¡ Woohoo ! ¡ Estoy súper contento ! ¡ Acabo de recibir un correo electrónico personal de Marino Restrepo ! Él planea venir a Francia próximamente, y puesto que TV Apocalipsis estará lista para recibirlo, y que soy bilingüe, ¡ resultará una entrevista de las buenas ! ¡ Encantado estoy !
Para aquellos que aún no lo conocen, Marino Restrepo es un hombre que visitó el infierno. Colombiano (nacido en 1951), oyó a Jesús en persona decirle que nos encontrábamos mundialmente « al fin del fin de los últimos tiempos ». Hombre del mundo del espectáculo, que hizo carrera en Alemania y los EE.UU., fue secuestrado por los grupos armados de Colombia (las FARC) en 1997 a los 47 años cumplidos, a cambio de un rescate. Atado y encapuchado en la selva durante 6 meses, sufrió una caída que le permitió experimentar, no una alucinación, sino una « iluminación de conciencia » (como él mismo dice) comparable a una muerte inminente (NDE : Near Death Experience). Se encontró en el infierno, frente a sus numerosos pecados (33 años sin confesión, ¡ dejan huella !). Pero también frente a Jesucristo. « ¡ Me di cuenta de que Dios era Jesús, en realidad ! » confiesa Marino, el cual antes perseguía a los católicos, estaba convencido de que el infierno y la eternidad no existían, y de que él mismo era una persona muy buena porque organizaba conciertos de caridad con su pandilla de amigos-artistas. Cuando volvió en sí, logró escaparse. Desde entonces, de manera humilde e impactante, él da testimonio en el mundo entero y sus palabras son edificantes.
Bueno. Aparte de eso, me lanzo hoy en la redacción del segundo capítulo (2/3) de mi libro (capítulo « Bobó » ; y el tercero se centrará en « Apo »). Y estoy muy motivado por lo que escribo para las ediciones Téqui. Me entusiasma. Va al grano. No es parloteo.
Por otra parte, y por último, quería dar las gracias a Jesús y a todos vosotros. Desde hace más de dos semanas, y especialmente desde que recibí el sacramento de la confesión en la Basílica del Sagrado Corazón justo antes de la Semana Santa (el cura me puso la mano en la frente, y me dijo con autoridad, « Ya vale : es cosa del pasado. », la fiebre y mi revuelta se calmaron de inmediato : la tempestad calmada), ya no siento más tentaciones (mayores). Tengo la impresión de haber nacido de nuevo, de iniciar una nueva etapa en mi apostolado, de meter el acelerador (aunque económicamente llevo « mes a mes », y que públicamente nunca he estado tan aislado). La libertad de columnista que me deja el sitio español Forum Libertas, la perspectiva de TV Apocalipsis París, el giro inesperado que toma mi próximo libro en francés (estoy cocinando algo importante), realmente me animan. La Semana Santa ha reforzado mi determinación. Hubiera podido derrumbarme. Pero al contrario, salgo fortalecido y más decidido para anunciar con valentía y alegría la Verdad. No tengo más tiempo que perder. En resumen, ¡ se va a armar la grande por el Señor ! ^^ Avanzo. Y nada ni nadie podrá detenerme.
Todo artículo que demoniza el Género, incluso de manera « científica » o mediante una persona homo o ex-gay, dejadlo. El Género es una suerte para denunciar la heterosexualidad. Sino, sólo sirve el miedo, la homofobia, y a los fundamentalistas natalistas seudo « católicos ».
Esta entrevista que vais a leer era inicialmente un encargo del periódico español La Columna a propósito de la campaña anti-Género del autobúspro-Vida y « católico » HazTeOír en Madrid. Pero, igual que para mi entrevista censurada por el diario Actuall hace dos años, se acobardaron ellos también, y no quisieron publicar mi entrevista de ayer, puesto que me niego precisamente a entrar en su juego maniqueo y homófobo de la indignación y de la victimización anti-lobby gay. No me importa. Publico igual en mi página-web. Quizás oídos salgan de la ceguera general.
Para explicaros rápidamente el contexto del escándalo del autobús HazTeOír, el Gobierno de la Comunidad de Madrid prohibió antes de ayer su circulación a causa de los mensajes anti-Género que difundía. Ahora mismo, empiezo a recibir reacciones de amigos españoles que esperan que aulle con los lobos mi « homofobia contra la dictadura gay » : me están hartando. En realidad, me doy cuenta de que no han entendido nada de lo que pasó en Barcelona ni finalmente de lo que digo sobre la heterosexualidad. Así que a callar y a escuchar, por favor. Porque si no, me enfado.
1) PHILIPPE ARIÑO, EL ATAQUE QUE SUFRIÓ DURANTE SU CONFERENCIA EN EL CAFÉ YOUCAT EN BARCELONA ESTE ÚLTIMO 12 DE FEBRERO – AUNQUE USTED SEA HOMOSEXUAL – SALIÓ EN TODOS LOS PERIÓDICOS DE ESPAÑA. ¿ NO LE CHOCA ESTA NUEVA MEDIDA EMPRENDIDA CONTRA EL AUTOBÚS « HAZTE OÍR » EN MADRID, QUE MUESTRA LA INFLUENCIA CRECIENTE DEL LOBBY LGTB CONTRA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN ?
Primero, quisiera aclarar que en Barcelona, no se puso principalmente en el punto de mira « mi libertad de expresión ». Tampoco mi fe. Ni siquiera el derecho del Arzobispo de Barcelona Mons Omella a invitar a quien quiere en su propia casa. Si creéis eso, es que os equivocáis de enemigos, no véis quién es el blanco, y encima, entráis en el razonamiento del mundo que consisten en sacralizar la « libertad » o la « libertad de expresión (religiosa) ». Y esta idolatría por la libertad es el fermento de la anarquía y de las dictaduras modernas. Ahora bien, quiero hacer hincapié en que mis oponentes no querían impedirme que me expresara. Si hubiera propuesto una conferencia sobre el tema « Soy homosexual y católico : cómo compajino ambas condiciones », no me hubieran molestado en absoluto. Lo que les molesta y que es rechazado, no es mi persona ni el hecho de que me exprese o de que la Iglesia se exprese. Lo que se censura son tres cosas : el hecho de que sea homo y de que hable de la homosexualidad (porque nadie lo hace) ; es la virginidad (es decir, la Virgen María y el celibato) ; y es la propuesta de una Verdad única universal (es decir, Jesús y la Iglesia). Así que parad de promover la « libertad de expresión ». Tan sólo hay libertad en la Verdad. Y en el Café Youcat, no es el hecho de que me haya expresado que planteó problema. Era el contenido de lo que decía : llamaba a todas las personas duraderamente homosexuales a la virginidad (continencia) como mejor camino de felicidad y de apostolado. Ése fue el escándalo justo que desató las persecuciones contra mí y contra Mons Omella. No es vuestra pequeña « libertad de expresión » de mierda. El objeto del escándalo, es mucho más positivo y grande : son María y Jesús.
2) ¿ USTED NO SE ESCANDALIZA POR LA INMOBILIZACIÓN DEL AUTOBÚS PRO-VIDA DE AYER EN MADRID ?
No. Esta detención es merecida, aunque no se haya hecho por las buenas razones. Siento decíroslo, pero no se habla de la belleza de la sexualidad escribiendo en un vehículo « Los niños tienen pene, las niñas tienen vulva. Que no te engañen. » Así que no voy a llorar por la censura que se hace contra este autobús pro-Vida. Sólo porque se defiende la Vida (además, defender « la Vida », ¿ qué quiere decir eso ? ¡ Incluso los promotores de la maternidad subrogada y del matrimonio gay están a favor de la « Vida » !) no significa que ello se hace de forma inteligente. Estoy asombrado por la estupidez de los esloganes pro-Vida en general. Caricaturizan el Género sin identificar lo que es realmente : la heterosexualidad (= todas las alteridades a nivel de la sexualidad ; la primacía del sentimiento y de la voluntad individuales ; una sacralización de todas las diferencias en detrimento de la prevalencia de las diferencias de sexos y de la diferencia Creador-criaturas en la identidad y en el Amor). Caen en el natalismo, el familiarismo y el esencialismo que tanto denunció nuestro Papa Benedicto XVI. Y sin darse cuenta, apoyan y magnifican el Género. Es una vergüenza. En Francia, Frigide Barjot (líder de La Manif Para Todos, y autora del libro ¡ No toques a mi sexo !) había dado muestras de la misma ceguera biologista, de la misma idolatría anatomista, gritando en el micrófono durante las Manifestaciones del 2012 en contra del « matrimonio homo » : « ¡ No hay óvulos en los testículos ! » Vulgaridad y estupidez que, por su grosería, respaldan lo que denuncian. Prueba de ello es que, cinco años después, la misma mujer hoy en día defiende abiertamente el « matrimonio gay » y la Unión Civil.
3) ¿ EN SU OPINIÓN, NO HAY QUE LUCHAR CONTRA EL GÉNERO ?
Claro que sí. Pero no de esta forma. Mientras no hablemos de la heterosexualidad y de la homosexualidad, combatiremos de manera ineficaz una palabra inmaterial. En este momento, los pro-Vida se creen que nosotros las personas homosexuales somos tontos. ¿ Ellos piensan realmente que no sabemos que los niños nacen con un pene, y las niñas con una vagina ? ¿ Se creen que luchamos para vestir a los niños de rosa y a las niñas de azul ? ¿ En serio se figuran que estamos luchando por una indiferenciación de los sexos y que no sabemos distinguirlos ? ¿ Opinan realmente que negaríamos que no hace falta un hombre y una mujer para concebir a un niño ?? ¿ que nos oponemos a las familias tradicionales ? ¡ Que aterricen ! ¿ Están sinceramente convencidos de que los promotores del Género creen en lo que defienden ?? La mayoría de éstos no sabe lo que es el « Género », afirma sinceramente que el Gender no existe (porque de hecho, en su corazón, en su mente y en la realidad, el Género no lleva este nombre : se llama « heterosexualidad », « homosexualidad », « bisexualidad », « homofobia », y luego « amor », « igualdad », « derecho », « discriminación », « tópicos », « queer »), e incluso se dice explícitamente « en contra del Género ». Lo escriben en blanco y negro en sus folletos y manuales escolares de educación a la afectividad y a la ciudadanía : « Estamos en contra del Género. » ¿ Cómo pueden los pro-Vida « católicos » estar tan desfasados ? Pienso que es por homofobia (miedo a hablar de la homosexualidad, y justificación de la « identidad homo » y del « amor homo ») y su apoyo inconsciente a la heterosexualidad (heterosexualidad que han confundido con las diferencias de sexos). Todo esto se debe a que ya no escuchan a la Iglesia.
4) SIN EMBARGO, USTED SIGUE SIENDO UNA PERSONA HOMOSEXUAL PERSEGUIDA POR SU PROPIO BANDO, COMO SE HA VISTO EN BARCELONA, ¿ NO ?
Veo que queréis utilizarme como una coartada moral para demostrar de manera legítima, viva, personal y homosexual, que el « lobby gay » sería una « terrible dictadura » que establece una censura contra la « libertad de expresión » y contra los suyos. ¡ Pues estáis en el lugar equivocado ! Yo no me llamo Jean-Pier-Delaume Myard ni Homovox. Por un lado, formo parte del lobby gay, y me siento orgulloso de ello. Así que por favor, respetadme y respetad a mis amigos homosexuales que no tienen casi nada que ver con los ataques que sufren. Y por otra parte, el « lobby gay » no es una dictadura : la dictadura real es el lobby heterosexual – también llamado lobby LGBT – que transformó la sexualidad en heterosexualidad (a finales del siglo XIX hasta hoy), para justificar discretamente la homosexualidad así como para vengarse del matrimonio y de la Iglesia Católica. La heterosexualidad es el verdadero déspota. Ya sea en España como en el Parlamento Europeo y en los Estados Unidos. Es el diablo disfrazado de diferencia sexual. Por otra parte, la Iglesia nunca la defiende : Ella sólo defiende la sexualidad, y a las parejas mujer-hombre que se aman, así como a los célibes consagrados. Los numerosos católicos que confunden por ignorancia la diferencia de sexos con la heterosexualidad, forman sin saberlo parte del lobby LGBT y justifican las leyes pro-gays. Es hora de que se den cuenta de ello, en lugar de hacerse pasar por víctimas perseguidas.
5) ENTONCES, ¿ QUIÉN LE ATACA ?
Lo repito. Es el lobby heterosexual, así como los católicos gays friendly que se presentan como « heteros » o que no denuncian la heterosexualidad. En Barcelona, por ejemplo, es el lobby heterosexual principalmente quien quiso silenciarme, y no el « lobby gay » (4 pobres figurantes disfrazados de gays y que aceptaron desempeñar durante 5 minutos el papel de vitrina del Sistema heterosexual encabezado por la Generalitat). Las personas homosexuales españolas o francesas no están en mi contra, y no he sido víctima de una censura homosexual internamente. Sólo son la gente de Iglesia, las personas que se presentan como « heterosexuales » (en la política y en los medios de comunicación), y los pro-Vida, que me imponen el silencio. La prueba de ello : el año pasado, el diario Actuall fue el primero en censurar mi única entrevista española para el lanzamiento de mi libro La homosexualidad en Verdad. Es un escándalo. Y sin embargo, ¡ ellos pretenden ser « católicos » y « pro-Vida » ! Pero nos acogen para instrumentalizar nuestra homosexualidad, para utilizar nuestro testimonio como un látigo. Se interesan por nosotros sólo cuando no hablamos de homosexualidad, sólo cuando machacamos al « lobby gay », a los medios y a la política (de izquierdas), y únicamente para darse una razón para victimizarse y justificar su homofobia. Así que ¡ basta ya de demonizarnos, a nosotros personas homosexuales ! aunque se trate de defender a un puñado « disidente » entre nosotros y supuestamente « traidor a su propio bando ».
6) USTED ES UN POCO DURO CON LOS DISEÑADORES DE ESTE AUTOBÚS, QUE DEFIENDEN LA VIDA…
Es una buena cosa que este autobús se vuelva a su garaje. Esto hará que los pro-Vida se formen intelectualmente, revisen seriamente su manera de abordar el Género, y entiendan que no es su homofobia naturalista que va a resolver el problema de la confusión mundial respecto a la sexualidad o del anticlericalismo, que no será haciéndose de víctimas y demonizando a un « lobby gay fantasma » como van a defender realmente a Cristo y a la Humanidad. Todo lo contrario. ¿ Cuándo se van a atrever a hablar de los verdaderos problemas – homosexualidad, heterosexualidad, homofobia, amor, sexualidad – y dejarnos a nosotros, las personas homosexuales, realmente la palabra, en vez de justificarse de que no serían homófobos ? A fuerza de decirlo, demuestran homofobia. Que empiecen a cuestionarse, a escucharnos. Y a partir de ello, podremos ir adelante.
Voici en français mon interview au journal espagnol La Columna au sujet de l’interdiction de circulation à Madrid du busHazTeOír (littéralement « Fais-toi entendre ») dénonçant le Gender avec les messages suivants « Les petits garçons ont un pénis. Les fillettes ont un vagin. Ne te fais pas avoir ! ». Ceci pour contrecarrer les lois d’endoctrinement sexuel approuvées par le Gouvernement de la Communauté de Madrid. Je précise que ce car est une initiative « catholique » des Pro-Vie espagnols. Je me suis fait un plaisir de répondre à la sollicitation de La Columna qui voulait surfer sur la vague de la récente persécution homophobe que j’ai subie à Barcelone. Ils ne vont pas être déçus…
1) PHILIPPE ARIÑO, L’ATTAQUE DONT VOUS AVEZ ÉTÉ VICTIME LORS DE VOTRE CONFÉRENCE AU CAFÉ YOUCAT À BARCELONE LE 12 FÉVRIER DERNIER – ALORS QUE VOUS ÊTES HOMOSEXUEL – A FAIT LA UNE DES JOURNAUX D’ESPAGNE. N’ÊTES-VOUS PAS CHOQUÉ PAR LA NOUVELLE MESURE PRISE CONTRE LE BUS « HAZTE OÍR » À MADRID, QUI MONTRE L’INFLUENCE CROISSANTE DU LOBBY LGBT CONTRE LA LIBERTÉ D’EXPRESSION ?
Alors je tiens à préciser qu’à Barcelone, ça n’est pas principalement « ma liberté d’expression » qui a été prise pour cible. Pas même ma foi ni ma « liberté d’expression religieuse ». Ni même le droit de l’Archevêque de Barcelone Mgr Omella à inviter qui il veut dans sa propre maison. Si vous croyez cela, vous vous trompez d’ennemis, vous ne voyez pas qui est attaqué, et en plus, vous rentrez dans le raisonnement du monde qui consiste à sacraliser la « liberté » ou la « liberté d’expression ». Et cette idolâtrie pour la liberté est le ferment de l’anarchie et des dictatures modernes. Or, je tiens à souligner que mes opposants ne voulaient pas m’empêcher de m’exprimer. Si j’avais proposé une conférence sur le thème « Je suis homo et catholique : comment je vis avec », ils ne m’auraient absolument pas dérangé. Ce qui les gêne et qui est rejeté, ce n’est pas ma personne ni le fait que je m’exprime ou que l’Église s’exprime. Ce qui est censuré, ce sont trois choses : le fait que je sois homosexuel et que je parle d’homosexualité ; c’est la virginité (autrement dit la Vierge Marie et le célibat) ; et c’est la proposition d’une Vérité unique et universelle (autrement dit Jésus et l’Église). Alors arrêtez de promouvoir la « liberté d’expression ». Il n’y a de liberté que dans la Vérité. Et au Café Youcat, ce n’est pas le fait que je m’exprime qui posait problème : c’est le contenu de ce que j’avais à dire. j’appelais toutes les personnes durablement homosexuelles à la virginité (continence) comme meilleur chemin de bonheur et d’apostolat. C’est ça, le juste scandale qui a déchaîné les persécutions contre moi et contre Mgr Omella. Ce n’est pas votre petite « liberté d’expression » de merde. L’objet du scandale, c’est plus grand et plus noble : ce sont Marie et Jésus.
2) N’ÊTES-VOUS PAS SCANDALISÉ PAR L’IMMOBOLISATION DU BUS PRO-VIE D’HIER À MADRID ?
Non. Cette immobilisation est méritée, mais si elle n’est pas faite pour les bonnes raisons. Je suis désolé. Mais on ne parle pas de la beauté de la sexualité en écrivant sur un véhicule : « Les petits garçons ont un pénis, les petites filles ont un vagin. Ne te fais pas avoir ! » Donc je ne pleurerai pas sur la censure qui est faite à ce bus pro-Vie. Ce n’est pas parce qu’on défend la Vie (d’ailleurs, défendre « la Vie », qu’est-ce que ça veut dire ? Même les pro-GPA et les pro-mariage gay défendent « la Vie » !) qu’on le fait intelligemment. Je suis estomaqué de la bêtise des slogans pro-Vie en général. Ils caricaturent le Gender sans identifier ce qu’il est vraiment : l’hétérosexualité (= toutes les altérités au niveau de la sexualité ; le primat du sentiment et de la volonté individuels ; une sacralisation de toutes les différences au détriment de la prévalence de la différence des sexes et de la différence Créateur-créatures dans l’identité et l’Amour). Ils tombent dans le natalisme, le familialisme et l’essentialisme tant dénoncés par notre Pape Benoît XVI. Et sans s’en rendre compte, ils appuient et magnifient le Gender. C’est honteux. En France, Frigide Barjot (chef de file de La Manif Pour Tous, et auteure du livre Touche pas à mon sexe !) avait fait preuve du même aveuglement biologiste, de cette même idolâtrie anatomiste, en hurlant au micro lors des Manifs de 2012 contre le « mariage homo » : « Y’a pas d’ovules dans les testicules ! » Vulgarité et bêtise qui, par sa grossièreté, appuient ce qu’elles dénoncent. La preuve en est que, 5 ans plus tard, cette femme défend aujourd’hui ouvertement le mariage gay et l’Union Civile.
3) SELON VOUS, IL NE FAUT PAS LUTTER CONTRE LE GENDER ?
Bien sûr que si. Mais pas comme ça. Tant que nous ne parlerons pas d’hétérosexualité et d’homosexualité, nous nous battrons inefficacement contre un mot immatériel. En ce moment, les pro-Vie nous prennent vraiment, nous personnes homosexuelles, pour des imbéciles. Ils pensent vraiment que nous ignorons que les garçons naissent avec un pénis, et les filles avec un vagin ? Ils pensent réellement que nous luttons pour habiller les garçons en rose et les filles en bleu ? Ils pensent sérieusement que nous luttons pour une indifférenciation des sexes et que nous ne savons pas faire la différence ? Ils pensent réellement que nous nions qu’il faut un homme et une femme pour faire un enfant ?? que nous rejetons les familles traditionnelles ? Qu’ils atterrissent ! Ils pensent sincèrement que les promoteurs du Gender croient en ce qu’ils défendent ?? La plupart ne savent pas ce que c’est que le « Gender », prétendent sincèrement qu’il n’existe pas (car en effet, dans leur cœur et dans leur tête, puis dans la réalité, ils ne portent pas ce nom : il s’appelle « hétérosexualité », « homosexualité », « bisexualité », « homophobie », et ensuite « Amour », « égalité », « droit », « discrimination », « queer »), et même ils se disent explicitement « contre le Gender ». C’est écrit noir sur blanc dans leurs brochures et leurs manuels scolaires d’éducation à l’affectivité et à la citoyenneté : « Nous sommes contre le genre. » Comment les pro-Vie « catholiques » peuvent-ils être autant à côté de la plaque ? Je pense que c’est par homophobie (peur de parler d’homosexualité, et justification de « l’identité homo » et de « l’amour homo ») et par leur soutien inconscient à l’hétérosexualité (hétérosexualité qu’ils ont confondue avec la différence des sexes). C’est parce qu’ils n’écoutent plus l’Église.
4) VOUS ÊTES QUAND MÊME UNE PERSONNE HOMOSEXUELLE PERSÉCUTÉE PAR VOTRE PROPRE CAMP, COMME ON L’A VU À BARCELONE, NON ?
Je vois que vous voulez m’utiliser comme caution homosexuelle pour prouver de manière plus légitime, vivante, personnelle et homosexuelle, que le « lobby gay » serait une « terrible dictature » qui instaure une censure contre la « liberté d’expression » et contre les siens. Eh bien vous vous trompez d’adresse ! Je ne m’appelle pas Jean-Pier Delaume-Myard ni Homovox. D’une part, je fais partie du lobby gay, et j’en suis fier. Donc s’il vous plaît, respectez-moi et respectez mes amis gays, qui n’ont quasiment rien à voir avec les attaques que vous subissez. Et d’autre part, le « lobby gay » n’est pas une dictature : la véritable dictature, c’est le lobby hétérosexuel – appelé aussi lobby LGBT – qui a transformé la sexualité en hétérosexualité, pour d’une part justifier discrètement l’homosexualité, et d’autre part se venger du mariage et de l’Église Catholique. C’est l’hétérosexualité le vrai despote. Que ce soit en Espagne comme au Parlement Européen et aux États-Unis. D’ailleurs, l’Église ne la défend jamais : Elle ne défend que la sexualité, et que les couples femme-homme qui s’aiment, ainsi que les célibataires consacrés. L’hétérosexualité est le diable déguisé en différence des sexes. Les nombreux catholiques qui confondent par ignorance la différence des sexes avec l’hétérosexualité, font sans le savoir partie du lobby LGBT et justifient les lois pro-gays. Il serait temps qu’ils s’en rendent compte, au lieu de se poser en victimes persécutées.
5) QUI VOUS ATTAQUE, ALORS ?
Je le redis. C’est le lobby hétérosexuel, ainsi que les catholiques gays friendly qui se présentent comme « hétéros » ou qui ne dénoncent pas l’hétérosexualité. À Barcelone, par exemple, c’est le lobby hétérosexuel principalement qui a voulu me censurer, et non le « lobby gay » (4 pauvres figurants déguisés en homos et qui ont accepté de jouer pendant 5 minutes le rôle de vitrine du Système hétérosexuel présidé par la Generalitat). Les personnes homosexuelles espagnoles ou françaises ne sont pas contre moi, et je n’ai pas été victime d’une censure homosexuelle à l’interne. Ce sont seulement les gens d’Église, les personnes qui se présentent comme « hétérosexuelles » (en politique et dans les médias), et les pro-Vie qui m’imposent le silence. La preuve en est : l’année dernière, le journal Actuall a été le premier à censurer ma seule interview espagnole pour la sortie de mon livre La Homosexualidad en Verdad. C’est un scandale. Et pourtant, ils se disent « catholiques » et « pro-Vie » ! Mais ils ne nous accueillent que pour utiliser notre homosexualité comme un fouet, et uniquement lorsque nous ne parlons pas d’homosexualité, que nous tapons sur le « lobby gay », les médias et la politique, et pour se donner une raison de se victimiser et de justifier leur homophobie. Alors arrêtez de nous diaboliser, nous, personnes homosexuelles ! même si c’est pour en défendre une poignée « dissidente » d’entre nous et soi-disant « traîtresse à leur propre camp ».
6) VOUS ÊTES UN PEU DUR AVEC LES CONSTRUCTEURS DE CE BUS, QUI DÉFENDENT LA VIE…
C’est une bonne chose que ce bus ait été renvoyé au garage. Cela va permettre aux pro-Vie de se former intellectuellement, de revoir sérieusement leur manière d’aborder le Gender, et de comprendre que ce n’est pas leur homophobie qui va régler le problème de la confusion mondiale sur la sexualité ou de l’anticléricalisme, que ce n’est pas en se victimisant et en diabolisant un « lobby gay fantôme » qu’ils vont véritablement défendre le Christ et l’Humanité. Au contraire. Quand vont-ils oser parler des vrais sujets – homosexualité, hétérosexualité et homophobie, amour, sexualité – et nous laisser, à nous personnes homosexuelles, vraiment la parole, au lieu de se justifier de ne pas être homophobes ? À force de le dire, on voit bien qu’ils font preuve d’homophobie. Qu’ils commencent à se remettre en cause, à nous écouter. Et après, on en reparle.
CAPÍTULO I – ¿ Por qué la homosexualidad es EL tema más importante del mundo ?
1) Primera en el corazón de la gente
2) Escondida detrás de los grandes dramas
3) Arraigo afectivo general
4) Embajadora mundial de la palabra « amor »
5) Dueña del poder mediático
6) Dueña del poder político
7) Del lado de los poderosos
8) Dueña del poder económico
9) Poder del tabú
10) Universal por la diferencia de sexos
11) Universal por la diferencia Creador-criaturas
12) Barómetro del estado del mundo y de la Iglesia
13) La Llave de los corazones
CAPÍTULO II – ¿ Por qué el hecho de que la homosexualidad sea central será violentamente negado (incluso dentro de la Iglesia Católica) ?
1) Será negado porque es rarísimo
2) Será negado porque es complicado
3) Será negado porque es pasional/idealizado
4) Será negado porque es banalizado
5) Será negado porque ella parece menos grave que muchas otras cosas
6) Será negado porque es sinceramente ignorado
7) Será negado porque es doloroso/violento
8) Será negado porque es molesto
9) Será negado porque es despreciado
10) Será negado porque es arriesgado
11) Será negado porque es espantoso
12) Será negado porque es la hora de la Gran Apostasía
13) Alegrarse de ello en vez de quejarse
A todos los malos católicos cuya maldad y mala fe me han dado la energía de llevar a cabo mi demostración.
INTRODUCCIÓN
« Hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda. » (Mateo 19, 11-12)
La homosexualidad es el tema más importante del mundo. No originalmente ni en el orden de la Gracia ni de la pura Verdad. Dado que es Jesús el tema más importante del mundo ; y es el transhumanismo anticrístico que representa concretamente el peligro que amenaza nuestra humanidad. Sin embargo ello sigue siendo verdad en el orden del disfraz y de la comprensión popular que toma este transhumanismo homicida, verdad en el orden del afecto y de las creencias más difundidas en nuestro mundo actual. La coartada de la homosexualidad, más que la realidad de la homosexualidad, es eso lo que prevalece en nuestro contexto planetario presente.
No es culpa mía. La sacralización mundial de la palabra « amor » – que sólo es una idolatría de la subjetividad individual, del sentimiento y de los instintos humanos – se basa en la creencia en el « amor homo ». Y la homosexualidad practicada pone en tela de juicio tanto a la Humanidad (diferencia de sexos) como a la Iglesia Católica (diferencia Creador-criaturas), es decir a Jesús. Por lo tanto, ésa se hace contextualmente, emocionalmente, espiritualmente y mundialmente crucial.
Hoy en día, la homosexualidad es el pretexto sentimental o la explicación de fenómenos que a priori no tienen nada que ver con ella (ecología, Islam, clonación, eutanasia, crisis migratoria, Tercera Guerra mundial, etc.). Hasta viene antes que el aborto. No objetivamente, pero en términos de influencia y de sentimiento, en términos de miedo a hablar de ella en público. Es una paradoja y un misterio pero es así. Nunca la gente se moverá en masa para protestar contra el aborto : la homosexualidad es la que hará que se levantarán, aunque en la práctica, matar a un niño por aborto es mucho más grave que dos hombres que « se casan » en el ayuntamiento. Por otro lado, aún pueden oír al Papa y a los católicos sostener en público que el aborto es un crimen y un pecado. Sin embargo, nunca los veréis hablar del « matrimonio gay », afirmar abiertamente que están en contra, o declarar que el « amor homosexual » no es amor y es un pecado.
Oigo que la homosexualidad no es ni menos catastrófica ni menos importante que otros problemas mundiales, so pretexto de que « todo está relacionado », de que ella formaría parte de un proceso de decadencia civilizacional global, de que no será oficialmente objeto de un delito de obstaculización tan impresionante como para el aborto por ejemplo (Desde el 1 de diciembre del año 2016 en Francia, está prohibido por la ley informar a las mujeres en los sitios internet de las consecuencias dramáticas del aborto y disuadirlas de guardar su bebé. Se aprobó en seguida en Francia la ley contra la homofobia, y apenas se habló de ella). Sin embargo, es falso. La homosexualidad es EL mal más invisible, más temido y más poderoso de la tierra, debido a su influencia, su banalización y su impregnación afectiva. Y sobre todo porque niega la existencia y prevalencia de la diferencia de sexos, fundamento de la Humanidad, y la existencia y prevalencia de la diferencia Creador-criaturas (la Iglesia), base de nuestra divinidad y de la divinidad de Jesús.
A pesar de todo ello, traten de explicar aquella primacía mundial de la homosexualidad sin parecer un ser odioso, un loco, un peligro, y sin ser desaprobado incluso por la mayoría de los católicos. En el asunto, ustedes dejarán su pellejo. ¡ Pero sin duda, no su alma !
Mi trabajo, muy conciso, y que nació de dos conferencias que di en Friburgo (Suiza) el 14 de diciembre de 2016, pretende poner los puntos sobre las íes en cuanto a la homosexualidad, su espacio pero también la omertà de la que es objeto, en particular en las filas de la Iglesia Católica, aún cuando la Iglesia de Cristo es muy clara sobre el tema y pide que hablemos de éste. Ese libro no es un ajuste de cuentas sino una demostración fáctica innegable que la última Pasión de la Iglesia está muy cerca, y también que lo mejor de nuestra vida está por delante de nosotros ¡ ya que todo está por hacer ! El ámbito de estudio de la sexualidad es casi totalmente ignorado. ¡ Y Francia, una vez humillada y confrontada a su orgullo, pronto se despertará !
Marthe Robin, famosa mística francesa contemporánea (1902-1981), profetizó esto al Padre Finet, el co-fundador de los Hogares de Caridad en 1936 : « Francia va a caer muy bajo, más bajo que los otros países, debido a su orgullo y a los malos jefes que se ha escogido. Ella se comerá la tierra. Luego gritará hacia Dios, y será la Virgen quien vendrá a salvarla. Ella recobrará su misión de Hija mayor de la Iglesia y volverá a enviar a misioneros por el mundo entero. » Y también Marthe le dijo a Felipe, un hombre que hacía un retiro espiritual : « Francia bajará hasta el abismo, hasta el punto en que ya no verá ninguna solución humana para recuperarse. Se encontrará completamente sola, abandonada por todas las demás naciones que se apartarán de ella, después de haberla conducido a su ruina. No permanecerá mucho tiempo en este extremo. Ella se salvará, pero ni por las armas, ni por el genio de los hombres, ya que no quedará ningún medio humano… Francia será salvada porque el Buen Señor intervendrá mediante la Santísima Virgen y el Espíritu Santo : esto será el nuevo Pentecostés, el segundo ‘advenimiento’ del Espíritu Santo. » Marthe, para hablar del despertar y del Pentecostés que Francia va a conocer próximamente, utilizó la imagen de la pelota que cae y que luego rebota casi al mismo momento. Y ella predijo al padre Yannick Bonnet – que tiene ahora los 80 años cumplidos y buena salud – que vería este rebrote durante su vida.
CAPÍTULO I – ¿ Por qué la homosexualidad es EL tema más importante del mundo ?
SU IMPACTO AFECTIVO
1) Primera en el corazón de la gente
François Hollande y su camiseta I’m not gay
La homosexualidad es de suma importancia debido a que ocupa el primer lugar en el corazón de nuestros contemporáneos que ya no creen en el amor. Es la principal coartada sentimental y emocional de todas las leyes transhumanistas que el Gobierno Mundial nos impone hoy en día, incluso las que, a priori, no tienen relación directa con ella. Es el apoyo de la creencia universal en la palabra « amor ».
Francia se percató cuanto más de ello cuando François Hollande fue elegido en 2012 sólo a causa de la homosexualidad. Y por ninguna otra razón. Realmente. Y el « matrimonio gay » es la única ley que el político logró hacer aprobar durante su quinquenio. Aquella ley hasta abrió su quinquenio. Sus ministros (Christiane Taubira, Marisol Touraine, Laurence Rossignol, Najat Vallaud-Belkacem, etc.) sólo deben su puesto y su función a la lucha pro-gays. No hicieron nada más. Lo mismo ocurrió en España (con José Luis Zapatero), en Italia (con Matteo Renzi), en Inglaterra (con David Cameron), etc. Es la homosexualidad que los cargó hasta lo alto, a pesar de que se hubiesen anunciado como « heteros ».
La eutanasia, entre otras cosas, está indirectamente relacionada con la apertura a todos los derechos y a todas las libertades impulsada y resumida por la propaganda del « amor homo ». Por ejemplo, el 12 de diciembre de 2013, en la Cámara de Representantes de Bélgica, veía en directo las imágenes dramáticas de la votación de la aprobación de la eutanasia para los menores : se hallaban en el hemiciclo muchos LGBT (organismo Lésbico, Gay, Bi y Trans).
En todos los programas de televisión donde era invitado para defender su punto de vista en contra de la eutanasia, el activista pro-Vida francés Tugdual Derville se lamentaba que lo enfrentasen sistemáticamente con Jean-Luc Romero, homosexual y pro-eutanasia. La homosexualidad sirve de escudo y de cinta adhesiva para cualquier tema societario que se quiere imponer por vía legal, y sobre todo vía sentimental. Aunque racional y lógicamente, la eutanasia y la homosexualidad no tienen nada que ver entre sí.
Lo mismo pasa con el aborto. Por ejemplo, en Francia, ¿ quién está detrás de la creación de la ley de delito de obstaculización a la interrupción voluntaria del embarazo (votada el 1 de diciembre del 2016) ? La abogada Caroline Mécary, defensora feroz del « matrimonio gay ».
Se puede proseguir indefinidamente así desarrollando los ejemplos de enchufe entre la homosexualidad y las cuestiones sociales aparentemente más alejadas de ella : pienso por ejemplo en la pedofilia. La gente detrás de La Parole libérée (la Palabra liberada), el colectivo de la ciudad de Lyon que intentó condenar por pedofilia al cardenal Barbarin, son todos gays friendly, y algunos incluso homosexuales. Eso lo sé de buena fuente y por vía indirecta. Al otro lado del Atlántico, el equipo « Spotlight », ganador del Oscar de la « Mejor Película » en Hollywood en 2015, es mayoritariamente gay friendly : eso se palpa discretamente en la distribución de la película. Así de sencillo : la punta de lanza secreta del anticlericalismo es la homosexualidad. Miren, por ejemplo, quiénes son los actores de la serie anticrística The Young Pope (con el actor Jude Law) en la cadena Canal + en 2016: Javier Cámara, Cécile de France, etc. : muchos son bisexuales y hasta homosexuales exclusivos.
2) Escondida detrás de los grandes dramas
Atentado de Niza, 14 de julio de 2016
La homosexualidad es primordial porque la encontramos incluso donde es rechazada, donde no la esperábamos, y en los hechos que aparentemente la sobrepasan en gravedad. Ella es el bosque ocultado por el árbol imponente.
Como he señalado en la introducción, uno no debe fiarse en la aparente banalidad de la homosexualidad. Que dos tíos formalicen su « amor » ante el alcalde, es objetivamente menos grave que el asesinato de un niño por un aborto, la guerra en Siria, un yihadista que se estalla en un mercado, la prostitución, la adicción a las drogas, la pedofilia. Y aún así, la homosexualidad hizo desplazar a más gente que las Marchas por la Vida o las manifestaciones a favor de la Paz en el Oriente Medio. Debido a que, mediante la homosexualidad y su promoción social, es la base de la Humanidad y de la persona (incluyendo a los solteros) que se ve afectada. Los abortos y los infanticidios, siempre han existido. Pero el hecho de que, a través de la homosexualidad y la consagración del « amor homo », la diferencia de sexos sea cuestionada y negada mundialmente, eso no tiene precedentes. Antes de la Unión Civil y del « matrimonio igualitario », nunca se había llegado a decir legalmente, sean cuales fuesen las culturas, que la diferencia sexual no existe o sería opcional en el amor y en la procreación.
De hecho, la Unión Civil es la primera ley que convierte todo vínculo humano en comercio, que se basa en la orientación sexual de las personas y ya no en su sexuación, que transforma al ser humano en animal y en ángel ya que lo clasifica según su práctica genital y sus sentimientos amorosos. Se concreta con la Unión Civil la advertencia de Blaise Pascal « Quien quiere hacer el ángel hace la bestia ! » : « El hombre no debe creerse al igual que las bestias ni que los ángeles, ni ignorar el uno y el otro, sino conocer el uno y el otro. » (Fragmento 4/14)
Se ríen de mí porque explico que la Unión Civil es la luz rosa – no la responsable, ni el disparador, sino sólo la medida emblemática – de la Tercera Guerra mundial y de la crisis económica que estamos viviendo. ¿ Cuántas veces me han dicho : « Vamos, no exageres. Ves la homosexualidad en todos lados. Hay cosas más graves : el paro, la crisis migratoria, la ecología, el transhumanismo, los Cristianos de Oriente, el terrorismo, el islamismo… Sigue adelante. Nos estás tocando las narices… » ? Hacer frente a la Unión Civil es considerado como un combate de retaguardia : incluso aquellos que están/estarían en contra no quieren volver a examinarla, y no hablan nunca de ella. El « matrimonio gay », ídem. Ni se atreven a pronunciar el nombre. Sólo quieren discutir las consecuencias de la ley. Mientras que la ley es un todo indivisible, al igual que el matrimonio que es un todo que unifica a la pareja y la filiación. Les contesto : « ¿ En serio ? La homosexualidad no tiene nada que ver con la crisis o el Islam ? Vale. Omar Mateen en Orlando (11 de junio de 2016), que asesinó a 49 personas : ¡ homo ! El conductor del camión loco de Niza (14 de julio de 2016), que mató a 86 personas : ¡ homo ! ¿ Y miren el estado económico de Francia después de la aprobación de la ley de ‘matrimonio gay’ ? ¿ de Colombia ? ¿ de España ? ¿ de Estados Unidos ? ¿ de Italia ? : ¡ Crisis ! ¡ Sólo países que están cayendo en picado ! ¿ Qué más necesitan para ver ? »
3) Arraigo afectivo general
La homosexualidad es la prioridad, ya que tiene un agarre afectivo muy fuerte y ahora mundializado sobre las mentalidades. Se ha convertido en pocas décadas en un verdadero fenómeno de moda. Aparece por todas partes : en las telenovelas, los carteles, las publicidades, las películas, los patios escolares, las expresiones de la jerga cotidiana… Además, se beneficia de la liberalización de las costumbres, de la democratización y la accesibilidad generalizada de la pornografía. Ya desde la década de los 1990, está omnipresente visual y verbalmente. Se habla mucho de ella, aunque de manera anecdótica y nunca detenida. Hay muchísimas fuerzas que nos incitan a pensar que se trata de algo bien : la ley del « matrimonio igualitario », las noticias que señalan los casos de homofobia, la mediatización de las personalidades gays, el desfile del Orgullo, el número de héroes homosexuales o bisexuales en las series, etc. El ejemplo de los carteles franceses de prevención contra el VIH es patente : nos ponen delante de las narices imágenes de parejas homosexuales, sin nuestro consentimiento. Nos las imponen, y es cada vez más valorado al mismo tiempo que banalizado. Por lo tanto, resulta muy difícil resistir, a menos de vivir como un monje. Y aún así… incluso en una abadía, Internet a veces ocupa un sitio demasiado destacado.
Como quien no quiere la cosa, que estemos en contra o a favor de esta propaganda, aquella distorsiona insidiosamente la percepción que tenemos de lo Humano. Ahora la gente sustituye cada vez más la diferencia de sexos con la orientación sexual : se creen que el mundo está dividido entre « los homos » por un lado y « los heteros » por el otro, y ya no entre los hombres y las mujeres. Ellos han incorporado masivamente – incluyendo a los católicos y a los clérigos – la idea errónea según la cual la heterosexualidad sería la diferencia de sexos. Ni siquiera ven el problema en la Unión Civil, ni en la « pareja » homo discreta. Me miran atónitos cuando señalo la heterosexualidad como nuestro enemigo nº 1, cuando en realidad todos tendrían que respaldarme.
Social y mundialmente, siempre me sorprende ver cómo la palabra « homosexual », « heterosexual », « homofobia » y « amor » (dejo de lado « derecho », « gana », « igualdad », « libertad ») han invadido todo el espacio en el idioma, la mentalidad y el corazón de nuestros contemporáneos, todas las culturas, lenguas, naciones y generaciones. Por ejemplo, cuando asistí a algunas veladas de los Veilleurs (las Centinelas), comprobaba que el lenguaje de los transeúntes que se detenían para saber lo que estábamos tramando se limitaba a estas cuatro palabras. ¡ No era más que eso ! Por esta vez, ¡ los Veilleurs quedan como unos gilipollas, con sus discursos natalistas o filosóficos completamente desconectados de la homosexualidad, de la heterosexualidad, de la homofobia y del amor ! ¿ En qué planeta viven ? Ellos saben muy bien, porque se los devuelve constantemente en la cara, que no contestan a las interrogaciones de sus pares, y que al final desprecian/temen al Pueblo.
