 

———————–2’40———————–
 

JB : Qu’est-ce qui a fait qu’à l’âge de 20 ans, tu as décidé de rendre publique ton homosexualité, à travers ton blog, mais aussi ta foi et ton désir de continence sexuelle ?
 

P : Je me suis rendu compte déjà à cette époque-là que le sujet de l’homosexualité était totalement tabou. Y compris pour les personnes qui se présentent comme « gays friendly », et qui applaudissent ou justifient l’homosexualité sans savoir ce que c’est. En fait, personne ne prend le temps de simplement l’expliquer. Les livres qui en parlent sont très idéologiques, très identitaires : ils défendent soit « l’identité homo » soit « l’amour homo ». Moi, avant de justifier quoi que ce soit, avant d’être « pour » ou « contre », je veux savoir de quoi on parle ! Et il y avait un grand vide d’analyse sur ce sujet. En constatant ça, je me suis dit qu’il fallait faire quelque chose ! J’ai écrit un Dictionnaire des Codes homosexuels ; je tiens un blog qui s’appelle L’Araignée du Désert ; et puis arrive maintenant ce documentaire avec rien moins que 25 parties ! C’est ce grand manque d’analyse et d’explication de l’homosexualité qui m’a poussé à écrire tout ça.
 

———————–3’37———————–
 

JB : On va parler du film tout de suite après. Mais j’aimerais revenir d’abord sur la position de l’Église Catholique à propos de l’homosexualité, qui avance extrêmement lentement, même si certaines récentes prises de parole du pape François semblent inverser la tendance. Par exemple, quand il a déclaré : « Qui suis-je pour juger les homos ? » Quel est ton regard sur ces évolutions de l’Église ?
 

P : Alors quand on parle d’« évolution », ou de « progrès », je demande à voir ce qu’on met derrière ces mots-valise. Moi, je crois que l’Église est vivante. Elle n’a pas à s’adapter à la modernité… qui parfois est plutôt une régression. Et le message de l’Église concernant l’homosexualité est très simple : aimer les personnes, mais EN VÉRITÉ, c’est-à-dire sans justifier toutes leurs pratiques, a fortiori si celles-ci ne comblent pas, ne rendent pas pleinement heureux.
 

JB : Ta famille ne t’a pas jugé non plus ?
 

P : Elle ne m’a pas jugé. Mais (rire) il faut reconnaître que ce n’est pas toujours facile d’assumer un « drôle d’oiseau » comme moi dans ses rangs ! Vraiment. En plus, les membres de ma famille découvrent peu à peu la réalité de l’homosexualité, qui demeure une énigme et un casse-tête, y compris pour moi ! Donc ils tâtonnent. Comme moi.
 

———————–4’47———————–
 

JB : Philippe Ariño, tout récemment, les médias internationaux ont relayé l’info selon laquelle une centaine de bénédictions de couples homosexuels avaient été célébrées par l’Église allemande. N’est-ce pas un mouvement de rébellion qui risque d’ébranler le Vatican ?
 

P : Euh… je ne crois pas. Il s’agit d’un épiphénomène que certains médias tentent de monter en épingle et d’amplifier pour provoquer une polémique ou un schisme… schisme qui ne risque pas d’arriver (tout de suite), puisque je suis actuellement en contact direct avec le cardinal Omella, le n°1 des évêques en Espagne, et le cardinal Marx, le n°1 des évêques en Allemagne, et les deux sont très au clair sur la question des bénédictions de couples homos et s’accordent pour dire qu’elles n’ont pas leur place dans l’Église et ne sont pas conformes au Magistère. Et, de toute façon, nous « bénir » ce n’est pas nous aimer. Il faut arrêter de nous mentir. L’Église nous aime d’une autre manière : en étant exigeante, et sans céder à tous nos caprices.
 

———————–5’48———————–
 

JB : Toi, au moment du passage du mariage gay en France en 2013, tu as fait partie du mouvement d’opposition, en tant qu’homo, n’est-ce pas ?
 

P : Tout à fait. Et si c’était à refaire, je le referais ! Quant à l’agenda politique LGBT, je dénonce en ce moment le projet de loi d’interdiction des thérapies de conversion de l’homosexualité. En amont, il émane d’une directive du Parlement Européen qui a été votée en 2018. Cette loi va certainement passer comme une lettre à la Poste et être imposée à la France, puisque la ministre Elisabeth Moreno et la députée lesbienne Laurence Vanceunebrock-Mialon présentent les thérapies comme une « torture », alors que je sais qu’il s’agit en réalité de simples groupes d’accompagnement – soit psychologique soit religieux – des personnes homosexuelles, sur la base du volontariat, en plus ! Personnellement, je ne suis pas « pour » les thérapies. Je dis juste qu’il y a mieux. Mais je suis « contre » leur interdiction. Car cette loi de prohibition des thérapies va encore plus restreindre les libertés des personnes homosexuelles croyantes qui désirent simplement être aidées, soit par un psychologue, soit par un groupe fraternel religieux. Et c’est pour ça que ce projet de loi est très grave. Parce que de plus en plus on impose aux personnes homos une censure, y compris en leur nom ! Pour qu’on ne puisse plus être accompagnées. Or, il ne faut pas perdre de vue que l’homosexualité, la plupart du temps, est corrélée à des suicides, des divorces, des dépendances aux drogues, des mal-être, etc., donc nécessite un accompagnement. Et ça, il faut le dire ! Est-ce que c’est trop demander de simplement pouvoir aborder ces sujets-là, sans être systématiquement taxés d’« homophobes » ? C’est un truc de fous ! Et cette loi va passer. Elle a déjà été votée il y a peu en Angleterre, dans l’indifférence et le plébiscite général(e). Et le pire, c’est que les gens ne savent pas ce que sont les thérapies, mais peu importe, ils se disent tous « contre » !
 

———————–7’34———————–
 

JB : Le problème, c’est que, quand il est question de « thérapies », ça sous-entend qu’on parle de « maladie »… ( ?)
 

P : Oui. Et c’est la raison pour laquelle nous les Folles de Dieu, dans notre documentaire, prenons bien soin de préciser que l’homosexualité n’est pas une maladie. Une peur – et l’homosexualité, par essence, est une peur de la différence des sexes (et ça, toutes les personnes homo peuvent le constater dans leur propre vie) – n’est certes pas une maladie… mais, pour autant, elle nécessite un accompagnement.
 

———————–7’54———————–
 

JB : Tu parles de cette continence sexuelle. Mais toi-même tu as évoqué que tu as été en couple, non ?
 

P : Oui. Et encore aujourd’hui, je suis amoureux d’un homme ! Mais (rires) j’ai renoncé au couple homo car Dieu est plus fort ! J’ai conscience que c’est une réalité difficile à comprendre étant donné qu’elle touche au surnaturel. Quoi qu’il en soit, voilà, je suis le seul témoin de l’équipe du film qui est amoureux. Et par-là même, je prouve que je n’ai pas choisi la continence par défaut, pour des raisons négatives, par déception amoureuse ou par dégoût des hommes (du fait que je ne serais tombé que sur des mecs qui n’en valaient pas la peine). Pas du tout. Au contraire, j’ai même rencontré la personne avec qui je pourrais encore être en couple au jour d’aujourd’hui ! C’est pour ça que je dis que j’ai choisi la continence pour des raisons positives. Et ces raisons positives portent deux prénoms : « Jésus » et « Jérémy ». Par conséquent, je ne tiens absolument pas le discours aigri : « Les couples homos ne doivent pas être vécus vu qu’ils ne valent rien et que c’est de la merde ! ». Au contraire ! Je dis : « Le couple homo c’est bien… mais ça ne suffit pas ! »
 

JB : Raconte-nous, Philippe, comment est née l’idée de faire un documentaire réunissant des personnes à la fois homosexuelles et croyantes catholiques.
 

