Realmente lo desean.
Qué pena. Observo un favoritismo en los medios de comunicación con respecto a las bendiciones de parejas homosexuales. Los vídeos de odio y homófobos por parte de sacerdotes o cardenales centrados en la noción de « pecado » (sin explicar nunca por qué la homosexualidad es pecado) o que atacan duramente al papa Francisco, acumulan miles de vistas en las redes sociales en pocas horas, mientras que mi entrevista (equilibrada, alegre) en Enriquísimo TV, que se opone a las bendiciones papales pero con amor, basándose realmente en un estudio del documento Fiducia Supplicans, hablando de la homosexualidad y valorando a las personas homosexuales, no llega ni a las 1000 visualizaciones. Básicamente, tengo la impresión de que los católicos prefieren seguir a las sirenas homófobas, clericalistas y sedevacantistas, antes que reflexionar y amar al papa, a los homos y a la Iglesia. De hecho, la mayoría de ellos desean un cisma y la caída de su propia Iglesia (igual que los países inestables o rebeldes esperan secretamente que estalle una guerra o una dictadura en su territorio : la esperan con ansia). Lo siento muchísimo.