Nosotros, personas homosexuales, tenemos una influencia tremenda (y desproporcionada) en los que se presentan como « heteros » y como « nuestros amigos ». Porque ellos nos cortejan, nos temen y nos utilizan sin saber exactamente por qué y sin conocer nuestra realidad. No se dan (a menudo) cuenta de que nos instrumentalizan para vengarse del matrimonio y de la Iglesia ; están cegados por su sinceridad, sus buenas intenciones, pero también por su ignorancia burda en cuanto a la homosexualidad. Pienso por ejemplo en Erwann Binet, el ponente oficial de la Ley Taubira (= matrimonio igualitario), que, frente a mí, se veía en calzas prietas : « Leeré su libro », me susurró en el plató de la cadena católica francesa KTO en 2013, porque este hombre no sabe absolutamente nada acerca de la homosexualidad, y en el fondo porque la ley del « matrimonio gay » le importaba un bledo y que la defendió por oportunismo político y para lucir sin gran esfuerzo como justiciero desinteresado. Mediática y políticamente, aquel diputado de la región de Isère salía de la nada. Finalmente, acabó despreciándome, basándose en los falsos rumores sobre mí, y aislando mi testimonio, como si fuera una « excepción de homosexual ». Pero no estaba para nada orgulloso frente a mí. También pienso en Jean-Pierre Michel, vicepresidente del Senado, que en Radio Nuestra Señora en marzo de 2013, frente a la flor y nata de La Manif Pour Tous, pasó por alto a todo el mundo simplemente porque no había personas homosexuales con quienes podía competir. Frente a una persona homosexual, su argumentario – basado en la presunción de homofobia – se hubiera derrumbado como un castillo de naipes. Los oyentes podían adivinar que estaba obsesionado por la presencia en carne y hueso « de los homos » : ¡ una especie de creencia mágica e ingenua « de los heteros » ! Una persona homosexual tiene un poder increíble : tiene la capacidad de noquear a todas las personas que se autoproclaman « heteros gay friendly ». Ejerce un ascendiente real. A causa, como ya he dicho, de la presunción de homofobia, esgrimida como un espectro amenazador si alguna vez nosotros, personas homosexuales, mostramos nuestro descontento y no vemos cumplidos todos nuestros deseos.
El análisis de la homosexualidad tiene autoridad : incluso los portavoces cristianos – por lo general escritores que intentan « colocarse », burócratas de la Iglesia Católica que exhiben la etiqueta de buenos padres de familia católica o de curas perfectos – caminan sobre una raya conmigo. Con la homosexualidad, ¡ todo el mundo va un cómodo paso por delante de los demás ! En cuanto a nuestros detractores, nos rehuyen como a la peste. La homosexualidad bien explicada convierte a todo testigo homo en un terror. Todavía recuerdo las reacciones de las personas homosexuales o gays friendly que acuden a mis charlas : o bien llegan como enemigas y se van como amigas… o bien aparecen para asaltarme con violencia y se largan con la cola entre las piernas. Sólo les sobra la presunción de defensa de la heterosexualidad para acusarme sin razón antes de dar un portazo (y aún así… : se enteran de que creé un blog llamado CUCH : Católicos Unidos Contra la Heterosexualidad). Sólo les queda la palabra « heterosexualidad » por soltar, como última defensa. Casi nunca me contradicen durante mis conferencias o a propósito de mis escritos. Es potente, la homosexualidad. La homosexualidad tiñe fuertemente y de manera maniquea la esfera política planetaria. Muchos alcaldes y ministros en el mundo son abiertamente homosexuales o al menos gays friendly (Barack Obama, Justin Trudeau, François Fillon, etc.). Para ser alcalde de París, por ejemplo, uno no debe ser antigay. El Ayuntamiento de París, es Rainbowland.
La homosexualidad es primordial porque tiene todos los aspectos del amor sin serlo, y que nuestro mundo se virtualiza, se romantiza y se emocionaliza a paso de maníaco. En poco tiempo ella se ha convertido en EL Comodín para que ya no se pueda atacar la palabra « amor » a nivel mundial : debido a su cercanía con la amistad, la homosexualidad es la Embajadora del no-querer que todo el mundo confunde con el amor (lo que no podrá nunca ocurrir hasta ese punto para la eutanasia, la prostitución, el aborto, la pedofilia, los crímenes de pasión). Y entonces sirve como primera coartada para justificar todo lo que se llama « amor ».
El amor, es la acogida de la diferencia de sexos, fundamento de toda humanidad. Cada vez que rechazamos la diferencia – y a fortiori la diferencia de sexos y la diferencia Creador-criaturas que son la base de nuestro bienestar y del amor -, no amamos. Creemos que amamos, pero no amamos. Y la práctica homosexual es un rechazo de estas dos diferencias, por lo que no es amor. Digámoslo de una vez por todas.
Puesto que nuestros contemporáneos han perdido el sentido del cuerpo y de lo sagrado, en parte a causa de Internet que es la imagen de la Bestia, están hechizados por la homosexualidad que tienen la impresión de ver en la vida real (mediante la pornografía, pero también en carne y hueso a través de seres humanos que se hacen llamar « homos » y que plantean actos homosexuales), pero eso es una ilusión de realidad y de amor. Se enfrentan con una realidad fantaseada que los atrae tanto como les frustra y los ataca.
El relativismo ambiental impide decir que el amor tiene leyes y que todo no es amor. « ¿ Quién puede juzgar el amor, la sinceridad, el consentimiento libre, las emociones, el feeling ? » nos machacan sin parar. En un mundo que lo ve todo en negro, el sentimiento amoroso aparece como la única cuerda de salvamento. Y la homosexualidad es su principal embajadora. Se relega la diferencia de sexos a una « opción de amor » y se le quita su título real. La Iglesia y Jesús, ídem. Es en este sentido que debemos entender que la homosexualidad se ha convertido en la nueva Reina oculta : se la alinea oficialmente a la diferencia de sexos (rebautizada « heterosexualidad »), y se la corona oficiosamente como Regente de una nueva Humanidad, de un nuevo Amor y de una nueva Iglesia.
Para entender esta usurpación y falsificación tácita de identidad, para entender la corriente actual de coronación mundial de la homosexualidad, hay que aprehender el fenómeno en términos de influencia y de intención, de carga sentimental, de mundos virtuales y de audiencia. No en términos de contenido de leyes o de hechos. Por ejemplo, la Unión Civil, el « matrimonio igualitario », la GPA (maternidad subrogada), SON la homosexualidad. Son intentos de justificar el « amor homosexual » como « amor universal no específicamente homosexual ». Aquellas leyes nunca fueron pedidas por su contenido, contenido que por otra parte nos importa un pepino, y cuyas consecuencias reales negamos. Lo importante es que « se aprueben ». ¡ Siempre es un adicional de derecho, de libertad, de igualdad y de justicia ! Para ilustrar eso, siempre tengo en mente el pequeño sondeo informal que planteé a mi antiguo grupo de amigos homosexuales de Angers (ciudad del noroeste de Francia), todos favorables por principio al PaCS (Unión Civil en Francia) pero sin conocer el significado de las siglas : ¡ Pacto Civil de Solidaridad ! Por lo tanto, los portavoces de La Manif Para Todos y demás juristas pierden el tiempo tratando de regatear o de convencer sobre el contenido de las leyes tácitamente impregnadas de defensa de la homosexualidad. Nosotros, personas homosexuales, ni siquiera las miramos. ¡ La gente sólo quiere oír de « amor » et de homosexualidad ! No de las consecuencias de sus actos.
Es el arraigo afectivo de la homosexualidad en las mentalidades que se ha de reconocer. Especialmente en relación con la Iglesia Católica, la homosexualidad siempre surge. Bien lo saben los católicos que evangelizan en las calles o en las playas. Dentro de las escuelas secundarias incluso privadas, muchísimas preguntas de los chavales durante las formaciones « afectividad » giran alrededor de la homosexualidad. Los instructores o bien se salen con la suya aludiendo al tema (pero de manera muy incompleta, ya que no desarrollan en absoluto el mensaje de la Iglesia : « No es una elección y no juzgamos a las personas »), o hasta aprueban francamente el fenómeno.
5) Dueña del poder mediático
La homosexualidad es primordial, ya que ahora tiene un poder mediático invicto. Hoy en día, en cuanto a los soportes y a los relevos concretos de esta creencia universal en el « amor homosexual convertido luego en amor y punto », es innegable que la homosexualidad se beneficia de una batería de difusión promocional formidable : Internet, visibilidad de las asociaciones (aunque éstas cuenten con muy pocos miembros), legislación nacional, películas, chistes y simulaciones : el paquete completo. Y además, pelis bien diseñadas y verosímiles, que impulsan a los adolescentes tanto como a sus padres a que se identifiquen a los héroes : ¡ ya estamos lejos de la Jaula de las Locas ! « Brokeback Mountain » (título español : « En terreno vedado » ; título latinoamericano : « Secreto en la montaña »), por ejemplo, es un éxito taquillero de dimension mundial. « Pride », « Tomboy », todas estas películas son a veces objetos de viajes escolares en Francia. Ahora, hasta los rotundos bodrios se llevan todos los premios de los principales festivales de cine (por ejemplo, « La Vida de Adele » consigue la Palma de Oro en Cannes ; « Spotlight » recibe el Oscar de la mejor película en Hollywood ; la película lesbiana « Carol » de Todd Haynes fue nominada en una gran cantidad de concursos). En América Latina, muchas películas homos se convierten en éxitos nacionales : « Hoy yo quiero volver solito » de Daniel Ribeiro, « Contracorriente » de Javier Fuentes-León, « Plan B » de Marco Berger, etc.
Cuando somos homosexuales, tenemos todas las oportunidades de llegar al podio de los concursos de telerrealidad : Loft Story es decir Gran Hermano (Steevy Boulay, Thomas Saillofest), Star Academy es decir Operación Triunfo (Cyril Cinélu, Anne-Laure Sibon, Michal Kwiatkowski, etc.), The Voice es decir La Voz (Nic Hawk, Olympe, Loïs Silvin, Sam Buttery, Mika, Ricky Martin, etc.), Secret Story (François-Xavier Leuridan, Julien en la temporada 10), Mariés au premier regard es decir Casados a primera vista (en España, en Nueva Zelandia, en los Estados-Unidos), Danse avec les stars es decir ¡ Mira quién Bailar ! (Emmanuel Moire, a lo mejor Loïc Nottet), Eurovisión (Dana International ; o también Conchita Wurst). Los presentadores de televisión y líderes de cadenas son gays o gays friendly : Marc-Olivier Fogiel, Laurent Ruquier, Olivier Minne, Laurent Petit-Guillaume, Christophe Beaugrand, Frédéric Lopez, etc.
Haré una breve digresión a propósito de Conchita Wurst, el cantante travestí austríaco barbudo. Algunos amigos míos lo vieron cuando fue recibido con gran pompa en el Parlamento Europeo de Bruselas el 8 de octubre de 2014 : me contaron que aquello era una parodia seria de un soap opera emocional que invadía en la política. Se quedaron pasmados por el entusiasmo y la ceguera general.
La homosexualidad tiene un fuerte impacto mediático. Por ejemplo, las pocas veces que salí en la tele, fueron incrementos excepcionales de audiencia : Dieu merci ! en mayo de 2011 obtuvo la máxima puntuación de toda su historia. Lo mismo para mi visita en RFI en 2016. Mi aparición en el programa Complementos de Investigación en la cadena France 2 también consiguió una gran puntuación ; y últimamente, en la cadena M6, el documental sobre los vientres de alquiler (GPA) ha sido seguido masivamente (¡ me di cuenta del montón de mirones que ven Zone interdite !). La homosexualidad ejerce una fascinación social porque detrás, hay un sufrimiento fenomenal pero invisible, disfrazado de felicidad, de amor, de especie humana aparte. Es este desajuste que crea su poder (insano) de atracción.
Mis testimonios sobre la homosexualidad me dan una idea de la fuerza de impacto (positiva como negativa : depende de cómo se desarrolle el sujeto y al servicio de quién) de esta última. Por ejemplo, mi conferencia en la Universidad de verano de la Alianza VITA en 2012 fue sonada (Incluso tuvimos que prolongarla hasta medianoche en una sala contigua). La homosexualidad, una vez tratada de manera adecuada, una vez que se ha mostrado su influencia universal, interesa y apasiona realmente a todo el mundo. ¡ Es otro planeta, un nuevo idioma, nuevas gafas 3D para ver el mundo ! También he tenido ocasiones para hablar delante de anfiteatros o de grandes grupos de jóvenes católicos. La mayoría en un principio se sentía incómoda con el tema. Pues mis intervenciones suelen acabarse por verdaderas ovaciones (en Paray, Saint Bonnet, etc.), de las que casi te dejan molesto por los otros testigos que te acompañan. Y no sólo porque sería exótico, sino porque por fin alguien habla realmente del significado de la sexualidad y pone en palabras lo que nadie se atreve a nombrar. Los jóvenes entienden intuitivamente el riesgo que corro. Son muy sensibles a ello. Y por lo general, están hartos de los informes « afectividad », « sexualidad », « prevención », que no verbalizan el mal. El cuestionamiento va mucho más allá del « ¿ Por qué no tener relaciones prematrimoniales ? » y del « ¿ Por qué no es bueno tomar la píldora ? ». Tiene que ver con la identidad, con su relación íntima respecto a su propio cuerpo, con la masturbación, con la pornografía, con la homosexualidad, con sus sentimientos, con su percepción del amor, con su resentimiento contra los grupos, etc. Recuerdo, para la « Velada Sexo » en Paray-le-Monial en el verano del 2013, ante 1500 jóvenes, como había sido el más aplaudido de todos los oradores, ya que era homosexual y tan sólo porque había hablado abiertamente de pornografía. Sin embargo, no era casi nada. Como máximo, yo me había arreglado para soltar tres frasecitas miserables durante la charla : « Soy homo ; la pornografía nos hiere a todos ; ensucia en nosotros la imagen de la diferencia de sexos. » Pero eso había sido suficiente para desencadenar una ronda de aplausos. Ni que decir tiene, ¡ esto refleja el lamentable estado de frustración, los no-dicho, el discurso rebuscado y el retraso en la sexualidad, que predominan en la Iglesia actual !
En los círculos católicos burgueses del momento, hay discursos sobre la sexualidad desastrosos que chorrean positividad (por ejemplo, los de Inés de Franclieu) para atenuar la supuesta « violencia » de la « sexualidad » por palabras « verdaderas » pero eufemistas (belleza, felicidad, bondad, bebé, fecundidad, transmisión, fragilidad…) que no nombran el mal. Además, aquellas amas de casa pudorosas – terapeutas-sexólogas improvisadas – son las primeras en correr un tupido velo púdico sobre toda explicación un poco más explícita de la sexualidad (a fortiori de la homosexualidad), haciendo correr por envidia el falso rumor de que esta verbalización sería necesariamente « inoportuna », « demasiado cruda » y « choquante » para el público. Excepción con los excelentes libros de educación sexual escritos por Inés Pélissié de Rausas, por ejemplo.
Mediática y popularmente, la homosexualidad toma todo el espacio. A todos los antiguos adversarios del « matrimonio gay » (Jean-Frédéric Poisson, Nicolas Sarkozy, Christine Boutin, etc.), es prácticamente la primera cosa que se les tira a la cara en los estudios de tele (aún cuando juran sobre un montón de Biblias que están « a favor », al igual de Frigide Barjot por ejemplo). ¡ Llevas la etiqueta del homófobo, y te la chupas ad vitam aeternam ! Los periodistas los fastidian sólo con eso. No con lo demás. El aborto, el Islam, el balance económico, el antisemitismo, son las menores de sus preocupaciones. Hace poco, escuchaba a Madeleine de Jessey, responsable del partido Sentido Común (pro-Vida), el 30 de de noviembre de 2016 en la radio francesa Europe 1 : con cortesía, pero aún así, los presentadores del programa la enfrentaban con la subjetividad de su fe católica y con su oposición al « matrimonio homosexual ». El « matrimonio gay » es actualmente la expresión favorita de los medios de comunicación para desacreditar a alguien o al contrario para valorizarlo.
A Frigide Barjot se le pueden reprochar una gran cantidad de cosas, pero no el hecho de que tiene buen olfato – aunque se trate de una intuición sin inteligencia – para todo lo que es política y mediáticamente central. Y aunque ella nunca analiza la homosexualidad, jamás se ha separado del lema « homo-gay friendly », adivinando que éste era un cetro y una palabra mágica, un pase muy potente. Ella siempre ha fingido una amistad con nosotros, personas homosexuales, porque sabía que seríamos sus mejores valedores para permitirle una mediatización.
6) Dueña del poder político
Poutine y Sarkozy en 2007
La homosexualidad es la prioridad debido a que ocupa un papel político de primer plano en la escena internacional. Corresponde a un proyecto de campaña, a un programa político perfectamente reconocible (o no), a una Carta pre-definida (a favor de la tolerancia, de las libertades, del respeto universal, del amor, del progreso, de las diversidades, del mestizaje, de la igualdad entre hombres y mujeres, de la lucha contra las desigualdades y las discriminaciones), a un partido no oficial pero muy real y presente, a un electorado específico, a una línea expansionista precisa (Por ejemplo, el 19 de de diciembre de 2016, Christine St-Pierre, el Ministro de Relaciones Internacionales de Quebec, dijo que quería « incorporar la defensa de las minorías sexuales en su política exterior »).
En cuanto a Colombia, por ejemplo, la población nacional rechazó dos veces por referéndum (el 2 de octubre de 2016 y el 22 de noviembre) los acuerdos de paz entre las FARC y el Gobierno colombiano, en gran parte porque estos tratados tienen la intención de introducir la ideología del Género en el país y demuestran que el movimiento guerrillero se politiza y se corrompe con el espíritu del mundo. Incluso Francisco se vio obligado a intervenir el 16 de diciembre de 2016, para aliviar las tensiones entre José Manuel Santos Calderón (el presidente actual, partidario del « sí » a favor de los acuerdos) y Álvaro Uribe Velez (el presidente saliente, partidario del « no »). Entre la primera versión de los acuerdos y la segunda, el texto casi ya no hace mención de los « derechos de los homosexuales y de las personas LGBT ». ¿ Qué pinta la homosexualidad en unos acuerdos políticos de esta magnitud y en una consulta popular, me dirán ustedes ? Nada en teoría, pero al final ¡ todo en los hechos !
A nivel de las urnas, la homosexualidad es el criterio más fuerte de demonización de una persona. Por sí sola, constituye un Tribunal mundial. Dado que se la define como un derecho humano (e incluso como la nueva diferencia de sexos), ser homófobo, o simplemente no ser abierto ni gay friendly, es considerado como el súmmum del horror, ¡ se trata de un crimen contra la Humanidad ! Ni más ni menos. Y la lucha contra la homofobia se ha convertido, junto con la lucha contra el racismo y a favor de la igualdad hombre-mujer, en una prioridad nacional e internacional, en un trofeo de humanismo, o en una directiva europea, un deber de memoria como la Shoah. La homosexualidad es sagrada. Ni siquiera es la guinda del pastel : ¡ es EL pastel ! Uno de los ejemplos más destacados de esta demonización (de la política) por la homosexualidad es Donald Trump (… pero hubiera podido referirme fácilmente también a Vladimir Putin, o a cualquier jefe de Estado que Estados Unidos y sus milicias del amor obligatorio quieren satanizar). Actualmente, se tacha a Trump de « racista », « misógino » y sobre todo « homófobo ». Esta es la primera crítica que sale por ejemplo de la boca del humorista Sebastien Giray sobre él (Me refiero al video « ¿ Hay que dejar de escupir a Trump ? », disponible en Youtube. Parece que entre todos los males, entre todos los rumores o todas las excusas para estigmatizar a alguien, ella es la primera chispa que arma el incendio. Es lo que representa la excelente sketch del Palmashow titulado « Los Internets » (He aquí el enlace) : la presunción de homosexualidad lleva a los dos comediantes en una rocambolesca sucesión de juicios de intenciones (sexismo, racismo, tejonfobia…). Desde la perspectiva del Maligno y del mundo, todo se remonta a la homosexualidad. A escala mundial, la homofobia consigue estar a la cabeza del antifascismo moralizador ; ¡ y la homosexualidad la segunda con su propaganda del amor sin ley, sin norma, sin sexo, libre !
La enemistad del mundo occidental contra Vladimir Putin – aunque parezca mentira – se apoya principalmente en la homosexualidad : La enemistad del mundo occidental contra Vladimir Putin – aunque parezca mentira – se apoya principalmente en la homosexualidad : por cierto, hace varios años que silban masivamente a Rusia en la Eurovisión (y esto, a pesar del dispositivo anti-silbidos establecido durante varios años para evitar la protesta). Nuestros contemporáneos no han catalogado a Putin « malo » o « dictador » sobre la base de cuestiones geopolíticas : la Guerra Fría, Crimea, Ucrania. Para nada. Según ellos, es malo sobretodo porque él no es gay friendly. Siria, llegó mucho más tarde en el proceso de demonización del personaje.
Cuando trato de explicar la primacía mundial de la homosexualidad entre todas las otras cuestiones sociales, hay un hombre y una mujer políticos que me creen fácilmente sin que tenga que argumentar. En primer lugar, Xavier Lemoine, alcalde de Montfermeil (suburbio de París), que sin embargo tiene otras cosas con las que lidiar que la homosexualidad, ya que no es homosexual y que gravita hacia un montón de terrenos diferentes y a primera vista alejados de la cuestión homosexual : el Islam, la precariedad, la educación, la fundación Esperanza Suburbios, el desempleo, etc. Y a pesar de ello, él se ha percatado de que la homosexualidad era la creencia más temible y más poderosa del mundo actual. Cenamos a solas juntos el 29 de noviembre de 2016. Me da toda la razón. En un estilo diferente, Christine Boutin también ha medido la soberanía de la homosexualidad, ya que es este solo tema que lanzó su carrera política y mediática. Y también es el único tema sobre el que la interrogan en los medios de comunicación y por el cual la quieren destruir. Entonces, ella también se ha dado totalmente cuenta de que no es un problemilla, ni una moda pasajera, y que no exagero nada cuando coloco la homosexualidad en la pila de los expedientes mundiales prioritarios, que no me doy una indebida importancia al insistir en ello.
La influencia política subterránea de la homosexualidad es real. Si usted es una asociación homo, se le abren las puertas : Hollande descuelga inmediatamente el teléfono cuando le llama, y obtiene una cita con él en el Elíseo directamente. Y tan pronto como los lobbies homosexuales no están satisfechos con las medidas adoptadas por el Gobierno o de la supuesta « lentitud » de sus reclamaciones, vienen a arrancarle las orejas al pobre François y amenazan con retirarle su apoyo electoral o arruinarle su reputación. Así sucede. En serio. En el Parlamento Europeo (Bélgica), es un grupito de 200 LGBT (llamado ILGA Europa, disfrazado de grupo de « lucha contra las discriminaciones » y « por las diversidades ») que lo controla casi todo desde los años 1990.
La hegemonía política de la homosexualidad no sólo es subterránea. Lo peor es que actúa a cara descubierta. Basta con mirar quiénes son los tres candidatos más presidenciables en Francia para las elecciones de 2017 : 1) François Fillon, homo escondido, que debe su lugar de primero para la primaria de la derecha y del centro porque encarnó la oposición moderada al « matrimonio gay » ; 2) Emmanuel Macron, también homo escondido ; 3) el Front National, con gran cantidad de líderes tanto homófobos como homosexuales (Florian Philippot en primera línea).
El caso de Nicolas Sarkozy también es muy revelador. ¿ Qué lo humilló mundialmente y lo descartó del escenario político internacional en cuanto llegó al poder ? Su pretensión a querer imponer a Rusia su « pensamiento correcto » gay friendly en 2007 y la golpiza que recibió de Putin al presentarle los « derechos de los homosexuales » como « Derechos Humanos » (Este extracto del excelente documental « El Misterio Putin », difundido por la cadena francesa France 2 el 15 de diciembre de 2016, lo demuestra). ¿ Qué destruyó en 2017 su carrera política y la posibilidad de un segundo mandato como presidente ? Su proyecto desastroso de creación de un « matrimonio heterosexual » (para salvaguardar y sortear el « matrimonio homosexual ») el 15 de noviembre de 2014. La moraleja de este triste cuento no es « Putin me remató » o « Sens Commun me remató », sino « Los homos me remataron » !
7) Del lado de los poderosos
La homosexualidad es primordial porque los poderosos de este mundo son friendly (o son anti-gays sin saber por qué). Aunque todos no se den a conocer, y aunque finjan ignorar el « proceso » que defienden, los maestros de la economía y de la política mundial son casi todos pro-gays, e incluso bisexuales/homosexuales. Estudié los vínculos impresionantes (¡ que los masones de la parte inferior ni sospechan !) entre Masonería y homosexualidad, y visité el 20 de noviembre de 2016 el 14o Salón de la Francmasonería de París : durante los debates de mesa redonda, la mayoría de los oradores le patearon el culo a La Manif Para Todos y defendieron la « libertad homosexual », aunque oficialmente, la homosexualidad no forme parte en absoluto de la línea maestra de las obediencias y de las logias masónicas. Esto no impide que en el terreno de las personas y de las ideas, ella ha ganado. Lo entendí cuando topé con muchos conocidos homosexuales en las filas de la Masonería : Laurent Kupferman, Vincent Petitet, José Macé-Scaron, Emmanuel Pierrat, Dominique de Souza-Pinto, etc.
Por otra parte, nos encontramos al mando del poder con un par de Herodías gays friendly, algunas lesbianas, todas ferozmente anticlericales, que dictan la ley en los medios de comunicación, en la política, en la justicia, con el pretexto de la lucha contra las discriminaciones y del feminismo : Marisol Touraine, Laurence Rossignol, Christiane Taubira, Caroline Mécary, Roselyne Bachelot, Caroline Fourest, Chantal Jouanno, Najat Vallaud-Belkacem, Audrey Pulvar, Sofia Aram, Nathalie Kosciusko-Morizet, Caroline de Haas, Clémentine Autain, etc. Contra todos los pronósticos, tienen un poder decisional fenomenal y desproporcionado. Una ambición despiadada y un hambre de fama y de dinero las guían. Los hombres metidos en los caprichos libertinos y « humanitarios » de su(s) mujer(es) pasan cada vez más desapercibidos, aún cuando conservan su poder decisorio de Pilato : ¿ A Nicolas Gougain, Erwann Binet, Jean-Pierre Michel, Claude Bartolone, quién los conoce ? No son ellos quienes llevan los pantalones.
8) Dueña del poder económico
Carteles de prevención contra el Sida, visibles en toda Francia y cerca de las escuelas, durante el mes de noviembre de 2016 (traducción de los lemas : « Con un amante, con un compañero, con un desconocido » ; « Un flechazo, un ensayo, un polvo »)
La homosexualidad es primordial, ya que tiene una potencia económica insospechada. Al contrario de lo que piensan nuestros contemporáneos que han reducido la economía a una burbuja suspendida que viviría en autogestión, la economía obedece a las ideas, a lo espiritual y a lo sexual. Y puesto que es la homosexualidad que hoy lleva las riendas de la emoción mundial, es lógico que esto se traduzca en subvenciones y grandes sumas de dinero para la promoción de la homosexualidad, subvenciones disfrazadas de prevención del Sida, de Género (Gender), de campaña de educación sobre las diferencias y de sensibilización contra las discriminaciones, de ayudas al desarrollo de los países pobres, de erradicación de las « dictaduras », de financiamientos asociativos, de políticas de empresas, etc. Consideren, por ejemplo, las presiones económicas y sobretodo ideológicas que el ex-presidente de los Estados Unidos Barack Obama ejerció sobre Nigeria para que ese país africano promoviera los derechos LGBT. Piensen en el chantaje emocional y material que François Hollande impuso a Costa de Marfil en 2014. Piensen en el dinero inyectado por el Estado francés y la ciudad de París para la realización de diversos espectáculos, eventos, exposiciones (la Expo Olivier Ciappa), programas de televisión, sellos, proyectos de establecimientos escolares, para el apoyo de asociaciones amañadas como el Refugio (¡ que recibió la Aprobación del Estado y del Ministerio de Educación para intervenir a su antojo en todas las universidades y escuelas secundarias en Francia !). Los Pro-Vida paranoicos se agarran a Pierre Bergé, el Presidente de la Fundación Yves Saint Laurent, o a George Soros, pero ellos son los únicos patrocinadores identificados entre tantos otros escondidos. Desde el punto de vista europeo, los fondos de financiación de la comunidad homosexual provienen de los Países Bajos, donde hay multimillonarios que deciden darle el máximo a la promoción mundial de la homosexualidad. En los países del Norte de Europa, grupos tales como Gay-Straight Alliance también proporcionan la cobertura mediática y financiera de la propaganda LGBT. Y al nivel mundial, el Estado de Israel reúne a las comunidades gays y lesbianas más poderosas del planeta.
9) Poder del tabú
La homosexualidad es crucial, ya que es el tema popular menos conocido : entonces, sintetiza todo el poder excitante y agresivo del secreto y del tabú. Ella suscita una fascinación colectiva, un gran interés, y como paradójicamente sufre una profunda deficiencia de comprensión, de ejemplos, de pruebas, de testigos creíbles capaces de analizarla, disfruta de un poder de atracción velado, mezclado con aprensión : el poder del secreto. Recuerdo, por ejemplo, haber tropezado con Madeleine de Jessey en el bulevar Saint Germain en París, la cual me dijo que su partido Sentido Común se había enfrentado con la realidad de la transexualidad, y que para responder correctamente a sus críticos, hubieran necesitado mis consejos (¡ y sin embargo, nunca me han solicitado !). Otro ejemplo : me invitaron una vez a la Universidad de Verano de La Manif Para Todos en el Parque Floral de Vincennes en 2013, al título de orador ordinario. Puesto que LMPT no asumió la centralidad de los temas de la homosexualidad y de la homofobia, mi intervención tuvo más que un lleno pero aún así se perdió en la miríada de numerosos talleres de los conferenciantes pro-Vida (Ludovine de la Rochère, el presidente del colectivo, me confesó, una vez que se enteró del éxito de esta mesa redonda sobre la homofobia, su arrepentimiento por no haber podido presenciarla) ; y los pocos jóvenes militantes que quedaban movilizados en LMPT me declararon, alarmados por la desorientación completa del movimiento, que entre todo el parloteo que habían oído durante el fin de semana, la única conferencia útil y que iba al grano de nuestro combate era la mía. Último ejemplo : siento esta ansia inconfesable por mi testimonio sobre la homosexualidad cuando me incitan a « formar a instructores » en la afectividad. Ellos me dicen que tienen que afrontar sistemáticamente el tema frente a los jóvenes, reconocen sus límites para contestar a los alumnos, y sus numerosas necesidades en la materia. ¡ Hasta Valérie Ternynck (de la asociación Háblame de amor) a quien no tengo casi nada para enseñarle, a priori ! Es « un poco » el único tema en el que no saben qué decir.
SU UNIVERSALIDAD, A LA IMAGEN DE LA UNIVERSALIDAD DE LA DIFERENCIA DE SEXOS Y DE LA DIFERENCIA CREADOR-CRIATURAS
10) Universal por la diferencia de sexos
La homosexualidad es primordial porque la diferencia de sexos es universal y fundadora de toda identidad y de todo amor humano. Por lo tanto, su rechazo mediante la práctica homosexual es igualmente universal, fundamental y grave. A escala mundial, el « matrimonio gay » ha despertado una especie de instinto de supervivencia. Aunque pocos lo admiten, es realmente la homosexualidad la que creó en Francia las Manifs Para Todos, por ejemplo. Mundialmente, Francia fue una excepción, comparado con los otros países, en cuanto a la afluencia de manifestantes opuestos al « matrimonio gay ». ¿ Por qué ? Debido a que habíamos empezado a hablar de homosexualidad un año antes de la aprobación de la ley. Parece megalomanía decirlo así, y además, no puedo demostrarlo, pero sin embargo es verdad : muchos franceses, desde que vieron que no tenían miedo a hablar de la homosexualidad, y que ir a protestar contra el « matrimonio igualitario » no era homófobo y no equivalía a oponerse a las personas homosexuales, se movieron masivamente en la calle. Es la homosexualidad y el hecho de que se la trate en verdad lo que permitió este despertar en Francia, despertar que ni se vio en España, en Italia o en otros países. Los anti-matrimonio gay franceses nunca admitirán el lugar capital de la homosexualidad en su movilización. En primer lugar nos hicieron creer que fue Frigide Barjot quien los había federado. A continuación, al descubrir el pastel, se cerraron sobre el Género (Gender), la maternidad subrogada (GPA) y la palabra « abrogación ». Ahora nos juran erre que erre que es el niño quien unió a todos : « ¡ Es debido a que estas leyes afectan a la familia, al matrimonio, a la base de la sociedad, por lo que nos hemos comprometido masivamente ! ». Mentira. Nadie se alzó contra el divorcio, muy pocos contra el aborto ni para las Marchas por la Vida. Es sin duda la homosexualidad (y, básicamente, Jesús) que, de manera inconsciente, levantó a todo el país. Los organizadores lo negaron rápidamente, por superados y encantados de sentir un impulso nacional casi irracional. Hablaron metafórica y demagógicamente de un « Despertar de las Conciencias » (expresión que no significa nada), de un « movimiento de Resistencia » inextinguible. En realidad, sólo cayeron en la cuenta de que un movimiento se alzaba, sin comprenderlo, y luego se olvidaron de la homosexualidad, como si fuera un sujeto anexo, para procurar colocarse políticamente, culturalmente, mediáticamente, sin percatarse de que aquella era la piedra angular.
11) Universal por la diferencia Creador-criaturas
La homosexualidad es de suma importancia, ya que tiene un poder espiritual/simbólico sobrenatural. Hoy en día, el « matrimonio gay » se impone en numerosos países, incluso en los que obstaculizan las leyes pro-gays, incluso en aquellos donde no es para nada la cultura o la fe : Perú, México, Sudáfrica, Colombia, Argentina, Taiwán ahora. En realidad, las fronteras defensivas de estos últimos siguen siendo porosas, en particular a través de Internet. No importa la realidad religiosa y espiritual de los países donde se asienta la creencia en el « amor homosexual ». Los Pueblos se encuentran completamente indefensos frente al rodillo de la homosexualidad. Su color espiritual o tradicional poco cuenta. Una Iglesia local fuerte o no, da igual. España es un caso de escuela para tomar conciencia de aquella paradoja. Y lo mismo con Italia. Cuanto más una nación es católica, más el « matrimonio gay » le llega a veces más rápido y con fórceps que en otros países.
En la homosexualidad, hay en realidad algo que va fundamentalmente en contra del plan de Dios, ya que la diferencia de sexos, es la Humanidad, es Jesús y es la Iglesia. La homosexualidad resume todos los sufrimientos, todas las violencias y todas las mentiras sobre el amor, la sexualidad, y eso a nivel mundial. Lo compruebo cuando, después de mis conferencias o mediante los correos, mis lectores u oyentes me cuentan cuánto mis reflexiones sobre la homosexualidad hicieron eco de muchos campos dolorosos o violentos en su vida (anorexia, adulterio, viudez, educación, crisis espiritual, sacerdocio, xenofobia, etc.), campos que a priori no tienen nada que ver con ella.
De hecho, los que odian a la Iglesia y al matrimonio son todos gays friendly. Y la homosexualidad es la madriguera del diablo para la diferencia de sexos (respecto a la diferencia Creador-criaturas, la madriguera del diablo, es el Islam, el protestantismo y también un determinado catolicismo). Suelo decir que la homosexualidad es la cortina rosa detrás de la que los seres humanos que siguen al diablo esconden todas sus porquerías, los sufrimientos y las violencias mundiales. Es realmente el único mal que nadie sospecha ya que se lo llama « naturaleza », « identidad », « amor » o « irrealidad/irracionalidad ». ¿ Quién va a sospecharla y a atreverse a mirar lo que hay detrás de la cortina ? Nadie. La homosexualidad es un tabú aún más poderoso que el Islam, dado que este último, con el terrorismo, ahora siembra a nivel mundial semillas de duda sobre su propia validez. No la homosexualidad. Aquella se ha democratizado, exculpado de forma masiva. Sigue siendo la fuerte señal rosa de que todas las prohibiciones morales ya han caído y se han banalizado, de que el mundo se derrumba. No sólo es una fuerte contracción. Es literalmente el parto. Incluso sacerdotes hablan de la pedofilia o de los divorciados vueltos a casar. El aborto, los vientres de alquiler, la pena de muerte, las guerras, casi todo el mundo está en contra. La homosexualidad es el único mal que no se denuncia como tal, que ha perdido incluso su calificación de « pecado » en la Iglesia. ¡ Esto es mucho decir !
Con la homosexualidad aparece verdaderamente la fisura del sistema mundial y eclesial. Ya no se reconoce al Ser humano (la diferencia de sexos), ya no se reconoce a Dios (el Creador de la diferencia de sexos). Es el mundo que se parte por la mitad. Hay dos fuerzas que claramente se enfrentan : conservadores y progresistas, creyentes y ateos… e incluso entre los creyentes, los que obedecen y los que no obedecen, los que creen en la Encarnación de Jesús y los que no creen en Ella y que siguen al ángel de luz, al « amor energético ». Y más fundamentalmente, hay la fe contra el miedo. El miedo es el principal enemigo de la fe. Por otra parte, la homosexualidad es, por definición, el miedo a la diferencia sexual. Vemos, a través de la promoción universal de la homosexualidad, una aceleración y una amplificación del mal, una histeria colectiva, una glotonería insaciable de derechos y de libertades virtuales, una orgía imparable (Internet, ahora, nadie puede frenarlo o erradicarlo, excepto Jesús) que anuncia que pronto es el final de los tiempos. La homosexualidad constituye la blasfemia suprema : a través de ella, es el Hombre que se rebela contra Dios, que lucha contra la Naturaleza, que desafía la voluntad de Dios, que ya no acoge la soberanía de la diferencia de sexos es decir de su humanidad. La homosexualidad marca un final de civilización y un final de Iglesia. Entonces, ella es súper importante, primordial.
12) Barómetro del estado del mundo y de la Iglesia
Incidentes tras la marcha en Mar del Plata contra la « violencia de Género »
La homosexualidad es primordial, ya que es un poderoso revelador y presagio de lo que sucederá en el futuro. Es el barómetro que indica el final de una civilización o de un mundo en declive, es una señal fuerte de fin de la Humanidad (porque en este caso, se justifica/banaliza legal y emocionalmente la homosexualidad a escala mundial) y es una señal de fin de la Iglesia. Les remito a todos mis estudios sobre la Alemania nazi (véase el código « Hitler gay » en mi Diccionario de los Códigos homosexuales en mi blog La Araña del Desierto), así como sobre la proximidad entre la homosexualidad practicada o creída verdadera y los conflictos mundiales (véase mi código « Entreguerras »). La homosexualidad es el piloto rosa que indica que la Iglesia está a punto de vivir un cisma, de entrar en su última Pasión, y que el Anticristo va a llegar.
De hecho, el rechazo de la diferencia (de sexos en el amor y en la sexualidad) que es la práctica homosexual, el rechazo de la diferencia Creador-criaturas (la Iglesia) que es la práctica homosexual, ello es súper violento e insatisfactorio (Recuerdo que en mi entorno, conozco personalmente a más de 100 amigos homosexuales que me han confesado que habían sido violados : ¡ nada menos !). Contrariamente a la opinión generalizada, la homofobia, no es simplemente una mala reputación o un insulto mediático y social. No se reduce sólo a oponerse a cualquier ley que se atribuye a las personas homosexuales o a dar una mala imagen de la homosexualidad. La homofobia, concretamente, son ataques verbales y físicos, suicidios, asesinatos, violaciones, incestos, acosos, robos, crímenes de guerra, torturas, tráfico de niños y abortos, prostitución, etc. La homosexualidad es grave. Y dado que la práctica homo y la identidad homo son la homofobia, la homofobia es grave. No sólo es un tema de conversación : es una realidad. Y una realidad que amenaza a toda la Humanidad, a toda la Iglesia.
La homosexualidad es la principal coartada en la que se basan las persecuciones anticatólicas actuales. Pienso por ejemplo en los fieles católicos que salían de misa en la Catedral de Orléans (ciudad del centro de Francia), el pasado 4 de diciembre de 2016, y que fueron abucheados (¿ En nombre de qué ? « De la maternidad subrogada y del matrimonio gay »). Pienso en la ola de incendios de iglesias en Argentina y en Chile. Cada año, los católicos forman cordones humanos para proteger los edificios religiosos contra los asaltos de los comandos feministas y LGBT. La situación en África y América Latina es muy preocupante para la Iglesia Católica. Ambos bandos supuestamente « conservadores »/« progresistas » se han endurecido hasta un punto inimaginable en comparación con Francia. Los católicos acá son anti-masonería, anti-feminismo, anti-Género, anti-zurdos, anti-gays, anti-ideología. Su oposición al « matrimonio gay » suele ser sin sutilidad e incluso extremista. Censuran cualquier análisis y reflexión sobre la homosexualidad. Y para equilibrar su radicalismo, ¡ muchos se vuelven finalmente gays-friendly y permisivos ! En cuanto al movimiento de defensa de las libertades y de los derechos LGBT, es aún más virulento que en Francia. Resulta ser un diálogo de sordos insoluble, simplemente porque casi nadie habla inteligentemente acerca de la homosexualidad.
En la mente de nuestros contemporáneos cada vez más convencidos de que las guerras provienen de las religiones, ¿ por qué la Iglesia « es mala » y no ama ? No es por razones verdaderamente intelectuales, teológicas, doctrinales, históricas. Es más estúpido que eso : sólo creen que la Iglesia es « misógina y homófoba ». No es casual que el catolicismo sea la religión menos amada del mundo, porque es la única que explica por qué la homosexualidad está mal. Los musulmanes, los judíos, no argumentan. Con ellos, es sin duda cuadriculado, lapidario, perentorio, arbitrariamente homófobo, pero al menos no dicen la Verdad sobre la homosexualidad… por lo que se los percibe como menos peligrosos y se les tiene menos rencor. La Iglesia Católica es el último bastión religioso y moral que incomoda a propósito de la homosexualidad. Debido a que Ella incomoda bien.
13) La Llave de los corazones
Mucho más positivamente, la homosexualidad es primordial porque una vez que se practica, es homicidia (alma y a veces cuerpo) y sacrilegio ; pero cuando no se practica, se hace santa, apostólica.
Siempre me asombra, cuando me dejan realmente hablar de homosexualidad en Verdad, cómo Jesús usa la fisura homo-erótica para difundir aún más Su Luz. « Bienaventurados son los heridos porque dejan pasar la luz », dijo el director francés Michel Audiard. De manera divertida, amena, original, contundente, a veces arriesgada. La homosexualidad no-activa, pero ofrecida al mundo en la continencia, es una bomba de amor. Es la clave de los corazones. Realmente. Por ejemplo, en mi vida cotidiana, lo estoy experimentando con frecuencia. En auto-stop o en coche compartido, sólo con decir lo que estoy haciendo y con pronunciar dos palabras (« católico » y « homosexualidad »), y desconocidos a menudo me sueltan toda la historia de su vida. La sexualidad y la fe van al grano. La homosexualidad, aún más. Ya que la gente no reacciona ante la palabra « sexualidad ». Sin embargos, se agudizan los oídos tan pronto como decimos « homosexualidad ». La palabra « homosexualidad » es verdaderamente « ¡ Ábrete Sésamo ! ». La homosexualidad combinada con la fe es la llave maestra de los corazones y de los sufrimientos, la pequeña dosis de veneno para la vacuna mundial y espiritual. A menudo recibo secretos de confesionarios que incluso los sacerdotes no oyen (confesión de masturbación, de consumo de drogas, de bisexualidad, de anorexia, de adulterio, etc.). ¡ Hasta sé de homosexualidades sacerdotales que incluso estos sacerdotes no han confesado a su confesor ! Es monstruoso y grande a la vez.