P : Eh bien c’est parti du constat que beaucoup de personnes homos ont la Foi. Beaucoup aussi rentrent en Franc-Maçonnerie. J’en rencontre énormément en ce moment qui sont initiés francs-maçons. Beaucoup de personnes homos ont certes la Foi mais la cachent parce qu’elles ont peur de passer pour des « homophobes intériorisés ». Voilà pourquoi elles ne parlent pas de leur Foi. Il n’en demeure pas moins qu’une grande majorité d’entre elles ne se sent pas attirée par le mariage, mais au contraire préfère le célibat consacré. Et nous avons même un volet de notre documentaire dédié aux prêtres homos : car c’est une réalité d’Église.
 

———————–9’40———————–
 

JB : Dans de plus en plus de pays maintenant est approuvée la législation sur les Unions Civiles. L’Église Catholique n’a-t-elle pas un train de retard par rapport à tout ça ?
 

P : Je vais me répéter. Mais tout dépend de ce qu’on entend par « progrès » ou « retard ». L’Église doit défendre les personnes. En les aimant… mais en Vérité. Si « aimer » équivaut à « se plier à toutes leurs revendications », ce n’est pas les aimer véritablement. Et le « mariage » homo, qui impose à toute personne qui ressent une tendance homo d’être en couple, ce n’est pas ça le respect de la liberté, ce n’est pas ça non plus nous aimer, je regrette. Ce n’est pas parce qu’on est homos qu’on doit forcément être en couple. Ça ne doit pas être une obligation ! Non mais ho !
 

———————–10’36———————–
 

JB : Soit. Parlons maintenant du film « Les Folles de Dieu ». Il est « tout public » et s’adresse à tous, n’est-ce pas ?
 

P : Oui ! Enfin… particulièrement aux fous et folles ! (rires)
 

JB : Il sort en 5 langues ( ?)
 

P : Tout à fait. 5 langues !
 

JB : Et vous avez mis les petits plats dans les grands puisque vous avez non seulement assurer le doublage en 5 langues mais aussi le sous-titrage ( ?).
 

P : Exactement : en anglais, français, espagnol, italien et allemand ! La version italienne sort d’ailleurs aujourd’hui ! Et le film contient 25 parties. La Journée 1, qui comporte les 3 premières parties, traite de la dimension personnelle de l’homosexualité. La Journée 2, c’est la dimension familiale. La Journée 3 c’est la dimension amoureuse et sexuelle. La Journée 4 c’est la dimension culturelle et communautaire. La Journée 5 c’est la dimension politique internationale, à propos des lois. La Journée 6 c’est sur l’homophobie. La Journée 7 c’est la dimension ecclésiale (on y parle aussi de l’Islam et du Judaïsme). Et la Journée 8 c’est la dimension sainte. Donc vous voyez, c’est une sacrée somme ! Ça ressemble à une encyclopédie !
 

———————–11’40———————–
 

JB : Raconte-nous un peu comment s’est passé le tournage et comment tu as recruté les autres protagonistes de ton documentaire.
 

P : Alors j’ai attendu 10 ans avant de les trouver ! Parce qu’il me fallait vraiment des témoins suffisamment fous pour se lancer dans une aventure pareille ! Et c’est réellement des grands malades (rire) ! Quand je vois par exemple les risques qu’a pris Gerson, le Péruvien, ou Christian, le Mexicain, ou encore Santiago, le Colombien, il faut être un peu fou pour s’afficher comme ils l’ont fait ! Car dans leurs pays respectifs, dès que tu parles explicitement d’« homosexualité », on te sort tout de suite le mot « thérapies » ou bien « guérison ». Tu ne peux pas aborder l’homosexualité sans qu’on te réponde « Ah… mais tu peux changer ! » ou bien « Tu n’es pas que ça ! », ou encore « C’est le diable ! » ou « Ça n’existe pas ! ». C’est pour ça que je dis que ce sont des folles… mais des folles dans le bon sens du terme ! Puisque, contre toute attente, ils ont accepté de venir en France. Nous avons tourné principalement à Lourdes, mais aussi à Paris, et un peu à Cholet ma ville natale. Ils ont accepté mon invitation les yeux fermés. Sans même que je les paye. Totalement gratuitement. Et en prenant parfois des risques monumentaux ! Gerson, par exemple, n’avait même pas fait son coming out. Et à cause de leur participation, ils pouvaient perdre leur travail. Dans certains pays d’Amérique latine, les personnes qui font leur coming out peuvent même perdre leur vie. Les témoins de mon documentaire ont, pour certains, risquer leur vie ! Alors rien que pour admirer leur courage, ça vaut le coup d’aller voir sur YouTube « Les Folles de Dieu ». Car il y a de la générosité. Y compris le photographe et caméraman du film, Jean-Yves Morvan, qui n’est pas homosexuel – personne n’est parfait… (il est à moitié catho, à moitié juif) – a dit en écoutant tous nos témoignages : « Wow… Je vous trouve tellement courageux ! ».
 

———————–13’30———————–
 

JB : « Courageux », c’est aussi le cas du titre du film « Les Folles de Dieu ». Ce choix a d’ailleurs eu l’effet d’un pavé dans la mare à l’intérieur de l’Église, non ?
 

P : Et comment ! Par exemple, Gerson, rien qu’à cause du titre, a reçu carrément des lettres d’insultes de la part de prêtres péruviens, qui sortaient de leurs gonds et disaient : « Les folles ?!? Mais vous n’êtes pas folles ! » ; « Avec un titre pareil, vous êtes en train de défendre le lobby LGBT ! Quelle honte ! » ; « Vous vous transformez en caricatures de vous-mêmes ! C’est un scandale ! ». Moi, j’ai choisi volontairement ce titre et je le trouve absolument parfait. Car il dévoile l’homophobie des personnes soit catholiques soit incroyantes mais rejetant les personnes efféminées. Et notre titre parle à la fois de Dieu (avec humour !) et d’homosexualité, en incluant même les personnes les plus rejetées et décriées dans la communauté homosexuelle, à savoir les efféminées, autrement dit les fameuses « folles ».
 

———————–14’38———————–
 

JB : C’est intéressant, ce que tu dis. Ça me fait penser à une phrase qu’a écrite sainte Thérèse (d’Avila) : « La folle de la maison, c’est l’imagination. »
 

P : J’adore l’image ! (rire).
 

JB : Il a fallu beaucoup d’imagination pour réaliser ce documentaire ?
 

P : Oui. Parce que nous ne savions pas exactement où nous allions. Mais nous y sommes allés ensemble ! Et nous n’arrivons pas du tout en orgueilleux pères-la-morale qui assèneraient : « Voilà : le message de l’Église sur l’homosexualité, c’est ça ! Vous devez être continents et renoncer au couple ! » Non. Et même si nous l’avions voulu, de toute façon, nous sommes pécheurs. Et rien qu’en voyant par exemple la situation actuelle de Guillaume, le témoin allemand transsexuel, difficile de crier victoire : il est en ce moment même en train de tourner dans des films pornos ! Donc on serait bien mal placés, lui comme mes camarades et moi-même, pour jouer ensuite les blanches colombes ! Les gens, en voyant le contenu du film, pourraient très bien nous attaquer sur nos incohérences… mais ils ne le feront pas. Car nous ne nions pas que notre imperfection. Nous ne sommes pas parfaits. Simplement, nous disons que nous croyons en Dieu, que nous aimons l’Église, et que nous essayons de vivre ce qu’Elle demande. Et nous marchons tous ensemble. Et ça, à mes yeux, c’est le meilleur témoignage ! Cela dit, nous vivrons mieux ce que nous annonçons si nous y obéissons. Alors bien sûr, nous sommes pécheurs. Mais nous nous efforçons de nous aimer malgré nos différences et les désaccords entre nous.
 