Este poder evangélico del apostolado de la homosexualidad, lo descubrí con mis propios ojos durante mi viaje a África hace dos años. En Costa de Marfil, en junio de 2014, me fui con el padre Cédric Burgun (sacerdote de la Comunidad del Emmanuel) y Maria Hildingson (politóloga sueca). Al anunciar nuestra misión a los Marfileños, Cédric había tenido miedo a nombrar la « homosexualidad » y había escondido este tema detrás de palabras-maletas católicamente correctas tales como « familia », « matrimonio », « sexualidad », « Género ». Hay que reconocerlo : al grupito de la Comunidad del Emmanuel que nos recibió le importaba muy poco nuestra venida en un principio. Aquel estaba dividido y no se había percatado del desafío ni de la bomba que llevábamos. A sus ojos, encarnábamos los Occidentales blancos que venían a impartir enseñanzillas, y nada más. La palabra « homosexualidad » aún no había sido soltada. Finalmente, no había nada que nos destacaba de los grupos evangélicos locales ni de las caravanas de evangelización que florecen en este hermoso país marfileño. Cuando llegamos, Cedric, María y yo bajamos del avión. Irrumpimos durante la misa en una iglesia sin puertas ni paredes. Era nuestra primera vigilia. Sólo había uno de nosotros tres que podía tomar la palabra durante los anuncios al final de la misa, simplemente para presentar nuestra delegación, el propósito de nuestra estancia y el por qué de nuestro viaje desde Francia. Y de repente, ocurrió algo extraño. El jefe del grupo marfileño del Emmanuel en Abidjan, Olivier, en vez de dejar el micrófono al Padre Cédric (que era el cura, ¡ cabe recordarlo !) como Dios manda, decidió pasármelo a mí. Ya casi todos los feligreses habían abandonado la iglesia. Sólo quedaban unos cincuenta. El párroco (que no era el sacerdote que había celebrado) ni siquiera estaba presente en misa : se encontraba en el fondo de la iglesia, viendo el fútbol por televisión con sus amigos. No sabía quiénes éramos y ni siquiera se había movido. Y yo, sin vacilar, con el micrófono en la mano, salté con los dos pies : traté directo de homosexualidad delante de todos. El párroco, de golpe, bajó el sonido de su televisor y se puso a escuchar. En la audiencia, la gente estaba boquiabierta. ¡ Fue un destello en la noche ! A partir de aquella velada, y a contar desde mi oratoria, el párroco advirtió a todos sus amigos sacerdotes, muchas parroquias de Abidján se disputaron nuestra conferencia, el súper grupo del Emmanuel que nos acogió se motivó, el ciclo de conferencias pudo arrancar. Casi todo empezó por este tema de la homosexualidad. Si sólo hubiéramos hablado de « matrimonio » y de « familia », muy sinceramente, hubiéramos pasado completamente desapercibidos. Les voy a decir una cosa : a la gente, el « matrimonio », la « familia », la « filiación », el « Gender », le importan un bledo. Pero la palabra « homosexualidad » es mágica. Lo cambia todo. Veía a Marfileños – buenos padres de familia – que estaban completamente conmocionados y orgullosos de encontrar a « un homo » en persona, de ser fraternalmente amigos conmigo y de hacer de guardaespaldas ; la gente venía a pedirme perdón por su homofobia (Experimenté al menos 4 casos de confesiones de este tipo : « ¡ Disculpe porque antes de haberle oído, yo era homófobo y odiaba a los homosexuales ! »). El último día, en la parroquia de Santiago (con la flor y nata de Abidján), yo estaba solo sin Maria y sin Cédric. Marina, una Marfileña con mucha sal todavía me respaldaba. Y me dejaron diez minutitos al final de dos misas (con 500 personas cada una) para hablar de homosexualidad. ¡ El párroco no se lo esperaba ! La primera intervención fue una onda de choque (positiva) tan fuerte que él insistió para que me quedara para el final de la segunda misa. Y después, cuando me atendió en su despacho al término de los oficios, me dijo con insistencia : « ¡ Pero tú eres todo un santo, lo sabes ! ¡ Un gran santo ! » Yo me moría de la risa. La homosexualidad en África es a la vez un tabú, pero también muy presente, subyacente, aunque, a diferencia del Occidente, toma más bien la forma del incesto, de la prostitución, del turismo sexual, del vagabundeo clandestino, de la « promoción de la cama » en política, en las empresas y en los medios de comunicación. Es el escaparate de la modernidad. Me doy cuenta de que la homosexualidad es un tema poderoso cuando está bien tratado. ¡ Debido a que es tan arriesgado ! ¡ Y nombra el escondite del diablo al mismo tiempo que la Cruz !
Por desgracia, este viaje a Costa de Marfil, por muy fecundo que fuese, produjo el efecto contrario que hubiera tenido que tener, porque mi testimonio fue transformado y utilizado para endurecer la posición de los cardenales episcopales en el Sínodo sobre la familia de 2015, y en particular la del cardenal Sarah, para imponer una censura completa acerca de la homosexualidad, satanizar el Género y la influencia ideológico-financiera de los países occidentales sobre los países en desarrollo. De hecho, el padre Cédric Burgun me confesó que nuestra estancia (que « había cumplido más en una semana que la Manif Para Todos en 2 años ») influyó muchísimo en el Sínodo. Y cuando veo cómo, estoy recuperado. Yo fui instrumentalizado para construir una homofobia eclesial Es una pena.
Dicho esto, todo esto no altera el hecho de que, sobre el terreno, y acerca de los pobres (que somos todos), la homosexualidad continente tiene un fuerte impacto de evangelización sin par. Actúa como una bola de cristal santa. Mi Diccionario de los Códigos homosexuales, me sobrepasa por completo. Basta con interrogar a alguien acerca de la homosexualidad, veo muy rápidamente cómo vive su sexualidad, su matrimonio, su fe, su sacerdocio. Adivino un montón de cosas. Hasta logro vislumbrar su opinión sobre los diversos temas de sociedad. Algunos se creen que soy un psiquiatra o un vidente o un profeta a causa de ello. No es culpa mía. Es Jesús quien lo entrega todo. Y quien utiliza la homosexualidad continente como Su arma secreta.
CAPÍTULO II – ¿ Por qué el hecho de que la homosexualidad sea central será violentamente negado (incluso dentro de la Iglesia Católica) ?
« Pero viendo él venir a muchos fariseos y saduceos al bautismo, les dijo : ‘Raza de víboras, ¿ quién os ha enseñado a huir de la ira inminente ?’. » (Mateo 3, 7)
« Se acercaron los fariseos y saduceos y, para ponerle a prueba, le pidieron que les mostrase una señal del cielo. Mas él les respondió : ‘Al atardecer decís : Va a hacer buen tiempo, porque el cielo tiene un rojo de fuego ; y a la mañana : Hoy habrá tormenta, porque el cielo tiene un rojo sombrío. ¡ Conque sabéis discernir el aspecto del cielo y no podéis discernir las señales de los tiempos ! ¡ Generación malvada y adúltera ! Una señal pide y no se le dará otra señal que la señal de Jonás.’ Y dejándolos, se fue. » (Mateo 16, 1-4)
« ¡ Ay de vosotros, los que ahora estáis hartos !, porque tendréis hambre. ¡ Ay de los que reís ahora !, porque tendréis aflicción y llanto. ¡ Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros !, pues de ese modo trataban sus padres a los falsos profetas. » (Lucas 6, 25-26)
« Pues el que se ensalce, será humillado ; y el que se humille, será ensalzado. ¡ Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos ! Vosotros ciertamente no entráis ; y a los que están entrando no les dejáis entrar. ¡ Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas !, porque devoráis las casas de las viudas, aún cuando por pretexto hacéis largas oraciones ; por eso recibiréis mayor condenación. » (Mateo 23, 12-14)
« Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. » (Mateo 5, 9-11)
El hecho de que la homosexualidad sea primera mundial y espiritualmente, no tanto de hecho ni por Verdad pura, pero más bien a causa de la fantasía personal y colectiva, de las creencias, y del contexto afectivo y mediático- político-eclesial actual, no será reconocido. Incluso será violentamente negado y reprimido. Ya lo estoy pagando simbólica y materialmente, inclusive en mi Iglesia católica que amo. Con tristeza, pero sin desesperación, ¡ créanlo !
En esta segunda y última parte sobre el « ¿ Por qué se negará la prioridad de la homosexualidad ? », mis observaciones no van a ser ni derrotistas ni amargas. Por el contrario, por fin he logrado expresar una convicción que guardaba dentro de mí desde hace mucho tiempo, y que nunca había asumido públicamente antes, de tanto que ella me asustaba y me podía aparecer como una falta de Caridad cristiana. Pero ¿ No es la Verdad la primera de las Caridades ? Es una verdadera sanación y un consuelo para mí poder plasmar ello sobre el papel ahora. ¡ Los malos católicos (entre los que por cierto me incluyo) por lo menos me habrán motivado para llevar a cabo mi pasión ! Merced a ellos.
1) Será negado porque es rarísimo
Cartel de Robert Ménard en la ciudad de Béziers
La primacía de la homosexualidad será negada porque la homosexualidad (y hablar de ésta) es extremadamente raro. Muy pocas personas realmente tienen el coraje de hacer frente a este asunto. Por lo general, la homosexualidad se limita a una charla de bar (« ¡ Estás a favor !/¡ Te da igual !/¿ Por qué están en contra ? »). La gente generalmente justifica la homosexualidad (demonizándola, negándola, practicándola, sacralizándola como « identidad » o como « amor ») para no explicarla. Muy escasos son los análisis de la homosexualidad.
En cuanto a las personas directamente implicadas en la atracción homosexual, a menudo se callan para ocultar su sufrimiento existencial o las violencias que ésta les hace cometer. La mayoría de los testigos homosexuales se encierran en el silencio y en la práctica. Tienen miedo de cuestionarse, de iniciar una revolución para cambiar radicalmente de vida. Temen exhibir su vergüenza y su miedo a sí mismos, ilustrados por su atracción homo… lo cual se entiende perfectamente bien, pero no facilita las cosas. Muchos también tienen miedo de perder lo que se les presenta mediática, política, legalmente, como amor y libertad, es decir, sus privilegios materiales, sus derechos (en definitiva, ¡ trozos de papel !).
Por lo tanto, también es muy raro encontrarse con gente que, a nivel social, tiene ganas de confiar en nosotros. La homosexualidad es un tema que recaba la cooperación de las personas frágiles, quienes a la vez han sido objeto de abusos y/o simulan haberlo sido : por lo que no se quiere agregar más leña a nuestro fuego o colaborar con casos de caridad como nosotros.
Con respecto a los personas homosexuales más específicamente creyentes, se observa un flagrante déficit de testigos creíbles. Los testigos homosexuales católicos continentes dispuestos a dar su vida, su nombre y su fama, son muy pocos. Yo, no conozco a ninguno. Y esto se explica, aunque lo lamente. Ustedes leerán mi teoría sobre los puntos 242 y 243 de mis « 247 preguntas sobre la homosexualidad dentro de la Iglesia Católica ». Como una desgracia nunca viene sola, se añaden a la escasez de las oratorias de calidad los que yo llamo los « testigos homos parásitos » : aquellas personas homosexuales que no hacen avanzar en absoluto el análisis reflexivo sobre la homosexualidad, sino que, al contrario, sólo tratan de aprovecharse del impacto mediático del « matrimonio gay », de dejarse ver, de jactarse, de ligar tal movimiento o tal partido político o tal televisión o tal celebridad o tal cardenal, que se contentan con mantener el discurso que se espera de ellas (« Soy homo y en contra del matrimonio gay. » ; « Soy homo y a favor del matrimonio gay. » ; « Soy homo y católico : cómo compagino los dos »), pero que no van al fondo de las cosas, que no corren el riesgo de la impopularidad ni de la Verdad. Las zorras del Sistema, vamos. Las prostitutas de la Iglesia. No cito nombres : ya se reconocerán.
Al testigo de la homosexualidad fiable y aislado, se le dice : « ¿ Existen otras personas como tú ? » Si contestas « Me encantaría, pero, por desgracia, no se atreven a aparecer », te sueltan : « Vale. Genial. Pues bravo por tu valor. Bueno, adiós. ¡ Luego nos vemos !… » Cuando uno da testimonio solo, de repente, pasa a ser mucho menos interesante a los ojos del mundo, mucho menos guay y brillante. Lo transforman en un pobre hombre, en un viejo lobo de mar, en un francotirador que se hace el interesante. El testimonio de la homosexualidad (testimonio permitido por la continencia) es único, raro, solitario, y entonces da miedo, es difícil de defender públicamente. Resulta más fácil seguir a un grupo que a una persona aislada, aunque en teoría estemos de acuerdo con ella.
Soy tan único y la homosexualidad toma objetivamente tanto espacio en el escenario mundial y eclesial que, si las personas llevan la lógica hasta su extremo, me dejan un lugar político y mediático enorme, hasta deberían cederme su puesto. Se vuelve jodidamente insolente, esta unicidad. O bien dejan que yo maneje, o bien piensan que más vale sacarme. La segunda opción es más barata. Es más fácil echar a una sola persona, ponerla en cuarentena, que mover toda la burocracia de los falsos profetas LMPT y de los políticos « católicos ». Cuando uno es testigo homo, suena pretencioso (e incluso demoníaco) revelar que la homosexualidad es el problema más imperioso del mundo. Es como si dijera « Tengo que ser el centro de la atención » o « Me hago pasar por una víctima y por un profeta incomprendido por todos ». Y sobre todo, se puede interpretar como « Odio a todo el mundo », « Tengo un complejo de Dios », « Merezco hasta el lugar de los políticos, de los portavoces católicos, de los cardenales y de los Papas, porque tengo más legitimidad que ellos ». Es tan aterrador e increíble que apenas me atrevo a escribirlo. Sin embargo, sigue siendo la pura verdad. Todo testigo homosexual continente católico que está llamado a testimoniar públicamente de su homosexualidad vivida en Jesús tiene el poder de un san Juan Bautista o de un san Pablo (con su aguijón). Es grandísimo e ingrato a la vez : él debería ser el primero desde un punto de vista humano y será el último en el Cielo y en el reino de los Hombres. El nombre de mi blog « La Araña del Desierto » me fue dado por gracia. No vino de mí, creo.
Todo testigo es único. Esto es a la vez su gran fortaleza y su Cruz. El lunes 5 de diciembre de 2016 pasado, en París, almorcé con una mujer estupenda, Laëtitia, instructora de afectividad y de sexualidad acerca de los jóvenes en un movimiento llamado CLER. En un momento dado, hablábamos de Valérie Ternynck, una de los responsables de Háblenme de Amor (otro grupo de intervención escolar en cuestiones de sexualidad) que he mencionado anteriormente. Le expresé a Laëtitia mi admiración por Valérie que, cuando se la escucha, es simplemente perfecta : la suavidad y la Verdad encarnadas. Laetitia prosiguió : « Valérie Ternynck, sí que es estupenda. Pero no es fácilmente duplicable. » El límite, pues, del testigo de Cristo, y también lo que constituye su fuerza, es su Encarnación (Jesús en él). Es la singularidad de su mensaje. Y al mismo tiempo, es esta Encarnación y la soledad que ella induce que es su Cruz. El testimonio de esa persona, y la propia persona del testigo, no son fáciles de reproducir, transferir, intercambiar. Incluso en lo que atañe a la santidad, ¡ no hay clon !
Otro problema se suma a la singularidad y por lo tanto a la rareza de los testigos creíbles de la homosexualidad : es la del sofismo, es decir, de la sustitución de la Verdad por el discurso sobre Ésta. En cuanto a la homosexualidad, la mayoría de los católicos franceses aún no han comprendido que nada podía reemplazar el testimonio por la persona, y que el discurso sobre la verdad no se sustituía a la Verdad. Por ejemplo, el filósofo Thibaud Collin escribe acerca de la homosexualidad : está bien expresado, pero no funciona. Falk van Gaver y Jacques de Guillebon también se estrenaron en el diario Noticias de Francia, pero se cayeron de narices. Los instructores de afectividad piensan que bastará con escucharme para hablar después a los jóvenes : ellos se creen que podrán sustituir a las personas homosexuales y piensan que el discurso sobre la homosexualidad reemplazará a las personas homos. En realidad, no confían en nosotros. Y por orgullo, celos, miedo a presentarnos a un grupo, se auto-convencen de que lo harán muy bien ellos mismos. A menudo es un fracaso, ya que los chavales sólo creen lo que ven. A ellos les engancha el encuentro directo.
Dentro de poco, un sacerdote catalán me hará dar un testimonio en Barcelona en febrero de 2017. Ya me había oído en enero de 2015 y me confesó que mi discurso era mucho más vivo, contundente y verdadero que los otros. Él había pedido a una psicóloga de un instituto católico que hablara de homosexualidad a los jóvenes en algunas escuelas, y había sido un pequeño desastre, porque la presentación de aquella experta era teórica, se había enredado en cuestiones de « curación », y no había sido bien recibida. No estoy diciendo que mis intervenciones son siempre éxitos (ni mucho menos). Pero está claro que son insustituibles y tienen peso.
En noviembre de 2016, fui invitado esta vez en la capellanía de un instituto del séptimo distrito de París : el liceo privado Santa Juana-Elizabeth. De entrada, un alumno cuyo hermano mayor de 23 años era homo, así como una profesora joven gay friendly, me vinieron encima para ponerme a prueba. Por fin, me las arreglé para que me escucharan y para convencerlos « un poco ». Pero en mi interior, se me ocurrió pensar que si no hubiera sido homo, incluso con un discurso racional sólido sobre la homosexualidad, no me hubieran escuchado mucho rato y no me hubieran concedido ningún crédito. En el mundo de hoy, muchas personas están tan heridas y tan decepcionadas por los demás que, como Santo Tomás, necesitan tocar para creer, necesitan Encarnación. Si el testigo no vive en su propia carne lo que anuncia, puede, en teoría, « tener razón », no llegará a los corazones. Esta urgencia de la Encarnación, por desgracia no se la percibe bastante en las filas católicas.
Entre los opositores al « matrimonio gay », se elude astutamente la dificultad de verbalización de la homosexualidad mediante el sofismo. Se reemplaza la Verdad por un « discurso sobre la verdad », por una metaverdad que ya no nombra el mal o que la persona quien trata de ésta no experimenta. Se cree que el mensaje verdadero se vale por sí mismo, o que el concepto compensará la realidad. Un día, un director de seminario acerca de quien me habían recomendado, pero que no veía el interés de que un payaso homo y católico como yo interviniera ante sus seminaristas parisinos, me dijo muy en serio : « ¡ La homosexualidad, está bien, ya conozco ! Leí a Julien Green y a Marcel Proust. ¡ Puedo hablar de ello ! ». En la Iglesia Católica a menudo se pasa por alto la primacía del testimonio por la persona, así como el terreno humano contemporáneo en el que la palabra sobre la homosexualidad o la palabra de Verdad se inscribe.
He encontrado una imagen vívida para ilustrarles lo que quiero decir con las « metaverdades », es decir los callejones sin salida en los que actualmente nos llevan los discursos y los libros aparentemente verdaderos de Tugdual Derville, de François-Xavier Bellamy, de Koz Toujours o también del Cardenal Robert Sarah, pero que no indagan a la raíz de los problemas. Para esto, tengo dos ejemplos esclarecedores : primero el cartel de Robert Ménard. Luego, la parábola casera del problema de matemáticas.
Vamos a empezar con el cartel de Ménard. Como a lo mejor ya sabrán, el pasado mes de noviembre (2016), el Gobierno francés promocionó el « amor homosexual » (permanente o efímero) en todas las vallas publicitarias de toda Francia, con el pretexto de la prevención contra el VIH. Los católicos, tanto ofendidos por los mensajes libertinos difundidos (« Un flechazo, un ensayo, un polvo ») como por la homosexualidad (aunque sólo asumieron oponerse a los primeros y no a la segunda), se alzaron para denunciar la obscenidad de estos carteles en las proximidades de las escuelas y al alcance de la vista de los niños. A modo de protesta, el alcalde católico de la ciudad de Béziers, el irreverente Robert Ménard, hizo hacer réplicas de estos « carteles del escándalo », pero escogiendo esta vez una foto de una pareja hombre-mujer tradicional, con mensajes pro-fidelidad : « Quererse/entregarse/darlo todo ». Total : al parecer tenemos la Verdad verdadera, pero no nombramos el mal. Peor. Funcionamos sobre el mismo modelo que él, tanto en la forma como en el fondo, porque el diablo es capaz de citar la Biblia y Jesús. Este tipo de contra-publicidad es absolutamente inútil. No hace avanzar el debate.
Otro ejemplo ilustrativo de la vacuidad de las metaverdades enunciadas por aquellos que llamo los « mercaderes del Templo » o los « burócratas del apostolado católico » : la parábola casera del problema de matemáticas. Voy a tomar el ejemplo de la corrección de copias. Imagínense el bolígrafo rojo del profesor de matemáticas (¡ mi madre era profesora de matemáticas !) quien, en vez de explicar a su alumno su error o el razonamiento para llegar a la verdad, en lugar de reunirse con él en su terreno emocional de creencias y de percepción, escribiría nerviosamente la respuesta « correcta » sin ayudar a su discípulo a que la encuentre él mismo. A primera vista eso soluciona el problema (mediante la « verdad pura ») pero básicamente no lo resuelve. La Verdad se halla tanto en la respuesta final como en el acompañamiento reflexivo y respetuoso del alumno. Mientras nadie aclare el hecho de que la homosexualidad es un miedo al estado de deseo no practicado, y luego una violencia si se la practica, mientras no se dilucide el mito colectivo del « amor homosexual », siempre se podrá hacer saltar los grados a los alumnos, espetarles verdades y hermosas presentaciones sobre conceptos filosóficos (la conciencia, la dignidad humana, la Ecología integral, el compromiso, la fragilidad…) o incluso teológicos, hablarles de amor, de sexualidad, de matrimonio, de familia y de Dios, ello entrará por un oído y saldrá por el otro. La homosexualidad, como en el caso de las matemáticas, constituye (no puedo evitarlo) un paso (sentimental, de creencia) decisivo para el crecimiento de la Humanidad, al igual que el aprendizaje de la lectura o del cálculo con los niños de primer grado. Si se soslaya esta etapa básica e ineludible, por mucho que tengamos la razón y que hagamos pasar al grado superior, siempre habrá que volver a ese lugar donde los corazones y las mentes (incluso aquellas que funcionan muy bien para otros temas) se han crispado : la homosexualidad. No la sexualidad. No Dios. No el matrimonio. No el aborto. He dicho bien, ¡ la homosexualidad !
2) Será negado porque es complicado
Juicio de Christine Boutin en diciembre 2015
La primacía de la homosexualidad será denegada porque la homosexualidad (y hablar de ésta), es complicado. Es el tema en el mundo más difícil de tratar, debido a que los términos del debate son totalmente sesgados (ello es debido a un retraso y a una imprecisión sobre las definiciones de la sexualidad heredados del romanticismo del siglo XVIII), y debido encima a que ahora todos – incluso los adolescentes de secundaria – se arrogan la misión de pronunciarse en los « debates » de los « pros » y « contras el amor homosexual ». ¡ Esto acaba por ser la mega súper cacofonía !
Si analizamos las palabras más usadas en las discusiones sobre la homosexualidad, comprobamos por ejemplo que a menudo se confunde/reduce la sexualidad con la genitalidad, con el sentimentalismo y con la asexualidad (la sexuación, la procreación, la fecundidad sociales del soltero, la sacralidad del cuerpo, ¡ todo eso sale también por la ventana !), que se confunde/reduce el amor con la sensación amorosa, con un « proyecto » o con la genitalidad (el amor-compromiso, el amor-perdón, el amor-Jesús humillante, todo esto también va por la ventana), que se confunde/reduce el Género con el « lobby gay » (¡ mientras que el « lobby gay/LGBT » en cuestión no es otro que el lobby heterosexual !), que se interpreta rápidamente la palabra « amor » o « pareja » – la cual mezcla acto y persona – como un juicio de personas únicamente (cuando está prohibido el juicio de personas, mientras que el juicio de los actos es necesario), que se celebra la palabra « tolerancia » como el bien absoluto (mientras que la tolerancia del mal es una colaboración inadmisible con este último), etc. Del mismo modo, a escala mundial, los seres humanos no se han percatado de que el Género era la heterosexualidad (en el entendimiento de que la heterosexualidad en realidad es una diferencia de sexos forzada, e incluso todas las alteridades al nivel de la sexualidad, y también la prevalencia de la voluntad y de la percepción individuales sobre la realidad externa e interna heredada).
Los términos del debate a propósito de la homosexualidad engañan : las palabras « homosexualidad » « heterosexualidad » « homofobia » son trampas y, para ser esclarecedoras, no pueden prácticamente ser manipuladas sino por personas homosexuales (y además, pocos de nosotros son competentes para descifrarlas y para destacar toda su relevancia). La trampa en que cayó por ejemplo el antiguo ministro Christine Boutin cuando expresó en el periódico Charles que « la homosexualidad es una abominación » (Debido a esto, fue condenada en diciembre de 2015 a pagar una multa de 5 000 € + 2000 € para las asociaciones), es la vaguedad en torno al término « homosexualidad » (porque la abominación se aplica sólo al acto homo y a la pareja-acto). Los militantes pro-gays de mala fe no tardaron en hacerle decir que « los homos eran una abominación » ! En cuanto a la heterosexualidad, la dificultad radica en el hecho de que la confusión entre esta última y la diferencia de sexos es general, incluso entre los católicos y el clero. No obstante la heterosexualidad nunca ha sido sinónima de diferencia hombre-mujer. ¡ Y la Iglesia Católica siempre ha sido clara al respecto ! Rápidamente con respecto a la homofobia, a saber el miedo a sí mismo y el miedo a la homosexualidad, rara vez se entiende como la « identidad homo » (= la salida del armario, el coming out) y como la práctica homosexual (= la « pareja » homo, el « ambiente homosexual amoroso »), mientras que todos los casos de ataques contra las personas homosexuales se deben a la creencia en la « identidad » homo (por ejemplo : los outing, es decir, las revelaciones forzadas de la homosexualidad) y se producen en los marcos de la práctica homosexual (por ejemplo : esfera amorosa o prostitutiva, o represión de su tendencia homo). Por lo tanto, nos enrollamos en una gran confusión tan pronto como estas tres palabras « homosexualidad/heterosexualidad/homofobia » surgen en las conversaciones. Y sin embargo, el repaso de su definición es esencial y no deberíamos dejarla atrás. Los invito con insistencia a leer mi trilogía « … en Verdad » : La homosexualidad en Verdad (2012), La homofobia en Verdad (2013) y Los Bobos – Burgueses Bohemia – en Verdad (2016).
Y encima, la otra preocupación en los debates sobre la homosexualidad, es que lo que se reprocha con razón a la homosexualidad es un arma de doble filo que puede fácilmente tener un efecto bumerán. Por lo tanto, se tiene que tener un argumentario muy bueno para atacar la homosexualidad de frente. Eso no se improvisa. Me explico. Con la homosexualidad, lo que reprochamos a los demás, es lo que ellos nos pueden también reprochar (« anti-natural », « pecado », « falta de amor », « exclusión de la diferencia », « discriminación », « rechazo de Jesús », etc.). La homosexualidad, como todo lo que es diabólico o señal de pecado, tiene un fuerte efecto de reverberación. Nuestra denuncia de la homosexualidad será según nuestros enemigos « anti-natural », una prueba de nuestra « falta de amor », de nuestro rechazo de la « naturaleza homosexual », una « ausencia de acogida de la diferencia », una denegación de todos los niños, de todas las familias y de todas las personas, una prueba de que « nos odiamos a nosotros mismos », de que « no obedecemos a Dios y a su llamada a no juzgar, a la caridad » : « Llegará la hora en que todo el que os mate piense que da culto a Dios. » (Juan 16, 2) A los ojos de nuestro mundo que descuida la diferencia de sexos y la diferencia Creador-criaturas, no es fácil de entender y de aceptar con calma que el acto homosexual es un pecado (véase las respuestas nº92-94 en mis « 247 preguntas sobre la homosexualidad dentro de la Iglesia Católica »). En general, el diablo y sus seguidores actúan por mimetismo. Por ejemplo, los defensores de la homosexualidad retoman exactamente el mismo argumentario pro-Vida que aquellos que deberían oponerse a ella. Es así como se puede observar que la denuncia de la palabra homosexualidad suele anularse y diluirse en el natalismo, el vitalismo, el humanismo integral del lobby LGBT. Los pro-matrimonio gay, los pro-maternidad subrogada, también están « a favor de la familia », « a favor de la Vida », « a favor del niño », « a favor de la esperanza », « a favor de la caridad », « a favor del respeto », « a favor de los más frágiles », y a veces hasta « a favor de Jesús ». La única cosa que podría desmarcarnos de ellos, es la heterosexualidad. Pero los Pro-Vida católicos todavía no han comprendido la riqueza de una oposición pública a la heterosexualidad. Creé en 2013 el sitio CUCH (Católicos Unidos Contra la Heterosexualidad), y mis hermanos católicos aún no han tomado conciencia de que era la solución para contrarrestar el « matrimonio gay ». Me miran con si fuera un extra-terrestre, sin percibir el interés. Ellos tampoco denuncian « la igualdad hombre mujer » como el mito y el pilar de todo sistema totalitario (Los hombres y las mujeres son iguales en dignidad ; pero en cuanto a la identidad, no son iguales, porque son diferentes, a veces complementarios, y es acertado). Por lo que los debates sobre la homosexualidad están en punto muerto.
3) Será negado porque es pasional/idealizado
Beso lésbico entre las cantantes Alizée y Camille Lou, en Danse avec les stars
La primacía de la homosexualidad será negada porque la homosexualidad (y hablar de ésta) es apasionado/idealizado. Sobre esta cuestión, el capital de simpatía y de compasión a nivel social está de momento a su máximo. Cualquier cosa que pueda dar una imagen negativa de la homosexualidad será visto como una agresión, una maldad, una mentira, una alta traición o un riesgo innecesario. Y por el contrario, todo el romanticismo y la sensualidad que se quiere construir alrededor de la homosexualidad será aplaudido.
Del mismo modo, contrarrestar toda ley que nos atribuyen, a nosotras personas homosexuales, a veces desencadena una histeria sin precedentes. Entonces, tenemos que decirlo una vez por todas : no es homofobia, ya que las personas homosexuales no son leyes ni derechos, sino personas humanas, y que además, dar el matrimonio (es decir la diferencia de sexos) a uniones que no lo encarnan físicamente, resulta negar a quienes son en « pareja ». El « matrimonio gay » es un regalo tramposo, una contradicción, es homófobo, puesto que no se adapta a la realidad amorosa y corporal de las personas a quienes pretende honrar ; y neutralizarlo es luchar contra la homofobia.
En mi opinión, este afecto social agresivamente gay friendly se explica en gran medida por el hecho de que nuestros contemporáneos confunden su relación personal con una persona homo con lo que esta persona vive amorosamente en su intimidad, o con las leyes a las que la identifican socialmente (mientras que son realidades totalmente distintas : uno no sale con sus amigos o con sus familiares o con sus colegas de trabajo ; y nuestros amigos homosexuales no se reducen a trozos de papel legislativos). Basta con ver los debates apasionados por televisión tan pronto como se pica un poquitín el mito del coming out (salida del armario) o de « amor homosexual ». Se asiste a explosiones de odio y reacciones indignadas : « ¡ Mi hijo es gay ! ¡ Te voy a romper la cabeza ! » ; « ¿¡ Cómo te atreves a juzgar mi pareja !? » ; « ¡ Estoy a favor del matrimonio gay y de la adopción porque mi mejor amigo es gay ! ». No tengo ninguna duda de que uno puede llevarse bien con una persona homosexual, en el marco de la amistad, de la relación personal, del trabajo, de familia. No dudo que se pueda pasar momentos muy amistosos en compañía de « parejas » homosexuales durante el tiempo de una velada o de vacaciones con amigos, que se pueda observar cosas bellas y hermosos frutos en aquellas, en el tiempo, y desde fuera. No tengo ninguna duda de que la « salida » se haya considerado una oportunidad de acercamiento entre amigos, entre padres e hijo(s). ¡ Pero todo eso es muy diferente de lo que una persona homosexual vive en « amor », en privado, en la práctica homo, en el « ambiente » homo ! El lazo de amistad o familiar, por hermoso que sea, no es igual al lazo de « amor ». Y en el marco de la homosexualidad, a menudo hay una enorme brecha entre la relación personal que uno mantiene con una persona, y lo que ella vive a diario en su intimidad. Cuando me alegan « La homosexualidad es amor, porque mi hijo es homo o porque mi mejor amigo es gay », yo tengo ganas de contestar « ¿ Cuál es la conexión ? ». Y en muchos casos, cuando uno ahonda, nota que las personas que defienden la homosexualidad justifican la amistad o la filiación con una persona homosexual, pero nunca habla de la calidad de la relación amorosa entre las dos personas homosexuales, sobre todo porque esta dimensión de amor en la vida homosexual de su estimado amigo/hermano homo está ausente, o bien es compleja y destructiva.
Los hombres de nuestro tiempo se tragan cada vez más el sapo del « amor homosexual », presentado como un « ideal de amor como otro », ya que la homosexualidad se ha entregado completamente al mundo de la representación : por lo tanto, puede ser negada por aquellos que la practican so pretexto de « arte », de « juego », de « deseo inmediato », de « estética », de « humor », de « curiosidad », de « experiencia », de « tele » o de « rol cinematográfico ». Pienso por ejemplo en el beso lésbico que se dieron las cantantes Camille Lou y Alizée en el programa francés Danse avec les stars del sábado 3 de diciembre de 2016. Al ver la escena en directo y luego la reacción tan excitada del público y de los presentadores tomados por sorpresa, me di cuenta del poder y de la cobardía del propio acto homosexual. De hecho, la homosexualidad sale actualmente en los programas dirigidos al gran público y se aprovecha de la ambigüedad de la simulación, de la representación, del juego, para banalizarse. A los ojos de los provocadores y de los libertinos, no habría nada de que enfurecerse de ella ya que los que la cometen no la asumen siempre como verdadera. Por lo cual resulta difícil denunciarla. Se hace muy versátil. Se escurre de las manos como una pastilla de jabón. Ésta no sería grave en cuanto lo quisiéramos o si sólo cambiáramos nuestro punto de vista a su respecto. Actualmente, se la proyecta/encubre en el mundo de la subjetividad absoluta, y entonces de la indiferencia y del relativismo.
En estos momentos, la homosexualidad oculta sus verdaderas intenciones (la destrucción de la sexualidad y de Dios), para mostrar finalmente las falsas (las leyes y los derechos solicitados que no corresponden a ninguna realidad, sino en sus consecuencias : por ejemplo los hijos « descendientes » de una « pareja » homo adoptante o « procreadora », los bienes materiales comunes de la « pareja » homo en caso de enfermedad o de fallecimiento, etc.) o bien para hacer hincapié en las intenciones de las que está segura de que no le opondrán resistencia alguna (« el amor », « el respeto » y « la acogida de las personas », « la igualdad », « la no discriminación », « la libertad », « el reconocimiento », « la justicia », etc.).
Y lo peor es que este juego de prestidigitación funciona perfectamente. Incluso la mayoría de los católicos muerden el anzuelo de la campaña estética, legislativa y verbal del « amor universal que incluye la homosexualidad ». La propaganda mundial que se dedica a persuadirnos de que la homosexualidad es algo normal, hermoso, de que es amor, justicia, un progreso para el ser humano, el bien común, el « vivir-juntos », la apertura y la ayuda mutua (la famosa « tolerancia o « solidaridad » o « lucha contra la discriminación de géneros ») es poderosa y mucho más diversificada/atractiva que la propaganda que la denuncia.
Los católicos y nuestros contemporáneos se han convertido en idólatras de la palabra « amor ». Ninguno de ellos se atreve a oponerse a ésta, y están paralizados a la idea de recordar que el amor tiene leyes y no es creado por el Hombre. Están totalmente asustados por la palabra « amor », han sacralizado la percepción. Tomé particularmente conciencia de ello durante una estadía « Masculinidad y Paternidad » en Rocamadour (santuario mariano en el suroeste de Francia) en la primavera del 2015, con 150 alumnos de secundaria del instituto privado parisino católico Stanislas. Ellos pudieron asistir a una velada en la que expliqué lo que era verdaderamente la homosexualidad, cómo funcionaba el deseo homosexual, de qué heridas era la señal, al mismo tiempo que mantuve un discurso positivo y fraterno sobre la amistad y la masculinidad. Todos parecían contentos. Es algo conmovedor, un chico que habla de homosexualidad, que se entrega hasta tal punto. Al día siguiente, en el grupo de compartir que dirigía, intercambiamos por diez sobre un tema totalmente distinto : « ¿ Hasta cuando tengo que esperar para salir con una chica ? ¿ Cómo me preparo para mi primera experiencia amorosa ? ¿ Cómo me reservo ? » Y allí, unos mozos de mi tribu me desconcertaron : « Bueno, ya veremos… Dependerá de mis sentimientos, del feeling. Si me enamoro de una chica, saldré con una chica. Si me enamoro de un chico, será con un chico. » Total, nos dejamos una libertad y una apertura totales obedeciendo a nuestra percepción del momento, para no cerrarse puertas y no programar el amor. Y esta « apertura » a la homosexualidad/la bisexualidad se hace pasar por una madurez afectiva, adulta, por un respeto al amor y a sus imprevistos. Señalo que son chicos de buena familia, educados en la fe, y que me habían escuchado la víspera con respeto y admiración. ¡ Esto para mostrarles hasta qué punto se ha impregnado en nuestro mundo la creencia en la palabra « amor », para mostrarles la sumisión generalizada a la « omnipotencia de los sentimientos amorosos » ! Incluso en los « buenos católicos ». Frente a mis jóvenes, les dije directamente a los ojos, entre sonrisa y enfado : « Vamos chicos, ¿¿ estabais aquí anoche ?? ¿¿ Habéis oído lo que dije ?? Porque ahora mismo, ¡ tengo la impresión de que hay que explicároslo todo de nuevo y desde el principio ! » Posteriormente, yo tuve que seguir erre que erre con el asunto delante de todo el grupo para explicar que el « amor homosexual » no era amor. Ellos, los chavales, en cuanto a la homosexualidad, quedan atrapados a viles cuestiones de identidad (« ¿ Seré gay ? ¿ Cómo puedo saberlo a ciencia cierta ? » ; « Y concretamente, si lo soy, ¿ cómo lo vivo ? »), de sentimientos y de sensaciones (« ¿ Cómo uno siente que es homo ? ¿ Cómo estar seguro de ello ? » ; « ¿ Es agradable ? » ; « ¿ Qué le atrae en un hombre ? » ; « ¿ Existe la bisexualidad ? » ; « ¿ Qué se siente al ser homo ? » ; « Poner en duda el amor de los demás, es malo e injusto… » ; « ¿Cómo lo tomaron sus padres ? » ; etc.). Respetan en última instancia que uno dé un testimonio como « católico y homo », hasta toleran que decida vivir su homosexualidad en la continencia, « a partir del momento en que lo vive bien », « en que es su estilo », « en que no lo impone a los demás y que es su elección, que ésta le corresponde », « si es así como se siente ». Sin embargo, ¡ no vayan a contarles que el amor homo no existe, que ellos no pueden en el amor hacer lo que les da la gana (inclusive ser homos), no vayan a poner en tela de juicio sus sentimientos amorosos ni romper sus sueños, o la omnipotencia de su subjetividad y de sus emociones ! ¡ Nadie puede meterse en su mente ni en su cuerpo ni en sus ojos ni en su corazón ! ¡ Es imposible generalizar a propósito del amor ! ¡ No a la castración, no a la Cruz universal, no a la exigencia ! ¡ No vayan a ofender al dios Feeling !
Los adultos católicos actuales tampoco son mucho más libres y más alertos que sus descendientes. Muchos de ellos tienen ganas de hacer la Iglesia más apetecible, abierta, moderna, amante y menos acusadora… por lo que no nombran el mal de la homosexualidad. Pensemos, por ejemplo, en el discurso mente abierta cada vez más corriente « Hay que hablar de ello » « No hay que juzgar » (¿ Quién soy yo para juzgar ?) « Tenemos que acompañar, escuchar », « No hay que nombrar el mal ya que éste no existe. El mal sólo reside en el hecho de imaginarlo donde no está. Las cosas irían mucho mejor si la homosexualidad fuese aceptada » « Es Jesús quien me dio a mi compañero » « Jesús bendice todos los amores, incluso los amores heridos », etc. En realidad, este argumentario anti-juicio es un discurso extremadamente censurador, gestado por personas católicas deprimidas que huyen de su matrimonio, de su familia, de la Iglesia y del juicio de Dios, precisamente. Por ejemplo, en Radio Nuestra-Señora, el día 18 de noviembre de 2016, un grupo completo de supuestos « psicólogos » y acompañantes católicos exigió descaradamente una revisión del Catecismo de la Iglesia católica, porque los cuatro párrafos sobre la homosexualidad le parecían « demasiado acusadores y culpabilizadores » (aquí está el enlace del podcast en francés). Y, por supuesto, nadie reacciona, excepto yo.
Esta captación/toma de rehenes sentimental de los católicos por la creencia en el « amor homosexual » no es totalmente ingenua y egoísta. Hay que reconocer – y ahí radica todo el drama de la vaguedad de la palabra « pareja » o de la palabra « amor » que sintetiza acto y personas – que la práctica homosexual, por mala que sea, a veces ofrece beneficios que dejan pensar que se trata de amor : por ejemplo, la fuerza de la amistad (pero esta vez una amistad amorosa y un amor platónico, asexual : dos realidades dolorosas), el compromiso y la fidelidad, el compañerismo en las alegrías como en los pruebas (enfermedad, muerte), la sociabilidad (compromiso de la « pareja » homo en la ciudad, obras de caridad dirigidas a sus allegados), la paternidad adoptiva (cuando la « pareja » homo se hace cargo de niños), etc. Con la homosexualidad, no es tan fácil discernir entre lo verdadero y lo falso, no dejarse llevar por sus emociones. ¡ Pero esto no es razón para dejarse llevar !
4) Será negado porque es banalizado
Campaña AIDES 2017
La primacía de la homosexualidad será denegada porque la homosexualidad (y hablar de ésta) es banalizada. Socialmente, los seres humanos consideran cada vez más la palabra sin embargo reciente (creada en 1868) como un componente rutinario de la sexualidad y de la identidad humana. Dicho de otro modo, ella forma parte del paisaje. Además de ser una identidad ficticia, un amor ficticio, una realidad impalpable, es difícil de probar como de desaprobar. Entonces la mayoría de nuestros contemporáneos han decidido dejarla libre, sin tratar de averiguar adónde llevaría a la Humanidad. Ella es la única « identidad » victimaria mundial presentada como una evidencia pero que no puede autenticarse (a diferencia de los Negros, de las mujeres, de los pobres, de los extranjeros, de ciertas personas minusválidas o enfermedas, etc.). Por otra parte, la distancia – confusa pero decisiva – entre el deseo homo no-actuado y el deseo homo practicado coloca la homosexualidad en tensión entre la banalidad extrema y la gravedad extrema. Ella se ve como un epifenómeno, un detalle de la persona que la siente. En sus modalidades de actualización, también es polifacética… y entonces estamos tentados de fragmentarla, y luego de banalizarla. De hecho, hay mil maneras de vivir su homosexualidad. Ella tiene mil caras. Es a la vez una fantasía incumplida, una persona concreta, a veces un acto concreto, una imagen mediática y una comunidad cultural. Debido a su variedad de formas, ella tiene tiempo para incorporarse progresivamente en la sociedad, para ser rebanada en pedacitos (ejemplo de declinaciones : homosexualidad masculina, homosexualidad lésbica, bisexualidad, transexualidad, pansexualidad, triolismo, homoparentalidad ; beso, caricia, gesto artístico, amistad erotizada, pareja, rollos de una noche o regulares ; « salida del armario », Unión Civil, matrimonio, asistencia médica a la procreación, maternidad subrogada ; etc.), pedazos que, tomados por separados, parecen irrisorios, folclóricos, anecdóticos, improbables, aislados, incluso admisibles. Actualmente, la homosexualidad se diluye en la bisexualidad progre. Por lo tanto, ella es difícil de identificar y de condenar. Esto se puede comprobar por ejemplo con la campaña publicitaria AIDES que siguió la de los famosos carteles contra el VIH, en la que la prevención del Sida esta vez abarcó cuidadosamente a todas las « parejas » (hombre-mujer, hombre-hombre, Negro y Blanco, etc.), para no ser acusada de parcialidad o de proselitismo exclusivamente homosexualista.