———————–15’51———————–
 

JB : Dis-moi, Philippe, quelles ont été les premières réactions suscitées par la publication de ton documentaire.
 

P : Nous n’avons eu jusque-là que d’excellents retours. Parce que c’est vrai que, d’un point de vue simplement technique et visuel, il est très bien réalisé. Les gens, après avoir visionné le début, sont souvent impatients de voir la suite. D’ailleurs, à ce propos, si vous voulez voir la totalité, nous avons besoin d’aide financière, car Gerson et moi sommes les seuls à travailler. Les plates-formes, qu’elles soient catholiques ou profanes, nous ont toutes rejetés : nous leur faisons peur, soit du fait d’être catholiques, soit du fait d’être homos ! Donc nous sommes livrés à nous-mêmes. Nous travaillons beaucoup, mais le film sort très lentement, au compte-gouttes. Alors ceux qui m’entendent maintenant, vous pouvez nous aider pour accélérer le rythme des publications. Mais voilà, nous n’avons eu que des réactions dithyrambiques. Ceux qui s’arrêtent au titre, c’est qu’au fond ils refusent de nous rencontrer. Mais ils n’ont pas vu le film. Ceux qui ont vu le film, y compris ceux qui ne croient pas en Dieu, se laissent toucher par notre vécu. Par exemple, Guillaume parle de sa transsexualité, explique pourquoi il a renoncé à la transition. Car s’il avait poursuivi sa transition, ou les opérations, il s’exposait soit à un cancer du cerveau, soit du foie. Il donne les raisons de sa détransition. Donc bon, une vie comme celle-là, ça s’écoute ! Et ça force le respect ! Vous pourrez aussi entendre le témoignage d’une femme lesbienne, Perrine. Bref, les 6 témoins du film, nous avons une histoire passionnante à découvrir ! Vraiment passionnante ! Moi, j’incarne « l’amoureux » de l’équipe (rire). Mais tous, nous avons notre couleur, notre particularité, notre charme. Je crois que nous sommes très attachants.
 

———————–17’30———————–
 

JB : Vous avez tourné pendant 10 jours entre Lourdes et Paris. Peux-tu nous raconter une anecdote croustillante de ce tournage si intense ?
 

P : Oula… ! Il y en a tellement ! Par exemple, on nous a foutus dehors de la Cité Saint Pierre ! Alors que la Cité Saint Pierre, normalement, accueille vraiment tout le monde… mais il faut croire que « tout le monde sauf nous » ! (rire).
 

JB : Explique-nous ce qu’est la Cité Saint Pierre.
 

P : La Cité Saint Pierre, c’est un lieu qui accueille et héberge beaucoup de pèlerins de Lourdes : même les gitans, les personnes handicapées, les prostituées, etc. TOUS… sauf nous ! (rire). Parce que les gens sont effrayés par le message de l’Église sur l’homosexualité. Vraiment, quand je vous dis que nous sommes folles, c’est la vérité. Mais j’ai envie de dire : « MERCI ! MERCI Seigneur d’être aussi folles pour toi ! » (rires). Et quoi d’autre encore ? Ah oui ! J’ai fait la rencontre, à Lourdes, quelques jours avant le tournage, d’une femme qui venait de sortir avec une religieuse, et qui m’a tout raconté. Car le mot « homosexualité » est un mot magique. C’est la clé des cœurs. Elle m’a raconté toute sa vie. Elle m’a dit qu’elle était sortie avec une nonne ! Et j’ai pu parler de cette anecdote dans le documentaire puisque nous avons eu une table ronde sur l’homosexualité y compris au sein des communautés religieuses féminines. Donc pour moi, la rencontre avec cette femme a été un petit cadeau de Dieu.
 

———————–18’52———————–
 

JB : Eh bien ici, à RFI, nous n’avons pas eu peur de vous, ni de présenter ce film !
 

P : C’est un peu normal ! Tu es une folle, je te dis ! (rire).
 

JB : Un immense merci, Philippe, d’être venu jusqu’à nous. Vous venez d’entendre Philippe Ariño, réalisateur du documentaire « Les Folles de Dieu », d’ores-et-déjà disponible sur Internet, et en particulier YouTube. Je remercie également Stéphane Défossez et Thibault Baduel à la technique. Et je salue particulièrement tous les téléspectateurs qui nous suivent dans toute l’Amérique Latine, sûrement depuis Lima ou encore Mexico, d’où sont originaires certains des protagonistes de ton film, grâce à un diffuseur international qui s’appelle UCL, un réseau latino qui émet depuis Montevideo (Uruguay) pour tout le continent américain. Et à nouveau, je vous adresse, chers téléspectateurs, un immense merci pour votre fidélité. Nous vous donnons rendez-vous bientôt pour un prochain numéro de l’« INVITÉ spécial de Radio France Internationale ».

La différence entre les Folles de Dieu et Courage International // La diferencia entre las Locas de Dios y Courage Internacional

 

Nous, les Folles de Dieu, n’avons quasiment rien à voir avec Courage International (seule association homo chrétienne validée par l’Église Catholique).
 

Courage est un groupe porté principalement par des prêtres qui s’annoncent comme nos accompagnateurs pour nous permettre de témoigner de notre homosexualité en toute confidentialité et anonymat et pour nous guérir.(Je n’exagère même pas : il s’agit d’un mouvement d’accompagnement sacerdotal et de thérapie basé sur les étapes des Alcooliques Anonymes).
 

Tandis que nous, les Folles de Dieu, sommes au contraire une bande de laïcs, de personnes homosexuelles qui sont sorties de l’anonymat pour donner notre nom et notre personne entière au Monde, qui sont sorties du simple témoignage pour aller à l’analyse (de sujets que Courage ne traitent jamais : l’homophobie, l’hétérosexualité, la politique, la Marque de la Bête, les Fins dernières, la Franc-Maçonnerie). Nous ne constituons absolument pas une association de personnes homos devant être accompagnées (discrètement) et formées, mais au contraire un groupe de personnes homos qui dans l’idéal devraient accompagner les prêtres et être leurs formateurs sur l’homosexualité.
 

Pour ainsi dire, les Folles de Dieu (sponsorisées par Britney, notre flamand rose) sont donc l’inverse de Courage (sponsorisée pour le cardinal Sarah). Nous ne jouons pas du tout sur la même cour. Ça fait belle lurette que nous sommes sorties du statut de témoins « Je suis homo, catho, j’aime Jésus et l’Église et j’essaie de vivre l’humanisme intégral, la chasteté et la sainteté » devant être accompagnés, pour endosser le statut d’analystes, d’interprètes, d’intellectuels et d’accompagnateurs. Nous ne sommes non seulement pas les malades mais nous sommes même les chirurgiens ! Le courage, nous ne nous contentons pas de le viser : nous le vivons.
 

Donc je n’ai que trois mots à dire aux prêtres ou aux psys qui veulent nous enrôler dans ‘Courage’ pour que nous soyons leur caution « gay » et « émotion », leurs témoins émouvants à écouter, leurs ambassadeurs homosexuels chastes, leur vitrine d’accompagnement et de compassion sacerdotale gay friendly : laissez-nous travailler (« Laissez la police faire son travail » lol) ; laissez-nous faire notre boulot de chercheurs et d’accompagnateurs de vous ; laissez-nous terminer notre documentaire. Merci. Au revoir !
 
 

 
 

Nosotros, las Locas de Dios, no tenemos casi nada que ver con Courage International (la única asociación homo cristiana validada por la Iglesia Católica).
 

Courage es un grupo dirigido principalmente por sacerdotes que se anuncian como nuestros acompañantes para darnos la posibilidad de dar testimonio de nuestra homosexualidad con total privacidad y anonimato, y para curarnos. (Ni siquiera exagero : es un movimiento de acompañamiento sacerdotal y de terapia basado en las etapas de los Alcohólicos Anónimos).
 

Mientras que nosotros, las Locas de Dios, por el contrario, somos un grupo de laicos, de personas homosexuales que hemos salido del anonimato para entregar nuestro nombre y nuestra persona entera al Mundo, que hemos salido del simple testimonio para entrar en el análisis (de temas que Courage nunca trata : la homofobia, la heterosexualidad, la política, la Marca de la Bestia, los Últimos Tiempos, la francmasonería). No somos en absoluto una asociación de personas homosexuales que necesitan ser acompañadas (discretamente) y formadas, sino un grupo de personas homosexuales que idealmente deberían acompañar a los sacerdotes y ser sus formadores en materia de homosexualidad.
 

Por así decirlo, las Locas de Dios (patrocinadas por Britney, nuestro flamenco rosa) es lo contrario de Courage (patrocinada por el cardenal Sarah). No jugamos en absoluto en el mismo patio. Hace tiempo que hemos dejado de ser los testigos « soy homo, soy católico, amo a Jesús y a la Iglesia y trato de vivir el humanismo integral, la castidad y la santidad » que necesitan ser acompañados, para llegar a ser analistas, intérpretes, intelectuales y acompañantes. ¡ No sólo no somos los enfermos, sino que encima somos los cirujanos ! No nos contentamos con apuntar el coraje : lo vivimos concretamente.
 

Así que sólo tengo tres palabras que decir a los curas o psicólogos que quieren reclutarnos en Courage para que seamos sus garantías « gay » y « emoción », sus conmovedores testigos a los que escuchar, sus castos embajadores homosexuales, su escaparate de compasión y de acompañamiento sacerdotal gay friendly : dejadnos trabajar ; dejadnos hacer nuestro trabajo de investigadores y acompañantes de vosotros ; dejadnos terminar nuestro documental. Gracias. ¡ Adiós !
 

Retrouvailles avec un ami prêtre

 

Quelle joie de rencontrer et de retrouver ce matin un ami prêtre de mon âge, provincial de passage à Paris ! Et quelle libération ça a été de pouvoir parler avec lui, sans retenue, de l’infestation de l’homosexualité et de la Franc-Maçonnerie dans l’Église, d’aborder l’imminence de la fin de l’Église Catholique institutionnelle et de la Fin du Monde ! Paradoxalement, c’est une joie.
 

Et c’est d’autant plus une joie qu’il est lucide sur la fumisterie des « vaccins » (même si ce couillon s’est quand même fait injecter…), et qu’il aurait tout à fait pu jouer les débordés et les non-concernés par l’homosexualité et la Franc-Maçonnerie (il vient d’être nommé vicaire épiscopal, il est à la tête de 23 clochers, il célèbre 200 sépultures par mois en moyenne, il distribue le sacrement des malades une à deux fois par semaine à 350 malades en hôpitaux, a des cas épineux d’infestations ou de possessions démoniaques à gérer, n’a le temps ni de lire ni de regarder la télé ou les réseaux sociaux…). Mais pas du tout. Il n’a pas joué le provincial ni le héros sur le front des plus importantes batailles. C’est un prêtre heureux, qui ne nie absolument pas qu’entre les urgences, et dans l’ordre des priorités (parce qu’en temps de confusion et de détresse généralisées, tout semble « urgent » et « prioritaire »… or il y a – comme disent les Inconnus – des urgences plus urgentes que d’autres, et « des urgences pas vraiment urgentes » ; c.f. Mc 14, 17 + Mt 8, 22), l’homosexualité et la Franc-Maçonnerie occupent une place étonnamment prioritaire et universelle. Par exemple, je lui ai expliqué les nombreux recoupements entre euthanasie et lobbying LGBT. Il n’a pas pu nier…
 

D’ailleurs, suite à ma confession et à la messe rue du bac où cet ami prêtre concélébrait, m’est venue une idée (qui ressemble à un règlement de comptes, mais qui est en réalité inspirée et libératrice) : faire une série de podcasts pour illustrer toutes les crasses homophobes que certains catholiques m’ont faites, toutes les horreurs que j’ai pu entendre. J’ai au moins la matière pour raconter une centaine d’anecdotes. Vu que les catholiques ne me croient pas et jouent les « gays friendly pas du tout homophobes ». Une sorte de série « Philippe Ariño balance l’homophobie catholique! ». Je vais y travailler. Il y a tellement à dire sur les raisons de la désertion des bancs de l’Église ainsi que des séminaires !

La « Mission » sans l’homosexualité : à quoi bon ?


 

Je vois sur la liste des participants au congrès Mission (30 septembre au 2 octobre 2022) le père Antoine d’Eudeville (curé de Notre-Dame des Champs), que j’aime beaucoup. Et ça me console un peu. Car lui, il est l’un des seuls à avoir compris que l’homosexualité était LE sujet d’évangélisation des athées et des agnostiques, le dossier actuellement le plus important et le plus urgent pour convertir les coeurs, l’un des seuls à avoir compris (amèrement) que les catholiques (même les plus « missionnaires » et les plus « zélés ») n’étaient pas là, pas au rendez-vous, étaient à côté de la plaque en écartant le thème et les personnes homos de leur élan missionnaire et médiatique. Je me souviendrai toujours de sa réaction de gêne lorsque nous nous sommes rencontrés par hasard à la fin d’une messe à Notre-Dame des Champs en 2019, et qu’il avait presque honte de sa pourtant belle initiative missionnaire de stand et de pot d’évangélisation sur le parvis de son église pour annoncer Jésus aux nombreux passants et badauds de Montparnasse. Il m’a adressé un piteux « Désolé… C’est une goutte d’eau par rapport à… », qui résonnait comme un « Nos initiatives missionnaires sont bien petites, dérisoires et inefficaces, comparé à l’urgence et à la puissance missionnaire de l’homosexualité. Ça ne va pas changer grand-chose. » Il a compris la tristesse de l’homophobie catholique. Le caractère aussi grotesque des publicistes de la « Mission » sans nous. (Et mon post n’est pas là pour casser des énergies et rabattre des joies avant l’événement : c’est juste du constat factuel : vous croyez être dans le Monde mais vous n’y êtes pas.).

Le Grand Maître de la GLDF (N°1 de la Grande Loge de France) en personne m’a proposé de me parrainer pour que je rentre en Franc-Maçonnerie !


 

1 – COURTISÉ PAR LE GRAND MAÎTRE
 

C’était samedi 17 septembre 2022 dernier, à Paris. J’avais décidé, comme à mon habitude, d’aller rendre visite à une obédience maçonnique pendant les Journées du Patrimoine. En temps normal, je me rends plutôt au Grand Orient (métro Cadet) ; mais là, j’ai changé, et j’ai toqué à la porte de la Grande Loge de France (GLDF, métro Rome). Et je ne regrette absolument pas. Car il m’est arrivé un truc de dingue.
 

Je faisais partie d’un groupe d’une vingtaine de visiteurs. Et j’ai tellement tapé dans l’œil du guide par mes questions bien calibrées qu’à la fin, quand tout le monde est parti, il m’a offert son livre et m’a carrément proposé de candidater et de me co-opter : « Vous recherchez un parrain ? L’auteur de la préface [du livre que je vous ai offert], c’est moi… » Déjà, au cours de la visite, j’avais remarqué qu’au moment où il abordait la question de la procédure de candidature, il m’avait fixé du regard. Mais je ne m’attendais pas à recevoir cette proposition de manière aussi directe à la fin !
 