Incluso los creyentes están tentados, por aparentes muy buenos motivos, de relativizar la homosexualidad. Los musulmanes, por ejemplo, no dicen nada en contra de ella públicamente (¿ Los habéis visto desfilar en las Manifs Para Todos ?). Sólo los católicos abren un poco la boca al respecto… y aún así… no la tratan directamente, ya que sólo hablan del niño. Según muchos críticos de la homosexualidad, conversar de ésta equivaldría a darle demasiada importancia, a justificarla, a seguir la esencialización homófoba de la homosexualidad (« Una persona homosexual no puede reducirse a su sexualidad, a su orientación sexual. ¿ Por qué encerrarla en una etiqueta, en su tendencia ? »). En nombre de un universalismo que queda bien – y que incluso se basa en la Teología del Cuerpo de Juan Pablo II –, prefieren callarla. A fin de cuentas, razonan exactamente como los bobos (burgueses-bohemia) bisexuales, que desean « la práctica homosexual discreta, sin cara y sin etiqueta », que consideran la homosexualidad como una opción que debe ofrecerse (o no), como un acto realizado libremente e independientemente de la persona y de su responsabilidad, independientemente del sexo de quienes lo cometen.
Los católicos se justifican banalizar la homosexualidad so pretexto de no pactar con la historiografía contemporánea que hace empezar la Historia a partir de 1789. Según ellos, la importancia de la homosexualidad es demasiado reciente y demasiado fulgurante para ser creíble : « aún cuando siga siendo transhistórica », sólo sería un « detalle de la historia », un elemento anecdótico, literario y futurista de la Humanidad. Ella no merece tantas investigaciones ni consideraciones. En realidad, aquellos historiadores cristianos monárquicos desprecian y subestiman su época. Se aferran a tiempos inmemoriales que idealizan y que anhelan restaurar. Pues la homosexualidad les parece un capricho temporal de la posmodernidad.
Los católicos – los únicos que podrían estar dispuestos a ofrecer un debate de fondo y una oposición a la homosexualidad – aparecen cada vez más indiferentes/timoratos en su contra, e incluso enojados con ésta. La han descartado antes siquiera de haberse atrevido a tratar de ella. Las pocas veces que se aborda un poco el tema, no la asumen como una prioridad. Pienso por ejemplo en el grupo de trabajo de Monseñor de Dinechin (obispo francés), que reunió en circuito cerrado durante dos años consecutivos (2014 y 2015) a directores de escuelas privadas católicas, a instructores en afectividad, a psicólogos escolares, a sacerdotes, etc. Tuve el honor de formar parte de los oradores, pero por cortesía y para encomiar de todas formas la buena intención de la iniciativa, no me atreví a entrometerme. El objetivo de este grupo de trabajo era borroso : « formarse para hacer frente a los nuevos retos de la educación, de la sexualidad, de la pastoral, en particular a la atención de los jóvenes ». Pero hemos perdido nuestro tiempo, simplemente porque la prioridad de la homosexualidad (mientras que había urgencias y grandes necesidades de respuestas en la materia) no fue valerosamente asumida. Reprodujimos demasiadas horas largas sobre temas anexos que nadie recuerda ; y una sola sobre la homosexualidad (que moderé) ¡ qué era demasiado corta !
Aquel desajuste sucedió en muchos coloquios, seminarios sobre el Género, foros de jóvenes, en los que participé. Los organizadores quieren convertir la homosexualidad en un taller perdido entre otros, en un sujeto anecdótico, y no en una prioridad ni en un tema que abarca a todos los otros. Agregan a la homosexualidad temáticas de tres por cuatro (la libertad, la cultura, la ecología, el transhumanismo, el Género, la conciencia, el compromiso, la educación, la transmisión, lo Humano, los límites, la benevolencia, las vulnerabilidades, el decrecimiento, etc.) que, aunque no carentes de interés, no son una prioridad y no hablan a la gente. Suelen colocar la homosexualidad en una brocheta/hilera, para ahogarla. Perdemos mucho tiempo. Y las pocas veces que se rasguña la superficie del tema, ya sea cuestiones periféricas que tienen una relación indirecta con ella (familia, matrimonio, castidad, misericordia, amistad, identidad, etc.), sea fragmentan el propio sujeto para andarse por las ramas y no decir las cosas esenciales : enfoque jurídico de la homosexualidad/enfoque biblista/enfoque histórico/enfoque psicológico/enfoque pastoral/enfoque testimonio (y claro, como por ensalmo, el único que se descarta ¡ aunque sea el más importante !, es el enfoque sociológico y antropológico). ¿ Cuántas veces me pusieron en mesas redondas (¡ tortas !) en compañía de especialistas que me alejan del tratamiento directo de la homosexualidad, sólo porque no querían dejarme hablar solo (¡ demasiado peligroso !) y que era indispensable cortar mi tiempo por la intervención sosa de un filósofo, un periodista, un rabino, un abogado, un jurista, un cura, un historiador, una pareja hombre-mujer casada, una persona adoptada, una persona minusválida, un político… ¡ Sólo faltaba un baldado ! Incluso enfrentado con una persona LGBT, ¡ hubiese sido más fructífero ! Con la homosexualidad, el « efecto pinchito » – como me gusta llamarlo – causa estragos e impide llegar al fondo del asunto. Se adjudica siempre algo (un tema anexo) o alguien (un « experto ») a la homosexualidad, alegando que ésta no se sostiene, que no habría que dejarla sola. ¡ Y la mejor parte, es que después, nos dicen que es un tema poco universal y demasiado cerrado, o que no lo hablamos lo suficiente y que nuestra conferencia no estaba clara ! ¡ En realidad, la gente tiene miedo de descubrir su universalidad e incluso su primacía en el contexto actual !
Por desgracia, la subestimación de la homosexualidad no alcanzó sólo los círculos católicos estirados. Pienso en la asociación ASC (Abrogación Sin Concesión) que monté en 2014 con algunos valientes líderes regionales ex-LMPT y descontentos de las orientaciones arribistas de La Manif Para Todos. Incluso aquellos « jefes disidentes », que nada tienen de administrativos o de idiotas, no han percibido la prioridad de la homosexualidad : algunos la han reemplazado rápidamente por el Front National, por Siria, por la lucha contra la maternidad subrogada y el transhumanismo, por el activismo, por el radicalismo, por la ira (hicieron de la abrogación – que sólo es un medio – un objetivo y un lema agresivo), por el comercio justo (economía local alternativa y paralela), por la carrera politiquera, etc. Muchos han olvidado el « matrimonio gay » y lo han considerado erróneamente como una etapa de transición, como un « tema entre otros », como un hermoso capítulo activista que se había cerrado. Mirando hacia atrás, se dan cuenta de que se ven obligados a volver a examinarla de todos modos.
5) Será negado porque ella parece menos grave que muchas otras cosas
La primacía de la homosexualidad será denegada porque la homosexualidad (y hablar de ésta), parece menos grave que muchos otros hechos sociales. ¡ Y siempre se le encuentra peor en otras partes !
La banalización o la relativización de la homosexualidad en realidad sólo es la manifestación inconsciente de una angustia, de una falta de confianza en la Humanidad y en la Iglesia. La gente tiene cada vez menos fe. Y eso se nota en su actitud hacia la homosexualidad : una percepción a la vez relativizadora pero también demonizadora y victimizadora. Ellos tienden a caer en el mal menor – e incluso a refugiarse tras lo catastrófico y lo no-ejemplar – porque según ellos el Bien sería « imposible ».
He aquí algunos ejemplos de « razonamientos por el mal menor » que oigo aquí y allá, inclusive de la boca de los católicos : « La Unión Civil es un mal menor que nos ahorrará el matrimonio gay y sus consecuencias sobre la filiación. » (Mi respuesta : Falso, ya que la Unión Civiles el matrimonio gay y la maternidad subrogada) ; « Es mejor estar en pareja homo que solo e infeliz. » (Mi respuesta : Falso : Mejor estar bien acompañado y/o bien ordenado religiosamente) ; « La pareja gay ofrece, a pesar de sus límites, un acompañamiento. » (Mi respuesta : Falso : Más vale estar solo que mal acompañado, como es el caso de todas las « parejas » homos) ; « La homosexualidad no es una elección, por lo que la pareja homo tampoco lo es. » (Mi respuesta : Falso : Emparejarse es un acto libre, excepto en el caso de violación o de prostitución) ; « La castidad es una virtud universal y la cruz de todos, ya sea que estemos casados o solteros : no está dirigida específicamente a los homos. » (Mi respuesta : Sí, pero la forma de castidad de las personas duraderamente homosexuales es el celibato continente) ; « ¡ Pido la reescritura de la Ley Taubira en vez de la abrogación ! » (Mi respuesta : Falso : Tanto la una como la otra son falsas promesas ya que ninguna de las dos se cumplirá sin que se trate claramente de homosexualidad) ; « El matrimonio igualitario, ¿ qué más os da ? Ello no os quita absolutamente nada. » (Mi respuesta : Sí. Esta ley elimina socialmente la soberanía de la diferencia de sexos en el matrimonio y la filiación, y sobre todo, simbólicamente quita el amor entre los dos padres biológicos de un niño).
Ahora, he aquí algunos ejemplos de razonamientos por el peor : « Más vale un niño criado por una pareja gay que golpeado por una pareja hetero de alcohólicos. » (Mi respuesta : Falso : La violencia en las « parejas » homos es generalmente más fuerte, y las estadísticas lo prueban) ; « ¡ Y la de niños que están esperando en los orfanatos ! » (Mi respuesta : Falso : En Francia, hay más adoptantes que niños adoptables) ; « Mejor terminar como lesbiana que golpeada por su marido. » (Mi respuesta : Falso : Es mejor casarse con un hombre afectuoso, y hay muchos) ; « ¡ No descasaremos a las parejas homos casadas ! » (Mi respuesta : Falso : Las « parejas » homos nunca han sido casadas, incluso cuando han recibido el derecho a ello, por lo que hablar de « descasamiento » es creer en el « matrimonio gay ») ; « ¡ Sin la Unión Civil, las parejas homos no podrán, en caso de muerte, legar sus bienes a la persona a la que han dedicado su vida ! » (Mi respuesta : Falso : Existen tutelas testamentarias, y los derechos gays nunca han sido pedidos por su contenido) ; « Si practicas la homosexualidad, acabarás en el infierno : ¡ está escrito en la Biblia con todo detalle ! » (Mi respuesta : Falso : El pecado mortal no conduce necesariamente a la condenación dado que hasta la hora de la muerte, el alma puede dejarse amar por Jesús y arrepentirse, como lo demuestra el Buen Ladrón) ; « Los homosexuales han sufrido antaño : se merecen algún tipo de compensación. » (Mi respuesta : Falso : Negar los sufrimientos y los errores de la gente no es amarlas) ; « Cualquier niño tiene derecho a conocer a su padre y a su madre y a ser criado por ellos. » (Mi respuesta : Falso : La única cosa que importa, no es la presencia de los padres biológicos – aunque sea deseable – sino el lazo de amor entre ellos) ; « La abrogación de la Ley Taubira [sin hablar de homosexualidad ni de la Unión Civil] en lugar de la reescritura ! » (Mi respuesta : Falso : La abrogación sin tener que lidiar con la homosexualidad que es la intención y la base de la ley por suprimir, es un mito radicalizado).
Dado que nuestro contexto mundial está muy turbado, se hace cada vez más difícil encontrar claridad. Nos enfrentamos a complotistas, los cuales se enfrentan también a denunciantes complotistas. Hay quienes ven al diablo en todas partes y quienes no lo ven en ninguna parte. Este es un verdadero tiempo de desconcierto, de confusión. El revuelo mediático – con la confluencia entre los medios de comunicación de masa y las redes sociales de Internet – ya no nos permite visualizar las prioridades y la Verdad, en particular acerca de la homosexualidad. Hay problemas – cuyo centro afectivo medular es la homosexualidad – que aparentemente son mucho más impresionantes y prioritarios que ella : el aborto, los vientres de alquiler, la pornografía, la llegada de los migrantes, las catástrofes ecológicas, la guerra en Siria, la clonación, Daesh, la caída de la Bolsa, el calentamiento climático, los virus, el declive de la familia, las hambrunas, etc. Entre la acumulación de todos estos males planetarios, la homosexualidad parece una gota en el océano del transhumanismo. Del mismo modo, la homofobia parece más aislada y minoritaria que los casos de pedofilia o de violaciones contra las mujeres. La gente prefiere espiritualizar tanto como racionalizar el mal para exagerarlo como un « proceso fundamentalista », una « violación de la Realidad », una « ideología » o « el Género », en lugar de definirlo con las palabras populares corrientes. En el pánico, ya no se razona, ya no se jerarquiza, ya no se prioriza. Ahora mismo, los responsables de la Iglesia Católica piensan que es muy valiente afirmar que « la guerra no es buena, que la pedofilia es un escándalo, que el laicismo es una plaga, que el aborto atenta contra la vida, que la libertad de expresión es lo que más importa ». Sin embargo, no queda nadie para decir que « la pareja homo es un pecado mortal » y que « el amor homo no existe ». Es el último fin de los tiempos, por lo que es el pánico general, la proliferación de las urgencias (especialmente las que se relacionan con la filiación, los niños, los más débiles : aquellas son las más impresionantes) y la generalización del mal. El reino del diablo está dividido y esta división se vuelve en nuestra contra. Esto relega la homosexualidad a un segundo plano que no se merece. Se parece a una etapa entre otras o a un fenómeno transitorio en un proceso global. Ella no tiene al parecer nada de la piedra angular del edificio masónico y anticrístico. Incluso los constructores francmasones la ignoran tanto como la defienden.
Por cierto, atacar a la homosexualidad nunca es atacarla directamente a ella sola, sino a sus numerosas ramificaciones. Pero desde luego, ello casi la exculpa. Algunos activistas pro-Vida suelen decirme : « Nosotros, no desfilamos en contra de la homosexualidad, pero finalmente en contra de todas las leyes que amenazan la Vida – lo que tú llamas ‘la heterosexualidad’ : los divorcios, el comercio de niños, los obstáculos a la ecología, los ataques contra la libertad de educación, etc. El matrimonio para todos es la puerta abierta al matrimonio con cualquier persona y cualquier cosa (e incluso la legalización de la poligamia, del incesto y de la pedofilia, por lo que yo sé). Me han dicho que una mujer se casó con su perro en algún Estado de los EE.UU.. Este es el camino hacia la idolatría y la decadencia… » Por lo tanto, se olvidan de la homosexualidad y la consideran como un problema entre muchos otros. En general, ahogan su centralidad, ya sea porque miran demasiado hacia atrás y siempre encuentran a la homosexualidad antecedentes más dramáticos que ella (« El problema inicial, son los anticonceptivos o los divorcios o los abortos ou la Ilustración o la República o la democracia. »), sea por el contrario porque se proyectan increíblemente hacia adelante y hacia el futuro (« ¡ El problema de fondo, es el Cyborg o el transhumanismo o la deshumanización o la ecología o el fin de los tiempos o el Gobierno Mundial o el Anticristo o la clonación o las persecuciones contra los cristianos ! »). A este paso, ¡ nos ahorraremos tiempo hablando directamente del pecado original y del diablo ! Pero no nombran EL verdadero problema, y sobre todo la forma discursiva precisa – es decir la homosexualidad, la heterosexualidad y la homofobia – que éste ha tomado masivamente en la mente y en el corazón de nuestros contemporáneos. Creo que hoy, la homosexualidad es tan importante, al nivel de las prioridades, como Jesús. Tal vez algunos de ustedes se horroricen de que haga esta analogía. Y, sin embargo, si se dieran cuenta de la gemelidad entre Jesús y el diablo, ni siquiera tendrían que disgustarse por ello. La homosexualidad, al igual que Jesús que parecía surgir de la nada como un personaje-transición y no ser el centro de la Humanidad ni del bien ya que se integraba en un linaje pecaminoso, también parece venir de improviso en medio de una cadena de males que la precedieron y adelantar otros males más aterradores que ella, mientras que en realidad es el centro del mal (yo no he dicho « la causa del mal »).
6) Será negado porque es sinceramente ignorado
Programa Infra Rouge en Suiza
En primer lugar, la gente, incluyendo a los católicos en su mayoría, no se dan cuenta de la importancia del tema de la homosexualidad. Dista de ser siempre una mala fe de su parte, una negación calculada, hay en ellos – y eso es lo más desconcertante – un montón de inconsciencia y de ignorancia. No han aceptado realmente que la homosexualidad no sea un asunto sin importancia, un mero « testimonio de vida », sino por el contrario una bomba de amor y de santidad. Por ejemplo, en 2012, deslumbrado por el testimonio de una pareja hombre-mujer recién casada de Lille (ciudad del Norte de Francia) que se había convertido al catolicismo en Rocamadour, había tratado de involucrarles en mi impulso de evangelización. Percibí muy rápidamente su miedo y sus reticencias, no a causa de su cobardía ni de su desconfianza en mí, sino sólo por el hecho de que no nadábamos en las mismas aguas. Y reconocerlo nada devalúa su recorrido o sus personas (me enteré de que habían adoptado a un niño con síndrome de Down, y eso es muy valiente por su parte). El testimonio público de la homosexualidad es socialmente la pista negra de esquí, es otra altura de combate y de impopularidad, es el nivel mundial más alto de senderismo. Ellos no tienen la madera.
La mayoría de los testigos católicos públicos son prisioneros de su experiencia propia : cuentan su vida, su conversión, a veces a la manera de una comedia stand-up. Sin embargo, un testimonio, aunque sea esencial y pueda ganarse los corazones, sigue siendo sumamente personal, limitado a eventos específicos, y es menos ambicioso que un análisis intelectual y universalista. Suele reducirse a un disco que se repite en bucle. El filósofo francés Fabrice Hadjadj, por ejemplo, sobrevivió a su propio testimonio, precisamente porque no ofrece un testimonio, no se aferra a su vida, a una cronología precisa de hechos autobiográficos que sólo se cuentan una vez, sino que por el contrario propone un verdadero análisis, toma riesgos, entrega su vida sin explicitarla, con un mínimo de pudor y de audacia. La mayoría de los testigos católicos se exponen sobre la base de su propia vida, aunque luego argumenten demagógicamente que aquella pertenece a Dios. Pero su proceso permanece muy narcisista, impúdico. Igualmente narcisistas y agresivos son los testigos que no se despegan del análisis, y por lo tanto que se estancan en el intelectualismo y el clericalismo : se hacen expertos de un tema sobre en el que se detienen demasiado para ser limpios. Se comen su hueso hasta la médula y se atienen a su cátedra universitaria, repitiendo evidencias para no abordar el fondo de las problemáticas. Ejemplos : François-Xavier Bellamy y la transmisión/la educación/la cultura ; el padre Grosjean y el compromiso/la afectividad ; el cardenal Sarah y la doctrina/la Misión/el silencio ; Tugdual Derville y la vulnerabilidad/ la benevolencia/el natalismo/el transhumanismo ; Thérèse Hargot y la sexualidad en un sentido amplio y generalista. Se pelean por áreas temáticas, hacen demasiado hincapié en los detalles. Vi por ejemplo la competencia que desencadenó por ejemplo el descubrimiento de las palabras « Género », « Maternidad subrogada » y « Abrogación » en muchos países de Europa y del mundo. Juristas, historiadores, psicólogos, políticos, rectores de universidad de teología, filósofos… toda esta intelectualidad quería salir del apuro en el momento del ansia por las Manifs Para Todos y se pisoteaban cortésmente los unos a los otros, no para estar al servicio de la Verdad, sino para ofrecerse una visibilidad, una carrera, y para disfrutar de la ola reflexiva/militante barata : estos « expertos » intocables no sólo se pisan los talones los unos a los otros, sino que además fueron inconscientemente celosos de la superioridad de tratamiento de la homosexualidad en su ámbito de competencia y de conocimiento. ¿ Ustedes saben cómo lo veo ? En la actitud de niños impresionados, formales y con mirada baja, que adoptan aquellos bloggers o académicos cuando se encuentran frente a mí. Se sientes avergonzados de ocupar mi lugar mediático/político y de sentir su ilegitimidad. Lo que dicen está bien dicho, pero no cambia realmente las cosas y no tiene tanto impacto como la homosexualidad. Y sobre todo, ello parasita y nivela todos los asuntos en el mismo plano, mientras que desde el punto de vista de las prioridades y de las urgencias mundiales, no hay igualdad entre ellos.
Aquellos mercaderes del Templo del natalismo, del familialismo, del ecologismo, del transhumanismo, que no quieren de ninguna manera hablar sobre lo que interesa realmente a la gente (religión, sexo, amor), se encuentran además muy a menudo cara a cara en los platós de televisión con personas homosexuales que los contradicen, y es entonces cuando en su interior se dan cuenta de su propio engaño : « Bueno, ya pasó, ya pasó… ¿ Qué pinto yo aquí ?… » Tugdual Derville, por ejemplo, no tiene por el momento la humildad para ceder su asiento en los medios de comunicación, incluso cuando se enfrenta constantemente con personas homosexuales o gays friendly en las cadenas de televisión o en la radio. Quiere destacarse mediáticamente… ¡ y encima, se presenta como el promotor de la humildad y de la vulnerabilidad ! ; aunque conozca la importancia de mi testimonio (Me confesó extraoficialmente durante las Manifs del 2013 que yo era « la tercera pata del trípode »). Voy a tomar otro ejemplo revelador, esta vez en Suiza, con Lionel Avanthay, un amigo que acabó en un programa de tele de la cadena RTS en 2015, Infra Rouge, justo cuando Suiza está planeando la aprobación del « matrimonio gay ». Estaba de representante de las Centinelas (les Veilleurs) helvecias, junto a Yannick Butet (PDC : Partido Demócrata Cristiano) y al Padre Dominique Rimaz. Los tres vinieron a decirnos, a nosotras personas homosexuales, que no estaban de acuerdo con nuestras posturas, pero que sin embargo no nos juzgaban y no juzgaban nuestros amores : estupendo… ¡ Nos alegra saberlo ! La disposición del plató de televisión, fueron la homosexualidad y la homofobia que la diseñaron. Había por un lado las personas homosexuales (que representaban la juventud, el amor, el progreso, la libertad, los más « discriminados »), y por el otro lado el campo pro-Vida (vitalista, natalista, familialista, espiritualista, humanista, ecologista integral, con el político, el cura, el intelectual no homo). En el corazón de los espectadores, ¡ la elección se hace rápidamente ! ¡ Los humanistas integrales, los espiritualistas, no daban la talla ! Últimamente, Lionel Avanthay me confesó en privado que se preguntaba qué diablos estaba haciendo en este plató. Él entendió que su presencia estaba fuera de lugar. Intentó – y eso es muy amable de su parte – mostrar mi libro dos veces en el campo visual de las cámaras. ¡ Anda ya !… un libro no es un sustituto de la presencia real. Se barre y reprueba en un santiamén a los católicos en los medios de comunicación a causa de la homosexualidad. Ellos todavía no se han percatado de la importancia de la homosexualidad en el escenario emocional y mundial.
Tampoco han comprendido el lugar que ocupa la homosexualidad, ni el tamaño discursivo que requiere, ni el formato de intervención que exige. Hablar de homosexualidad, no es ni trivial ni farragoso ni ambicioso. Pega fuerte y está hecha por supuesto para la entrevista interpersonal íntima pero sobre todo para una gran audiencia. Si no, ¡ ustedes nos finiquitan, a nosotros los testigos homosexuales ! Para tratarla, se necesita una sala de operación digna de ese nombre, con un montón de utensilios, una gran sala, un buen equipo, recursos, un amplio público. Cuando me meten en un cabina (o detrás de un mostrador) en Montmartre para el Festival Anuncio (Festilove 2014 alrededor del Sagrado Corazón, con un cartel « homosexualidad » que mostraba las cartas), aún cuando el bien que puedo hacer por una audiencia de 500 personas puedo proporcionarlo por una sola persona (¡ y ya me desplazo con mucho gusto por una persona !) ¡ es como quererme muerto ! El análisis de la homosexualidad requiere una asamblea. Esto no lo digo yo : son las reacciones de las personas que a menudo se arrepienten de no haber acudido en masa después de darse cuenta del alcance universal y necesario a mi conferencia. Si me ponen en un stand para hablar de homosexualidad, entonces yo estoy obligado a tratar caso por caso, a volver a explicar detenidamente (y mal) los mismos fundamentos sobre la homosexualidad, a reescribir mis libros cada vez, a entretenerme a solas con cada uno de los transeúntes (porque ellos hacen cola para no ser oídos por los otros). Y paso un día muy rico pero de pesadilla porque el trabajo de los corazones que yo hubiera podido realizar frente a una asamblea, lo opero de manera rápida e imprecisa sobre personas que se sienten frustradas por no seguir más adelante intercambiando y por no haber recibido respuesta a todas sus preguntas apremiantes. La homosexualidad, es algo íntimo y muy doloroso. Detrás, no hay poca cosa. En cuanto se la trata en privado, requiere mucho más tiempo que en público. De eso, pocos católicos se dan cuenta. Logísticamente, colocarme en el lugar del psicólogo detrás de un mostrador, mientras que soy ante todo un orador, es suicida. El análisis de la homosexualidad abre caminos amplios. E incluso si ésta ya actúa de manera eficaz en casos individuales (yo podría pasarme la vida encadenando las entrevistas de asesoramiento privados), es igual de eficaz o todavía más eficaz en grupos grandes, porque el trabajo de explicación de la homosexualidad (concepto complejo), no tengo que repetirlo sin parar. La homosexualidad, ya es algo en la intimidad. ¡ Pero tiene la magnitud de una muchedumbre ! ¡ Es inmanejable, un stand sobre la homosexualidad ! ¡ Yo estaba muerto al final de mi día en Montmartre ! Luché como un loco por Jesús. Ello rindió frutos maravillosos. Pero un taller en Anuncio, en serio, ¡ no me vuelvan a hacer eso ! En tiempos normales, cuando un desconocido me pide – ya sea por correo sea por teléfono – una cita privada, suspiro de fatiga por anticipado. Sobre todo cuando veo que éste va a embarcarme de nuevo en una larga presentación de lo que ya he escrito, que me interrogará sobre lo que ya he contestado en mi blog (porque le dio demasiada pereza leer mis libros), que va a reclamarme una conversación individual que reemplazaría supuestamente un debate colectivo, sólo porque en realidad no confía en mí. A veces me hacen pasar por un montón de cámaras de descompresión, de entrevistas preliminares para controlar el contenido de mis conferencias y poner freno al alcance de la pesca milagrosa que es el testimonio analítico de la homosexualidad. Ejemplos : quieren verme a solas, quieren tomar una caña con una « celebridad » católica, me escriben por correo electrónico para preguntarme cosas que ya he explicitado ampliamente, el director de una escuela secundaria desea examinar lo que tengo en la cabeza y juzgar si por si acaso podría hablar a sus alumnos ; o bien formo a instructores de la afectividad que tratarán de imitar a Philippe Ariño frente a sus jóvenes (pero no tan bien, claro). Agotadores y humillantes son todas estas desconfianzas, estas casetas chiquitas, estas denegaciones de la importancia de la homosexualidad, estos espacios apretados. ¡ Y cuánta pérdida de tiempo ! Aunque todo sea útil y ya muy hermoso en la relación interpersonal. Pero si puedo aliviar a treinta almas tanto como a una, ¿ por qué privarme de ello ?
Lo repito. Hablar de homosexualidad, no es un simple testimonio. No es « Les voy a contar mi vuelta al mundo en bicicleta », « Construí un pozo en África », « Soy religiosa y judoka » ni « Hice un viaje a Siria » (aunque sea de maravilla involucrarse con la asociación S.O.S. Cristianos de Oriente y Fraternidad en Irak : ese no es el punto). Tampoco es « ¿ Cómo comprometerse en la política o en las empresas ? ». La homosexualidad es más grande y compleja que eso : es un mundo inexplorado, un ramo universitario por inaugurar (véase mi Diccionario de Códigos homosexuales), es un conjunto de definiciones sobre la sexualidad que hay que retomar/aclarar (y no sólo con los jóvenes ; ¡ Los adultos también tienen retraso sobre estos temas !). Hablar de la homosexualidad, no se hace a medias. Debido a que se trata de sufrimiento y de diferencia de sexos, se trata del corazón de nuestra humanidad y de la Iglesia. Eso lleva tiempo. Es un testimonio-análisis (¡ Y ambas cosas ! No la una sin la otra).
Si los católicos realmente se dieran los medios, la homosexualidad hasta se merecería una « sesión Paray-le-Monial para todos », de una semana como mínimo, una sesión no reservada sólo a los voluntarios, a los interesados, ni a un grupo cerrado. Lo ideal sería que todos los católicos estudiasen la cuestión homosexual, y ello una generación tras otra. La homosexualidad hasta podría ser el objeto de un coloquio o un seminario de una semana entera. Una hora no es suficiente. Y las personas que se imaginan que el tratamiento de la homosexualidad lleva una hora y que piensan que ésta se limita a un sujetito y a un agradable testimonio, son las primeras en quejarse después de no haberte dejado más de una hora o que no estés aquí para garantizar el servicio posventa de tu conferencia : están desbordadas por la grandeza del tema, mosqueadas por su ingenuidad y su miedo, y asustadas de que hayas abierto tantas puertas insospechadas, de que hayas removido la mierda. No están contentas. « Bueno pues a Philippe Ariño no le volveremos a invitar. ¡ Es un desastre después ! Aunque en el momento, parecía genial. » Las conferencias sobre la homosexualidad no equivalen al programa de entrevistas televisivo o a la comodidad del testimonio conmovedor : se trata de una operación, en el sentido quirúrgico y espiritual (= obra del Espíritu Santo), con el riesgo de complicaciones postoperatorias. Hay que currar, hay que reflexionar. Y duele, aunque necesitemos que nos operen puesto que la sexualidad y la fe son cuestiones de vida o muerte. Después de mis conferencias, las personas suelen reaccionar como los pacientes que acaban de salir de la sala de operaciones. Se quejan al cirujano jefe (yo, en este caso). Se fingen desagradecidos. Aunque el cirujano se lleve casi todo el mérito, prefieren aplaudir a las enfermeras y enfurruñarse en un rincón en contra de su mal despertar. Por ejemplo, durante el primer itinerario « Homosexualidad » en Paray-le-Monial (centroeste de Francia) en 2015, fui uno de los oradores que recibió los más pésimos informes de balance en las encuestas de satisfacción : los participantes no querían revolucionar demasiado sus hábitos. Escuchar testimonios sobre la homosexualidad, eso está muy bien. Analizar la homosexualidad, decir lo que es, ir más allá del testimonio emocional, cuestionarse a sí mismo en su propia relación con la diferencia de sexos, con la Iglesia, con los sacramentos, con la homosexualidad, con el pecado, sin embargo, mola mucho menos. El testimonio sobre la homosexualidad sale siempre muy bien y muy mal. Incluso cuando todo va bien y que los oyentes descubren el tesoro que contiene la homosexualidad, se van con frustraciones, con sueños perdidos y millones de preguntas. ¿ Quién ha dicho que la homosexualidad era « guay » ?
En segundo lugar, la gente en general, y los católicos en particular, no parecen darse cuenta de que nunca abordan el tema de la homosexualidad. La mayoría de ellos están inmersos en la esquizofrenia de las buenas intenciones y creen que porque quieren/denuncian una cosa y pronuncian la palabra relacionada con ésta, la han hecho o la han explicitado y pensado. ¡ Cuando no es el caso en absoluto ! Por ejemplo, los Pro-Vida todavía están convencidos de que hablan de la Ley Taubira (= el matrimonio igualitario). Les puedo asegurar que, incluso desde las primeras reuniones de los portavoces de La Manif Para Todos – septiembre de 2012 en Saint-Sauveur en París – nunca se ha discutido de ella : los futuros militantes LMPT sólo abordaban las consecuencias post-boda sobre el niño. Durante la vigilia « aniversario » de los Veilleurs (las Centinelas francesas) en la Plaza de la Concorde el 30 de Agosto de 2013, que celebraba los cinco meses de este movimiento « espontáneo », y dedicada (¡ qué ironía del destino !) al tema de la « memoria », los organizadores tomaron muy mal que yo les recordara justo después de la velada que habían olvidado por completo la Ley Taubira. Se enorgullecían de « no dejar pasar nada » (el famoso lema de La Manif Por Tous es « On ne lâche rien ! ») mientras que ya habían abandonado la base principal de nuestra lucha desde el principio, habían tirado a su propia madre por la borda (porque los Veilleurs nacieron de la oposición al « matrimonio gay », no lo olvidemos). Después de aquella lamentable velada jet set burguesa-bohemia de Versalles, hasta tuve que tomar un café con Madeleine de Jessey y Axel Rokvam para justificar mi bufido en las redes sociales : por deshonestidad y orgullo, los dos líderes históricos de los Veilleurs negaron reconocer su asombrosa amnesia. Sin embargo, era la verdad. ¡ Ni la más mínima mención del « matrimonio gay » o de la Ley Taubira en toda la vigilia conmemorativa !
Lo crean o no : los adversarios del « matrimonio para todos » nunca han hablado de este último : ni durante ni después de la aprobación de la ley. Incluso los activistas más cabezas locas – es decir las Centinelas de pie –, cuando los transeúntes les preguntaban ingenuamente por qué estaban encarceladas como un rebaño detrás de las vallas de los Guardias Civiles (CRS), ni siquiera tuvieron el ánimo para decir que, en primer lugar, estaban allí por desafiar el « matrimonio homosexual » : las oía esquivar la verdadera razón y tratar de apiadar/impresionar al mirón insistiendo en el « encarcelamiento de Nicolas Bernard-Buss », o en la « censura estatal », en la « violación de la libertad de expresión y de manifestación », etc. Vaya pandilla de falsos duros y de resistentes de lata, en realidad.
De igual modo, los Pro-Vida están convencidos de que se han ocupado de la Unión Civil : eso es totalmente falso. Dado que, para volver atrás sobre esta ley, es imprescindible hablar de homosexualidad. Ellos sólo se contentaron con expresar de boquilla que estaban « en contra » (para echar a Frigide Barjot del movimiento, en realidad) y sin ninguna explicación. Ludovine de Rochère, la presidenta de La Manif Para Todos se salta por completo la explicación de su oposición al PaCS, pretextando que « eso no es el asunto ».
La esquizofrenia se desplaza y sólo cambia de forma. Ahora, los activistas pro-Vida están convencidos de que se oponen a la GPA y gritan « abrogación » como martillearían « ¡ El Gordo ! » en una lotería televisiva. Enceguecidos por sus « buenas » intenciones y por la certeza de llevar la justa batalla, se niegan a admitir que sin denunciar la homosexualidad y huyendo de su tratamiento, construyen la homofobia e incluso acaban convirtiéndose en defensores de la maternidad subragada ya que los vientres de alquiler son la homosexualidad, y sólo son motivados intencionalmente y sentimentalmente por la defensa del « amor homosexual ». Con su visión natalista de la diferencia sexual y del matrimonio, transforman además a la mujer y al niño en objetos, al igual que los promotores de la maternidad subrogada. El Papa Benedicto XVI, sin embargo, nos había advertido contra los excesos del natalismo, ideología heterosexista que convierte a la madre y al niño en ídolos. Pero los comandos anti-maternidad-subrogada se niegan a escuchar razones. El día en que veamos a Ludovine de la Rochère y a Albéric Dumont (responsables de LMPT) admitir que son homófobos y que siguen el juego de la maternidad subrogada contra la cual pretenden luchar, ¡ será la Apostasía, creo !
En tercer y último lugar, la mayoría de los católicos no se dan cuenta de que tratan mal a los testigos de la homosexualidad. Hace poco, un director tradicionalista que me había grabado para el documental Les Lendemains tristes du mariage gay (2013), y que ha comprendido, leyendo mis libros y siguiendo mis escritos con el tiempo, la importancia crucial del análisis de la homosexualidad, me pidió perdón por la ceguera y la ignorancia de sus compañeros conservadores : « ¿¡¿ No hay manera para que los católicos tradicionalistas te oigan ?!? Estoy seguro de que lo que dices podría encontrar un eco en ellos. Hay mucha ignorancia por su parte, una gran cerrazón con respecto a la homosexualidad. Perdónalos. Ellos no saben lo que escribes. » Y de hecho, cuando veo la ceguera de los periodistas de TV Libertés o de Radio Courtoisie (nunca he sido invitado en aquellos medios alternativos conservadores, mientras que, en todas las cuestiones sociales, inclusive el « matrimonio homosexual », soy imprescindible), es impresionante. Ellos viven en su mundo. Sin embargo, oyen hablar de mí. Pero por soberbia, orgullo, pereza intelectual, también homofobia, me mantienen al margen.
Otro ejemplo. Recordaré durante mucho tiempo este reciente y agradable almuerzo en casa de los hermanos de Santo Vicente de Paul, el 29 de septiembre de 2016, en París, en el que, gracias a mi hermano mayor y fraile dominico Luis-María, tuve la oportunidad de comer con varios sacerdotes y también Monseñor Jacques Habert, obispo de Séez (un tipo muy divertido y muy fino), reunidos alrededor de las Obras Mariales. No me esperaba esto : me prestaron una atención especial cuando, en la mesa, Mons Habert me preguntó cómo estaba y si había obispos que me respaldaban (en realidad, descubrí que todos los comensales alrededor de la mesa me conocían y conocían la reputación de mis escritos), y le contesté que tenía el apoyo de un solo obispo en Francia (Mons Brouwet, obispo de Lourdes), que no tenía trabajo, que ya casi no me invitaban en ningún lugar para dar conferencias, y que la falta de tratamiento de la homosexualidad en el último Sínodo sobre la familia era preocupante para el porvenir de la Iglesia Católica porque desacreditaba todos los sacramentos que componen el Cuerpo eclesial de Cristo. Vi que todos los clérigos que me rodeaban asentían tristemente. Podía oírse el vuelo de una mosca.
De hecho, creo realmente que la mayoría de los católicos no se han percatado a la vez del tesoro vivo de mi existencia en Francia (¡ incluso en Italia, los Italianos se quejan de « no tener a una copia de Philippe Ariño ! ») y también de la urgencia y de la necesidad de analizar la homosexualidad. Ellos no ven que me descartan, que no me apoyan. Muchos están seguros de que estoy súper ocupado y solicitado. Me inventan una agenda de ministro para no invitarme, una fama y una cuenta bancaria de celebridad para no prestarme asistencia financiera y para despreciarme como a un niño mimado. Me felicitan en privado por mi « valentía » para abandonar en realidad la valentía que se necesitaría para apoyarme en público. Me paso el día escribiendo artículos únicos e importantísimos sobre temas inéditos y muy poco analizados por los medios de comunicación católicos (la burguesía-bohemia, el chip electrónico, el Anticristo, los programas de telerealidad, la homosexualidad, el estado de la Iglesia a nivel interno, etc.), artículos que nadie comparte en las redes sociales… como si fuera una vergüenza. Y además (prueba de que no se dan cuenta de que me desprecian), algunos todavía me piden permiso para « compartirlos »… ¡ como si no los hubiera redactado un poco por eso ! No pero en serio… ¡ además de ser cobardes, son esquizofrénicos ! No se dan cuenta. Por eso sólo les puedo culpar a medias. El espíritu de extravío es un don de Dios, a pesar de todo. Pero wow… ¡ eso te deja pasmado !
7) Será negado porque es doloroso/violento
El Alcalde de Aulnay y el presentador Matthieu Delormeau
En nuestro mundo de la omnipotencia, del goce narcisista y del optimismo obligatorio, los seres humanos prefieren agarrarse a metaverdades positivas, catalizadas por una palabra erotizada como la « homosexualidad » y asexuada como el « amor », o en el extremo opuesto por verdades rigurosas y « sin concesiones » catalizadas por palabras legalistas como « derechos » y « discriminaciones », en lugar de enfrentarse con su orgullo, su miedo y sus sufrimientos reflejados en la homosexualidad.
A menudo cuento esta anécdota que me pasó hace casi 10 años, y que sigue siendo fatalmente relevante. Una noche mientras yo estaba en una reunión organizada por mi grupo de jóvenes profesionales en Savigny-sur-Orge (surburbios de París) en 2007, decidimos discutir los « puntos dogmáticos y pastorales de la Iglesia Católica que nos parecían plantear mayores problemas o preguntas ». Durante este debate improvisado y apasionante, conseguimos estar de acuerdo juntos en todos los temas sociales más difíciles. Todos menos uno : ¡ la homosexualidad ! como por casualidad… La violencia y la división escondidas detrás de la homosexualidad son tan inimaginables y monumentales que todo el mundo tiene miedo de desencadenar una guerra civil nombrándola.
Ninguno de los políticos – incluso aquellos quienes antaño estaban en contra del « matrimonio homosexual » y habían prometido que volverían sobre este último – atañe a ello. Por ejemplo, Donald Trump en los EE.UU. cambió dramáticamente su chaqueta : justo después de su elección en noviembre de 2016, dijo : « El matrimonio homosexual no tiene importancia dado que ya está establecido. Es la ley. […] Y me conviene. » Mariano Rajoy, en España, también cambió de opinión y dejó de lado el « matrimonio homosexual », espejeando antes de su llegada al poder que iba a suprimir esa ley. En cuanto a Francia, el escenario con François Fillon, si acaso lo eligen presidente, no promete ser distinto : extraoficialemente, confiesa por su parte que está en contra del « matrimonio gay » y propone una reescritura. Pero ante las cámaras, no dirá seguramente nada porque va a ver que el matrimonio y la filiación son inseparables. Hasta La Manif Para Todos ya no habla del « matrimonio homosexual » y ha abandonado el caso. Incluso en el Sínodo sobre la familia, el Papa y los cardenales prefirieron esquivar el tema de la homosexualidad, considerado demasiado polémico, divisor y explosivo.