Ce n’est qu’une fois arrivé chez moi, en déballant mon cadeau, puis en cherchant sur Internet qui était Marc Henry (l’écrivain du prologue), que j’ai compris que celui qui a voulu me parrainer n’était autre que le n°1 de la deuxième obédience maçonnique française ! C’est le Grand Maître de la GLDF en personne !
 

 

Je vous avais dit que si je ne croyais pas que Jésus était Dieu POUR TOUS (et pas seulement pour ceux qui y croient), j’aurais tout pour être un parfait initié (franc-mac’) ! haha.
 

Marc Henry est-il homosexuel ? Je ne saurais pas mettre des mots sur l’attraction-fascination que j’ai suscitée en lui. Et mon « gaydar » (radar à gays) était un peu désorienté. Je dirais plutôt que l’homosexualité latente et omniprésente en Franc-Maçonnerie, toutes obédiences confondues, dans sa forme, fuit l’exhibition et l’identitarisme communautariste ghettoïsant et s’exprimera plus hypocritement/homophobiquement sous la forme de la bisexualité. Et quand j’ai entendu, en aparté, le Grand Maître défendre d’une part le féminin sacré auprès d’une visiteuse (« Y’a tout chez une femme pour faire un parfait initié. Vous, les femmes, êtes plus initiées qu’un homme. Y’a moins de travail intérieur à faire. »), et d’autre part le préservatif en face de moi (il m’a dit qu’il regrettait l’appel à l’abstinence et la soi-disant « interdiction du préservatif » par le pape Jean-Paul II en temps de Sida), cela n’a fait, en revanche, aucun doute…
 
 

2 – MES TROIS QUESTIONS :
 

Alors quelles ont été les 3 questions que j’ai posées pendant la visite, et qui ont aiguisé la curiosité/fascination du Grand Maître à mon égard ? Je précise qu’il y en a eu seulement deux en grand groupe (je n’ai pas monopolisé la parole) et une en petit comité, juste avant la dispersion de notre groupement de visite.
 

La première question, je l’ai posée au Temple Roosevelt : « Est-ce que vous pratiquez les chaînes d’Union, les égrégores ? ». Question que j’affectionne particulièrement… car elle est en général inconnue du grand public, et prend toujours les initiés francs-maçons de court. Je suis déjà tombé sur des guides au Grand Orient qui ont mal réagi quand ils l’ont entendue de ma bouche (« Comment vous savez ça, vous ?? »). Et là, Marc Henry a également eu une attitude de défiance offusquée, d’homme piqué au vif : « Pourquoi ? On n’aurait pas le droit ? ». Alors que mon interrogation était juste factuelle. Au fond, ça les fait chier qu’on vienne fourrer notre nez dans leur occultisme luciférien. Car les chaînes d’Union, c’est ça : c’est « l’intelligence lumineuse élevant collectivement vers un idéal ». Marc Henry a essayé de noyer le poisson par le second degré d’auto-dérision : « On se prend la main. On fait la ronde. » Mais en réalité, ce rituel est très sérieux, grave, est censé mettre en transe et faire vivre une expérience sensible électrique et cosmique. Comme j’ai trouvé sa réponse floue, je me suis permis de reprendre la parole et de creuser : « Excusez-moi monsieur, mais j’aimerais comprendre… Et désolé si ma question est un peu intime. Mais qu’est-ce que vous ressentez intérieurement lors d’un égrégore ? Quelles sensations ? » Il m’a répondu : « Pendant longtemps, je n’ai rien ressenti. Sauf une seule fois. Lors de la visite d’un Vénérable dans notre loge. J’ai appris après que c’était le jour de Noël. » Il n’a pas du tout joué l’illuminé, l’élu, ni le Super-héros.
 

La deuxième question, je l’ai posée cette fois dans le Temple Pierre Brossolette. En voyant la bannière « La Nouvelle Jérusalem » ainsi que les reproductions du Temple de Salomon que nous visitions, je me suis dit : il faut que je parle du Troisième Temple de Jérusalem ! Il faut que j’aborde avec ce guide le dossier de l’Antéchrist et des Fins dernières ! : « Est-ce que la construction du 3e Temple de Jérusalem est un projet et un chantier concrètement important pour vous ? » Marc Henry a botté en touche. Le Temple concret, ça ne l’intéresse. Ça reste, selon lui, « un symbole, comme la descente de la Jérusalem céleste dans l’Apocalypse ». Ça se limite à l’imagerie. Au spirituel. À l’énergétique. Au lumineux. À l’intellect. Mais en moi-même, je reste intimement persuadé que, lorsque l’Antéchrist apparaîtra aux yeux du Monde, avec ses tours de passe-passe et ses prodiges, les obédiences de tous les continents se réveilleront et se mobiliseront pour lui tailler un trône et un palais digne de toute l’architecture de leurs loges réunies…
 

Passons à ma troisième et dernière question (« Dites 33 »…). Lors de la visite, notre guide a évoqué « 33 degrés » ou « états » par lesquels tout initié maçonnique était invité à passer « pour s’améliorer » lui-même et vivre sa « transformation ». Ma troisième question, quand déjà le groupe se dispersait dans la crypte (convertie en restaurant), est donc revenue sur la hiérarchie institutionnelle de la Franc-Maçonnerie : sujet hautement tabou, car les Francs-maçons n’aiment pas cette idée de « secte » ou d’« institution pyramidale avec luttes de pouvoir » et « supériorité de certains membres sur d’autres ». Ils simulent hypocritement une bureaucratie horizontale, où tous les membres de leur groupe, même ceux qui sont à la tête, seraient de perpétuels « apprentis ». Pas de leaders ni de chefs en Franc-Maçonnerie. Que des serviteurs apprenants ! Ben voyons…
 

J’ai donc mis les pieds dans le plat, en soumettant au Grand Maître – qui s’est gardé de me dire quelle place exceptionnelle il occupait dans son obédience, et qui a pris l’apparence « humble » d’un « simple guide touristique » – la question suivante : « Vous avez parlé de 3 premiers ‘degrés’ (apprenti, compagnon et maître), puis de 33 ‘états’. Mais vous, vous êtes arrivé à quel grade ? ». Il m’a répondu qu’il était parvenu au 33e degré. Mais plutôt que de parler de « degrés au-dessus », il préférait l’expression anglophone « degrés parallèles, à côté » (« side degrees »). Ça fait visiblement moins orgueilleux à ses yeux. Quand il m’a dit qu’il était au 33e degré, j’aurais dû percuter qu’il était le Grand Maître… mais sur le coup, je n’ai pas tilté. J’ai par ailleurs appris qu’il existait deux entités différentes qui « géraient » les « initiés bas de gamme » (du 1er au 3e degré) et les « initiés de luxe » (à partir du 4e degré jusqu’au 33e)… en sachant que le grand public (« les profanes ») n’a en général pas accès ni connaissance de ce qui se passe dans les loges au-delà du 3e degré. Parce qu’à mon avis, c’est beaucoup moins cool, libre et lumineux qu’à l’entrée ou à la base… Mais bref. Pour votre info, à la GLDF, les initiés du 1er au 3e degré sont gérés administrativement par la Grande Loge de France, alors que les initiés du 4e degré jusqu’au 33e sont, eux, pris en charge par « le Suprême Conseil de France », une autre cellule (à mon avis autrement plus influente mondialement parlant).
 

Et tant qu’on en est dans les chiffres institutionnels, pour vous donner un panorama exhaustif que j’ai entendu sur la Franc-Maçonnerie au niveau national par les deux guides qui ont accompagné mon groupe, il y a actuellement en France 920 loges maçonniques, dont 200 à 250 rien qu’à Paris (en comptant la couronne de la capitale). Pas mal, hein ? Sachant que les loges contiennent une trentaine d’adhérents.
 
 

3 – REMARQUES GÉNÉRALES PAR RAPPORT AUX PORTES OUVERTES DE LA FRANC-MAÇONNERIE ET PETITES DÉCOUVERTES :
 

Comme à chaque visite dans les obédiences maçonniques parisiennes, j’ai appris plein de choses nouvelles sur la Franc-Maçonnerie. Je vous les livre en vrac :
 

Déjà, si je compare les « portes ouvertes » du Grand Orient de France (GODF) et celles de la GLDF (obédiences qui à mon avis ne peuvent pas se sentir), je trouve les mêmes points communs, les mêmes fonctionnements et attitudes.
 

Pour commencer, on interdit aux visiteurs les photos, et nos hôtes instaurent un climat de mystère, de protectionnisme, de secret et d’obscurité, très travaillé. C’est une manière de flatter le visiteur, de lui montrer qu’il pénètre un univers codifié réservé à une élite (dont il pourra faire partie s’il est sage). Ça attise sa curiosité.
 

Ensuite, j’ai remarqué que la Franc-Maçonnerie, en général, est une machine à broyer les identités et les noms (contrairement à l’Église Catholique où, là, tu es reconnu et aimé en tant que personne, avec ton prénom et ton nom de famille, et où tu n’as pas à cacher qui tu es ni à t’inventer un pseudo, ni à prouver ton intelligence). Les guides du GODF et de la GLDF portent des badges qui ne sont pas nominatifs. On ne connaît même pas leur prénom. Ils sont réduits à leur fonction : « CONFÉRENCIER ». Et les rares fois où je leur ai demandé de décliner leur identité, ils ont refusé de me la donner. La Franc-Maçonnerie, comme tout système sectaire, soit gomme carrément ton prénom et ton nom de famille, et lui enlève toute dimension et existence sociale, soit te choisit (comme je l’ai expliqué dans mon livre Homo-Bobo-Apo) un double prénom antéchristique de faux prophète (ex : « Marc-Henry ») pour t’anonymiser encore davantage et te noyer dans la masse.
 

De plus, concernant les visites des obédiences maçonniques lors des événements d’ouverture des musées nationaux, je constate que le profil des publics de visiteurs est sensiblement toujours le même : une grande majorité de jeunes (très peu de vieux et très peu de cathos) ; un engouement croissant (beaucoup de visiteurs) et une forte affluence (il y a même des familles entières qui font leur « promenade du dimanche » en Franc-Maçonnerie ; ou bien des « wesh-wesh » banlieusards des cités qui n’ont qu’une vague idée de là où ils mettent les pieds… mais qui y pénètrent quand même !) ; une naïveté et un aveuglement généralisés. Beaucoup de gens viennent visiter les loges comme des zombies envoûtés et subjugués. À les entendre, ils n’identifient pas où est le problème dans la Franc-Maçonnerie. Ils trouvent ça génial et banal à la fois. Leur connaissance de la Franc-Maçonnerie est extrêmement limitée, et ils posent souvent aux guides des questions « bébé », naïves et peu profondes (« C’est quoi un initié ? » a demandé samedi dernier une dame d’une cinquantaine d’années, pourtant classe moyenne et qui se la jouait première de la classe). Ça sent la misère spirituelle et une quasi totale ignorance du fait religieux et spirituel, une décatéchisation galopante et massive. Le Monde est prêt à accueillir l’Antéchrist et à obéir à nos dirigeants politiques francs-maçons les yeux fermés, vu l’ouverture et la malléabilité de nos contemporains !
 

Autre rituel (inconsciemment ?) récurrent lors des « portes ouvertes » des obédiences maçonniques – preuve que les initiés francs-maçons prennent vraiment leurs visiteurs profanes pour des cons ou des souris de laboratoire –, c’est le petit exercice de « symbolisme pour les nuls » qu’ils nous soumettent à chaque fois que nous franchissons le seuil d’un temple maçonnique : face à l’œil dans le triangle qui trône souvent au-dessus du bureau du Vénérable Maître (qui ressemble à l’œil d’Horus dans l’Égypte ancienne, et que les initiés appellent « le delta rayonnant » ou « lumineux »), ils demandent au visiteur « ce qu’il représente pour lui », ce que « ça lui dit ». Nous, les profanes, avons droit à tous les coups, à cette simulation de consultation « interactive », à cette mise en scène démagogique d’initiation au travail symboliste. Et toujours avec cette conclusion vaseuse et flatteuse du guide franc-maçon : « Vous y voyez ce que vous voulez. Ce que vous ressentez est forcément juste puisque vous l’avez perçu ainsi. Je n’ai pas à vous donner de réponse. Car nous sommes au même niveau. Il n’y a ni de maître ni de disciple entre nous. Nous avons tous raison. Vous avez tous raison. Ce que vous voyez ou interprétez ou sentez n’est ni faux ni vrai, ni bon ni mauvais, et surtout devient bon si c’est comme ça que vous le comprenez et accueillez. C’est ‘vrai’ et ‘bon’ parce que c’est VOUS. Et point. C’est une histoire entre vous et le symbole. Nous n’avons pas à nous immiscer entre vous deux… et vous n’avez pas non plus à nous imposer votre interprétation. Il n’y a pas de Vérité unique et universelle. » En d’autres termes, les guides maçonniques nous servent la soupe idéologique et le diktat du subjectivisme relativiste absolu : « Il n’y a pas de mauvaise réponse. Tout est bon et rien ne l’est. Seul votre ressenti individuel indique le vrai, tant qu’il n’implique que vous. » C’est sûr qu’un discours aussi décomplexant et individualiste que ça a de quoi rassurer n’importe quel visiteur et l’inciter à dire/penser de la merde en ayant en plus l’impression d’être un génie !

Et un génie élevé ! planant dans les hautes sphères de la « verticalité » en même temps que de « l’intériorité » (c’est ça, l’ÉSOtérisme !) ! Pour l’initié, tout être humain doit se tourner vers le haut, la verticalité. « ‘Transforme-toi ! Tire-toi vers le haut !’ C’est ça notre ADN. » nous a répété Marc Henry. D’ailleurs, tous les temples maçonniques sont tapissés d’une voie lactée au plafond. Pendant les tenues, tout est fait pour se sentir hors-sol, pour immerger les adeptes soi-disant « dans un autre temps et un autre espace » (changement d’heure, pas de couverture portable, hermétisme total, aucune fenêtre sur l’extérieur…). La « quête » maçonnique, c’est avant tout une histoire d’intériorité (donc d’égocentrisme caché, d’ésotérisme individualiste) : il s’agit de changer de point de vue, de se changer soi (c’est ça l’injonction). « TRANSFORME-TOI D’ABORD ! Tel le fil à plomb accroché au plafond des temples, rentre en toi-même et cherche en toi TA vérité ! ». Même quand tu rentres en loge, on « te colle un bandeau » ; et le but affiché de la manœuvre symbolique, c’est de t’aider à « changer de regard » et à « te connaître toi-même » (c.f. le fameux « Erkenne dich selbst » d’Epsilon, écrit sur un miroir du Temple Brossolette de la GLDF). Mais la verticalité, pour les Francs-maçons, n’existe que dans la singularité. Elle ne revêt pas de caractère collectif, institutionnel, universel et donc religieux. Alors que pourtant, dans les faits, elle existe aussi en terme de structure organisationnelle de pouvoir (et c’est bien pour ça que la Franc-Maçonnerie est une secte qui s’ignore et qui n’en porte pas le nom !).
 