La homosexualidad es realmente EL mayor tabú de la tierra. Da miedo, violenta e impresiona. Por ejemplo, el 29 de noviembre de 2016, en la emisión Touche pas à mon poste, Matthieu Delormeau, presentador tácitamente homo, reflejó al alcalde de Aulnay-sous-bois Bruno Beschizza su miedo y su hipocresía flagrante. Este último argumentó tercamente que el problema de los carteles de prevención contra el Sida – de los que he hablado un poco antes – no era la mostración de la homosexualidad, sino únicamente los mensajes obscenos que ilustraban las fotos. Mientras que era también la imagen de la homosexualidad que chocó a la opinión pública. Mientras que, cuando se trata de representaciones publicitarias de la violación entre hombres y mujeres, nadie se alza para denunciarlas. Pero ¡ qué va ! Los católicos siguen negando el objeto de su indignación, huyendo de la homosexualidad. El Arzobispo de París André Vingt-Trois, los filósofos franceses François-Xavier Bellamy o Tugdual Derville, nos declaran directo a los ojos, con una desfachatez increíble, que el problema en aquellos carteles de prevención del VIH no es la homosexualidad, pero « la ideología », o « la educación de los niños », o « el libertinaje », o « la obscenidad », o « la banalización de la sexualidad ». ¡ Y encima, en nombre de un universalismo que presenta bien y de una no-estigmatización de las personas homosexuales ! Incluso sostienen que estos carteles son « homófobos » ya que utilizan a las personas homosexuales para dar de ellas una mala imagen. Pero, por otro lado, su propia homofobia (es decir, su incapacidad para nombrar el problema, para utilizar la palabra « homosexualidad » y decir que es un mal, para dejar a las personas homosexuales que hablen en su sitio), ¡ son incapaces de verla ! Se refugian o bien detrás de la indignación, o bien detrás del parloteo intelectual y de la imitación de lo que reprochan a los demás. Nuestro representantes católicos actuales se contentan con comprobar el hundimiento moral y social. Lo describen aparentemente muy bien, pero sin solucionarlo (El 13 de diciembre de 2016, el Papa Francisco nos advirtió con razón contra los « intelectuales de la religion »). Puesto que no tienen una respuesta encarnada ni viva que ofrecer (ya que no son homosexuales), se meten en lo que yo llamo la « carrera por el espejo » : ya sea el espejo de la reacción (la indignación como argumento contestatario y desesperado : aúllan contra la « ideología »), ya sea el espejo de la acción retórica (o más bien el activismo : « ¡¡ Hay que actuar !! ¡¡ Hay que comprometerse !! ¡¡ Hay que rezar !! ¡¡ Hay que guardar silencio !! » : bueno pues ¡ la puta boca ! entonces).
El tratamiento de la homosexualidad incluso repele a los clérigos más atrevidos. Por ejemplo, el 27 de diciembre de 2016, tuve que acudir a Lourdes para la grabación de un programa de dos horas en Radio Presencia, sobre mis « 247 preguntas sobre la homosexualidad dentro de la Iglesia Católica ». Esta entrevista, dirigida por la periodista Nathalie Cardon, prometía ser muy buena, y juntos, ya teníamos la bastante materia como para llenarla. Pero en un principio, nos parecía buena idea « enfrentarme » con una autoridad de la Iglesia, para permitir que un obispo se expresase en un terreno amigo sobre la homosexualidad dentro del clero, y de manera totalmente inédita puesto que por una vez, el tratamiento de la cuestión no hubiera sido engañoso. Era la oportunidad de oro para poner en práctica el Dicasterio, para hablar con toda bondad sobre el tema más tabú de la Iglesia, y para finalmente juntar los dos ámbitos (homosexualidad e Iglesia) que todo el mundo – social, política, mediáticamente – opone. Pues sondeando a varios obispos, se escaquearon uno tras otro. No porque tenían miedo del cara a cara conmigo. Pero confesaron su incompetencia e ignorancia respecto a la homosexualidad eclesial. Incluso el padre Michel Baute, que es incansable para hablar de temas diversos y múltiples, no se atrevió a correr el riesgo. ¡ Esto refleja la escasez y el déficit de palabra eclesial sobre el tema ! ¡ No es de extrañar que el diablo ataque a la Iglesia a través de aquella brecha ! No es de extrañar tampoco que los católicos se sientan ahora abandonados por sus obispos/cardenales/Papa y totalmente indefensos.
En los movimientos católicos, existe un miedo real a la violencia homosexual. Se acoge el tema con temor y reticencia. Por ejemplo, durante la convención nacional Madre de Misericordia, en enero de 2016 en Montmartre, los organizadores no anunciaron por micrófono mi taller sobre la homosexualidad, y restringieron la audiencia a los instructores de la asociación Háblenme de amor… … mientras que había un montón de demandas externas, que la pequeña sala donde me habían puesto estaba repleta, y que por lo tanto hubo que añadir una segunda conferencia por la noche : ídem, esta última no fue anunciada a todo el grupo. Incluso entre grupos perseguidos, nosotros, personas homosexuales, ¡ somos en realidad los bastardos entre los bastardos ! A los movimientos que luchan contra el aborto y particularmente por las mujeres que piensan abortar se los puso en un aprieto : la Alianza VITA se halló en un estado de gran agitación durante el escándalo del instituto Gerson en París en abril de 2014 ; en sus comienzos, Madre de Misericordia, asociación maravillosa, tuvo problemas para encontrar un lugar en la Iglesia y tuvo que tranquilizar a los obispos acerca de su legitimidad. Sin embargo, en la Iglesia Católica, el tratamiento de la homosexualidad es aún más tabú que el tratamiento del aborto y de la interrupción voluntaria del embarazo. El itinerario « Homosexualidad » en Paray en 2015 ni siquiera fue objeto de un anuncio por micrófono durante la Sesión de las familias en la que se integraba. No había ningún tablero indicador para los interesados. Nadie podía adivinar que existía este recorrido. Si la palabra « aborto » ya es difícil de pronunciar en los círculos católicos, se considera francamente la palabra « homosexualidad » como una palabrota, una palabra prohibida e incitativa.
Aún cuando la violencia de la homosexualidad está alcanzando ahora todos los estratos de la sociedad civil, muchos líderes católicos nos ofrecen grandes momentos de farisaísmo legalista y moralista. ¡ Es el festival de la pudibundez ! Ellos todavía se están cuestionando sobre la necesidad del tratamiento de la homosexualidad (« ¿ Hay que abordar el tema ? ¿ Hay que hablar de ésta con los niños ? »)… mientras que todo el mundo habla de homosexualidad en nuestro alrededor, que muchos niños están al tanto ya desde la edad de 5 años (Yo fui monitor de un campamento de verano católico en la Fouly en Suiza en 2000 : algunos niños de 5 años, en su dormitorio, imitaban los gritos de goce de películas porno que habían visto con sus padres). Ahora, algunas lindas criaturitas incluso tienen compañeros de clase que tienen dos « padres » o dos « madres ». Los católicos se hacen las mosquitas negras, los ignorantes o las cositas frágiles, ofendidas. Como si la palabra fuera la cosa. Como si la palabra « perro » ladrara. No es el hecho de hablar de homosexualidad que es exhibicionista, violento o incitativo. Sólo es una cierta manera de hablar de ella. En marzo del 2016, tuve la dicha de dar un testimonio en Bélgica, ante un grupo de jóvenes de 10 a 17 años. Sus animadores me dijeron al final que había sido genial : « ¡ Preferimos mucho más que nuestros jóvenes oigan hablar sobre el porno y la homosexualidad como lo has explicado, con respeto y claridad, que mal fuera ! ». ¡ Los Belgas van al grano !
Bélgica
8) Será negado porque es molesto
La cantante Jenifer contra la homofobia
La primacía de la homosexualidad será denegada porque la homosexualidad (y hablar de ella), es embarazoso. El tema intimida/aterroriza/ofende a casi todo el mundo. La inmensa mayoría de la población no quiere que nosotros, personas homosexuales, hagamos demasiado ruido, montemos un follón, nos expresemos demasiado, despertemos « viejas » heridas o rencores sociales… por lo tanto nos aíslan. Por ejemplo, nos encierran en vidrieras (en el Parlamento Europeo, en las asociaciones, en las exposiciones fotográficas, en las revistas de la prensa especializada, etc.). Nos enjaulan (el Refugio, el colectivo Inter-LGBT, el Ayuntamiento de París, los sitios web de citas, etc.). Nos sacan para la Marcha del Orgullo y los programas de televisión, a fin de que digamos que somos presidente de tal asociación postiza o que estamos de acuerdo con una ley barata que se aprueba en nuestro nombre. Nos reúnen en grupos de diálogo para cerrarnos el pico y que intercambiemos en voz baja.
En la primera edición del « Itinerario Homosexualidad » de Paray-le-Monial en el verano de 2015, organizada por la asociación católica Courage en colaboración con la Comunidad del Emmanuel, casi me impidieron hablar de homofobia y de heterosexualidad. Los organizadores no querían que yo abordara la dimensión social, cultural, política, artística, vocacional, apostólica, santa y universal de la homosexualidad, y que extrajera ésta de la camisa de fuerza egocéntrica del acompañamiento espiritual individual. En suma : ¡ cállate, te acompañamos, entonces debes ser discreto y agradecido porque somos ya muy buenos permitirte que puedas hablar un poco de aquella ! ¡ Así que no llegues hasta analizarla y llevarla hacia las periferias ! La mayoría de los católicos no quieren proponernos a nosotros, personas homosexuales, un verdadero camino de vida, una verdadera vocación dentro de la homosexualidad. En último extremo nos autorizan a que pronunciemos la palabra « homo », e incluso que la combinemos con la palabra « católico », pero es mejor no abrir demasiado la homosexualidad a las dimensiones del mundo y de la Iglesia universal. Recuerdo, por ejemplo, las reacciones de los participantes al final del itinerario de Paray : todo lo que era testimonio emocional, eso les caía bien ; pero todo lo que desarrollaba lo que era realmente la homosexualidad y la homofobia, ya no lo querían. Sólo deseaban oír que podíamos a la vez estar en « pareja » homosexual y ser católicos practicantes, y que ambas realidades eran totalmente compatibles, pero no entrar en el meollo de la cuestión. No había que ofender a estos pobrecitos. Al parecer, el análisis y el cuestionamiento colectivo sobre la homosexualidad eran demasiado dolorosos. Ellos sólo esperaban un discreto grupo de compartir, un círculo de convivencia. El apostolado, ni hablar. La Verdad sobre la homosexualidad, tampoco. La reflexión, no gracias. La universalidad de la homosexualidad, la que nos revela – homo o no – nuestra relación herida con la sexualidad y con la Iglesia, la que nos recuerda también que Dios nos llama a todos sin excepción a obedecerle, menos aún. Tu homosexualidad, olvídate. Te mantenemos a distancia segura para evitar que nos contamines. Te acompañamos y rezamos por ti. ¡ Y ya vale !
Los gays friendly – muchos de ellos se definen como « heteros », a veces « bisexuales », e incluso « cristianos » – son en su mayoría homófobos : nos toleran, pero no les importamos un carajo, no se preocupan por nosotros, o se sirven de nuestra existencia para darse una imagen social de apertura y para ocultar sus heridas respecto al matrimonio o a la Iglesia. Miren a todos los que defendieron el « matrimonio homosexual » : insistieron para regalarnos el matrimonio que no querían para ellos y que ni siquiera viven. Fíjense en todos los « heteros » que me atacan. Son extremadamente despectivos y homófobos con cualquier persona homosexual que abre un poco más la boca para su gusto y que no se contenta con recibir dócilmente sus regalos legislativos envenenados, que no se hace su mejor amiga. Para los gays friendly, la homosexualidad es a la vez muy importante y totalmente irrisorio : sólo es un progreso de más, una libertad de más, es la tolerancia, se trata de un proceso sin finalidad específica, es un no-tema. Ello contribuye a más libertades. Lo que nosotros, personas homosexuales, vivimos – y que resulta a menudo insatisfactorio y doloroso – les importa un bledo. Nuestra persona, nuestra experiencia, nuestras heridas, nuestras « parejas », nuestras leyes (respecto a su contenido), ¡ a la mierda !
La homosexualidad no es amada en nuestro mundo actual cada vez más catófobo y homófobo : homófobo porque este último defiende la homosexualidad sin saber por qué, no quiere que las personas homosexuales hablen y analicen lo que están viviendo, ya no defiende más la diferencia de sexos de la que proceden todas las personas homosexuales ; catófobo porque este último quiere hacerse angélico y todopoderoso, ataca a Jesús y a la Iglesia Católica o al menos les quita su primacía. ¡ Así que dejo que adivinen cómo el mundo recibe actualmente al testigo homosexual católico que reúne por sí mismo todo lo que odia ! Si nosotros, personas homosexuales, describimos nuestra homosexualidad tal como es, con toda su violencia y su ambigüedad, tenemos el poder de sacar a la luz la homofobia gay friendly de aquellos que se presentan como « heteros » o « católicos » y que nos utilizan para ocultar su divorcio y su odio a la Iglesia, y a veces que nos han violado. ¡ Y eso armaría una gran protesta que pondría en tela de juicio todo el sistema civilizacional mundial ! La gente al mismo tiempo hace alusión al tema de la homosexualidad en privado, a la vez está harta de oír hablar de ésta en público (¡ como si el tema hubiese sido tratado un día !) y se cree por lo tanto que es un tema trillado y cansino. La ignorancia y la exasperación contra ésta se han generalizado. Por parte de los promotores de la homosexualidad como de sus detractores se expresa regularmente el deseo común de no reabrir heridas, de no desenterrar el hacha de guerra, o de no volver sobre los casos cerrados, sobre « los derechos adquiridos ». La homosexualidad molesta : esto es obvio.
9) Será negado porque es despreciado
Frigide Barjot quien hace decir al Papa Francisco que él estaría de acuerdo con la Unión Civil, interpretando su « ¡ Claro que sí ! » como una aprobación, después del encuentro en febrero de 2016. Lo que se llama locura…
La soberanía de la homosexualidad será denegada porque la homosexualidad (y hablar de ésta), es despreciada. Por lo general, públicamente, se hunde a todo testigo o analista de la homosexualidad tan pronto como abre la boca. ¡ Si alguien sabe cómo ocurre, soy yo ! Todo lo que escribo o lo que expreso públicamente produce o el silencio total, o el insulto (la adhesión franca, es más bien en privado). Incluso por parte de los católicos, que sin embargo deberían supuestamente estar de acuerdo conmigo y apoyarme. Éstos, cuando no me atacan directamente, me consideran como « no lo suficiente mediático », « no lo bastante pedagogo », « no lo suficientemente convincente », « difícil de defender », « no lo suficiente representativo », « inaudible » (es lógico : ¡ me cortan el micrófono !), « no lo bastante misericordioso ». Muchos se niegan de plano a tratar con la homosexualidad y la homofobia. ¡ Por homofobia, precisamente ! Por ejemplo, asistí en Bolonia (Italia) en abril de 2014 a un seminario sobre el Género, con un montón de « expertos » natalistas (abogados, obispos, sociólogos, etc.). La instrucción al final – y que me dio escalofríos – era que « no se debía de ninguna manera hablar de homosexualidad », so pretexto de que no era el tema de las leyes que les llegaban de frente (ley sobre la homofobia, Unión Civil, « matrimonio gay », adopción, reproducción asistida y vientres de alquiler), y que era demasiado peligroso meterse en este lío. Al oír aquella prohibición homófoba, pensé : « Los Italianos están jodidos : ¡ la Unión Civil, y entonces la maternidad subrogada, serán aprobadas en su país ! » ¡ Y por supuesto, es lo que pasó !
Los católicos, en su conjunto, desprecian las palabras populares de la neolengua, especialmente « homofobia ». Las ven como palabras tramposas o insultos que no son. Sí les importa oír hablar un poco de homosexualidad (testimonios, vagas alusiones, deferencia gay friendly, sólo decir lo que complace y no « hiere »), ¡ pero de ahí a profundizar en el tema y a hacer de ella una prioridad, no hay que exagerar !
Hay una inercia y una mala fe increíbles entre las filas cristianas políticas, mediáticas, intelectuales, artísticas. Nuestro portavoces católicos comprueban la falta de palabra respecto a la homosexualidad. Ejemplo : la sexóloga Thérèse Hargot paso por Radio Nuestra Señora para decir que el gran ausente de las Manifs Para Todos fue el tratamiento de la homosexualidad ; Étienne Loraillère, el presentador principal de la cadena católica KTO, reconoce que « de hecho, se trata de un tema importante… y que de hecho, carece de una palabra », pero él no da palo al agua para invitarme ; Thierry Brun, cronista para Infocatho.fr, hasta tiene el descaro de escribir que nadie trata del tema… cuando en realidad sabe perfectamente que existo y que no retransmite mi trabajo. El colmo es que todas estas personas están tomando mi lugar y el micrófono sólo para recordar que « sería bueno invitar a alguien que hable de eso ». Es una cosa terrible. No quieren oírnos analizar nuestra homosexualidad ni ser enseñados por nosotros : prefieren llorar por nuestro testimonio – y más aún por nuestra ausencia que han provocado – y aprovecharse de nosotros para enfocarse política y mediáticamente sobre el niño, en lugar de darse los medios de sus remordimientos.
El abandono y el desprecio de los católicos respecto a los testigos homosexuales de su parte son alucinantes. Por ejemplo, el 6 de junio de 2015 en París, cuando fui al concierto del cantante Grégory Turpin en la sala del Olympia, abrieron – sin exagerar – todos los artistas que el cantante había producido… ¡ menos yo ! Me había sentado en el palco en el fondo de la sala. Todos mis vecinos, sin ninguna excepción, me reconocían y me saludaban por mi « valentía ». Lo mismo – esa sensación de ser un hombre internacional desconocido, un ex-famoso – se produjo en la mitín de Jean-Frédéric Poisson en Issy-les-Moulineaux (suburbios de París) el 12 de noviembre de 2016, o durante el estreno de Faustine en la iglesia parisina Notre-Dame-des-Champs el 30 de noviembre de 2016 : los burgueses católicos están encantados de que yo exista, me reconocen, están muy conscientes de que soy atacado. El único problema, es que piensan que los perseguidores, siempre son « los demás » (el « lobby LGBT », el « lobby gay », la « izquierda », los « medios de comunicación », etc.) y no ellos. Esquizofrenia asombrosa. Cuando usted es testigo de la homosexualidad, no tiene casi ningún relevo. Les encanta lo que hace, le encuentran muy valiente, hasta le coronan « profeta »… pero no le ayudan en absoluto públicamente a que lo sea. Usted vive el descuartizamiento paradójico de ser a la vez muy conocido y totalmente ignorado, muy seguido y muy poco apoyado.
Rara vez confían en mí. Incluso cuando me ayudan, me ayudan a medias, y sin asumir mis temas de especialidad (el boboïsmo – los burgueses-bohemia –, la homosexualidad, el chip electrónico, el Anticristo). Por ejemplo, la revista France Catholique, en lugar de disfrutar de mis competencias y mis conocimientos, me esterilizó y me dio las noticias breves, es decir la sección más impersonal que existe, para que yo no hiciera olas y que no testimoniara de mis temas de predilección. Me largué de allí, porque no aguantaba ser subempleado así. Lo mismo ocurrió con otras asociaciones que, aunque me ayudaron financieramente haciéndome ejecutar tareas remuneradas, me movilizaron también en bajo régimen. En su seno, hasta Jean-Yves Nerriec, un verdadero apóstol católico, esta vez a propósito del Islam, no ha sido despojado de su apostolado específico : es entrevistado sobre el Islam. Yo, para ser solicitado sobre la homosexualidad, ¡ ni en mis sueños ! A la homosexualidad o al boboïsmo, se los considera « no lo bastante positivos », « despectivos », « polémicos », « demasiado divisores ». Mientras que es tan esencial – por no decir más urgente puesto que menos tratado – como el Islam. Hice ocasionalmente cuatro emisiones en TV Libertés durante el verano pasado (julio de 2016), sobre el tema « los destinos de vacaciones católicos » (aún otra rúbrica totalmente alejada de los tesoros que yo podría ofrecer). Cuando vi que el director de la cadena, al estrecharme la mano, me redujo a la función de « compositor » (vamos, no ha leído una sola línea de lo que he escrito, no ha escuchado una sola de mis conferencias, y se contentó con ir a ver mi vídeo « C’est bien gentil » en Youtube…), me da pena. En el mundo católico actual, que « se boboïza » a pasos agigantados, cuando usted es testigo de la homosexualidad, le esconden como una vergüenza, como un bastardito o un desgraciado exótico. Están contentos de que existas, pero de ninguna manera te van a ayudar a existir. Se imaginan que estoy demasiado solo para ser honesto. Así que hablarán de usted en privado. Y en público, anda, ¡ ocuparán su lugar ! O bien le harán hablar amablemente de cualquier otra cosa. « ¡ Presenta el tiempo ! »
Casi siempre cuando propuse algo útil y realmente atrevido, fracasó : la creación de mi escuela de comedias musicales Las Clases Wojtyla se extinguió en 2015 antes de haber tenido la suerte de existir. Mi libro La homofobia en Verdad, aunque sea importantísimo, ha sido injustamente ignorado. Mi álbum musical Bala de Cañón : un fiasco también. A mí no me consideran como una apuesta segura. Me he convertido en la cúspide de lo cursi y de la vulgaridad. Grabé el año pasado (2015) un programa estupendo de radio cristiana por RCF Limoges, en el que pude realmente expresar la legitimidad de la oposición a la Unión Civil : la entrevista nunca salió. Ahora que las editoriales católicas les dan su oportunidad a muchos autores, las ediciones Artège – que en el año 2012, al ver el éxito de La homosexualidad en Verdad, me habían reprochado de manera amable que me haya olvidado de ellas – se negaron a publicar mi libro sobre los burgueses-bohemia, mientras que, francamente, éste es visionario y es un retrato exacto de nuestro mundo y de la Iglesia universal. Lo único que los tíos de Artège encontraron para decirme es : « ¿ A quién llegará su libro ? » Frente a tanta mala fe y desconexión de la Realidad, dejé el caso.
Otro Misterio de iniquidad : publiqué mi libro La homosexualidad en Verdad en español en abril de 2016. Éste cubre toda España y toda América Latina : ¡ nada menos ! Incluso fue visto por un amigo en la Feria del Libro de la ciudad mexicana de Monterrey. Sin embargo, ¿ se creen que me habrían invitado a estos países para defenderlo, sabiendo además que hablo su idioma ? ¡ Que no ! Los pocos cronistas hispanohablantes que hicieron su recensión me evocan como un fantasma lejano. Sólo empezarán a invitarme en tierra hispana un año después de la publicación de mi libro, es decir en febrero de 2017. Y, aún así… es mediante las redes personales : mis charlas en febrero en Barcelona no se deben directamente al lanzamiento de mi libro, sino a un sacerdote que me había oído hace un año ; y mi viaje a Perú previsto para mayo de 2017 nació de la iniciativa privada de un sacerdote francés y no de la publicación española de La homosexualidad en Verdad. ¿ Ustedes conocen a muchos autores que acaban de editar un libro, y que no tienen absolutamente ninguna invitación de prensa ? Yo, no. ¡¡ Los periodistas burgueses-bohemia católicos derechistas de Actuall, el único diario español que me había concedido una entrevista, se negaron a publicarla y favorecieron el discurso simplista, homófobo y pro-Vida de Jean-Pierre Delaume-Myard, la garantía moral homo de La Manif Para Todos en Francia, que no tiene ningún libro publicado recientemente, que ni siquiera habla español, y que sólo les ha servido de excusa para presentar al « lobby gay » como una « terrible dictadura » !! Es una vergüenza. Ellos prefieren solicitar a testigos homosexuales que nunca analizarán la homosexualidad (dado que la practican/la justifican en privado), que despotrican contra los medios y contra la comunidad homosexual (así, ello reforzará la sensación entre los pro-Vida de ser víctimas heroicas de un sistema dictatorial que no los abarca), que defienden la Unión Civil, que hablan de la homosexualidad desde la sola perspectiva de la filiación y del natalismo. En resumen, eligen a personas homosexuales homófobas que los fortalezcan en su demonización y su negación de la homosexualidad, a hombres de paja que dicen frases vacías que duran tres minutos y que no probarán absolutamente nada : « Soy homosexual y en contra del matrimonio homosexual » (¿ Y qué ? ¡ No impidas a tus compañeros homosexuales que quieren casarse que lo hagan !) ; « ¡ Soy homo y víctima de la dictadura de mi propia comunidad ! » (¡ Bueno pues déjala ! ¡ Ahí tienes la puerta !) ; « Soy homo y católico. » (Muy bien para ti) (Pobrecito : ¿ Cómo haces para imponerte tal calvario ? ¡ No impongas a todos tu odio a la sexualidad !).
Pero volvamos a Francia. Siempre me impresiona la falta de apoyo, e incluso los ataques que recibo por parte de la gente de mi propio bando. ¿ Ustedes conocen a muchos autores que tienen mi producción literaria y mi audiencia, y que ni siquiera alcanzan los 200 seguidores en Twitter ? Incluso el don nadie totalmente desconocido tiene más que yo. Casi nadie me comparte. ¡ No hay duda de que, al hacer un retweet de un Pro-Vida, ustedes no corren el riesgo de ir a la carcel ! Casi nadie me invita para dar conferencias en Francia. Cuando los católicos franceses me necesitan objetivamente.
La homosexualidad, por su importancia y su primacía, eclipsa a muchas personas y acarrea celos terribles. Por ejemplo, Frigide Barjot (Virginie Tellenne) nunca habla de mí en público, nunca menciona mi nombre. Ya porque argumentativamente, en el terreno de la homosexualidad, la derroto totalmente (Cuando ambos habíamos decidido escribir juntos un libro sobre la homosexualidad, ella admitió que « no sabía nada al respecto ») y sobre todo porque se asusta que yo tenga más fama que ella. Mi palabra tiene más autoridad que la suya. « Philippe me adelantó ampliamente » confesó a sus familiares, en referencia a nuestras primeras conferencias en binomio durante las Jornadas Mundiales de la Juventud de Madrid. Me escuchaban más a mí que a ella en nuestras intervenciones públicas en 2012. Más recientemente, se refiere extraoficialmente a los « Ariñistas », a la « franja intransigente y radicalizada de los abrogacionistas » que yo supuestamente encarnaría. Ella demoniza la palabra « abrogación » como el pináculo del radicalismo, y además, no ha comprendido que yo soy el único verdadero abrogacionista en Francia ya que hablo de la homosexualidad. Últimamente, el 21 de noviembre de 2016 por la radio France Info, sin rodeos, aquella creadora de La Manif Para Tous dijo que estaba « a favor del matrimonio homosexual » : « Nunca estuvimos en contra del matrimonio gay. El principio del matrimonio, es decir de unión legal, social, y de todos derechos, en el ayuntamiento, [para las parejas homosexuales], siempre hemos estado por. Esta es la razón por la que dejé el movimiento [La Manif Para Todos] cuando cambió su línea. […] El principio del matrimonio [gay], siempre hemos estado favorables, y no va a cambiar. No descasaremos. Y François Fillon, al igual que la mayor parte de los representantes elegidos de derechas están a favor. No hay ningún problema con eso. El único problema son las personas que abogan por la abrogación y que quieren quitarles derechos a las parejas. Hoy en día, no se toca al principio del matrimonio legislativo. Sin embargo, el niño debe tener y conocer a su padre y a madre biológicos. » ; « Fillon reconoce la diversidad de las familias. » Frigide Barjot me desacreditó ante todos los medios de comunicación, haciéndome pasar por « un peligroso homosexual homófobo recuperado por los extremistas ». Además, ella no escucha a la Iglesia Católica y hace decir cualquier cosa al Papa Francisco a quien idolatra para no obedecerle. Ella es realmente la prueba viviente de que la actitud gay friendly es homófoba. Creo que, del lado de la deshonestidad, con esa mujer, llegamos al clímax.
Pero dista de ser la única. He perdido la cuenta de los golpes bajos de muchos católicos contra mí. Por ejemplo, los Scouts de Europa querían arrastrarme por los juzgados a causa de mi video-clip « C’est bien gentil » porque yo estoy vestido de niño explorador. Verídico. El blogger francés Fikmonskov también intentó ponerme un pleito por mi libro Los Burgueses-Bohemia en Verdad, porque no ha digerido que lo cite con razón como un ejemplo del boboïsmo católico anarquista de extrema derecha. También me han amenazado recientemente de juicio por difamación porque dije que el programa de Jean-Frédéric Poisson (el candidato del Partido Cristiano Demócrata) no era católico y que este político era pro-vientres-de-alquiler, aunque pida la abrogación. No les estoy mintiendo y no me hago de patito feo : son sólo los hechos.
Toda una franja de los católicos tradicionalistas me critican porque le daría demasiada importancia a la homosexualidad, porque gracias a ésta yo trataría de ser centro de atención. « Tuviste tu momento de gloria durante las Manifs, lo disfrutaste y eres un ingrato porque ahora criticas a LMPT »… lo que, en hechos, es totalmente falso. Escribía y daba testimonios mucho antes de las Manifs, y es precisamente durante las Manifestaciones cuando fui descartado. De modo extraoficial, me apartaron de La Manif Para Todos. Oficialmente, soy yo quien me fui, asqueado por su defensa de la Unión Civil y por su homofobia. Los Veilleurs (las Sentinelas) – a quienes ahora me gusta llamar « los Roncadores » porque ellos lo valen – se imaginan que involucrándome 2 o 3 veces para hablar de homosexualidad, hicieron su cuota de apertura gay friendly : no se han percatado de que sólo es la lucha contra la homosexualidad que justifica la propia existencia de su colectivo.
Es una triste realidad, pero hay que reconocerla. Los testigos homosexuales son maltratados y por los progresistas libertinos y por la mayoría de los católicos (ya sean moderados ya sean tradicionalistas). Ahora mismo, los católicos franceses son particularmente malos y arrogantes. Sí. Puedo atestiguarlo. Y eso, cualquiera que sea su sensibilidad y su afiliación. Eso es lo que yo vivo todos los días : maledicencias, sospechas, desconfianzas, malas interpretaciones, indiferencia, falsos testimonios basados en un simulacro de proximidad conmigo (« Lo conozco en carne y hueso. », « Me encontré con él varias veces. », « Ya conozco su discurso : asistí a sus conferencias. », etc.). El periodista francés René Pujol, por ejemplo, quiso suscitar dudas respecto a mi continencia (= abstinencia por Cristo) : « Cuentan que no es realmente continente… » Incluso llegó hasta atribuir su mentira a mi hermano mayor (fraile dominico). Entonces fray Louis-Marie Ariño-Durand tuvo que intervenir públicamente para restaurar la verdad. Otro ejemplo : descubro « publicaciones Facebook » de antiguos amigos que me envían muy en serio al hospital psiquiátrico porque hablo abiertamente del Anticristo, de la Francmasonería, de los Novísimos y de homosexualidad. Muchos católicos, que se han convertido en burgueses-bohemia, me piden que me calle acerca del « matrimonio homosexual » y que « pase página » : « Dejemos a los muertos que entierren a sus muertos » me soltó Raphaël Cornu-Thénard, el responsable del grupo de evangelización Anuncio. El blogger Fikmonskov (¡ él otra vez !) me propone 2 años de retiro, de vacaciones, con su legendaria condescendencia : « Sinceramente… Para el carro ». Súmmum de todos los tiempos : algunas clases de escuelas secundarias privadas en París (santo Tomás de Aquino) me sacaron como se saca la basura mientras que expresaba mi oposición al « matrimonio gay » como persona homosexual. Hasta los Magrebíes están casi todos a favor del matrimonio gay : Hasta los Magrebíes están casi todos a favor del matrimonio gay : los hay que me dijeron de « homófobo » durante una evangelización en Montmartre ; y la gran mayoría de los alumnos de las escuelas técnicas que he conocido, incluso los procedentes de familias de África del Norte o de África subsahariana, llevan adelante un discurso ultra tolerante, es decir permisivo e indiferente con respecto a la homosexualidad : « No hay que juzgar y todo el mundo hace lo que le da la gana. » Los soldaditos del Sistema libertario.
La gran mayoría de mis hermanos católicos me tratan como un pedazo de mierda. Y después, argumentan con una sinceridad desconcertante que « no son homófobos » y que « luchan contra todas las formas de homofobia ». Uno de los ejemplos más evidentes del rechazo de los testigos homosexuales, son los medios supuestamente « católicos » : nunca me han invitado a la tele KTO (salvo para una mesa redonda en la que me cortaron constantemente la palabra, para dejarme decir sólo tres frases), ni al programa Le Jour du Seigneur. Yo, oliendo a rosa, llegaba en las radios cristianas, defendiendo el mensaje de la Iglesia, viviendo lo que Ella pide, presentando mis libros. Y caí desde muy alto al darme cuenta de que los periodistas que hubieran tenido que acogerme favorablemente eran en realidad o bien homosexuales, o burgueses-bohemia o bien pro-matrimonio-gay. La gran masa de ellos me han tratado de homófobo y me han visto como un católico fundamentalista radicalizado. Me pusieron trabas increíbles. Por una vez, tenían ante ellos a una persona homosexual, que les hablaba de la realidad de la vida de las personas homosexuales. ¡ Qué va ! Ellos, se han empeñado en aislar mi testimonio. En la ciudad de Metz (noreste de Francia), por ejemplo, hasta me encontré con un periodista que me hizo una jugarreta introduciendo como interludio musical para nuestra entrevista la canción « J’cours tout seul » del cantante francés William Sheller (traducción de la letra : « Estoy corriendo solito. Estoy corriendo y sigo sintiéndome solito. »). En la ciudad de Nantes (noroeste de Francia), tuve que luchar al micrófono con la periodista de la radio cristiana donde intervenía para explicar mi oposición al « matrimonio para todos », puesto que ella, estaba por. En la ciudad de Toulouse (suroeste de Francia), durante una entrevista, me hicieron preguntas completamente fuera de lugar sobre la homosexualidad (respecto a mi infancia, mis gustos, casi lo que suelo comer para el desayuno…), simplemente para no llegar al meollo del asunto de mi libro. Y también en una radio RCF (Radio Cristiana Francófona) de una ciudad muy famosa en Francia que no mencionaré, donde el 40% del personal es activamente homosexual, fui recibido por la única periodista católica de la redacción que tenía las habilidades y la amabilidad de interrogarme. Sin exagerar, la gran mayoría de los equipos periodísticos católicos en Francia están a favor de la Unión Civil, del « amor » homo, o bien son homos. Casi todos son homófobos gays friendly, es decir homosexuales activos. ¡ Miren lo bonito que es el panorama audiovisual y mediático « cristiano » actual ! Para no hablar de la Enseñanza Privada Católica (privada de fe, debería añadir). ¡ Para no hablar de la homosexualidad en los seminarios, en las parroquias, en la Curia, en los monasterios ! La impregnación de la creencia en el « amor homosexual » es ampliamente mayoritaria en la Iglesia. Los periodistas verdaderamente católicos (y que no han cedido a las sirenas de la genialidad progre) son poco numerosos y sufren en su consejo editorial. Este es un auténtico martirio. Ellos tratan de luchar contra este tsunami de la cultura generalista, permisiva y gay friendly, que llega a los medios católicos y que amenaza gravemente a la Iglesia.
10) Será negado porque es arriesgado
Mons Léonard atacado por las Femen porque se atreve a hablar de homosexualidad
La primacía de la homosexualidad será denegada porque la homosexualidad (y hablar de ésta), es arriesgado. Lo vimos claramente en Francia en el período 2012-2015 : la homosexualidad tiene una capacidad de daño inaudita socialmente. Por ejemplo, la Ley Taubira (el « matrimonio igualitario » en Francia), aunque los franceses no quieran hablar más de ésta, dividió y sigue dividiendo el país : pérdida de amigos, conflicto con sus vecinos cercanos, ruptura con los colegas de trabajo, clases cortadas por la mitad, familias desgarradas, clase política rota (fragmentación de los partidos), grupos o parroquias en profundo desacuerdo, etc. Nunca conocerán tal ruptura nacional para la pedofilia, los atentados, el paro, el racismo. Incluso oponerse al aborto o a la eutanasia, es menos grave en la mente de la gente que oponerse al « matrimonio gay ». Decir « no » al « matrimonio para todos » es el culmen de la monstruosidad, el crimen de lesa majestad, es el sacrilegio laico absoluto, eso equivale francamente a oponerse al amor, a la igualdad y a la tolerancia. Es la dictadura. Es peor que ser xenófobo.
Hay que saberlo. ¡ Hablar de homosexualidad, es correr riesgo o bien de parecer « un » homosexual, o bien de parecer « un » homófobo, cuando no es ambos a la vez ! Y muchos no están dispuestos a vivir esta humillación. También es correr el riesgo de asumir las consecuencias prácticas de estas dos acusaciones, a saber las persecuciones morales y físicas.
Tratar de homosexualidad a veces es peligroso. En mi caso personal, extraoficialmente perdí mi trabajo de profesor de español de instituto a causa de la homosexualidad y de mi fe, aunque oficialmente fue yo quien demití : inspectora ideóloga e inspección fatal, ataque del diputado comunista Ian Brossat en el periódico MetroNews respecto a mis intervenciones en las escuelas secundarias, denuncia al Ministro de la Educación Nazional Vincent Peillon, acoso e intimidaciones del colectivo Yagg sobre mi antiguo director de mi instituto de Longjumeau (quien tuvo que justificarse en Twitter que yo ya no formaba oficialmente parte del equipo pedagógico de su instituto), etc.
Veo también el grado de peligrosidad de mi vida en relación con los problemas que suceden a los amigos que me apoyan en las redes sociales y en otros lugares (algunos pierden contactos por un simple « Me gusta » en Facebook). Una amiga me dijo que nunca me ponía « likes » por temor a represalias y a perder su trabajo. ¡ Pueden comprobar dónde esto lleva !
La homosexualidad ocupa emocionalmente tanto espacio que, cuando me invitan en los medios de comunicación, a veces se levanta una ola de pánico y de excitación desproporcionada. Pienso entre otras cosas en dos periodistas católicas (una que trabaja en una gran emisora cristiana, otra en una radio generalista internacional) que estuvieron cerca del agotamiento profesional y arriesgaron su puesto sólo por entrevistarme. Una simple interviú radiofónica, y esto basta para socavar una carrera. Hay un enorme reto detrás de la homosexualidad (mientras que objetivamente… debería ser anodina en sí misma). Al punto de que hasta asusta a los defensores de la homosexualidad – tales como el político socialista gay friendly Erwann Binet – que se sirven del efecto devastador que adivinan detrás de esta temática, para censurar cualquier intento de tratamiento del tema : anticipan las críticas censurando a todos sus contradictores (incluso homosexuales), y cerrando el archivo homosexual so pretexto de no repetir las « violencias de los debates sobre el PaCS » (Unión Civil francesa), de evitar los supuestos « estragos » de las « traumáticas » Manifs Para Todos. La homosexualidad, es una cuestión pasional y deseada como tal : mucho más que el aborto, sin embargo ya muy explosiva.
Invitar a un testigo homo, es la gran batalla antes y después (en casos muy raros durante) para los organizadores. Bien lo saben mis valientes padrinos. Por ejemplo, las negociaciones para hacerme venir a la Catedral de Lille (norte de Francia) en enero de 2016 fueron particularmente agotadores para ellos. La Pastoral de la Salud y luego la Pastoral de las Familias se juntaron para suspender mi testimonio. Hasta fueron a pedir el contenido detallado de mi ponencia : me negué a darlo. Luego, dado que no funcionaba, se conformaron con boicotear el evento para expresar su descontento. Me enteré después de la vigilia de oración – la cual salió muy bien – que el párroco de la Catedral accedía a bendecir a las uniones homosexuales… Pienso también en las amenazas telefónicas que los directores de los institutos Blanca de Castilla en Nantes, o Santo Tomás de Aquino en París, tuvieron que sufrir para mantener su invitación a mi respecto para que pudiera hablar frente a sus alumnos. En Blanca de Castilla, la responsable de la pastoral se mantuvo firme, sólo porque ya me había oído una primera vez en una conferencia en una parroquia de Nantes. Si no, hubiera cedido al chantaje al igual que los demás.
En general, los católicos prefieren empujar puertas que ya están abiertas, disparar contra ambulancias, e incluso atribuirse etiquetas de valientes iconoclastas y de rectificadores de herejías, en lugar de arriesgar su reputación y su vida. Es más tranquilizador para ellos defender a los Cristianos de Oriente o incluso añadir adornos de culto que parecen conservadores y doctrinarios. Es benéfico, es solidario, suena muy serio y católicamente correcto, suena arriesgado y generoso, y por lo menos, nadie les puede culpar por eso. No acabarán en la cárcel por organizar un concierto a favor de los sirios y de los iraquíes, ni tampoco por citar a Jesús explícitamente ni por proponer un retorno a la misa ad orientem. Sin embargo, defender a Philippe Ariño es « demasiado peligroso ». Expresar de manera misericordiosa el mensaje de la Iglesia sobre la homosexualidad, sería « irrealizable ». Decir que nos oponemos al « matrimonio gay » es « imposible ». ¿ Dónde están los católicos valientes ? Y que no me digan que gritar la palabra « abrogación » (para en realidad excusarse de especificar « abrogación de qué ») sea ánimo.
Tratar de homosexualidad, es como manipular nitroglicerina. Te quieren muerto. Por ejemplo, me enteré por amigos homosexuales en sintonía con mis posturas de que algunos grupos locales DUEC (Ser Unidos En Cristo : colectivo de acompañamiento cristiano de las personas homosexuales) « querían mi pellejo ». Cuando digo que es arriesgado hablar de la homosexualidad en Verdad, mido mis palabras. Hasta los periodistas franceses Natalia Trouiller y Jean Mercier se sorprenden de que, con todo lo que digo, hasta ahora todavía nadie me haya disparado por la espalda. Desde 2012, para protegerme psicológicamente, trato de ignorar los ataques de todo tipo que gente más o menos cercana trata de infligirme (siendo los ataques de los allegados obviamente los que más hieren) : formulaciones de deseo de muerte en Twitter (pero raras veces amenazas de muerte), insultos, llamadas telefónicas (con risitas), delaciones, amenazas de pleito, etc. Algunos periodistas del Mundo, indefensos y asustados al descubrir mi blog, trataron de llevarme ante la justicia, pero fueron rápidamente desalentados por otros colegas, por miedo a perder argumentativamente y sobre todo por miedo a ofrecerles una vitrina a mis ideas.
Actualmente en Francia, los militantes libertarios tratan de arrastrar a los tribunales a Farida Belghoul, a Alain Soral, a Dieudonné, a Eric Zemmour, a Arnaud Dumouch, a Christine Boutin, a Monseñor Léonard, a Christian Vanneste, etc. Aunque lo lamente e interprete estos ataques como la señal de que la marea está cambiando, veo que en su mayoría son presas faciles : los blancos humanos apuntados no se destacan por el refinamiento de sus análisis sobre la homosexualidad. A diferencia de mis palabras – en cuanto al tema – que no tienen creo yo ningún ángulo muerto. Mi sitio web no ofrece ni un agarre. He escrito sobre la homofobia mejor que todos los pensadores de la homosexualidad reunidos. Mi Diccionario de Símbolos homosexuales, es ni más ni menos que una inagotable fuente de pruebas imparables puesto que no hago más que citarnos a nosotras mismas las personas homosexuales. Regularmente mis oponentes me denuncian a la asociación S.O.S. Homofobia, pero incluso esta Oficina de Quejas oficial por el momento se da por vencida conmigo.
La evasión silenciosa es su mejor ofensiva. Por ejemplo, para la Asamblea General del Cristianismo en Francia, fui invitado durante dos años consecutivos para debates de mesa redonda : uno con la filósofa Christiane Pedotti (Cuando se enteró de que estaba programada conmigo, dio media vuelta y canceló su participación…), otro con el novelista homosexual Dominique Fernandez (De la misma manera, canceló su presencia, sin conocerme personalmente). Éstos no tuvieron lugar y los organizadores me presentaron falsas excusas. Lo mismo ocurrió en la ciudad de Sion en Suiza el 10 de junio de 2015 : se había programado un debate con militantes homosexuales con motivo de la Marcha del Orgullo Gay. Cuando vieron que no podían competir conmigo, declinaron la reunión.
En definitiva, no es tan peligroso hablar de homosexualidad (cuando se habla bien de ella) ya que nuestros críticos temen hacernos publicidad matándonos físicamente y convirtiéndonos en sus víctimas, en símbolos potencialmente heroicos de su opresión. Ellos prefieren primero hacernos morir socialmente – por su indiferencia condescendiente – y presentarnos como enemigos de nosotros mismos. Y si esta empresa de demonización disfrazada de auto-victimización no funciona, tratan en última instancia que seamos atacados por una personas de nuestro bando (así, los católicos ya no sabrán a quién apoyar) o aún peor que nos maten de tal manera que pareciera un suicidio/accidente.