Ce qui est à la fois marrant et en même temps sidérant et glaçant, c’est que la simulation d’écoute et d’intérêt pour le « profane », cette souplesse/ouverture apparente, cède bizarrement et rapidement la place à une intransigeance quasi militaire quand le cadre de la tenue (« ouverte ») se resserre et se privatise. En effet, j’ai remarqué, lors des visites en obédiences maçonniques (j’ai dû en faire en tout et pour tout 5 au Grand Orient et 2 à la Grande Loge De France… donc j’ai pu observer une belle brochette de guides : hommes ou femmes, globalement bons orateurs et érudits), que les initiés francs-maçons – bien que très différents au niveau du caractère – partageaient une même caractéristique comportementale : un grand problème d’écoute. Ils n’écoutent pas. Ou écoutent mal. Y compris quand ils feignent d’être de parfaits écoutants. Oui : ILS N’ÉCOUTENT PAS (car ils ne s’écoutent pas déjà eux-mêmes… y compris ceux qui s’écoutent beaucoup parler !). Leur cœur n’est pas là pour eux-mêmes ni pour les visiteurs. En général, ce sont des faux calmes. Du point de vue du profil psychologique, avec eux, ça sent les caractériels ou les psychorigides qui contiennent leur révolte, leur orgueil, leur perfectionnisme intellectuel et les intransigeances colériques et impétueuses de leur obsession hystérique pour la « vérité » et la « raison ». Alors en visites, ça donne souvent ça : ils font semblant d’interroger les gens, mais leur écoute des réponses que ces derniers leur fournissent (et qu’ils trouvent en général bêbêtes) est très limitée. La plupart du temps, j’ai constaté que les guides ne laissaient pas l’interrogeant terminer. Ils lui sautent à la gorge ou l’interrompent dès qu’ils n’entendent pas de lui exactement ce qu’ils souhaitent et ce qu’il conviendrait de dire, ou dès qu’il s’agit d’une « énormité » à leurs yeux. Ils sont super tatillons. Même si, en intentions, ils se veulent « dans l’écoute » et anti « Vérité unique ». Car ce qu’il faut bien comprendre, c’est que dans le système de pensée des francs-maçons, même si tout le monde et personne n’a raison, en revanche, la parole, selon eux, SE POSSÈDE et SE MÉRITE : elle ne se partage pas (sauf à de très précises occasions, lors des « tenues fermées » soumises à des « instructions » et des « autorisations de surveillants » veillant à la bonne tenue des échanges : c’est toute une juridiction, une mise en scène, attention !). En Franc-Maçonnerie, la prise de parole est d’ailleurs extrêmement codifiée, encadrée et méticuleusement répartie, comptabilisée. Les initiés maçonniques se croient sincèrement dans un jeu de rôles, se prennent pour les réincarnations des chevaliers de la Table Ronde ! Ils sont à fond. Pire : ils se prennent pour le Verbe incarné (donc Jésus) en personne !
 

Derrière l’apparente décontraction ou consultation ou ouverture d’esprit des initiés maçonniques, dès qu’il s’agit de la quête de raison, là, tout d’un coup, ça ne rigole plus ! Il n’y a plus « plusieurs vérités et aucune Vérité unique », mais bien un discours et une pensée uniques à se mettre dans le crâne et à répéter textuellement comme un singe savant. Sinon, OUT ! Tu es viré de la confrérie secrète ! Je l’ai compris quand j’ai écouté Marc Henry nous expliquer, dans la bibliothèque de la GLDF, comment se déroulaient certains « passages sous le bandeau » (donc entrée officielle en loge après scrutins). On place le postulant sur une chaise et on lui soumet toute une batterie de questions (piochées « au hasard » et qu’il doit « tirer » lui-même) auxquelles il doit répondre de manière hyper précise. En réalité, tout est pré-scénarisé. C’est un dialogue avec des réponses stéréotypées, codifiées, dictées, qu’il faut recracher devant le « tribunal ». Marc Henry a donné un exemple de question maçonnique classique : « Que venez-vous faire ici ? ». Et le postulant est obligé de formuler ces trois réponses (c’est le protocole !) : 1) « vaincre mes passions » (en gros, s’angéliser et se désincarner) ; 2) « soumettre ma volonté » (en gros, livrer sa liberté, vendre son âme et son libre arbitre au diable : voilà pourquoi, dans le Notre Père français, je regrette tellement la récente disparition du « Et ne nous soumets pas à la tentation » !) ; 3) « faire des progrès dans la Franc-Maçonnerie » (donc se laisser formater à un système de pensée fondé sur la mutualisation des connaissances et des intelligences).
 

Et au bout du compte, il t’est demandé une apostasie. Qu’est-ce qu’une apostasie ? C’est un reniement solennel de Jésus/Dieu. En effet, le postulant, au moment de son entrée en loge, prête serment sur un livre qui s’appelle « le Volume de la Loi sacrée ». Mais Marc Henry, pendant la visite, a immédiatement rajouté, pour se dédouaner de tout illuminisme trop religieux : « Le Volume n’est pas forcément ‘sacré’ à nos yeux, mais sa Loi, oui. » En Franc-Maçonnerie, l’ouverture au religieux, au sens de « confessionnel » (catholique, chrétien, musulman, juif…), n’est que de surface, de convenance. Elle existe à l’entrée, pour appâter les gens spirituels et déistes, les rassurer et les attirer dans les filets de l’obédience. Lors de l’entrée en loge, l’ex-profane a le droit, s’il le souhaite, de prêter serment sur la Bible, la Torah ou le Coran si ça lui chante. Mais ça, ce n’est que dans un premier temps ! Car dès le 2e serment, le ton change. Une apostasie plus nette et radicale lui est tacitement imposée : il ne faut pas que son catholicisme ou son islamisme ou son judaïsme revête un caractère collectif, universel et premier. Lors du 2e serment en loge, il sera obligatoire cette fois de jurer sur « le Volume de la Loi sacrée » seul !
 
 

4 – LEUR ATTRACTION-REJET POUR LE CATHOLICISME :
 

Le positionnement de Marc Henry – et plus largement de la Franc-Maçonnerie – par rapport à Jésus et au catholicisme est très ambigu. Pour ne pas dire diabolique (« diabolos », en grec, ça veut dire « double » et « jeté en travers »). À l’instar du positionnement de Judas Iscariote (le traître de Jésus) : une fascination-répulsion proche de la jalousie idolâtre, de la « pot-de-colle attitude », du mimétisme sincère et admiratif autant qu’athée et parfois même blasphématoire. « J’aime Jésus. Beaucoup. Sans savoir s’il a vraiment existé. C’est plus son message. » nous a déclaré textuellement le Grand Maître lors de la visite ; « Jésus, nous le considérons comme un grand initié. Donc sa représentation dans l’enceinte de notre loge ne nous dérange pas. » Voilà. On l’aime bien au village. Les initiés francs-maçons reconnaissent Jésus comme un philosophe INTÉRESSANT, qui a compté dans l’Histoire humaine, qui a révolutionné le monde des idées et des croyances, qui a un « fort potentiel énergétique, verbal et intellectuel », une « autorité », un « charisme » et une « force de pensée » indéniables… mais qui, malgré tout ça, n’est pas Dieu (pour TOUS, y compris ceux qui ne croient pas en lui). D’ailleurs, Marc Henry nous a expliqué que toutes les loges de la GLDF étaient « de saint Jean » (évangile apocryphe parallèle à l’Évangile catholique, puisque la Maçonnerie en France a perdu son caractère chrétien depuis le Convent de Lausanne de 1875). Le mot « Dieu », selon le Grand Maître, est d’ailleurs remplacé en Franc-Maçonnerie, par 3 expressions : 1) « Principe créateur » (ou « Grand Architecte ») ; 2) « Créateur suprême » ; 3) « Force supérieure ». Donc en gros, c’est la divinité de Jésus qui passe à la trappe !
 

Cette ambivalence (et attrait non-assumé) des Francs-maçons pour Jésus et son Église Catholique transparaît jusque dans le choix du lieu du siège de l’obédience. Les bras m’en tombaient. Le site de la GLDF occupe la place d’une ancienne abbaye de Franciscains (ces derniers ont été chassés en 1906 ; les vitraux franciscains de la chapelle ont été laissés intacts ; certains temples sont même des anciennes cellules de moines réaménagées) ! La preuve que le diable singe et colle le Christ jusqu’au (quasi) bout !
 

Le premier guide – qui a ensuite cédé sa place au second guide qui lui s’est révélé être le Grand Maître de l’obédience – nous a montré que sur la devanture/le fronton de la Grande Loge De France trônait une ferrure avec les initiales de Saint Antoine de Padoue (« SAP ») – vestige de l’époque franciscaine du lieu. Je vais vraiment devoir écrire mon code « Antoine » dans mon Dictionnaire des Codes Apocalyptiques pour parler de la place et du rôle mystérieux de saint Antoine dans le déroulement des Fins Dernières, dans l’établissement du règne de l’Antéchrist et de la Marque de la Bête.
 

Et pour revenir à la visite, dans les temples de la GLDF, je pouvais lire – sur les bannières indiquant le nom des différentes loges composant l’obédience – des expressions très bibliques : « L’Espérance fraternelle », « La Pierre angulaire », « La Nouvelle Jérusalem », etc. Et à la toute fin du circuit, j’ai blêmi intérieurement quand j’ai appris que, parmi les parrainages et les mécénats financiers de la GLDF figuraient l’Ukraine ou encore le chantier de reconstruction de la cathédrale Notre-Dame de Paris ! Le Grand Maître ne s’en cache même pas. Et mon groupe de visiteurs n’a même pas relevé l’incohérence, le scandale, l’usurpation, l’invasion symbolique et concrète de la Franc-Maçonnerie dans l’Église Catholique !
 

En fait, notre Monde a tellement perdu la Foi que plus rien ne le choque. Pas même le mal. Par exemple, dans les temples qu’on a visités, les épées cousues sur les bannières des loges ressemblaient à s’y méprendre à des croix du Christ inversées, donc à des symboles satanistes connus : personne ne l’a remarqué. Les nœuds en bandeau sur les corniches des plafonds (symbolisant les Chaînes d’union et de fraternité) sont l’illustration des liens sataniques qui attachent et enserrent l’être humain en lui-même et à Lucifer : personne ne comprend le sous-texte satanique. Quand nous circulions dans les couloirs de l’obédience, Marc Henry a fait arrêter notre groupe, « en hommage », devant le buste du Dr Pierre Simon, ce « Grand Homme » (franc-maçon) qui avait été à l’origine de la dépénalisation de l’avortement en France et un proche collaborateur de Simone Veil : tout le monde trouve ça formidable. Et toi, intérieurement, tu te dis : Mais à quel degré de perte de Foi et d’apostasie nous sommes désormais arrivés socialement et nationalement ??
 

À l’issue de la visite, lors de notre échange personnel, j’ai dit à Marc Henry que j’étais catholique. Pour lui, ça ne pose aucun problème, et ce n’est absolument pas incompatible avec une appartenance en loge maçonnique (… à partir du moment où le catholique pratiquant – qu’il soit simple laïc voire même évêque ou cardinal – renie l’unicité, la royauté et l’universalité de Jésus-Dieu). Pour lui, par exemple, la Bible est un emprunt, une pâle copie de religions passées qui l’ont égalée voire dépassée en grandeur et en sagesse. Il m’a parlé des évangiles apocryphes (notamment l’Évangile de Philippe) : il a pris pour exemple l’Épopée de Gilgamesh (XVIIIe siècle av. J.-C.), qui ferait déjà référence aux épisodes et « mythes » fondateurs de la Bible avant l’écriture de celle-ci : préfiguration du déluge de Noé, de Tour de Babel, de Moïse dans son panier… Donc à ses yeux, la Bible n’a rien inventé, et même n’est pas le texte fondateur de la divinité.
 

Mais ce qui m’a le plus interpelé, c’est son immaturité affective et spirituelle. Normalement, la question du mal (réglée à l’adolescence par la prise de conscience de la prépondérance de la liberté humaine laissée à l’Humain par Dieu sur la Justice divine), ce qui pour moi est le b.a.-ba, eh bien j’ai constaté avec étonnement que ça n’a pas été digéré ni encore intégré par Marc Henry. Alors que c’est bête comme chou. Mais apparemment, ces bases élémentaires de la Foi et de l’énigme du mal sur Terre ne sont arrivées ni à son cerveau ni à son cœur. « J’ai quitté l’Église et ai cessé de croire en Dieu parce qu’il y a des guerres, des injustices et du mal sur Terre : Dieu est méchant, l’Église est trop inzuste ! » m’a-t-il lâché. Tout d’un coup, le n°1 de la Grande Loge de France m’est apparu comme un grand bébé dans la Foi.
 

Et un bébé, qui plus est, qui retourne quand même à l’Église (il a été longtemps enfant de chœur) à la fois comme un fils-à-sa-maman sans conscience et un poupon capricieux. Car le gars, tenez-vous bien, a fait, selon son propre aveu, une semaine de retraite en silence chez les moines de l’abbaye de Cîteaux cet été. Si si ! Alors qu’il ne croit pas en la divinité de Jésus ni même (m’a-t-il dit) en son existence ! C’est l’Infiltré dans toute sa splendeur (comme nous tous finalement… mais bon, quand même) ! Mesurez-le : les retraitants de monastère (même ceux qui s’abaissent à l’anonymat, à l’ascèse monacale le temps d’une semaine, à faire la vaisselle en cuisine comme les autres…) ne sont non seulement pas tous cathos mais en sont parfois très loin, aux antipodes, voire les traîtres et les ennemis inconscients. Le Grand Maître Vénérable de la deuxième plus puissante obédience de France joue au catho sans du tout en être ! Il faut le voir pour le croire.
 

Néanmoins, il y a une Bonne Nouvelle derrière toute cette comédie, cette contrefaçon, cette intrusion, cette simulation de piété chrétienne anti-chrétienne. Ça dit toute la puissance d’attraction de Jésus, toute la divinité de l’Église. Puisque même ses ennemis et ceux qui le renient ou renient son existence le reconnaissent et vont vers Lui quand même !
 

C’est pour ça qu’il est capital, d’une part, d’arrêter de voir dans nos frères francs-maçons les « ennemis de la Foi ou de Jésus » qu’ils ne sont pas (Rien ne sert de transformer les initiés en Barbe bleue faisant des messes noires et violant les petits nenfants : certains sont même très proches de nous catholiques, et se convertissent rien qu’en rentrant dans une église et en découvrant la profondeur d’Amour de la Parole biblique : les conneries qu’ils entendent en loge, à côté, font pâle figure !) ; et d’autre part, de rester humbles et lucides, de toujours s’impliquer dans ce que l’on dénonce, et de garder en tête que, de par notre condition humaine pécheresse universelle, nous sommes potentiellement les premiers francs-maçons. Le franc-maçon, ce n’est pas « l’autre ». C’est aussi celui que nous côtoyons dans nos églises et nos assemblées. C’est un frère, et un potentiel futur converti. C’est à l’intérieur de notre cœur jusqu’à la Victoire définitive de Jésus.