A mí, por ahora, en las redes sociales, me presentan, como en los buenos tiempos de la Rusia comunista estalinista, como un loco peligroso « que está sobre una telaraña del techo », y como un frustrado « que no se ama a sí mismo ». El único riesgo que corremos al tratar de homosexualidad, en un principio, es la humillación. La corona de espinas y los escupitajos. Es la renuncia a nuestra imagen social y a nuestra reputación. Muchos católicos, dado que están demasiado apegados a su imagen y a su vida, dado que no quieren amar a la gente de su época, o simplemente porque no quieren dejarnos hablar de homosexualidad en su lugar, se persuaden antes que sus enemigos de que estos últimos van a impedirles que pronuncien la palabra « homosexualidad », de que « es imposible hablar del tema ». Están convencidos de que viven bajo la dictadura mediática y política del pensamiento único, bajo el control de una « ideología totalitaria » y de una desinformación mediática omnipresente. En el fondo, les conviene. Ellos quieren esquivar la Cruz (humillación + amor). Y la dictadura del « pensamiento único », son ellos quienes la establecen.
11) Será negado porque es espantoso
La primacía de la homosexualidad será denegada porque la homosexualidad (y hablar de ésta), da miedo. Las primeras personas paralizadas por tener que hablar de homosexualidad, ¡ son las directamente afectadas ! La gran mayoría de las personas homosexuales aspiran a una vida de incógnito, en la que no tendrán que mostrar ni justificar su « identidad », su orientación que no han elegido, sus opciones de vida. En segundo lugar, la clase de personas que se aterra por lanzarse en la explicación de nuestros « amores » son los medios de comunicación y los dichos « heteros gays friendly » : aquellos tienen tanto miedo de perder su reputación de « gente abierta » y de perder a sus coartadas humanas, que no desean aventurarse en la explicación lo que pretenden ignorar por completo.
Entonces queda la valiente y estrecha hermandad de los analistas de la homosexualidad, que podría teóricamente vencer esta fobia de la homosexualidad, es decir esta homofobia masiva : los pensadores católicos y los sacerdotes. Desgraciadamente, ellos también mantienen un perfil bajo y ofrecen un silencio casi completo. La homosexualidad sigue siendo el único tema que los líderes de la Iglesia han saltado en el Sínodo de la Familia de 2014-2015. Hubo dos sesiones de ese Sínodo : cada vez se aplazó el tema. Parece que el Papa Francisco y los cardenales estén aterrorizados de simplemente enunciar – o más bien de hacerlo explicar por personas homosexuales continentes – que « la unión homosexual no es amor » y que « es un pecado mortal ». Al igual que Laudato Si que, en mi opinión, sólo era un intento fallido de reformulación del Tercer Secreto de Fátima, tengo razones para pensar también que el Sínodo de la Familia, la encíclica Amoris Laetitia (procediente del Sínodo), el Dicasterio, así como el reciente comunicado sobre la formación de los seminaristas (diciembre de 2016), no son más que tentativas no-asumidas de tratamiento de la homosexualidad… tan poco asumidas que, por lo tanto, pasan injustamente por traiciones o incompetencias papales.
El Dicasterio en particular parece ser el postre de un Sínodo inconsistente y repetitivo, parece ser un aplazamiento cutre del análisis de esta patata caliente de la homosexualidad, el felpudo debajo del que se esconde EL deshecho radiactivo de la Iglesia : « la identidad y el amor homosexuales ». Aplazamiento cutre porque ahora mismo, cada obispo hace cualquier cosa en su rincón, so pretexto de acompañamiento, de no juzgar, de apertura hacia las « periferias », de seudo « Misericordia », de « obediencia » a las directivas papales : Monseñor Di Falco extiende la alfombra roja a la asociación el Refugio en Gap (ciudad del sudeste de Francia) en 2016, Monseñor Aupetit organiza cada año marchas homosexuales en su diócesis de Nanterre (suburbios de París) y apoyó hace poco la Unión Civil en una entrevista para la revista del corazón Paris Match, Monseñor Santier en Creteil (suburbios de París) aprueba grupos de palabra como En parler, etc. Es un enorme lío. Hasta durante el Sínodo sobre la familia (que en mi opinión no se enfocaba en la « familia », sino en realidad en el celibato continente, aunque nadie lo haya visto), el Papa y los cardenales se atrevieron a rozar la cuestión de los divorciados vueltos a casar (diciendo tonterías, además, ya que así banalizaron el adulterio). Pero lo más grave, es sobre todo lo que escribió el Papa sobre el Género, y su no-dicho sobre la homosexualidad – que amenaza a la Iglesia. Él todavía no ha comprendido que el Gender no era una « ideología » o un « lobby » (expresiones demonizadoras y victimizantes, que no sirven estrictamente para nada) : el Géneroes la heterosexualidad, es decir el diablo disfrazado de diferencia de sexos, diablo que la mayoría de los católicos defienden presentándose inconscientemente a sí mismos como « heteros » y guardando el silencio sobre la homosexualidad.
« La homosexualidad, seguro, en el Vaticano, nunca hablarán de ella ! » me aseguró el padre francés Stéphane Palaz que vi en la iglesia Nuestra Señora de Ménilmontant, el 20 de noviembre de 2016. Por desgracia, él tiene razón.
Por tanto, el tratamiento eclesial de la homosexualidad tendría que ser una prioridad. Todo el mundo va a decir que no, y se agarrará al natalismo y al familismo (y un poco a la crisis migratoria), argumentando que el verdadero problema de Amoris Laetitia es la confusión respecto al adulterio. Últimamente se ha generado la controversia que armaron personas como Thibaud Collin, Jeanne Smits, y los 4 cardinales pedreros. Los cardenales Brandmüller, Burke, Caffara y Meisner hicieron pública su demanda (dubia) de aclaración de Amoris Laetitia el 14 de noviembre de 2016. Quisiera señalar que, cuando estaba en Bolonia en abril del 2014, Caffara se negó a recibirme, porque no veía el interés. Pongo en duda la integridad – aparentemente muy doctrinal – de estos cuatro prelados. ¿ Por qué ? Debido a que denunciaron el « pequeño » pecado mortal (la imprecisión en el adulterio) para no denunciar el grande (la heterosexualidad y la imprecisión sobre el Género). Ellos son falsos inocentes.
Nadie verá que es sobre todo el no-dicho papal sobre la homosexualidad como un pecado, que sacude aún más la jaula que el adulterio. El adulterio – así como el aborto, la pedofilia – son la nariz postiza de la homosexualidad. Puesto que con la homosexualidad, son verdaderamente los 4 sacramentos – Eucaristía, confesión, matrimonio y celibato sacerdotal – que están amenazados. Durante el Sínodo, no se trató en absoluto de la homosexualidad. Entonces, ésta se transformó en serpiente marina. Es más fácil predicar la fidelidad y la indisolubilidad del matrimonio para contrarrestar el adulterio, que decir que el « amor homosexual » no es amor, y que la práctica homo es un pecado mortal que ya no otorga el derecho a la comunión o a la absolución de los pecados, y que induce el celibato continente. El problema es que las mismas personas que se supone que viven el celibato consagrado continente (el Papa y los cardenales) ni siquiera son capaces de proponerlo a aquellos (las personas divorciadas vueltas a casar y las personas duraderamente homosexuales o homosexualmente activas) cuya condición de vida lo requiere. Por lo tanto, es la misma carne de la Iglesia que es amenazada.
Durante este Sínodo sobre la Familia, el Papa se escondió detrás de la Sagrada Familia chapada en oro, y se dejó intimidar por unos cardenales conservadores y arribistas tales como el cardenal Sarah. Este último jodió por completo las conferencias pre-sinodal sobre la homosexualidad, demonizando el Género como un « peligro occidental diabólica » : es muy grave lo que hizo. Hubiera tenido que estar presente en aquellas conferencias, pero mis « amigos » de Courage International hicieron todo lo posible para que no estuviera al tanto de que tenían lugar y que no pudiera acudir. Por otra parte, yo había formado parte de la delegación (con Mons Rey, obispo de Toulon) de personas homosexuales continentes que fueron a visitar al Papa Francisco en 2014 a Roma : el séquito de cardenales abortaron el encuentro, considerando a nuestro grupo « militante ». Encima, uno de los asesores más cercanos al Papa tuvo el cinismo de pedirnos que no armáramos jaleo para que el Papa Francisco no estuviera informado de nuestra visita porque, nos dijo, « lo peor es que este tipo de iniciativas podría gustarle… ». Sin comentarios.
La homosexualidad era EL tema y LA urgencia del Sínodo sobre la familia, aún cuando nadie lo admitirá. Sin embargo, el intento de « golpe de estado arco iris » del cura polaco Krystof Charamsa que hizo su salida sorpresa, hubiera tenido que alertar a todos del talón de Aquiles de la Iglesia que es la homosexualidad. Pero no. Nosotros no queremos ver. Preferimos hablar de la preparación de la boda (cuando todo ya ha sido dicho y escrito), de la belleza de la familia, de la solidaridad, de las cosas « positivas », y ahora del adulterio, de la pedofilia, del aborto. Preferimos hacernos de guardianes de la santa doctrina. Preferimos poner en tela de juicio la legitimidad del Papa, en lugar de encargarnos de lo esencial y del tema que más preocupa a la opinión pública : sólo basta con ver en qué se centran los medios y la gente cuando el Papa toma la palabra en sus aviones : las cuestiones de moralidad sexual (genital y sentimental). Y nada más. A causa de los efectos desastrosos del racionalismo doctrinario (en plan cardenal Sarah), nunca jamás se tratará de la homosexualidad en la Iglesia más de lo que ya se ha dicho. La falta de tratamiento de la homosexualidad se convierte en cismática.
12) Será negado porque es la hora de la Gran Apostasía
La primacía de la homosexualidad será negada porque es la hora de la Gran Apostasía. La Gran Apostasía, anunciada en la Biblia (2 Tesalonicenses 2, 3) es el momento de la revuelta general, a la vez tibia y radicalizada, que observaremos en los últimos Tiempos : cuando los seres humanos, incluidos los que se pretenden « católicos » y « sacerdotes », veneren ídolos y al príncipe de este mundo – el Anticristo – rechazando la obediencia al Papa, a la Iglesia Católica, a la Cruz, a la divinidad de Jesucristo Hijo Dios, despreciando la Caridad, la humildad y la Verdad, es decir ultrajando las diferencias de sexos y la diferencia Creador-criaturas. En mi opinión, aunque los pretextos de esta Gran Apostasía parezcan evidentes (el apoyo del Papa a los migrantes, la imprecisión en cuanto al adulterio, los discursos papales ligeros sobre la ecología y el matrimonio, los desacuerdos en cuestiones de doctrina o de formas rituales, etc.), hay uno mucho más poderoso y capital que los otros porque está oculto y nadie lo discute : es la homosexualidad.
Buena parte del clero católico está en sí pervertida por la homosexualidad (en el mejor de los casos, por la creencia de que « es amor », en el peor, por la práctica homo). Y mucho más que por la pedofilia. Véanse todas las páginas dedicadas a la homosexualidad en el clero, incluidas las preguntas n°125 y 135 en mis « 247 preguntas sobre la homosexualidad dentro de la Iglesia » en mi blog La Araña del Desierto. Y como por casualidad, entre los actuales portavoces de la Iglesia que no tomaron partido en el tema, muchos de ellos ya no son católicos. Se encuentra a los católicos escondidos, a los falsos católicos que fingen serlo, a los « católicos identitarios y defensores del cristianismo », a los católicos arribistas que tratan de quedar bien con todos (entre los cuales, muchos obispos y cardenales), y finalmente los – mucho más honestos – que van por su cuenta. Al ser cada vez menos obedientes a la Iglesia, los católicos en Francia no se imaginan sermoneando a las personas homosexuales activas dado que ellos mismos no son irreprochables en materia de matrimonio, de sexualidad, de práctica religiosa, de humildad, de apostolado. Les viene bien, finalmente, que no se trate de la homosexualidad. Así, al menos, su heterosexualidad y su desobediencia a la Iglesia no son ni identificadas ni tampoco denunciadas. Ellos pueden hacerse de apóstoles sin correr el riesgo de ser destituidos de su puesto o de su poder mediático. Ellos pueden hacer todas las fecundaciones in vitro que quieren, seguir comulgando sin estar dispuestos a recibir el Cuerpo de Cristo, participar en eventos de caridad mientras respaldan la Unión Civil, engañar a su esposa al mismo tiempo que salvan las apariencias, tener un montón de críos, fingir ser católicos perfectos, « abiertos » o « ponderados » o hasta « estrictos y comprometidos ». Soy el director de la asociación AEP (Ayuda a la Iglesia en Peligro) : queda bien. Me transformo en intocable. ¡ El escondite perfecto ! Por lo tanto, la Gran Apostasía no tiene nada de brutal : se vive como un proceso y se va construyendo por capas de pecados veniales. En cuanto se banaliza la homosexualidad, el agua entra en el barco de San Pedro. El agujero parece pequeño, pero el charco es grande.
13) Alegrarse de ello en vez de quejarse
Se denegará la primacía de la homosexualidad. No hay que quejarse de ello, sino al contrario regocijarse. Mis observaciones sobre la censura del mundo en cuanto a la homosexualidad, y sobre la proliferación de los falsos profetas en la Iglesia Católica actual, podrían parecer apenadas, revanchistas y no-evangélicas. Dado que en el fondo, nuestra Esperanza católica nos orienta hacia la confianza en que « las puertas del Hades no prevalecerán contra la Iglesia » (Mateo 16, 13). Pero no os engañéis.
Primero, yo no juzgo a la gente de Iglesia. Llegamos a un momento cumbre y doloroso para la Iglesia y el mundo : la gran Pasión. La homosexualidad es un tema particularmente difícil de resolver. Nunca dije que fuera sencillo anunciar la continencia, especialmente a las personas heridas como los hombres y las mujeres homosexuales, y en un momento en que el mal se ha fuertemente generalizado. En cuanto a la continencia, para ser totalmente honesto, en realidad la mantuve con felicidad durante 5 años, desde enero del 2011, y rompí ocasionalmente con ella en octubre del año 2016 cayéndome 3 veces, para volver a escogerla todavía mejor ahora. Gracias a la fuerza del sacramento de la reconciliación, a una buena dosis de humor y a un extraordinario Año de la Misericordia (diciembre 2015-noviembre 2016) que me permitió pasar el tiempo en los confesionarios y averiguar que Jesús está verdaderamente en los sacerdotes (incluso en los que cuentan naderías), volví a subirme al caballo y ¡ adelante ! con una fuerza renovada.
La ascesis de la continencia se parece a una condena. Últimamente, yo estaba conversando con una amiga que me habló de una de sus colegas, una mujer recientemente convertida al catolicismo, artista, que se había casado con un hombre que le hizo pasar por un infierno. Esa chica se ve con 35 tacos, hermosa, separada pero no divorciada, teniendo que renunciar para toda la vida a estar en pareja. Objetivamente, es duro. A lo mejor ella piensa que no tendrá la fuerza para vivir la continencia y renunciar a emparejarse con alguien que no sea su marido. No hay duda de que el recordatorio de la indisolubilidad del matrimonio a esta clase de personas asusta y crucifica a los sacerdotes. Y, sin embargo, es imprescindible. En nombre de la felicidad y de la Salvación de las almas. Y es aquella exigencia humana la que va despertando universalmente el caso de las personas homosexuales. ¡ Misma dieta restrictiva para todos ! Esta es la « mala » Buena Nueva que la homosexualidad trae a todos, a la Iglesia. Básicamente, la homosexualidad es un pájaro de buen agüero que parece un pájaro de mal agüero.
Luego, es totalmente lógico que la primacía de la homosexualidad no sea reconocida incluso por el Papa y los pasajeros santos/sanos de la barca de San Pedro : como muchos saben, el diablo, surfeando la ola de la homosexualidad, suele actuar de manera oculta, y brilla por su insignificancia. Lo que hizo más fuerte – incluso si va a perder y ya ha perdido – es que hace creer que no existe. En cuanto a « Pedro el Romano » (el Papa Francisco), es probable que este último espere que se cumpla la profecía que Jesús hizo a su santo patrón justo antes de su muerte : « Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo : cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde querías ; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras. » (Juan 21, 17-18) Recuerdo que en la Biblia, el cinturón simboliza la Verdad (« Tomen la Verdad como cinturón. », Efeseos 6, 14).
Para concluir mi exposición de los por qué la homosexualidad no será tratada en la Iglesia y los testigos homosexuales continentes no serán escuchados, yo diría que la razón principal es positiva y consoladora : aunque humanamente la homofobia mundial sea indignante e ilógica, sobrenaturalmente está permitida, dada y ofrecida para que la Justicia divina y la Salvación de las almas de un máximo de personas homosexuales se ejerza en plenitud de alegría. La homosexualidad es un signo poderoso de los Novísimos Tiempos (estudié la cercanía entre la promoción/banalización social de la homosexualidad y los principales conflictos mundiales, las guerras). Esta promoción planetaria de la bisexualidad, aunque no sea deseada por Jesús, aunque Lo entristezca, forma parte del programa divino que tiene que cumplirse antes de la victoria de Cristo. Por eso lo digo sin fatalismo y sin justificarla : la homosexualidad debe ser validada y denegada internacionalmente para que las Santas Escrituras se cumplan.
El Espíritu de extravío es un regalo de Dios enviado para poner fin a nuestros sufrimientos y a los de Cristo antes de la Parusía (venida de Cristo en la Gloria). Cito la segunda carta de Pablo a los Tesalonicenses, capítulo 2, v. 11 a 12 : « Dios les enviará un poder engañoso, para que crean en la mentira, a fin de que sean juzgados todos los que no creyeron en la Verdad sino que se complacieron en la iniquidad. » Por lo tanto, la homosexualidad nunca se abordará mundialmente. En la Biblia, se nos anuncia para los fines postreros que el conocimiento (la gnosis) aumentará… y que la fe verdadera, sin embargo, disminuirá e incluso desaparecerá de la faz de la tierra. Hay fenómenos, desde un punto de vista terrestre y humano, que han llegado hasta tal punto de desarrollo, que nada (sino Jesús y María) detendrá su crecimiento : ese es el caso con Internet por ejemplo (es difícil imaginar a un gobierno que decida : « Bueno, venga, ya vale, lo apagamos todo. Por culpa de Internet, hay demasiado porno, terrorismo, mundo virtual… ») ; también es el caso de la apisonadora del « amor homosexual » (dado el estado actual de la propagación de la creencia mundial en la « identidad homo » y en el « amor homosexual », ya no veremos a ningún jefe de Estado que tenga el valor de decir que « los homosexuales no existen » y que « el amor homosexual tampoco existe »). A no ser que ocurra un milagro tremendo o una gigantesca toma de conciencia colectiva, nosotros nunca lograremos que todas las personas homosexuales de la tierra decidan libremente vivir en continencia. La homosexualidad y la creencia en ésta como una « identidad y « el amor », la heterosexualidad y la creencia en ésta como « diferencias de sexos », son ahora inamovibles y están demasiado profundamente arraigadas. Acerca de los católicos, veo toda la inaudibilidad de mi discurso de denuncia de la heterosexualidad entendida como el diablo disfrazado de diferencia de sexos. Finalmente, podríamos considerar esta ineluctabilidad del mal como una prueba de que Dios no existe, de que nos abandona. Pero, en realidad, Él nos envía este espíritu de engaño para que advenga Su Justicia lo antes posible.
En última instancia, la negación de la primacía de la homosexualidad es una Buena Nueva. Es este aguijón y esta humillación para ahorrarnos el orgullo. « Para que no me engría con la sublimidad de esas revelaciones, fue dado un aguijón a mi carne, un ángel de Satanás que me abofetea para que no me engría. » (2 Corintios 12, 7) Los profetas – y todos lo somos por nuestro bautismo – son tratados como gilipollas, son odiados por mucha gente, y no se les ayuda. No por ser odiosos, sino por Gracia y por ser triturados como el grano de trigo que dará fruto. Para dejar paso a más grande que nosotros : Jesús. « Parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía. Cuando llegue lo perfecto, desaparecerá lo parcial. » (1 Corintios 13, 9-10) La Iglesia se está purificando en la sangre de Cristo, el sufrimiento y la pobreza. Este estrepitoso fracaso del apostolado de la homosexualidad, aunque sea objetivamente triste y escandaloso, es anunciado y hecho bueno por la Cruz y la victoria de Jesucristo. Amén.
CONCLUSIÓN
El libro que acaban de leer trató de llegar al fondo de este misterio – realmente difícil de demostrar – de la primacía de la homosexualidad en el establecimiento del reino del mal en nuestra tierra.
Como ya he explicado a lo largo de estas líneas, la importancia de la homosexualidad no es tanto objetiva como subjetiva, afectiva y contextual : por supuesto, nosotros, como católicos, tenemos el deber de abordar todos los temas, sin centrarnos únicamente en la homosexualidad. Sin embargo, ésta, más que un tema, es sobre todo una perspectiva, un prisma primordial, para hacer resaltar de las otras cuestiones sociales de hoy toda la Verdad. Prosiguiendo con la analogía del problema de matemáticas, no son solamente la respuesta correcta ni la « Verdad verdadera » que nos interesan, aunque habrá en algún momento que proporcionarlas, sino lo que, en la percepción, la comprensión, los sentimientos, del alumno, le impide a éste que razone y logre encontrar esa respuesta correcta. Y a escala emocional mundial, el bug en cuanto a la aceptación del misterio de la sexualidad y de la Iglesia Católica se centra en la palabra « homosexualidad ». Así pues, en este caso, tenemos que concentrar nuestros esfuerzos no sólo en la Verdad estricta sino sobre todo en su disfraz/percepción equivocada/ prisma de homosexualidad. ¡ Aún cuando la palabra homosexualidad es objetivamente corrupta ! A pesar de que la homosexualidad sea la nariz postiza del transhumanismo anticrístico. ¡ Aunque la palabra « raíces » sea más tranquilizadora !
Cuando la gente descubra la importancia de la homosexualidad, será demasiado tarde. En serio, ya no me importa más : estoy mediáticamente acabado, y también ahora estoy católicamente acabado, ya que no me corto el pelo para criticar a La Manif Para Todos, al boboísmo en la Iglesia Católica, a la actitud gay friendly y a la práctica homo incluso dentro de la Iglesia. Trato de poner a la mala persecución buena cara : « Tengan paciencia hasta la venida del Señor. Hermanos : no se peleen unos con otros, y así no serán juzgados ; miren que el juez está a la puerta. » (Santiago 5, 7-10) Ahora, la única carta que puedo jugar para que me escuchen es la oración, la obediencia, la denuncia de los falsos profetas (los que el Papa Francisco últimamente llamó los « intelectuales de la religión »), la observancia de la continencia, la predicación en el desierto (creando por qué no una televisión alternativa con amigos), la continuación de mi trabajo de limpieza y de desciframiento de los signos de los tiempos en la humildad y el perdón de mis enemigos. En resumen, es el martirio y la evangelización. Porque si no, nadie quiere apostar por mí. Soy un alborotador a quien todo el mundo teme. Siendo el único en el sector de la evangelización mediante la homosexualidad y del análisis público de la homosexualidad, estoy en el ojo del Huracán. Es muy probable que el diablo se arregle para que yo sea humillado – y tal vez me maten – por uno de los míos, un católico. De esta manera, los propios católicos no conseguirán instrumentalizarme o transformarme en modelo. O bien se empeñará en que se considere mi muerte como un suicidio, primero social y luego físico. De todos modos, lo que sé es que no llegaré a viejo. No voy a envejecer. La bomba – la homosexualidad – que llevo es demasiado insolente y demasiado crucial para que sea mucho tiempo revelada.
CONTRAPORTADA
HOMOSEXUALIDAD
LA PRIORIDAD NEGADA
La homosexualidad es el tema más importante del mundo. No originalmente ni en el orden de la Gracia ni de la pura Verdad. Dado que es Jesús el tema más importante del mundo ; y es el transhumanismo anticrístico que representa concretamente el peligro que amenaza nuestra humanidad. Sin embargo ello sigue siendo verdad en el orden del disfraz y de la comprensión popular que toma este transhumanismo homicida, verdad en el orden del afecto y de las creencias más difundidas en nuestro mundo actual.
Traten de explicar aquella primacía y soberanía mundiales de la homosexualidad sin parecer un ser odioso, un loco, un peligro, y sin ser desaprobado incluso por la mayoría de los católicos. En el asunto, ustedes dejarán su pellejo. ¡ Pero sin duda, no su alma !
Philippe Ariño, nacido en Francia en 1980, ha escrito la trilogía : La homosexualidad en Verdad (2012), La homofobia en Verdad (2013) y Los Burgueses-Bohemios en Verdad (2016). Autor de un blog titulado La Araña del Desierto (araigneedudesert.fr) que incluye un Diccionario de los Códigos homosexuales, también es fundador del sitio CUCH (Católicos Unidos Contra la Heterosexualidad : cuch.fr) y ha lanzado un disco católico-pop : Bola de Cañón.
Lo que hubiera tenido que ocurrir lógicamente en Francia (el efecto-bomba de mi análisis y testimonio de la homosexualidad), y que fue reprimido/reemplazado por la llamarada de La Manif Para Todos a causa del arribismo y del orgullo de los católicos franceses (que no quisieron oponerse a la Unión Civil o a la heterosexualidad, ni hablar de homosexualidad), pasó el domingo pasado en Barcelona : un verdadero clamor de protesta.
Durante 5 días, todos los medios de comunicación españoles se excitaron por mi caso y por la conferencia del Café Youcat del domingo 12 de febrero organizada por el arzobispado de Barcelona en el claustro de la iglesia de Santa Anna. 23 medios – incluyendo 10 canales de tele – cubrieron el evento ; 60 periodistas estaban presentes en la conferencia ; las 4 teles más relevantes del país tomaron contacto personalmente conmigo ; una horda de juristas y de abogados estaba en plan de guerra ; el Parlamento catalán (la Generalitat) y la alcaldesa de la ciudad de Barcelona hicieron todo lo posible para cancelar la conferencia (entre otras cosas, firmando masivamente una petición) ; el arzobispo Monseñor Omella tuvo que escribir al Parlamento para hacer valer su derecho a organizar en su propia casa los eventos que quería ; 3 movimientos de contramanifestación (con un centenar de manifestantes) trataron de suspender el evento ; 16 000 € fueron tirados al viento para garantizar la seguridad ; 4 activistas LGBT intentaron interrumpir mi conferencia en los primeros 10 minutos y fueron expulsados con calma ; la mayoría de los periodistas se largaron después de haber tenido su momento de « enfrentamiento » ; la aparición en TV3 que tenía que realizar el día siguiente (lunes 13) fue cancelada. Éste es el cuadro en sus líneas generales.
Ahora volveré en más detalles sobre este evento – único para mí porque nunca había experimentado tal presión – para desvelar algunas « exclusivas » y sobre todo para restablecer verdades esenciales (he sido atacado injustamente y sigo siéndolo en los medios ; así que tengo mi derecho de respuesta) y agradecer al encantador equipo de jóvenes católicos del Youcat. Y, SÍ, sufrimos juntos por Jesús, por su Justicia, y eso nos hizo experimentar a la vez un subidón de adrenalina que nos hubiéramos ahorrado, a la vez una amistad acelerada absolutamente increíble. Este artículo viene a completar el de los 14 prejuicios.
Las 26 « exclusivas »
Exclusiva 1 : Nunca he experimentado tal presión, incluso en Francia. Nadie se esperaba a semejante furia mediática. ¡ Ni siquiera yo ! Esta puesta en escena de una guerra que no tuvo lugar – dado que el Café Youcat fue todo un éxito, tanto al nivel del contenido que de las relaciones de amistades que nacieron de éste – sólo fue liderada por los medios de comunicación. Ni yo ni el padre Bruno Bérchez (delegado para la juventud en la diócesis de Barcelona) o el Café Youcat ni el arzobispo Omella, procuró llamar la atención, generar alboroto, provocar, ser famoso, y nadie convocó los medios. Vinieron por voluntad propia, y lo habían planeado todo para que sus fantasías paranoicas se hiciesen realidad. Por desgracia, los enemigos que deseaban pillar no eran los demás sino ellos mismos. En vez de hacernos venir en sus propios platós de tele, nos obligaron a improvisar un estudio de televisión en los locales de la Iglesia, en los que vinieron a encerrarse… para finalmente caer en la cuenta de que los intolerantes de esta historia eran ellos y sus figurantes LGBT. Digo « sus » figurantes porque los 4 asaltantes LGBT que intentaron interrumpir mi conferencia fueron totalmente instrumentalizados y obedecieron a un guión preordenado : de hecho, los periodistas habían previsto quedarse sólo 10 minutos, sacar fotos de mí para ponerle una cara al « horrendo gay homófobo que se hace de profeta » (para dar de comer a los mirones televisivos y justificar que no se habían preocupado en masa por nada : en cuanto llegué, me bombardearon con fotos repitiendo mi nombre « ¡ Philippe ! ¡ Philippe ! »), dejarme un poco hablar (para perseguir EL patinazo discursivo), hacer intervenir a su movimiento de protesta en su lugar (los 4 atacantes con su banderola con el mensaje considerado « tímido » por el periodista Carles Cols : « Placer anal, contra vuestra moral » : aparentemente, no tenemos la misma definición de la « timidez »…), y finalmente largarse a toda prisa. Este escenario era tan absurdo que se ridiculizaron. Los periodistas y los militantes LGBT mostraron en plena luz que su llamada « lucha contra las discriminaciones y contra la homofobia » en realidad tan sólo era una homofobia y un libertinaje ocultos. Ni siquiera exponían la homosexualidad o la defendían. El happening era tan improbable que llegó precisamente cuando daba las gracias a los manifestantes (que imaginaba fuera) por recordarme que no tenía que contar cualquier cosa sobre los temas muy importantes y sensibles de la sexualidad, del amor y de la fe. Hasta dije que yo me podría haber encontrado fuera también con ellos. Los 4 perturbadores, metidos en una sorpresa de cumpleaños que se daba de bruces, salieron entonces de su pastel justo en el momento equivocado : el de los agradecimientos. Ello se aproximaba al grotesco. Ellos fallaron. Realmente. Por otra parte, la tensión en el claustro de Santa Anna era tal que hubo un desmayo (crisis epiléptica) de uno de los espectadores, que tuvieron que evacuar.
Exclusiva 2 : El happening de los asaltantes LGBT no era para nada un accidente : fue un consentimiento de amor. Los católicos de Café Youcat amaron a sus enemigos y no se dejaron sorprender ni atrapar por ellos, en contra de lo que se ha dicho. De hecho, los medios malvados tratando de hacer pasar a los creyentes por horribles censores fundamentalistas que sólo acogerían a aquellos que piensan como ellos. En realidad, a mí me sorprendió la diversidad del público, los creyentes y los no-creyentes se reunieron en un solo lugar, bebieron en la misma mesa, se mezclaron ; e incluso entre católicos, estuvieron representadas todas las sensibilidades. Era mágico de ver. Por otra parte, algunos periodistas afirmaron que los 4 manifestantes que interrumpieron el principio de mi testimonio se habían colado en secreto y habían derrotado/desafiado heroicamente la barrera de control de los organizadores. Esto es espectacularmente falso. El staff de vigilancia los había claramente identificado, y sin embargo los había dejado entrar con pleno conocimiento de causa. El ataque de los cuatro aguafiestas no fue accidental ni imprevisto : claro, no fue ni deseado ni justificado, pero sí fue consentido. Y eso, ¡ es muy poderoso ! Fue un consentimiento de amor. Quería aclarar, para restablecer la Verdad y honrar la grandeza del grupo Youcat. El hecho de que el happening haya podido tener lugar es la prueba del amor inmenso de los católicos por sus enemigos… aunque éste parezca una derrota y una ingenuidad suya.
Enseñé mi « Foto de la Verguënza »
Exclusiva 3 : Pensaba mostrar a Jesús Aún cuando no llegó a verse, yo llevaba una camiseta Jesus loves Paris. Lo hablé con el padre de Bruno quien, para evitar el efecto « hortera » o « provocador », prefirió, sin imponerme nada, que no tentara al diablo, y que escondiera mi camiseta. Pero Jesús estaba aquí, presente de todos modos. Y, pensándolo mejor, creo que hubiera podido mostrarlo igual.
Exclusiva 4 : Mis perseguidores, en nombre de la homofobia, fueron homófobos Yo podría llevarles al tribunal, si lo quisiera. Como lo explico en mi libro La homofobia en Verdad y también en mi símbolo « homosexual homófobo » en mi Diccionario de Símbolos homosexuales, la homofobia es el miedo y a continuación el ataque al mismo (« homo » en griego significa « mismo », y ha llegado a significar « los homos » o « la homosexualidad » : guardamos ambas acepciones). La homofobia no es, como lo dan a entender los medios de comunicación, un insulto o un trozo de celo que se pone en la boca de una persona a quien se quiere silenciar (es más grave que una etiqueta o que una reputación o un insulto – inclusive la palabra « discriminación ») ; tampoco la homofobia se reduce a toda oposición a cualquier legislación que se aprueba en nombre de las personas homosexuales (éstas no son una ley ni un pedazo de papel) ; ella no es toda imagen negativa atribuida a la homosexualidad (las personas homosexuales, como cualquier ser humano, pueden sufrir o actuar mal : no son ángeles liberadas del mal). La verdad, es que la homofobia es un ataque real (suicidios, acoso, violencia verbal y física, violaciones, asesinatos, robos, crímenes de guerra…) que las personas homosexuales – reprimidas o al contrario demasiado asumidas homosexualmente – se hacen entre ellas (el agresor homófobo siempre ataca a su víctima homosexual porque no puede soportar que en ella se refleje su propio deseo homo, su propia herida sexual, su propia acción homo). Escribo – y puedo demostrarlo sin excepción – que la homofobia es la « identidad homo » (la caricatura del coming out), es el « amor homosexual » (cada vez que una persona practica un acto homosexual, rechaza la diferencia de sexos, base de su humanidad y de su identidad, y por lo tanto se rechaza a sí misma así como rechaza a la persona con quien practica la homosexualidad). Además, todos los actos homófobos que conozco tienen lugar en los marcos de la práctica homosexual : la esfera amorosa homosexual o bien la esfera prostitutiva. Los hechos demuestran que las personas homosexuales – incluso aquellas que se disfrazan de « heteros » – se atacan entre ellas.
Esto es exactamente lo que me pasó en Barcelona : fui atacado por personas que se hacen llamar « heteros » (y tímidamente homos) y que son mis semejantes. También para cerrar este capítulo sobre la homofobia, tuve realmente la impresión, sobre todo al principio de mi conferencia en el Café Youcat, que ingresaba en un tribunal. Estaba rodeado de cámaras y de juristas que fingían la « objetividad del ponente », que registraban todo lo que podía decir, que acechaban la más mínima nota en falso o la equivocación lingüística para ver si lo que decía podría caer bajo el peso de la ley. Dicho sea de paso, aún cuando yo hubiera salido palabras claramente homófobas, la ley sobre la homofobia en Cataluña no ha sido votada y por lo tanto ni siquiera habría sido objeto de un pleito por « homofobia » o « incitación a la violencia ».
Exclusiva 5 : Yo nunca he sido condenado por homofobia en Francia Los manifestantes LGBT catalanes esparcieron el rumor de que ya me habían procesado penalmente en Francia por homofobia. Esto no es verdad y es pura calumnia. Precisamente en mi país, los colectivos de lucha contra la homofobia (Yagg, la Educación Nazional, S.O.S. Homophobie, etc.), siendo homófobos (se observa la misma paradoja en los grupos antirracistas que se convierten en racistas y sectarios, o en los comandos « ecologistas » o feministas que se vuelven totalitarias y sexistas…), y siendo incapaces de demostrar mi homofobia (porque en realidad nunca he atacado a una persona homosexual, nunca he provocado un « ola de suicidios de jóvenes », y soy el único en el mundo que describe los mecanismos reales de la homofobia), nunca han logrado arrestarme o llevarme delante del tribunal, a pesar de sus intentos y de las numerosas quejas que recibieron a mi respecto. En lo que escribo o digo acerca de la homofobia, no hay ángulo muerto. Incluso puedo demostrar que los que me atacan por homofobia son en realidad homófobos.
Exclusiva 6 : La sala del Café Youcat estaba llena de personas homosexuales Posiblemente algo más de la cuarta parte de las personas presentes. Los medios de comunicación, en cuanto se fueron los agitadores, probablemente se imaginaron que eran los únicos gays friendly en quedarse en medio de estos jóvenes católicos adoctrinados. Pero los que siguieron mi ponencia hasta el final fueron capaces de comprobar al contrario que mi discurso fue retomado por más de una persona homosexual entre los oyentes. Uno de ellas, un joven que tuvo el valor de tomar el micrófono para hacer su salida, dijo que estaba de acuerdo con lo que expresé y que él me apoyaba. ¡ Realmente me calentó el corazón, este apoyo fraternal ! Tanto más cuanto que él hablaba en primera persona del plural (el « nosotros »), lo que significaba que él representaba a un grupo de personas homosexuales católicas que desean vivir la continencia. Fue muy importante para mí. No sólo porque dejaba de quedar como un extraterrestre aislado a los ojos de todos, sino porque además, mi camino universal responde a una aspiración profunda compartida por muchas más personas homosexuales de lo que la gente piensa.
Exclusiva 7 : Los periodistas se cayeron en su propia trampa y son los verdaderos perdedores de la historia De ahora en adelante, soy más conocido en el extranjero que en Francia. Mientras que mis oponentes en Francia tuvieron la sutileza de no atacarme de frente para no promocionarme (porque no lo podían, porque no tenían los medios intelectuales ni legales para hacerme frente), los periodistas españoles soñaron con que yo sería estúpido, peligroso, homófobo, malo, sin conocerme, y contribuyeron así a proporcionar un gran foro a mis ideas, a mis escritos, a la Iglesia. Y encima, sin que los hayamos convocado. La censura de Estado que establecieron es evidente y se dio a conocer incluso en toda América Latina. Mostraron su intolerancia a la vista de todo el mundo. Fueron homófobos en nombre de la lucha contra la homofobia. Me discriminaban en nombre de la lucha contra la discriminación. Los diputados del Parlamento catalán demostraron su inmadurez firmando masivamente una petición « contra las discriminaciones » que todo el mundo hubiera podido firmar (¡ incluso yo ! ¿ Quién no está en contra de la discriminación ? En teoría, nadie) y que hubiera podido ser redactada por un adolescente. Además, ellos nunca revelan qué hechos y qué mecanismos se encuentran detrás de la palabra « discriminación » que ostentan histéricamente. Debido a que en realidad son cómplices de esta discriminación. Su ataque contra mí era tan infundado que durante el Café Youcat, una de mis amigos del grupo No Temo escuchó por casualidad una conversación entre dos periodistas, mientras levantaban el campamento, que decían « Hemos perdido la tarde… ».
Exclusiva 8 : La mayoría de los periodistas españoles sirven al diablo y a la masonería. Eso Io descubrí al encontrarme con un artículo de prensa que relataba el Café Youcat de domingo, el del Periódico escrito por el periodista Carles Coles. En este artículo – el único que he leído porque mi padre lo había comprado y me lo puso bajo las narices – se podía encontrar todo lo que he escrito acerca de los burgueses-bohemia (véanse la fachada de culturalidad, la demonización de la Iglesia pero con una jerga seudo-religiosa, las referencias bobós baratas a David Lynch y las citaciones supuestamente eruditas, etc.), todo lo que he escrito sobre el diablo (demuestro en todos mis libros que la heterosexualidad es el diablo disfrazado de diferencia de sexos… Pues bien, Carles Cols, además de fingir que me cita cuando en realidad distorsiona por completo mis palabras, me hace defender « las parejas heterosexuales » mientras que precisamente son aquellas contra las cuales peleo más : esta mentira que se hace pasar por la realidad, eso es diabólico) y todo lo que he escrito sobre la masonería (véanse la referencia al Islam al principio del artículo y a la mitología griega al final : los francmasones, aunque se autoproclamen ateos, son fanáticos de los relatos mitológicos y de los « héroes »). Incluso vi a algunos que se conmovieron por mi testimonio (entre otros un periodista del PAÍS, además muy guapo ^^), que se quedaron hasta el final, y que parecían estar al servicio de la Verdad… pero eran pocos y más discretos. Carles Cols, por su parte, forma parte de la franja periodística satanista, cínica y bobó, que intenta crear una Iglesia « laica » y ateo, no tanto para destruir frontalmente la Iglesia Católica sino para imitarla (como por casualidad, él está de parte del padre Charamsa)
Exclusiva 9 : Charamsa está ahora mismo jugando a los dardos con mi retrato. Charamsa, es el sacerdote polaco quien se había hecho el importante durante el Sínodo sobre la familia en 2015, que vive ahora en Barcelona con su « marido », que acaba de publicar su nuevo libro (libro que sostiene que el « amor homosexual » es divino y que la mayoría de los sacerdotes de la Iglesia Católica son homosexuales…) y que a veces es invitado para dar testimonio en algunas iglesias españolas. Al parecer, ya que soy un poco su antítesis a nivel del discurso, Charamsa en este momento me hace una guerra sin cuartel. Eso es lo que me dijo mi padre, el cual tiene la energía que me falta para leer todas las noticias y los artículos que salen actualmente en España. Y confieso, respecto al sacerdote polaco exclaustrado, que si puedo de alguna manera derribar su discurso de la desobediencia a la Iglesia que él desarrolla en su nuevo libro, ¡ sería un honor !
Exclusiva 10 : Hubieran podido molestarme en la calle. Por primera vez en mi vida, después de la conferencia del domingo, podía ser reconocido en la calle, y visto la imagen falsa difundida, hubiera podido meterme en problemas. No he conocido este miedo en Francia. Eso no me impidió tomar el metro y pasear alegremente por Barcelona. Lo más gracioso fue que, para no exponerme a gente malvada que me insultara en la calle, el padre Bruno siempre me llevaba a lugares donde estaba seguro de que no era LGBT : ¡ o bien los bares de abuelas o bien los kebabs ! ¡ Íbamos con frecuencia a tomar el té rodeados de abuelos y de abuelas españoles ! ^^
Mosén Bruno, Ramón y yo
Exclusiva 11 : Mi padre es imperturbable. Encontré a mi padre en Cataluña a partir del lunes. Pensaba que podría asistir a la conferencia del Café Youcat del domingo, pero llegó al día siguiente, aunque toda la semana siguió de cerca todo el bombazo. A mí, eso me habría deprimido o angustiado. Él, permaneció imperturbable. Arrastran a su hijo por el fango, pero dado que es por Cristo, ¡ no pasa nada ! Él realmente tiene la Fe pegada al cuerpo. No veo ninguna otra explicación.
Exclusiva 12 : ¿ Tal mediatización puede volver a ocurrir ? No lo sé. O bien España decide imitar a Francia, opta por ignorarme y comprende que no sirve para nada hacerme propaganda en los medios ya que mis investigaciones son imparables, o Ella decide por orgullo – ahora que el daño ya está hecho – manchar mi nombre y asumir la mediatización que ha desencadenado. Sin embargo, sigo pensando que el jaleo que se armó en España no viene del propio tema de la homosexualidad, ni tampoco de su alianza con la fe católica. Proviene del hecho de que yo, persona homosexual de carne y hueso, proponga a todos mis semejantes la virginidad como mejor camino de felicidad y de Salvación, del hecho de que yo obedezca a la Iglesia Católica.
Exclusiva 13 : Tuve en Barcelona más confirmaciones del vínculo entre la violación y la homosexualidad. Mis declaraciones sobre las relaciones no causales entre el deseo homosexual y la violación habían causado un alboroto justo antes de mi llegada a España. Y sin embargo, con sólo intercambiar en la realidad con las personas homosexuales de Barcelona, me encontré con tres que, en privado, me confesaron que habían sido realmente violadas.
Exclusiva 14 : El escándalo vino por la Virgen María y por Jesús Al origen de la protesta del domingo pasado, parece ser que un activista catalán conocido, con pendientes, se haya alarmado y haya organizado la intifada. Tal vez el artículo de PRISMA haya contribuido a encender la mecha. Probablemente el Café Youcat es también el retoño de la velada No Temo que tuvo lugar en enero de 2015 a la Iglesia de la Medalla Milagrosa en Barcelona. Pero, en realidad, pienso que se debería encontrarle al bombazo una razón mucho más noble y divina que los simples contextos humanos. De manera más fundamental y sobrenatural, como ya lo expliqué al principio del Café Youcat , no creo que sea el tema (de la homosexualidad) y entonces la homofobia del « lobby gay » la principal causa del nerviosismo de los medios de comunicación (aunque, por supuesto, hubo homofobia objetiva : impedirme a mí, homosexual, que hablara de homosexualidad, sí que es homofobia). Tampoco creo que sea principalmente la violación de la libertad de expresión (religiosa) que levantó a las multitudes (porque si sólo hubiera dado un testimonio sobre el « ser homosexual y católico », nunca hubiera atraído a todos los periodistas). Es precisamente el celibato y su universalidad, la virginidad y la Iglesia, los que fueron verdaderamente apuntados. Para nuestro mundo que desprecia al celibato y a la renuncia a ciertos placeres, la continencia universal es una provocación peligrosa, una amenaza terrible para su liberalismo copulador/hedonista.
El ex-padre Charamsa
Exclusiva 15 : Santa Eulalia defendía la virginidad en mí. El « Día D » de la charla, domingo 12 de febrero, los tres textos de la misa han sido adaptados a la fiesta de la patrona de Barcelona, Santa Eulalia, una virgen valiente. Y era curioso cómo todo se centraba en la virginidad y la persecución. Fue providencial y muy bonito. En la iglesia de Santa Eulalia el domingo por la mañana, el padre Bruno hizo una homilía sobre la parábola de las vírgenes prudentes y de las vírgenes imprudentes (Mateo 25) realmente notable : explicó que el aceite de las lámparas de las vírgenes era la oración. Nunca había entendido este texto así antes. Eso transformó por completo la comprensión materialista y egoísta de la Salvación ofrecida por Dios. Esta misa me dio la paz que esperaba.
Exclusiva 16 : El desorden y el dilema están también dentro de la Iglesia. La postura de la Iglesia sobre la homosexualidad – la propuesta del celibato continente para los personas duraderamente homosexuales – no es sólo fuente de conflicto fuera de la Iglesia. Ésta divide y se entiende mal incluso dentro. Está lejos de despertar la unanimidad. Por eso resultaría caricaturesco ver al enemigo únicamente fuera. Por ejemplo, cuando llegué a la parroquia Santa Eulalia, una feligresa – una abuela muy maja con el pelo teñido de rosa – me soltó amablemente, para quedar bien, que vivía en un bloque al lado de tres parejas homosexuales distintas que « no le planteaban ningún problema y que le encantaban » : « ¡ Me llevo muy bien con mis vecinos gays ! » (Sí, pensé, pero ése no es el problema…). Hablando más tarde con un responsable de la logística en el seno de la parroquia, éste me dijo, para parecer abierto y gay friendly, que no veía por qué prohibir a una « pareja » homo que conoce bien y que encuentra equilibrada el Sacramento de la Comunión. Bueno… Aquí estamos. El camino hacia la concienciación dentro de la Iglesia es largo.
Exclusiva 17 : Soy catalán.… en alguna parte… Es curioso como en los medios, en boca de mis oponentes como de mis amigos barceloneces, muy naturalmente, al enunciar mi nombre, lo pronunciaban « a la manera catalana » : « Phillip Ariñó ». Con el acento tónico en la « o ». Podrían haberlo dicho en castellano clásico. Pero no. Ellos lo catalanizaron. Quiere decir que al parecer me han adoptado.
Exclusiva 18 : De verdad, la Iglesia confió ciegamente en mí. El contenido de mi charla dominical no fue preparada. Cuando, dos días antes del Café Youcat (viernes 10) cené en el arzobispado de Monseñor Omella, y que me preguntó de pasada si yo había pensado en algún plan para mi ponencia, le respondí que no tenía nada planeado. Él, en lugar de aconsejarme que pensara en escribir algo igual, en lugar de dictarme el contenido o lo que había de evitar decir, se contentó con mostrarme su tímida sorpresa (« ah, vale ») y siguió adelante (« ¿ Me pasarías la sal ? »). Por otra parte, Don Bruno me confesó tras el éxito de la conferencia, que había apostado por mí sin saber exactamente lo que iba a decir y si lo que iba a expresar mantenía realmente el rumbo. Él sólo me había escuchado una vez, en enero del año 2015 en No Temo, y eso es todo. Estoy impresionado por la confianza que me hicieron. Monseñor Omella es un gran hombre, un verdadero padre, firme y confiado. Barcelona tiene suerte de tenerlo como arzobispo.
Mons Omella y el Papa Francisco, uña y carne
Exclusiva 19 : Me desmayo cuando me siento culpable. Los hay que vomitan cuando están contentos. Bueno, pues yo descubrí en Barcelona que cuando me cogen con las manos en la masa por un acto personal realizado en el ámbito social, un acto que pensaba justo y que se revela accidentalmente injusto y con posibles consecuencias públicas graves, ¡ sufro un golpe emocional y me desmayo ! jaja. Eso me pasó sólo tres veces en mi vida : cuando hablé de la depresión de mi madre durante una de mis primeras conferencias en Francia y que eso la había dañado ; cuando recibí un correo electrónico de un amigo herido por el esbozo de mi primera obra de teatro Vous m’avez beaucoup pédé en la que denunciaba de manera un poco bruta e implacable a todos los líderes de La Manif Para Todos ; y por fin, cuando pensé – después de un malentendido – que los firmantes del Parlamento catalán que querían suspender mi conferencia en Barcelona eran principalmente del PP y que los denuncié por Facebook… mientras que en realidad los miembros del PP (equivalente de los Republicanos en Francia) se abstuvieron. Durante la vigilia de oración del sábado por la noche con el grupo de jóvenes del Youcat, que me había sin embargo apaciguado mucho, empecé a desvanecerme porque oí a uno de los chicos del grupo decirme que probablemente había sido mal informado escribiendo en Facebook mi publicación en contra del PP. Total, mi metidura de pata no fue grave : me disculpé inmediatamente por este « post » accidental y finalmente sin consecuencias (éste fue a pesar de todo la oportunidad de avisar a mis oponentes que yo era de izquierdas). Todos mis amigos catalanes presentes pensaron que me había desmayado a causa del cansancio o del estrés. Pero íntimamente yo sabía muy bien el por qué. Es la culpabilidad que me hace caer. Esta forma de reaccionar señala cuánto me siento responsable de lo que hago públicamente, y mi empeño en conformar mi vida privada y mi vida pública con la Verdad de Jesús. En resumen, la gran noticia, es que no puedo físicamente ser esquizofrénico ni mentir/actuar mal en público mucho tiempo : ¡ me mareo ! No logro mantenerme en pié ! lol
Exclusiva 20 : Cottolengo sustituyó la tele, y sinceramente, ¡ qué Gracia ! Mi visita a Cottolengo Padre Alegre, un gran centro religioso que acoge a las personas gravemente discapacitadas, sustituyó la televisión el lunes por la mañana. De hecho, TV3 (una de las cadenas más importantes de Cataluña) había planeado invitarme. Pero los programadores cancelaron mi intervención la víspera, pretextando mi « bajo nivel lingüístico ». Me enteré después de que, en el pasado, ya habían recibido a personas que hablaban un castellano mucho peor que el mío, y de que la verdadera razón era que no tenían nada que atacar en mi discurso. Así que acudí al centro del Cottolengo, donde habíamos quedado con el padre Bruno. Y, en serio, ¡ fue muchísimo mejor que la televisión ! Un baño de amor por parte de todos los ocupantes. Y paradójicamente también, tuve la sensación de que ese amor era más fácil de recoger que el amor a los enemigos… de ahí mi hallazgo que, más aún que el amor, más aún que la ternura dentro de la vulnerabilidad, los amigos de Cottolengo, a menudo incapaces de ser malos ya que se ven muy debilitados, me hicieron el gran regalo de darme a conocer mi pecado : es decir « Todavía no perdono bastante a los que me ofenden ».
Al llegar al sitio, me impresionó mucho la santidad de la joven religiosa con velo que aseguraba la acogida en la recepción, que se tragaba las cosas sin quejarse, incluso los pequeños disgustos o comentarios desagradables que le hacían sus colegas, hasta el punto de no dejar aparecer nada y aceptarlo todo con paz y dulzura. Creo que se llama sor Margarita. Luego, fui recibido por Don Bruno y también por una parte del personal médico. Comentamos la conmoción de la víspera en el Café Youcat. Y mientras nos entusiasmábamos, no me atreví a contar a la directora y religiosa general el contenido del mensaje obsceno de la pancarta desenrollada por los 4 alborotadores, para no ofender sus castos oídos.
Después se inició la visita de los lugares. Primero la sección de los más jóvenes, luego la de las mujeres, y acabamos con la de los hombres. Entré en aulas donde los alumnos a veces tenían un fisonomía improbable (personas con una cabeza muy pequeña, por ejemplo : lo que uno sólo piensa ver en las películas de ciencia ficción). Empecé a clavar los ojos – sin ningún voyeurismo, pero al contrario, muy intrigado – en los niños con su mirada aparentemente aturdida y ausente, que babeaban con abundancia, pero que parecían oírme y esconder a Cristo. El caso de Hillary, un muchacho negro muy debilitado, me impactó. También disfruté de esas personas minusválidas que me cantaron una canción, esas personas con síndrome de Down que me adoptaron inmediatamente : fue frente a mí muy profunda (a propósito de la maldad de los seres humanos y de la urgencia de ser bueno) y se sintió de repente abatida porque se indignaba contra su propia condición de mujer prisionera que sueña con ir a París un día y que adivina que su sueño está gravemente comprometido ; Juan, que había perdido a su hermano gemelo, que lleva el mismo nombre que mi propio hermano gemelo, y que pasaba su tiempo llamándome « Feo » para decir con una sonrisa que me encontraba guapo ; etcétera. Un momento de paz en medio de la agitación.
Exclusiva 21 : En Barcelona, di mi conferencia más completa en la Universitat Abad Oliva. Era el martes 14 de febrero por la mañana, frente a los psicólogos católicos. Si, en el Café Youcat, me contenté con una presentación, sin embargo todo el análisis y el contenido (sobre la homosexualidad-heterosexualidad-homofobia) lo dejé en la Universidad. Esta explicación en español fue grabada, y espero que un día se difunda en YouTube. Porque no me gusta irme sin dejar de comer. Y los españoles, después de verme la cara, necesitan formarse seriamente acerca de la homosexualidad y de la heterosexualidad.
Exclusiva 22 : Don Bruno no es gay. ¡ Ni siquiera han tenido que someter ello a prueba lol ! Me di cuenta enseguida que a él le atraían las mujeres… ¡ y aún más la Iglesia ! Lo quiero precisar, ya que claro él también se convirtió – a causa de la homosexualidad – en el centro de atención y de organización del Café Youcat, y fue muy rápidamente acusado de ser homosexual (además de homófobo). Por otra parte, Bruno dijo tantas cosas bellas frente a los medios de comunicación, tantas palabras justas, y con una pureza y una paz enternecedoras, que le estoy muy agradecido por su valor y su obediencia ejemplares a la Iglesia. Me siento un poco mal por él – y al mismo tiempo pudimos reír de ello juntos – por su desacierto demagógico final que salió ante las cámaras al cabo de mi ponencia, desacierto que traicionaba a su pensamiento (habitualmente muy recto) y que no reflejaba en absoluto todo su recorrido ni la Verdad de su discurso : de hecho, Bruno dio a entender en su conclusión de mi charla (error debido probablemente al estrés y al relajamiento de la presión) que mi testimonio de continencia homosexual era « una experiencia singular de la homosexualidad, en paralelo con los católicos homosexuales que están en pareja »… y delante de todos (¡ pobre Bruno !), tuve que corregirle diciendo que mi elección de la continencia no tenía nada de « UNA experiencia », nada de una « opción entre otras », sino que era el mejor camino indicado por la Iglesia en el Catecismo de la Iglesia Católica. Este paso en falso, que podría hacer pasar a Don Bruno por un cura blando, soso, relativista, progresista y liberal (¡ cuando es todo lo contrario !), es un patinazo que nos hizo gracia a los dos (¡ un poco al igual que el corredor que estaba liderando la carrera y que se cae de bruces justo a dos metros de la línea de llegada !), que permitió mostrar a todo el mundo que los católicos no siempre están de acuerdo entre ellos (en particular cuando se trata de homosexualidad) y que la Iglesia está compuesta de pecadores, que nos permitió corregir públicamente una tentación y una creencia en el « amor homosexual » muy arraigadas entre los católicos (progresistas o tradicionalistas) también, y por fin que nos permitió ser humildes ante el éxito. Hermosa lección que nos ofrece Don Bruno a su pesar. Gracias a él. Es un santo sacerdote.
Exclusiva 23 : San Antonio de Padua es el santo patrón de los… ¡ enamorados ! ¡ Estamos aquí con una enorme primicia ! El sábado 11 por la tarde, mientras yo estaba en busca de San Antonio de Padua para pasar un rato con él en oración (y había precisamente una estatua de él en la iglesia de Santa Eulalia), uno de los feligreses – que había oído mi charla improvisada sobre la homosexualidad – quiso ayudarme, pero no sabía donde se encontraba la estatua, ni visualizaba quién era realmente San Antonio. Me hizo reír : « San Antonio de Padua… Es el patrón de los enamorados, ¿ eso es ? » Yo más bien hubiera dicho el santo que ayuda a recuperar los objetos perdidos… pero bueno, ¿ por qué no el de los enamorados también, después de todo ? ^^
Exclusiva 24 : Estuve a punto de volverme hetero en Barcelona. Es broma, por supuesto ^^. Pero dicho esto, encontré en el equipo Youcat a tres mujeres – Patricia, Marta y María – con una madurez increíble y que fueron mis flechazos de la estancia. Patricia, era la dulzura y la amabilidad en persona. Marta era mi apoyo psicológico y espiritual (¡ además de ser mi apoyo lingüístico !). María era el humor. Es una auténtica felicidad conocerlas. Por otra parte, el equipo Youcat da caña : Francesc me permitió hacer un lifting lingüístico (yo tomaba apuntes de todas sus expresiones idiomáticas : ¡ él era mi diccionario de bolsillo !) ; Ramón y Óscar me ofrecieron una formación medios divertida, eficaz y paradójicamente relajante ; el pequeño equipo parroquial de la iglesia Santa Eulalia que escuchó mi conferencia improvisada el sábado por la tarde me hizo confiar en mí mismo (y en mi nivel de lengua para explicar la homosexualidad) ; el reencuentro del lunes por la noche con el grupo de No Temo encabezado por Mosén Javier, que me había recibido hace dos años, fue precioso y necesario (les expliqué por qué el Género no era otro que la heterosexualidad). Descubrí con gran emoción que la pareja latinoamericana de No Temo que estaba esperando a un niño hace dos años y que había sido impresionada por mi testimonio, dieron a luz a un hermoso chiquitín que han llamado « Felipe ». ¡ Cuántos regalos humanos ! El hecho de haber aguantado con el grupo de jóvenes del Café Youcat una semana de sufrimiento por Jesús nos hizo vivir una amistad acelerada. Y puesto que además, sin querer, la homosexualidad vivida en la continencia actúa como una especie de filtro y de gafas para conocer el corazón y la sexualidad de las personas, algunos amigos catalanes piensan que puedo leer en ellos : « Tú, eres un poco brujo, ¿ no ? » me salieron algunos de ellos, intrigados. En realidad, no tengo ningún mérito. ¡ La homosexualidad, es mi barómetro, mi bola de cristal ! Bien debe servir para algo ^^.
Mgr Brouwet y yo
Exclusiva 25 : Los católicos españoles aman especialmente Lourdes. Me llamó la atención la estrecha relación entre los españoles y Lourdes. Ya porque me encontré con muchos de ellos que fueron acá. Y por otra parte, porque algunos han leído que el obispo de Lourdes, Mons Brouwet, fue el único obispo francés que me apoyó públicamente… y sentí que simbólicamente ellos también le tenían mucho cariño. Por otra parte, al dar mi última conferencia a los 50 sacerdotes de la diócesis de Barcelona, en presencia del arzobispo, el martes 14 de febrero en la Delegación, podía oír el vuelo de una mosca : expliqué a los curas que la homosexualidad era una cuestión importantísima para el porvenir de la Iglesia Católica y para la preservación de los sacramentos.
Desde un punto de vista objetivo y numérico (aunque se trate de una cortina de humo), la Iglesia en España es notablemente más poderosa y organizada que en Francia : más sacerdotes y vocaciones, más dinero, más reconocimiento social, más influencia (basta con comparar dos diócesis similares entre Francia y España – la diócesis de Toulon y la de Toledo – : ¡ como el día y la noche !). Por lo menos, en España, aún cuando la Iglesia es muy atacada, todavía mantiene su estatuto de Interlocutora (En Francia, la Iglesia apenas tiene voz y voto, y es tratada como una basura : basta con ver cómo el Arzobispo Mons Vingt-Trois fue alineado con los otros líderes religiosos del culto durante las audiencias de Erwann Binet en el Senado en el momento del voto del « matrimonio gay »…). Dicho esto, a pesar de aquella diferencia significativa entre la Iglesia española y la Iglesia francesa, me impresionó en Barcelona cuánto espiritualmente los sacerdotes españoles depositaban grandes esperanzas en Francia que realmente perciben como la Hija mayor de la Iglesia, cuánto eran capaces de ir más allá de las apariencias. Me encontré con un clero catalán muy lúcido, profético y visionario. Fue una alegría ver a sacerdotes verdaderamente servidores.
Exclusiva 26 : Regresé sano y salvo a Francia. Sin embargo, el miércoles 15 de febrero, casi perdí mi vuelo : ¡ dos minutos más tarde y se cerraban las puertas del avión ! Vuelvo a descubrir de nuevo el anonimato y la indiferencia de los católicos franceses. Pero no me importa : ¡ tengo mi taza CAFÉ YOUCAT que me mantiene caliente y que me recuerda a mis queridos amigos catalanes ! Y para mis próximas actualidades, contestaré en directo el domingo 19 de febrero a las once de la noche a la entrevista de Radio María España titulada « ¿ Por qué Philippe Ariño molesta tanto al el lobby LGBT ? ». Por otra parte, la entrevista improvisada de Jordy Solomon, grabada el martes 14 de febrero en el Hotel Metropolitan de Barcelona, sigue siendo un éxito por internet. ¡ Brindis !
Muchos de mis defensores del momento están totalmente equivocados. El verdadero opresor no es el « lobby gay » y su « dictadura ». El verdadero blanco del jaleo que se está armando alrededor de mi charla de mañana no es la « libertad », ni « la libertad de expresión », ni mi persona.
Es mucho más profundo.
El verdadero problema – que muy pocos nombran, porque muchos católicos son corresponsables invisibles de este jaleo -, es que nuestro mundo ya no acoge y acepta dos cosas : la VIRGINIDAD (María, el celibato) y la existencia/creencia en una VERDAD UNICA Y UNIVERSAL (Jesús, la Iglesia Católica). Esa es la razón de la Bomba que es mi conferencia.
Prejuicio 1 : Soy un agente de la Iglesia Católica. Voy a complacer a los homófobos y crear homofobia con mi discurso de odio sobre la homosexualidad.
No. En Francia, me echan los católicos, los cuales también se niegan a oír hablar de homosexualidad. Y mi discurso no es en absoluto homófobo : muy al contrario, hago un llamamiento al amor hacia las personas homosexuales, y quiero que nos oigan hablar de nuestra homosexualidad, que nos dejen realmente hablar y describir lo que vivimos. No sólo que nos aplaudan poniéndonos una cinta adhesiva en la boca. No sólo que nos « acompañen espiritualmente ».
Prejuicio 2 : El lobby LGBT (interpretado como « communidad homosexual ») es una terrible dictadura.
Es falso. La comunidad homosexual está llena de personas hermosas, divertidas, sensibles, con mucha sal. Está llena de amigos. Los que la demonizan no han entendido nada. El lobby gay, no hay casi nadie detrás. El lobby LGBT, no lo llevan las personas homosexuales. Es dirigido por las personas que se presentan como « heteros » y que quieren vengarse del matrimonio y de la Iglesia aprovechándose de nosotros las personas homosexuales como coartada amistosa, emocional y sentimental.
Prejuicio 3 : Defiendo la heterosexualidad e intento ser un ex-gay. (un gay arrepentido).
Creé en 2013 un sitio-web muy serio que se llama CUCH : Católicos Unidos Contra La Heterosexualidad. La Iglesia nunca defiende la heterosexualidad. Tan sólo defiende la diferencia de sexos. Nuestro único y verdadero enemigo, es la heterosexualidad y el lobby heterosexual. Da igual si ustedes no me entienden enseguida y piensan que juego con las palabras. El verdadero problema no es la homosexualidad. Es la heterosexualidad. Yo digo que la heterosexualidad es la ideología del Género. Y encima, digo sin rodeos que la heterosexualidad es el diablo disfrazado de diferencia de sexos. Porque es verdad. Por otra parte, no soy ex-gay y no trata de serlo. Pónganme frente a una mujer desnuda. Y verán el resultado (… o más bien la falta de resultado).
Prejuicio 4 : Ser homosexual, es estar en pareja o al menos tratar de estar en pareja. La continencia (= abstinencia por Jesús) es una ausencia de sexualidad, es un odio a sí mismo, y es homofobia interiorizada. No vivo mi homosexualidad, y no vivo mi sexualidad. No estoy libre.
Falso. Ser homo, es sentir una atracción hacia las personas de su propio sexo. ¿ Ustedes le dirían a un adolescente que se siente homo desde su más tierna infancia, pero que nunca ha pasado al acto, que no es verdaderamente homosexual ? ¿ Le dirían a un hombre casado y « homo a tiempo parcial » o a un soltero temporal que no son realmente homosexuales porque no están una pareja y no desean estarlo ? Llevarían a toda esa gente al suicidio. Es una vergüenza ver la homosexualidad sólo como un polvo, o como una obligación a estar en pareja. La homosexualidad es un deseo real, practicado o no, una atracción erótica hacia las personas del mismo sexo. Y, fundamentalmente, sólo es eso. Por otra parte, la sexualidad, no sólo es la genitalidad ni los sentimientos amorosos. No somos animales ni ángeles. Experimentamos siempre la sexualidad porque somos hombre o mujer y porque tenemos una relación con el mundo como seres sexuados. Y la continencia (abstinencia por Jesús) es una opción personal, que no impongo a nadie, y que no contradice de ninguna manera la « pareja » homo. Simplemente creo que es lo que puede hacer a cualquier persona homo más feliz y más libre que una « pareja ». La universalidad de mi argumento no impone nada : ofrece un mejor, y lo mejor no es el enemigo del bien, pero tiene derecho a ser anunciado y es real.
Prejuicio 5 : Es triste ser gay. Es una condena. Mi vida será un fracaso.
No. Mi vida es genial. Si somos duraderamente homosexual, tenemos un papel y una vida extraordinarios. Somos los mejores amigos de los demás. En general, somos más sensibles a los marginados, estamos más cerca de la gente que sufre. Somos poderosos reveladores de los malestares sociales, poderosos médicos de los corazones, poderosos denunciadores de la hipocresía de las parejas heterosexuales y de los fariseos en la Iglesia, evangelizadores de primera categoría. Nos prometo a nosotros personas homosexuales no la felicidad completa en « pareja », pero ¡ sí, la felicidad completa en la sociedad y en la Iglesia ! ¡ Por favor, no os suicidáis !
Prejuicio 6 : Doy una imagen negativa, falsa, exagerada, culpabilizadora, de la homosexualidad hablando de la violación.
Falso. Por un lado, no homosexualizo la violación. Yo mismo, nunca he sido violado. Y me niego a establecer un vínculo causal entre la homosexualidad y la violación. La heterosexualidad es tan violenta como la práctica homo. Por otro lado, me parece odioso que me traten de homófobo por ser el portavoz de mis cien amigos homosexuales que me dijeron que habían sido violados. Algunos me lo confesaron rompiendo en llanto. Estos gilipollas « gays friendly » (¿ Cómo llamarlos de otra manera ?) son capaces de pedirle a una persona homosexual que fue realmente violada que guarde silencio acerca de su violación con el pretexto de que sería « homófobo » dar una mala imagen de la homosexualidad. ¡ Qué vergüenza ! ¿ Cuáles son los verdaderos homófobos de la historia ? La Iglesia, Ella, al menos, no niega los sufrimientos y las violencias terribles que a veces vivimos.
Prejuicio 7 : Los Pro-Vida no son homófobos. Los católicos no son homófobos. Me acogen muy bien.
Muchos Pro-Vida son de una estupidez y de una homofobia espantosas. Son anti-Género, anti-feministas, anti-zurdos, anti-masones, anti-gays, anti-lobby-gay… e incluso a menudo anti-Papa. Mala noticia para mí : ¡ soy de izquierdas, feministas, gay, papista ! Por homofobia primaria, estos fundamentalistas natalistas sólo hablan del Niño (¡ el Niño, el Niño, el Niño ! ¡ la Familiaaa !), mientras que en frente, los demás quieren hablar de homosexualidad, de amor, de sexualidad. La mayoría de los Pro-Vida son homófobos (tienen miedo a la homosexualidad) y se niegan a hablar de homosexualidad. Ellos son los primeros en llorar sobre mí, soñando que denuncio la dicha « terrible censura del lobby LGBT » que yo sufriría. En realidad, la « censura » no viene del « lobby gay » (aunque también reciba insultos por parte de mis hermanos homosexuales) : proviene sobre todo del lobby Pro-Vida y de La Manif Para Todos. En Francia como en España. Lo siento decirlo. Hará casi un año que mi libro La homosexualidad en Verdad se publicó en toda España y toda América Latina : ¿ Cuál es el Pro-Vida que me invitó ? ¿ Qué medios de comunicación católicos me solicitaron ? Ninguno. El diario catalán Actuall, por ejemplo, se negó a publicar mi única entrevista para España, y la sustituyeron por el discurso homófobo de Jean-Pier Delaume Myard. ¿ Lo encuentran normal ? En Francia, me respaldó públicamente sólo un obispo, el obispo de Lourdes. ¡ Tan sólo uno ! Mientras que defiendo y vivo lo que la Iglesia pide. ¿ Les parece eso normal ? Por lo que los católicos que me hablan de la dictadura de los medios me hacen reír.
Prejuicio 8 : Seré continente toda la vida, y todas las personas homosexuales tienen que seguir mi ejemplo feliz de castidad.
Quiero ser continente: No sé si lo conseguiré hasta el final y si lo soy siempre tal como lo pretendo o lo debería. La continencia es una decisión libre y muy personal, una promesa que es hermosa. No tengo ninguna bola de cristal. No sé si seré continente toda la vida. Pero puedo desearlo. Soy un pecador. Soy débil. Por muestra : después de 5 años de continencia, me caí el último mes de octubre. El mal está hecho : el sacramento de la confesión me levantó. Pero todavía ocurre que me enamorare, que tenga tentaciones. Soy todo un hombre. Y mi deseo hacia los varones sigue existiendo. La continencia es un don que hace feliz, pero que no es cómodo. No es una eficiencia. Y si se convierte en una eficiencia para brillar, incluso en los círculos católicos, es pernicioso. Ojo con no apuntar sólo la pureza. El Padre Pio dijo : « Hace falta dos alas para acceder al Paraíso : la pureza y la humildad. » No la una sin la otra. Si somos puros sin ser humildes, caemos en el puritanismo, el fariséísmo. Es terrible. Tengo que tener cuidado con no establecerme en la continencia ni en la homosexualidad.
Prejuicio 9 : Practicar la homosexualidad es grave y conduce al infierno.
Falso. Practicar la homosexualidad, sí, es grave, ya que es un rechazo de la diferencia de sexos, es decir de toda Humanidad y de Dios. Es un pecado mortal. Sin embargo, no por haber cometido un pecado mortal una persona irá necesariamente al infierno. Ejemplo con el Buen Ladrón, crucificado junto a Jesús, que desde luego mató a gente y cometió pecados mortales en su vida, pero quién va directamente con Jesús al Cielo. Un pecado mortal rehúye la Gracia, así que nos expone más a la maldición eterna. Pero si una persona que practica un pecado mortal (aborto, asesinato, homosexualidad, orgullo, avaricia, ansia de poder, adulterio…) se deja amar y rescatar por Jesús, no será condenada. Yo, por ejemplo, insisto para decir que, si en el momento de mi muerte, me valo de la continencia para considerar que ya no necesito a Jesús para ser salvado (porque yo sería la encarnación de « San/Don Perfecto »), corro más el riesgo de condenarme que una persona que fue activamente homosexual durante su vida, pero que finalmente reconoce que necesita a Jesús y su amor. Por lo tanto, no sacralizo de ninguna manera la continencia. No es para nada una garantía de Salvación. La Salvación, es reconocerse como el peor de los pecadores, y es acoger la Realeza de amor de Cristo. Punto.
Prejuicio 10 : Se puede sanar la homosexualidad.
La homosexualidad es una herida de la identidad, una violencia cuando se practica. No soy el único que lo dice : todos nosotros, las personas homosexuales, lo decimos (cf. véase mi Diccionario de Símbolos homosexuales, y todas las veces que nos representamos con una cicatriz, con un rostro partido por la mitad, con lesiones). Y una herida, por lo tanto, se puede curar. Sin embargo, la homosexualidad no es una enfermedad : es un miedo (a la diferencia de sexos). Y el miedo no es una enfermedad. Un miedo se supera por el perdón, la confianza, la amistad, un acompañamiento, el humor, y por la recepción de los sacramentos. Y a veces una persona se queda homosexual de por vida. Y no es grave. Si Jesús permite que ella se sienta homo « para toda la vida (terrestre… que no hay para tanto) », es para que esta persona haga algo grande, original e insólito, por Su Gloria y por todos los heridos de la tierra.
Prejuicio 11 : La homosexualidad es una identidad y es amor, así que no hay necesidad de discutir.
Falso. Nuestra verdadera identidad es la diferencia de sexos (somos hombre o mujer), y es la diferencia Creador-criaturas (somos todos criaturas e Hijos de Dios). « Los » heteros y « los » homos no existen. La salida (el coming out) es una auto-caricatura. Nadie se caracteriza por sus fantasías, por sus sentimientos e impulsos que experimenta, por las personas que lo atraen eróticamente, ni por lo que hace en la cama (genitalidad). En cuanto al Amor, Éste es la acogida de la diferencia (Siempre que no acogemos la diferencia, no amamos), y más aún la diferencia de sexos que es la base de nuestra existencia, de nuestra identidad y de todo amor abierto a la vida. En su seno, la « pareja » homo no experimenta la sexualidad (ya que no incluye la diferencia sexual : la homosexualidad es una « sexualidad sin sexualidad », por así decirlo), y no vive el Amor : lo que vive, es más bien una parodia de amistad (Se trata desgraciadamente de una amistad complicada porque se ha vuelto amorosa y genital) y una parodia de amor (ya que el amor sin sexualidad se convierte en amor platónico, por lo tanto insatisfactorio y a menudo violento, poco abierto a la vida y a la complementariedad de los sexos). El Amor verdadero, es la acogida de la diferencia de sexos. Esto es verdad para todos. Casados como solteros, además. La diferencia de sexos no es una opción en el Amor. Es a la vez la condición y la esencia misma del Amor… aún cuando no sea por sí sola una garantía de Amor : muchas parejas hombre-mujer incorporan la diferencia de sexos sin acogerla ni honrarla, y resulta ser un verdadero desastre. Y conozco a « parejas » homos a quienes les va mejor que a muchas parejas mujer-hombre. Dicho esto, cuando la diferencia de sexos es realmente acogida en una pareja, se convierte en lo mejor. Y ese mejor, las « parejas homos » no lo viven. Y si ustedes conocen a contra-ejemplos, ¡ enséñenmelos para que yo cambie de opinión !
Prejuicio 12 : Los sacerdotes son cobardes (o homosexuales reprimidos/ocultos).
Falso. Miren el coraje del párroco que me recibe en su parroquia – Bruno – y que me ha invitado a hablar de homosexualidad. Durante toda la semana, tuvo que amar a los periodistas, quienes a veces se comportan como aves de rapiña. Si esto no es el coraje, ¿ qué es ? Y miren al estupendo arzobispo – Mons Omella – que tienen aquí en Cataluña. No sé si Bruno y Juan-Jo son homosexuales, pero en todo caso, ¡ lo cierto es que tienen pelotas, y tienen corazón ! Y en cuanto a los sacerdotes homosexuales, conozco a unos cuantos, aunque siga siendo una minoría en el Clero. Y los que permanecen fieles a la Iglesia en la obediencia y que viven su homosexualidad en la continencia son verdaderos santos, ¡ sacerdotes de los grandes ! Lo puedo garantizar.
Prejuicio 13 : La Iglesia no ama a las personas homos. Nos rechaza en cuanto estamos en pareja.
Completamente falso. La Iglesia católica, creo, todavía nos ama mejor que los demás, no sólo porque Ella no juzga a las personas, sino que además Ella nombra nuestro pecado y nos responsabiliza para que ayudemos a Dios a que quite este pecado o al menos para « vivir con esa tendencia » de la manera más entregada posible. El amor de la Iglesia por las personas homos es incondicional : Ella no nos dice « Te acojo en cuanto ya no te sientes homo ». No. Ella dice : « ¿ Experimentas esta tendencia ? Vale. La tomo muy en serio. ¿ Estás en pareja homo ? Vale. Haremos con ello. ¡ Entra igual ! Yo te acojo entero, aunque no bendiga todo lo que haces. Permanece en la obediencia, si no, los sacramentos de la Eucaristía y de la confesión no tendrán efecto en ti. Pero quiero que sepas que te dejaremos que nos instruyas y nos expliques la homosexualidad ! ¡ Alegría ! » ¡ Qué Buena Nueva increíble ! Nosotros, personas homosexuales, somos las Reinas de la Iglesia, en realidad (¡ Siempre he soñado con ser una princesa !^^). El mundo nos quiere esconder este Amor de la Iglesia por nosotros. Pero Éste es real. ¡ Por ser homo, tienes aún más tu lugar en la Iglesia ! Jesús no vino por la gente sana ni justa sino justamente por los pecadores.
Prejuicio 14 : Marta Sánchez es una mujer superficial.
¡ Qué cosa más fea pensar eso ! ¡ Si Marta es una santa ! No por sí misma ni por sus propios méritos/sus propias acciones. Pero por ser amada por Dios. No se dice nada contra Marta Sánchez delante de mí, ¡ por Dios !
Frente a la ignorancia y a la incomprensión masiva del deseo homosexual, que crean muchísimas tensiones mundiales entre los Pro-Vida (a menudo anti-Género, anti-gayismo, anti-lobby gay, anti-marxistas, anti-feministas, anti-comunistas, anti-masonería, tradicionalistas, complotistas, natalistas, familialistas, etc.) y los Pro-Gays (a menudo anti-homofobia, anti-fachas, pro-igualdad, pro-amores, pro-homosexualidad, pro-Humanismo libertario, progresistas, modernistas, etc.), he decido escribir estas 247 preguntas (que ya redacté en idioma francés : voy a ir traduciéndolas poco a poco al español) para aclararnos y apaciguarnos, y también ayudaros, sobre todo si sois creyentes, homosexuales, o que tenéis a un familiar homosexual.
Me pareció menester indagar sobre el tema de la homosexualidad dentro de la Iglesia y vista por la Iglesia, ya que los conflictos sociales generados por este tema espinoso son iguales a los que suceden en el mundo católico, y ya que yo mismo soy católico practicante, homosexual no-practicante. Tengo 36 años y acabo de publicar en abril del 2016 un libro titulado La homosexualidad en Verdad, que tuvo mucho éxito en Francia en el 2012 (carpeta de prensa) y que va ganando el corazón de muchos lectores españoles y latinoamericanos. Añado también la traducción de mi último libro Homosexualidad, la Prioridad negada.
Les deseo una buena lectura. Se compartirá en tres partes : la primera (n°1 hasta 79), la segunda (n°80 hasta 159), la tercera (n°160 hasta 247).
CAPÍTULO I – HOMOSEXUAL Y CATÓLICO REGULAR EN LA IGLESIA :
1 – ¿ En estas 247 preguntas, usted cree que hubieran tenido que examinar un poco más seriamente el tema de la homosexualidad los cardenales y el Papa durante el último Sínodo de la Familia (en 2015) ?
Sí. Volveré a hablar del Sínodo en el Capítulo V. Pero ya puedo decir que los católicos en general prefieren considerar el fenómeno de la homosexualidad como una realidad exterior a la Iglesia. Por temor a dejarse « contaminar » por él. Por temor a darle excesiva importancia en comparación con la Revelación. Y las pocas veces que identifican la homosexualidad como un fenómeno interno, rápidamente la limitan a un epifenómeno periférico que « acompañar » (¿Francisco no nos ha animado a que « salgamos a las periferias » ?). Sin embargo, creo que la homosexualidad es una realidad interna tanto más prolífica cuanto que se la ignora y se difunde a través de su supuesta « rival » la heterosexualidad. Lo que está sucediendo en la sociedad refleja lo que está sucediendo en la Iglesia. No hay frontera franca entre ambas. En nombre de la Encarnación de Jesús, el Hombre no es del mundo, pero está en el mundo.
2 – ¿ Hay muchos católicos practicantes homosexuales ? ¿ Qué proporción en las asambleas dominicales ?
No tengo ni idea. Y eso es normal : nuestra orientación sexual (todavía) no está marcada en nuestra frente (señalo « todavía no » porque con el fichaje numérico de toda la población mundial – a través del chip RFID – según la orientación sexual, los sentimientos, los gustos, las prácticas, los comportamientos, los encuentros, las opiniones políticas, las creencias, etc., eso está cambiando). Y como, en materia de homosexualidad, no hay que dejarse demasiado engañar por las apariencias de una asamblea parroquial, prefiero no pronunciarme al respecto ni avanzar cualquier estadística. Por ejemplo, no por ver a un « buen padre de familia » que se cuida de un cochecito y de su chiquillería en los pasillos de una iglesia uno no se enfrenta a una persona homosexual. Igual con el cura : su alba y su cuello romano no siempre hacen el hombre religioso casto como debería ser. Siempre me sorprende descubrir el número de hombres casados en los sitios web de citas gays, el número de madres de familia católicas bisexuales. Y los testimonios « en off » de ciertos sacerdotes me hacen tomar conciencia que en el confesionario acogen varias situaciones de profunda desolación experimentadas por feligreses casados que están viviendo una doble vida o tentaciones homosexuales que los desgarran. Eso no me permite ni generalizar ni « ver a homosexuales por todas partes », ni ser ciego y subestimar el crecimiento fulgurante del atavismo bisexual en la Iglesia Católica actual.
3 – ¿ Por qué hay tantos católicos practicantes homosexuales ?
Si hay muchos, hecho que ignoro (aunque en este momento, no dejo de encontrarme con unos de ellos en las parroquias y santos lugares : hace poco, hasta he visto a una « pareja » de dos sexagenarios, cogidos de la mano como dos adolescentes, que salían del santuario mariano de la Rue du Bac en París, muy cómodos…), hay muchas explicaciones. Sólo me limitaré a subrayar tres.
Esa proximidad se debe primero a la naturaleza amante de la Iglesia : la Iglesia es un « imán para pecadores y personas heridas/hirientes », porque Ella acoge a todo el mundo incondicionalmente, y en particular a los casos clínicos, perversos y carcelarios. El Papa Francisco nos ha recordado con insistencia que la familia que Cristo dirige y que él conduce era un « hospital de campaña ». Entonces es por una Buena Nueva (Jesús vino sobre todo por los pecadores) por la que se puede averiguar una mala. En la Iglesia, a escala humana, se encuentran lo mejor y lo peor.
En mi opinión, esta afinidad entre homosexualidad y catolicismo encuentra también su origen en el funcionamiento del deseo homosexual, que es un impulso de fusión febril y orgullosa con Dios, la repercusión de un desbordamiento de generosidad y de grandes talentos recibidos inicialmente. Judas, Lucifer, los demonios, eran seres muy prometedores, desde un punto de vista objetivo. La atracción homoerótica quiere desafiar/trascender los límites de la Realidad humanizadora, en particular de la diferencia Creador-criaturas (= la Iglesia, Cristo) y de la diferencia de sexos, porque humana y divinamente, aquellos que la sienten tienen con qué competir con Jesús : ya he explicado lo bastante en qué la homosexualidad significaba un deseo de sentirse como Dios (cf. los códigos « Curas gays » y « Sentirse como Dios » en mi Diccionario de Símbolos homosexuales). Por un malentendido existencial y amoroso, por una incomprensión de la verdadera identidad de Cristo y de su Cruz, muchos fieles y sacerdotes se unen a la homosexualidad en nombre de su « fe » y de Jesús. La Iglesia Católica parece responder a su sensiblería, a sus supersticiones, a sus apetitos de excepcionalidad mesiánica y a su sed de ser todopoderosos. ¡ Es completamente lógico que Ella atraiga a los soberbios !
Por último, la atracción de las personas homosexuales por la Iglesia, y esta curiosa afluencia creciente que voy observando últimamente en Ella – digo « curiosa » porque es idólatra, se trata de un « tira y afloja » lleno de ambigüedades, un « amor » mezclado con odio celoso – se deben, creo yo, al contexto escatológico : la llegada inminente de Cristo y el fin de un mundo. La Iglesia alcanza su última fase de corrupción apostásica, sino también de purificación por la Sangre. El mal se pega a Jesús, se agarra a Él, no porque Lo ama (como lo darían a pensar las apariencias y su sinceridad) pero en realidad para retrasar su caída en su propio vacío. La presencia de las personas homosexuales en la Iglesia es una señal fuerte de la Parusía y de decadencia civilizacional/mundial/eclesial.
4 – ¿ Qué sentimientos habitan en una persona homosexual creyente en su vida cotidiana de Iglesia ?
Es complicado. Debido a que podemos vivir puntos culminantes de depresión, tristeza, revuelta, asco, desaliento, compaginados con puntos culminantes de liberación y regodeo. Siendo a menudo muy sensibles, a flor de piel, exigentes, inteligentes, finos analistas, suelen golpearnos muy fuerte nuestras caídas y recaídas, nuestras fragilidades, nuestra condición homosexual. Nos cuesta perdonarnos de ser « así », de sentirnos « atraídos » por quimeras amorosas. Y encima, dado que tampoco entendemos por qué nuestro cuerpo, nuestro corazón – ¡ e incluso nuestra fe ! – nos conducen hacia aquellos humanos que nunca podremos amar verdaderamente, estamos aún más tentados a rebelarnos contra nosotros mismos, contra la Asamblea dominical, contra la Iglesia entera, un poco como un soltero que se vuelve histérico por sentirse solo en medio de una muchedumbre aparentemente « feliz » y familiar. ¡ Se trata de ese tipo de desfases vertiginosos !
Aunque podemos conocer largos períodos de paz (a veces tres o cuatro años sin la más mínima tentación), pasamos extremadamente mal las turbulencias de nuestro deseo, las « intermitencias del corazón » de las cuales habla el novelista francés Marcel Proust. Aquello puede volverse físico, visceral, muy violento. En lo más hondo de nuestro ser, experimentamos una gran hambre de amor y de compromiso, pero también la imposibilidad de verlo cumplido. A veces, las personas del otro sexo hasta nos dan asco. Y el hecho de que sean católicas como nosotros no cambia nada. Quizás ello nos repugne aún más : no tenemos ganas de dar falsas esperanzas a alguien, de usar a Dios para estar aún más decepcionados y defraudar. El espiritualismo y el angelismo no nos interesan, y creo yo, a menudo con razón, porque los hemos probado de vez en cuando « con buena fe » justamente. Incluso con gente de nuestro propio sexo. Por lo tanto, desconfiamos todavía más de una cierta relación mágica con la fe, que puede resultar viciada, catastrófica, diabólica. ¿ Por qué iríamos a romper el corazón de una maja parroquiana, ya que las mujeres son mayoritarias en la Iglesia y que se pelean las pocas oportunidades masculinas que no han ingresado en el seminario ? ¿ Y en cuanto a la relación homosexual, por qué saldríamos con una persona católica de nuestro sexo para vivir una « fe a medias », aunque en un principio e idealmente, soñamos con una presencia masculina, lo que es más espiritual (y además, ni sería una « simplemente cuestión de sexo ») ?
Nosotros, personas homosexuales creyentes y practicantes, tenemos una conciencia aguda de nuestra excepcionalidad desperdiciada, de nuestra loca generosidad desaprovechada, de un potencial que no debe ser usado, de una elección que quedará sin duda desconocida y descartada. Somos conscientes del hecho de llevar una herida irreconocible, que ni siquiera un católico compasivo apiadará. Y eso nos hunde en un abismo de melancolía profunda, que puede conducirnos hasta las ganas de suicidio. ¿ Qué puedes hacer con un debilucho como yo, Señor ? ¿ Qué sitio y qué vocación esperas de mí ? ¡ No cuadro en ninguna parte !
El día 3 de abril del 2016, para la Fiesta de la Divina Misericordia, me encontré en la iglesia de Saint-Sulpice, en París, perdido en medio de una multitud de más de 3 000 personas. No sé por qué : durante la mitad de la misa, mientras que todas las condiciones estaban reunidas para que me metiera en la fiesta (además, estaba situado detrás del coro ; todo el mundo parecía feliz ; el Cristo Misericordioso es un gran día de Fe en el año y el descubrimiento del Perdón ; yo no vivía en el momento pruebas terribles ; el obispo Monseñor Rey, que oficiaba, hizo una homilía maravillosa sobre el Evangelio del día dedicado a la « incredulidad » de Santo Tomás ; etc.), sin embargo mi corazón estaba muy lejos. Perdí el control. Tenía ganas de irme. No la tenía. Empecé a fantasear amorosamente acerca de un chico católico que conocí recientemente, a sentirme ajeno a la ceremonia e incluso a la Iglesia Católica, a hacerme realmente el incomprendido y el marginado identificándome a todas las personas homosexuales católicas en mi caso (= los Invisibles de la Iglesia), a comparar mi situación a la de una persona minusválida o enferma que no disfrutará nunca en la tierra de la curación ofrecida por Dios a algunos elegidos. Y luego, de repente, sin razón, mi corazón endurecido se resquebrajó, se deshizo en lágrimas, se ensanchó, se calentó, como después de un eclipse solar. Mi vecina, una mujer ciega con su gancho blanco, que debía cumplir los cuarenta, y que parecía poseer una inteligencia sobrenatural, se volvió misteriosamente hacia mí y me pidió, en previsión del desplazamiento de la muchedumbre hacia la Eucaristía, este servicio : que la condujera hasta el Santísimo. « Podría usted acompañarme ? » En ese momento, con entusiasmo, dije que sí. Luego, en la espera del inicio de la distribución, empecé a romper discretamente en llantos, sin que mi vecina inválida se diera cuenta (obviamente), porque sabía que era el Señor quien me la había cuidadosamente enviado. A continuación, todo el canto de comunión (« Mi Señor y mi Dios ») insistía en el hecho de que no podía contar con nadie sino con Jesús SOLO. Durante la comunión, vi pasar delante de mí toda clase de feligreses, y en particular a personas en estado físico destartalado, casi grandes quemados, recordándome así que hay más desgraciados que yo. Y, por último, fue en el momento en que pensaba que nosotros, las personas homosexuales, éramos la escoria inútil de la Iglesia, cuando divisé en el coro a un amigo – secretamente homosexual y que me había revelado su homosexualidad la semana anterior – darse la vuelta para ayudar vocalmente a cinco de sus colegas tenores que se habían confundido en su contracanto. ¡ Aquella visión me mató (de felicidad) ! Era una avalancha de signos en cosa de segundos, para volver a ponerme en mi sitio, pero también para recordarme que era especialmente amado por Dios, incluso como persona estropeada, aislada, homosexual. Ahí está. Esa misa reflejaba perfectamente el abanico de sentimientos que pueden atravesar a una persona homosexual creyente durante toda su vida de Iglesia.
5 – ¿ La fe hace mi condición homosexual más difícil, compromete mi felicidad e incrementa mi malestar ?
Sin lugar a dudas, sí. A primera vista, parece realmente más complicado ser homosexual y católico que ser homosexual a secas. Pero, ¿ quién dice que la comodidad y la ignorancia son la felicidad y no privan de libertad ? ¿ Quién deja pensar que la culpabilidad inconsciente es más fácil de aguantar que la culpa consciente ? Como escribía con razón el filósofo francés René Girard, lo sagrado contiene la violencia (y por lo tanto el sufrimiento), en el doble sentido del verbo « contener » : la contiene/la incluye al mismo tiempo que la canaliza/la impide. La fe en Jesús es, en un tiempo humano, la mayor gracia pero también la mayor prueba del creyente, y más aún del creyente homosexual. Lo empuja hacia tierras áridas, dudas profundas, dilemas dolorosos, culpabilidades justificadas, concienciaciones que lo apartan de su época, que le presionan al parecer « para nada ». De hecho, muchos ateos y no creyentes consideran que la religión es una « comedura de coco » y un « sadomasoquismo » tan terribles como inútiles e infundados. Pero en realidad, la fe, experimentada en el tiempo y en una verdadera fidelidad a Dios, pone a prueba la libertad del creyente homosexual purifica los impulsos de sus deseos y sus relaciones, entrega una alegría paradójica (la del deber y del esfuerzo cumplidos), produce muchos frutos. La fe es un don de amor. Cuesta recibirla y guardarla. Nos hace libres pero duele, porque no hay Amor verdadero sin combate ni sin don/entrega entera de sí mismo. Los ateos suelen pensar que es la fe quien crea la culpabilidad… cuando en realidad, son nuestros deseos y malas acciones que la construyen… Nuestra fe y nuestra conciencia tan sólo detectan un mal que no viene de ellas.
6 – ¿Por el contrario, en qué la fe católica es un « plus » en mi orientación homosexual?
La fe me da un conocimiento claro de mi identidad profunda, de mi pecado, de mis heridas, pero también de mi Salvación. Por lo tanto, ayuda a toda persona homosexual a amarse plenamente a sí misma y a amar plenamente a los demás, sin comedia, con sensillez, humor, originalidad, realismo y Verdad. Le entrega su verdadero significado y su belleza a una tendencia homosexual a veces duraderamente arraigada. Es la oportunidad de la vida de cualquier persona homosexual. ¿ Qué haríamos sin la fe ? ¡ Qué relaciones amistosas y amorosas vanas viviríamos sin ella !
A causa de ella y a causa de mi deseo homosexual que no he elegido, formo parte de dos mundos que individual, social y espiritualmente (y cuando la homosexualidad se practica) se oponen totalmente : el mundo católico y el mundo homosexual. Este mestizaje híbrido y bipatrida, que podría ser incómodo si todavía me engañara con ilusiones de encontrar al « amor homosexual » al mismo tiempo que mantuviera mi fe, o si francamente practicara mi homosexualidad, se convierte paradójicamente en un motor sorprendente para mi alegría de creer y para mi vida. La sabrosa guinda del pastel. Para empezar, la grieta homosexual me acerca a los que sufren, me hace prestar atención al más mínimo malestar psíquico, me permite detectar mejor a los feligreses o a las personas fuera de la Iglesia que tienen preocupaciones a nivel de su sexualidad, del amor, de la fe, y que necesitan mi ayuda. Ella relaja a los marginados, me hace hermano de cada uno, actúa como una puerta delantera original en la que todo el mundo puede entrar sin temor a ser juzgado. La homosexualidad es tan inesperada dentro de la Iglesia que en realidad demuestra concretamente la universalidad y la humanidad sorprendente de la Iglesia. Toda persona homosexual católica es un mensajero secreto e insolente de la Buena Nueva que es Cristo, la prueba viva de la Palabra de Resurrección siguiente : « La piedra que desecharon los constructores, esa fue hecha piedra angular. » (Mateo 21, 42) En realidad, ¡ las personas homosexuales en la Iglesia son toda una belleza !
Y luego desde un punto de vista más sobrenatural y místico, mi fisura homosexual hace posible una mayor comunión con Jesús en la Cruz (porque Él también vive un descuartizamiento doloroso), una mejor disposición para la recepción de la Gracia divina que va a atravesarla y trascenderla. La homosexualidad es una tierra idónea para la semilla sembrada por el Señor : escarificada, removida, rota, frágil, humillada, impotente, no puede luchar mucho tiempo contra el agua de lluvia y las buenas semillas divinas. La homosexualidad quiebra mi orgullo de creerme perfecto, me instala en una impotencia y un dolor que me impiden creerme un Superhombre que no necesita a Jesús. Me predispone a la humildad (si y sólo si no me rebelo y no la practico). Mi orientación homosexual puede ser, por gracia, motor y acelerador de santidad. ¡ Qué gracioso, impertinente e impactante el ser al mismo homosexual y católico, se lo juro ! Durante las evangelizaciones callejeras, por ejemplo, les aseguro que ¡ ello convierte diez veces más rápidamente a los transeúntes ateos que muchas oraciones, puestas en escena de escucha respetuosa, y soflamas !
7 – ¿ Cuáles son las desventajas de ser homosexual y fiel católico ?
Esto es más que una desventaja. ¡ Es una Cruz ! Es una contradicción existencial casi impuesta. En la homosexualidad, el llamamiento eclesial a la indigencia es un dolor agudo y obsesionante que a veces se asemeja a un sadismo divino, a un suplicio, a una locura, a un problema insoluble, a una enfermedad. A ti que te sientes homosexual anuncian que si quieres vivir en conformidad con lo que te pide la Iglesia, no hay otra manera que renunciar a uno de los cinco sentidos humanos más importantes para ser feliz : el sabor. Tienes que comer sin sentir el gusto de lo que ingieres. Tienes que abandonar el goce, la carne, e incluso los sentimientos amorosos. Básicamente, ¡ amas y vives sin placer ! Te dan a conocer que, para ser plenamente feliz, es necesario que pierdas los placeres sencillos y a menudo intensos que son la ternura y la pareja. ¡ Y arréglatelas con eso para amar igual ! En realidad, siendo homosexual y católico, te atrae lo que no puedes amar ; y te repele la única cosa que te permitirá amar (= el matrimonio hombre-mujer amante o el celibato consagrado). Lo mismo : ¡ aguántelas con ello para encontrar la salida !
Y por si acaso eso no fuera suficiente, las cosas se complican cuando, de soltero (o incluso casado católicamente, con una familia que mantener), un día tropiezas con el hombre cuya sola presencia te entusiasma, cuya bondad, inteligencia, escucha, humor, integridad, nobleza espiritual, te dan en el centro del corazón. Excepcionalmente te encuentras con un alma noble, que te parece apetecible (y por razones más altas que una simple « cachonda »), que desea tu bien, que no está aquí sólo para su placer egoísta, que se siente lejos de todas las reivindicaciones políticas excesivas de la militancia homosexual clásico (incluso el activismo homo « cristiano »), y que puede compartir su fe y su ternura contigo. En mi caso, no es frecuente (las tentaciones son escasas, debido a que hay pocos chicos, incluso católicos, que me atraen tanto física, intelectual como espiritualmente, y con los cuales puedo proyectar una vida de « pareja » en común : desde el principio, la mayoría de ellos sólo quedarán hermanos y buenos amigos para mí), pero tengo que reconocer que dicha tentación puede volver a aparecer de vez en cuando. Y en el momento en que ella está allí, madre mía, ¡ cómo duele ! Aún después de cuatro años de calma absoluta. Y sobre todo cuando los sentimientos parecen encontrados, y que la voluntad de mantenerse fiel a la Iglesia de repente cuelga de un hilo… ¡ y no desaparecía siquiera, incluso si yo saliera con el hombre en cuestión, ya que esta fidelidad sería simplemente llevada por dos y no totalmente solo, y conservaría por una vez el sello de la comunión con Dios y con la Iglesia !
A veces descubro el dolor, la desgarro, la angustia, la agonía de la privación, la renuncia a salir con un chico católico del cual empiezo a enamorarme y que me atrae tanto como él se siente atraído por mí. Es un verdadero sufrimiento. « Te quiero. / Yo también… pero aún así, no hay manera. » Por mucho que ofrezca todo eso a Dios en mi oración, por mucho que sepa que debo asumir la responsabilidad y las esperanzas de muchas almas mediante mi fidelidad a la continencia, el dolor agudo del remordimiento no desaparece en seguida, y tal vez resulte duradera. La duda me asalta, y las preguntas « ¿ De qué sirve resistir (y en esta resistencia, hacer daño a un ser querido) ? » « ¿ Por qué el mal, habría total incompatibilidad entre la fe y la homosexualidad ? » « ¿ Por qué el mal, si es que se puede hablar en ese caso de mal, toma la apariencia del buen y genera bienes ?? » « ¿ Señor te enojarás contra mí, me podéis culpar familia y comunidad cristiana por lo que no he elegido o por romper mis compromisos/discursos pasados ? ») quedan pendientes, obsesivas. Siento bajo mis pies esta línea de cresta en la que no entiendo (ni intelectualmente ni emocionalmente) por qué digo NO a la « pareja » homo, ni por qué buenos motivos obedezco a la arbitrariedad de la fe, arbitrariedad que me aparece en el momento como una testarudez, una soberbia insoportable, un sacrificio de amor, un desperdicio, una intransigencia, una inflexibilidad vestida de piedad, una crueldad, una comodidad disfrazada de « valentía santa ».
Por eso nunca podré culpar a nadie, especialmente a una « pareja » homo católica que en un principio no eligió ser gay y que vive una vida « conyugal » y espiritual entregada a los demás y a Dios, por no imponerse la perfección del celibato continente, la justa distancia fraterna. Incluso a mí me parece que la distinción entre la continencia y la vida cristiana de « pareja » homo resulta a menudo tenue, inextricable. Y constantemente dudo que yo haya elegido el mejor camino. Lo que sí sé, es que, si la continencia es la mejor vía, aquella sigue siendo seca, no me hace mejor que los demás, y a veces apenas más feliz que ellos. Y no juzgaré a ningún católico homo que no puede/quiere seguirla, que no se siente capaz de la privación de ternura/compañerismo, que no mantiene el ritmo de carrera de resistencia de la continencia (llamada « amistad desinteresada »). Ambos casos – la « pareja » homo católica o la continencia sin el sacerdocio – son de todos modos soluciones por defecto. La una (= la continencia) es simplemente más libre y diferentemente desgarradora que la otra. Nada más. Conozco demasiado bien la amargura de la conciliación que es la « pareja homo » (¡ y cuanto más la « pareja homo católica » !), la insatisfacción de la « elección » de la solución dicha « fácil », todavía más devastadora que la aspereza de la continencia. Pero también comprendo a las « parejas » homosexuales católicas practicantes, su « valentía » (de la contradicción), las motivaciones de su compromiso. ¡ Tuvieron tan poca elección ! (excepto la de emparejarse y de no obedecer al 100% a la Iglesia). Acepto que la necesidad de vivir como hermanos parezca a los ojos de algunos como un artificio, una hipocresía, un desafío insuperable, una excepción inalcanzable, una irrealidad, frente a una persona que quieren obviamente mucho más que a un amigo. La elección de lo « correcto » o lo « posible » o lo « adecuado » o del « mal menor », en lugar del mejor, no merece el mayor castigo… aunque, respecto a los actos homosexuales en sí mismos, la Iglesia habla de « pecado intrínsecamente desordenado » que compromete gravemente la Salvación del alma. Una relación humana homosexual no puede equivaler al acto homosexual o se reduce al acto, aún cuando el acto le da sin lugar a dudas un tinte de pecado o de santidad.
En resumidas cuentas, ¡ le deseo mucho ánimo a cualquier persona que vive la prueba de ser a la vez católica y homo ! Esa situación es verdaderamente incómoda y no permite muchísimas hazañas. A decir verdad, las hazañas, tan sólo las he visto en la continencia… y aún, ésta sigue siendo crucificante. ¡ Y les deseo mucho ánimo a la Iglesia y al Papa para resolver esa ambigua frontera que separa la belleza de la « pareja » homo católica y la belleza de la continencia ! Es una verdadera lata de gusanos. Si me permiten una comparación elocuente, el caso de hibridez de condiciones y de situaciones relacionales ambiguas que constituye la « pareja » homo creyente practicante se asemeja a las paradojas que ofrecen los adulterios o los divorcios « logrados », las « fidelidades al matrimonio a toda costa », o bien las parejas hombre-mujer sólidas y concubinas qui viven fuera del matrimonio religioso porque éste no corresponde ni a su cultura ni a su educación. Nos encontramos con una « pareja » homo católica equilibrada al igual que con una pareja indudablemente radiante de divorciados que se han vuelto a « casar » y que han tenido hijos adorables nacidos de su segunda unión. ¡ Lío idéntico ! ¡ Gracias a Dios, existe el Espíritu Santo para desenredar todo eso ! Así que no puedo culpar a los sacerdotes que no saben cómo situarse claramente sobre la cuestión de la homosexualidad, más aún sobre una homosexualidad mejorada por alguna forma de espiritualidad, de castidad, de obediencia, de respeto, de amistad, de fecundidad y de Verdad. La delicadeza, la prudencia o el silencio de los curas a propósito de las « parejas » homosexuales, no son siempre relativismo, tibieza complaciente, o traición : a veces son el signo de su pobreza de corazón, de su humanidad, de su empatía típicamente crística. Como Jesús frente a la Samaritana, los sacerdotes nombran el pecado, dicen lo que la gente hace, sin emitir juicio de personas y sin dar a aquellas personas ordenanzas moralistas. Su fuerza sólo se limita en una presencia amante y una invitación exigente : « Vete a tu casa, llama a tu marido y vuelve acá. […] Es cierto ; no tienes marido. Has tenido cinco y ese con el que ahora vives no es tu marido. En esto has dicho la verdad. » (Juan 4, 16-18) ; « Ni te condeno ; vete, y no peques más. » (Juan 8, 11)
8 – ¿ Cuáles son las ventajas de ser homosexual y fiel católico ?
Las pocas ventajas – ¡ y ya son enormes y suficientes para ser feliz ! – que veo en el hecho de ser homosexual y católico, es la gran libertad que confiere, son la extravagancia y el choque cultural personificados que crea. ¿ Cómo, si no por algún milagro, la combinación de lo que parece sociológicamente « imposible » puede existir y ser reunido en una sola persona muy viva y única, y lo que es más, feliz y asumiendo totalmente y su fe y su tendencia homosexual ?? La propia existencia del católico homosexual te deja sin habla, es una insolencia dentro y fuera de la Iglesia, y la oportunidad de un asombro permanente. Por supuesto, los otros hermosos beneficios de la mezcla fe/homosexualidad – hibridez que la mayoría de nuestros contemporáneos ven como un conflicto, una oposición, una homofobia interiorizada o una irrealidad – son el encuentro concreto y el apoyo incomparable de Jesús y María en el seno de la condición homosexual. Son los chistes y las sorpresas increíbles guardadas por el Espíritu Santo. Son los encuentros raros, divertidos, fulgurantes, sólidos e improbables que permite la homosexualidad, realidad deseosa que refleja todos los sufrimientos prohibidos e íntimos de la Humanidad, que desinhiba y atrae a muchos marginados y heridos de la vida, que reconcilia a mucha gente con la Iglesia. En serio, me he dado cuenta de que ser homo y católico nos abre la puerta de casi cada corazón humano. Incluyendo a las personas que no quieren dárselo a ministros de la Iglesia oficial. Y, por último, la gran ventaja de la combinación homosexualidad/catolicismo, me parece que es la humildad. Debido a que, en un momento dado, el aguijón de la homosexualidad impide al que proclama a Dios de forma súper original y súper poderosa que se haga Dios y se auto-glorifique. Por su naturaleza de miedo y de herida vergonzosa y violenta, la homosexualidad equilibra y mitiga necesariamente la euforia arrogante del apostolado original que permite. « Dada la extraordinaria grandeza de las revelaciones, por esta razón, para impedir que me enalteciera, me fue dada una espina en la carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca. » (2 Cor 12, 7) La homosexualidad sólo es fuerte cuando es débil y al servicio de la fe. Vivida en la fe, contiene su poder y su propia muerte.
9 – ¿ Qué es lo que, en la fe católica, aviva/refuerza la atracción homosexual ?
Fundamentalmente, hay una explicación positiva para la atracción homosexual católica (he dicho « explicación » y no « justificación » ni « razón positiva »). De hecho, es la grandeza del Amor de Dios. Un creyente un poco celoso de ella, demasiado halagado de verse provechosamente embellecido por la grandeza de los dones espirituales y humanos que Dios le ha ofrecido y por el amor que Dios siente por él, está más tentado que uno que no conoce a Dios a fundirse en Él, a creerse narcísicamente Jesús, a amarse a él mismo y a amar con exceso a sus semejantes sexuados, y por lo tanto más tentado por la homosexualidad. Queda claro que no se trata de una fe verdadera, sino sólo de un simulacro de fe, una fe descarriada, que incitan a la fascinación homosexual. Y la homosexualidad no es ni la culpa ni el hecho del Amor de Dios, sino de la libertad (mal utilizada y mal entendida por el ser humano) que induce este Amor. Cierta práctica católica protestantizada/islamizada estimula la transgresión de la diferencia Creador/criatura.
10 – ¿ Ya se ha enamorado alguna vez de un fiel católico ? ¿ de un cura ?
Antes de elegir la continencia, confieso que entre el año 2009 y el 2011, mi búsqueda amorosa homosexual se dirigía lógicamente hacia un alter ego : alguien con quien podía compartir no sólo el placer físico sino también la comunión con Dios. Y a primera vista, el seminarista o él que sale del año propedéutico o el sacerdote, ¡ es un poco la encarnación del Príncipe Azul a ojos de cualquier creyente homosexual católico ! La joya especial que compagina la fe y el amor fiel. Bueno, en la práctica, resulta que caemos rápidamente en la cuenta de que la « pareja homo católica » sólo es hermosa cuando no se forma, y que existe una incompatibilidad misteriosa entre la práctica religiosa y la práctica homosexual, aún cuando la segunda es soñada « casta » : uno no puede rechazar la diferencia de sexos en el amor mientras se entrega totalmente a la Iglesia que ES la diferencia de sexos. Es imposible. Tal vez los hay que verán en tal paradoja un sadismo por parte de Dios, sadismo fortalecido por la fuerza y la ternura reales de las amistades continentes que harían creer en su propia superación. De hecho, personalmente, yo empiezo a enamorarme de un católico cuando estoy seguro de que sólo podremos ser hermanos y que nos mantendremos juntos en la continencia. En realidad, mi Príncipe Azul, es la continencia. Una vez que otro hermano católico homosexual desea romperla conmigo, he aquí que nos decepcionamos, que ya no somos atraídos el uno por el otro, ¡ y hasta nos damos cuenta de que lo arruinaríamos todo ! Yo entiendo por qué Don Xavier Thévenot (un cura francés) designaba la continencia como el « Camino Real » de la homosexualidad. A los que pretenden que la continencia sería la solución fácil, yo contesto : no, no es fácil, pero es la razón por la que es grande y que se ha de vivir. La continencia, es el comienzo de las verdaderas tentaciones (¡ o de las tentaciones verdaderas !). Es en el momento de lograr ser realmente continente cuando de repente, sin que lo hayas previsto, surgen las oportunidades amorosas serias (con católicos auténticos y homosexuales como tú, claro, que antes nunca habían salido del bosque : ¡ hasta llegaste a pensar que eras el único en el mundo !) Viendo esto, tienes ganas de volverte hacia Jesús para preguntarle si lo hace a propósito. No hay verdadera felicidad sin la Cruz, sin combate. Es la voluntad de Dios. Tiene un sabor único, intenso, amargo, insuperable y divino, esta belleza fraternal que sólo aparece en el límite fijado por la Cruz de Verdad de Cristo.
11 – ¿ Le rechazan a uno los sacerdotes por causa de homosexualidad ?
Por lo general, somos muy bien recibidos porque hay cada vez más sacerdotes cualificados. Pero ocurre todavía con demasiada frecuencia que seamos rechazados, por desgracia. Ya sea porque nos encontramos con un cura rígido que confunde Verdad y Caridad (poniendo la primera encima de o en lugar de la segunda) o homosexualidad y persona homosexual. Ya sea porque nos encontramos con un cura cobarde que juega sistemáticamente el comodín « Ve a ver a un psiquiatra » para librarse de anunciarnos a Cristo. Ya sea (lo que es lo mismo que los dos perfiles anteriores, y mucho más frecuente hoy en día) porque nos encontramos con un cura que nos recibe demasiado bien, que es excesivamente complaciente con respecto a la práctica homosexual, que hasta nos aconseja « dejar correr », « desdramatizar » ¡ e incluso encontrarnos un maridito ! Justo cuando estaban deseosos de Verdad-Caridad, muchos de mis amigos católicos homosexuales fueron expulsados por algunos clérigos por el hecho de que aquellos querían acogerlos demasiado bien mediante una indiferencia relativista gay friendly. Iban de confesionario en confesionario, y su malestar iba profundizándose hasta el punto a veces que dejaban definitivamente la Iglesia. Sólo la Verdad es sexy, ¿ qué queréis hacer ?
12 – ¿ Qué decir en el confesionario como persona homosexual ?
No soy yo a quien debe peguntarlo. Tiene que ser al Espíritu Santo. Usted ha de pedir a Jesús que le susurre en el oído en qué Le ha herido. En un confesionario, es el pecado (= nuestra relación con Dios) que debe salir de su boca ; no simplemente los errores (= nuestra conciencia de haber actuado mal) que ha cometido… aunque aquellos están relacionados con el pecado. Luego, mi consejo será doble : que usted vaya a ver preferentemente a un cura cuando no tiene nada que decirle (generalmente así se obtienen las mejores confesiones ; y es el sacerdote quien le ayudará a « dar a luz » dado que es el médico de las almas que se convierte en Jesús). Y además, si tiene usted muchas cosas que contar, no dude en escatimar la descripción de lo que le ha dañado y avergonzado más, porque ahí es donde está la mayor parte de su pecado… y por lo tanto le quitará un gran peso de encima cuando llegue allá arriba en el purgatorio y se encuentre en frente de su Libro de Vida (cf. el relato imprescindible de Mariano Estrepo). En fin, saque el archivo completo (de la homosexualidad, ¡ claro !) sin rodeos : masturbación, aventuras homosexuales, traiciones de los amigos, sitios web de citas, cachondas, saunas, Comunión Eucarística tomada en estado de pecado, alejamiento de la Iglesia, adulterio y esposa engañada, vida de « pareja homo » caótica, consumo de drogas, etc. Los sacerdotes católicos de hoy no sólo no caen desde muy alto y no le encontrarán vulgar (¡ oyen bastantes bolas todo el santo día !) sino que encima, hay fuertes probabilidades para que la confesión de su infamia les agrade a más no poder : pensarán, gracias a usted, que ¡ no son sacerdotes por nada ! ¡ Es a través del reconocimiento de su basura y de su barro como usted purifica su corazón y purifica el corazón y el ministerio del sacerdote ! Por increíble que parezca.
13 – ¿ La fe hace que las familias son más homófobas y más intransigentes ?
Si por desgracia la fe siempre servirá de excusa – hasta el regreso de Cristo – para la violencia, el rechazo, la hipocresía, la estupidez de muchos fariseos « católicos » contemporáneos (hasta el propio diablo conoce la Biblia de memoria, y forma parte de uno de los doce discípulos a través de Judas), ¡ esto no quiere decir que la fe, o Jesús o todos los católicos tengan la culpa ! Una fe vivida verdaderamente en la humildad y la obediencia a la Iglesia sólo da buenos católicos y familias amantes. Si sus padres católicos practicantes regulares se portan mal con usted en relación con su homosexualidad, no se debe al hecho de que son católicos, sino a que no son católicos (de corazón) o que es usted quien no es realmente católico ni tolerante con aquellos que creen. ¡ Pero el Señor y su Iglesia, ellos, no tienen nada que ver con la homofobia que puede conocer ! Y la participación en las manifestaciones contra el « matrimonio homosexual », una ley objetivamente injusta y despreciable (véase la pregunta n°63) no sólo no es una prueba de antipatía homófoba de su familia hacia usted, sino paradójicamente una hermosa muestra de solidaridad.
Quisiera decir que, de todas las personas que escuchan mi testimonio y están al tanto de mi homosexualidad, son los católicos quienes me acogen más y quienes menos me juzgan (aunque, por supuesto, entre los católicos, las reacciones son muy contrastadas y cambiantes, y la recepción no es ideal en absoluto, inclusive en tiempos de « matrimonio para todos »). Mi balance globalmente elogioso contradice un poco – pero no completamente tampoco – la mala fama que tradicionalmente se les atribuye a los católicos, que son mucho menos « cerrados » que las personas que se hacen pasar por nuestros amigos y defensores de « nuestros derechos (homosexuales) » pero que en realidad no saben nada de los sufrimientos que experimentamos so pretexto de querer nuestro bien. La intolerancia homófoba, aún lo compruebo ahora, proviene sobre todo de los defensores ateos gays friendly de la seudo « identidad homosexual » y del seudo « amor homo » : aquellos activistas nos encierran en una identidad y un sentimentalismo asexuado que no son nosotros y que no nos colman.
Desde mi propia experiencia, sin embargo, nunca he sido mal acogido por un sacerdote cara a cara (¡ al contrario !), nunca me han cerrado una puerta de confesionario en la cara, nunca jamás me han lanzado tomates en las parroquias, los grupos de capellanía y las clases de institutos católicos que he visitado. Miedos, sospechas, golpes bajos y chismes por detrás, indiferencia, traiciones, sí, a veces. Pero nunca ataques frontales ni linchamientos ni amenazas (de los cuales en cambio son capaces muchos de mis hermanos homosexuales y la mayoría de las personas que se hacen llamar « heteros »). Simplemente porque desde el punto de vista argumentativo, los católicos no pueden competir conmigo en el terreno del conocimiento de la homosexualidad ni con la continencia que me ha tocado vivir por gracia. Y además porque, de todos modos, y desde toda la eternidad, la Iglesia católica pertenece y obedece a Dios-Amor, por lo que en algún punto, la maldad de sus fieles se para.
14 – ¿ Su comunidad eclesial le ha rechazado ?
Sí en mi parroquia de Cholet, ciudad del noroeste de Francia (los feligreses me ignoraron y algunos incluso me han dicho que les di vergüenza en el momento de mis tomas de posición en contra del « matrimonio homosexual »). Sí por las órdenes religiosas en mi propia ciudad natal. Si en muchas capellanías (por ejemplo, los dos líderes de la capellanía de mi barrio parisino – un cura y una monja vestida de civil – me han expulsado sin ningún motivo aparente). Sí en casi todos las establecimientos escolares católicos franceses. Sí en un movimiento humanitario católico – que no voy a nombrar – por el que había postulado para ir al extranjero. Si en mi propia parroquia en París (tuve que esperar tres años antes de que me propusieran testimoniar). Sí por muchas comunidades parroquiales en toda Francia, que me habían acogido con entusiasmo en un principio y luego cambiaron de chaqueta. Sí por la inmensa mayoría de los sacerdotes y obispos. Sí por casi todos los periódicos católicos, sin excepciones. Sí en el Vaticano. Sí incluso en los movimientos católicos de acompañamiento de las personas homosexuales. Mientras que, concretamente, en el fondo como en la forma, tienen poco cosa que reprocharme. La ignorancia es la principal explicación. El miedo, la estupidez, el orgullo y la maldad, las explicaciones-anexas. En los tiempos que corren, ser homosexual en la Iglesia Católica no es nada valorado, se lo digo. Aún cuando, obviamente, no se trata de excomulgación, y que a cualquier observación general negativa se le pueden añadir miles de felices excepciones, y que la Iglesia Católica es guiada por el Espíritu Santo, siempre. Por lo tanto me siento totalmente solidario de mis hermanos homosexuales que tienen suficiente corazón y fe para quedarse en Ella a pesar de todo. Y entiendo a aquellos que se largan y que Le desobedecen, aunque no los justifique y que no tendrían que irse/hacer el mal.
15 – ¿ Alguna vez le han decepcionado los sacerdotes acerca del tema de la homosexualidad ?
Sí. Estoy constantemente decepcionado. Y es totalmente lógico. ¡ No llevarán la Cruz de la homosexualidad en nuestro lugar ! Sólo Jesús y María nos pueden entender… y de vez en cuando, a trompicones, por atavismo de Gracia, y por intervención del Espíritu Santo, algunos de sus ministros. En general, a propósito de la homosexualidad, los sacerdotes católicos están indefensos. Saben teóricamente lo que pedirnos (se saben al menos el Catecismo, e incluso algunos se apoyan en mis escritos). Pero son muy conscientes que lo que ofrecen está en fase experimental, se parece concretamente a una vía muerta, y es el plato amargo de la continencia. Ellos tienen el deber de proponer un camino fiel al Magisterio y al mismo tiempo no se ven pidiendo a alguien lo que ellos mismos no siempre viven, o que no viven con facilidad. No se ven indicando a las personas homosexuales un camino vocacional que no será el suyo… porque ellos, al menos, son sacerdotes : ¿ hacia dónde enviar a las personas homosexuales, si no a la soledad de un celibato que no será consagrado/ordenado, o a un matrimonio ? Hablan de un tema (la homosexualidad) que no comprenden siempre (aunque sólo fuera sensiblemente) y se dirigen a personas que saben mucho más de homosexualidad que ellos. Sólo pueden empatizar. Cuando ères sacerdote, no tienes más remedio que proponer una vía que la persona homosexual sólo puede imponerse libremente a ella misma y que sólo Dios le puede dar : la Cruz. Estupendo… Decepción al final del camino.
Además, nosotros, las personas homosexuales continentes, somos tan pocas entre nuestros gemelos de orientación sexual, que Dios nos da la impresión de que estamos abandonadas a nosotras mismas, que somos nuestra propia referencia y nuestro mejor apoyo. No podemos encontrar amparo en ninguna parte. Y esto es normal. Es la unicidad radical de la Cruz. Y aún cuando me dicen : « Ve a pedirle consejo a tu padre espiritual, vete a buscar ayuda y consejo ante un sacerdote cuando te sientas en el ojo de la tormenta », me doy cuenta concretamente de que soy casi su única referencia de éxito de continencia homosexual, que todo lo que saben los curas acerca de la homosexualidad se lo he enseñado yo. Entonces, ¿ a quién acudir cuando la crisis interna está en su peor momento ? Siento decírselo, pero la verdad es que nuestro único alivio en este tipo de situación no proviene ni de los sacerdotes, ni de los Hombres, sino principalmente de Jesús y de nosotros mismos. « Los seres humanos son vanidad. » (Salmo 62, 10) La Cruz implica el aislamiento y la singularidad. ¿ Qué quieren que les diga ? Sólo Jesús lleva nuestra Cruz con nosotros (y Él, además, no tiene dónde reposar la cabeza). No los demás. No confíemos en los Hombres.
Una vez dicho esto, la conciencia de nuestro aislamiento tendría con qué llevarnos al suicidio o a una depresión severa. Porque verdaderamente, nosotros, las personas homosexuales, no se nos ayuda. Pero a pesar de todo, sólo tenemos una única ayuda – la de María y de Jesús – y ésta es la mejor. Pidámosle a Jesús sus consuelos. ¡ Él nos los da ! Especialmente frente a su Cruz. Plazo de respuesta en caso de tentación homosexual : como máximo dos días. Pero, en general, ¡ puede ser en el instante !
Ayer mismo, no andaba muy bien. En mi fiesta de cumpleaños (aún exitosa), encontré por casualidad a un chico de mi edad que me sedujo, y como suele pasar durante 48 horas en tales casos, esa tentación romántica me deprimió, me sumergió de nuevo en cuestiones existenciales y amorosas dolorosas, que me parecían en el acto insuperables. Pierdiendo las ganas de hablar, de escribir y de expresar lo que sea por Internet (éste suele ser el habitual « efecto de los sentimientos amorosos homosexuales » en mí), no tenía sentido que me quedara en casa. Y como todavía no había asistido a la misa de mi jornada dominical, decidí – una vez no hace hábito – ir a la iglesia de San Antonio de Padua, en el bulevar Lefebvre (15º districto de París), andando, aunque está lejos de donde vivo. En el fondo, lo comprendí después : era una invitación de San Antonio en persona. En el camino, me encontré con al menos cuatro parejas hombre-mujer diferentes que se dieron besos de competición, delante de mí. Como para ponerme a prueba. Además, le daba vueltas a una venganza secreta contra una invitación de una periodista de Radio Nuestra Señora que entró en contacto conmigo por teléfono en la mañana, y que me parecía tener jeta, después de todo lo que esta radio seudo « católica » me había hecho, después de su desastroso trato de la homosexualidad desde hace años.
Llegué con el corazón partido, lleno de revuelta, de tristeza, de lágrimas, ante la estatua de San Antonio de Padua, dentro de la iglesia del mismo nombre. Doblé la rodilla ante él, mientras quedaba derecho y digno, implorando su piedad, sin teatro, sin fuerzas para expresar lo que sea durante un cuarto de hora. Sólo para estar allí y porque estaba harto. ¿ Por qué me haces esto a mí, Señor ? ¿ Por qué tengo que quedarme soltero si me hace sufrir tanto ? ¿ Simplemente por la linda cara de una promesa pública ? ¿ Por obediencia académica a una moral católica sobre la homosexualidad, de la cual nadie – ni siquiera los sacerdotes y el Papa – están muy seguros ? Todo lo que hice fue pedirles a San Antonio y a Jesús una sola cosa : que me consolaran. Clavé mi mirada – como nunca – a la cara sonriente del santo. Su lis de la virginidad sobresalía bien. Y de repente, de la estatua salió una frase : « Hay que sufrir. » No la he oído claramente como se oye a un ser humano. No era tampoco una visión. Pero la frase se repetía en mi cabeza. « Es verdad, me dije, no hay Amor ni Salvación sin sufrimiento. Es esta la Verdad insoportable que el diablo no aceptó. Ese es el consentimiento más intolerable para aquellos que no entienden a los católicos y que sueñan con una fe-confort. Quieren amor sin sufrir. Quieren ser salvados sin pasar por la Cruz. Y esto, es imposible. Hay que sufrir para ser salvado. Y el sufrimiento que vivo ahora mismo es necesario si quiero amar y ser salvado. » Dicho así, parece sencillo, pero si los sacerdotes, en sus homilías y en el confesionario, anunciaran más a menudo aquella obligación del sufrimiento (« No sé si lo sabéis, pero tenéis que sufrir. Si no, no amaréis y no seréis salvados. »), ¡ seguro que nos sentiríamos menos culpables y sufriríamos mucho menos que de tener que deducirlo solos o por los acontecimientos, o sintiendo el dolor como algo anormal ! No sólo es « normal » sufrir, lo contrario es preocupante.
Luego comenzó la misa de las seis de la tarde. A pesar de que no tenía nada que ver con los textos del día (Hechos 7, 55-60 ; Salmo 96, 1-9 ; Apocalipsis 22 : 12-20 ; Juan 17, 20-26), el canto de entrada y el canto final eran dedicados al Espíritu Santo : empezaba muy fuerte. Había pedido consolaciones : ¡ las tuve ! Primero, el Señor me mimó porque sólo había cantos que podía embellecer con el contracanto de mi voz del bajo. Además, el sacerdote que oficiaba solo era un sacerdote italiano joven, muy agradable para la vista. Y encima, tenía una espontaneidad y una profundidad increíbles. A decir verdad, es raro encontrarse con sacerdotes guapetones. En general, más bien tenemos derecho a los fines de serie, a tipos mayores o a bellezas gélidas y hieráticas tipo Escuela militar. Por lo demás, no basta con que sean jóvenes para ser atractivos. No basta con que sean hombres para ser masculinos y amables. No basta con que sean guapos para que no saquen provecho de ello. Pero Dios se empeñó en regalarme ese prodigio : un sacerdote guapo, inocente, masculino, enérgico y sencillo. Allí, por lo visto, Jesús hacía un esfuerzo especial para mí, para complacerme de una manera sana. Y no me sorprende que Él haya tomado la forma del padre Claudio : siempre escoge a las personas más bellas, tanto por dentro como por fuera. Con aquel padre Claudio Avogadri, ¡ fue para mí el consuelo visual ! (jaja) Y yo que lloraba interiormente por tener que dar mi belleza y mi edad a Jesús en la virginidad, renunciando a los hombres sexys de mi generación, tenía frente a mí otro regalo de Jesús : un hombre hermoso que no podía desear, pero que igual que yo había escogido el celibato y ha sido elegido por Dios para ser continente. Esto me calmó los nervios y me divertió al mismo tiempo.
Lo más asombroso vino después. Don Claudio comenzó la misa diciendo que la segunda lectura era la ultimísima de la Biblia, y que por su contenido, tenía lo suficiente para llevarnos al consuelo y a la fidelidad completa : ¡ la Parusía que nos librará de las tentaciones y de nuestros esfuerzos es inminente ! « Mira, vengo pronto y traigo mi recompensa conmigo para pagar a cada uno según su trabajo. » (Ap 22, 12) ; « Sí, vengo pronto. » (Ap 22, 20) En líneas generales, el padre Claudio nos respaldaba como un entrenador benévolo y reconfortante : « ¡ Aguanten, amigos, aunque estéis sufriendo en este momento ! ¡ Vale la pena que quedéis firmes un ratito más ! ¡ Porque Jesús está a punto de llegar ! » Además, las lecturas de la misa remitían a la pureza en el sacrificio de nuestra persona a Dios. « Se acerca la hora. Que el santo se santifique aún más. Bienaventurados los que lavan su ropa con la sangre de Jesús. » Caía como anillo al dedo.
Intrigante fue también la homilía que el padre Claudio hizo en un idioma francés casi perfecto, y que respondió casi palabra por palabra a las expectativas que había formulado anteriormente a San Antonio. ¡ Como si el santo le hubiera pasado a su joven cura toda nuestra conversación privada, toda mi oración ! Con franqueza, el sacerdote nos confesó desde el principio que sobre el texto del Evangelio (Jn 17, 20-26), muy centrado en el tema de la Unidad, él no tenía prácticamente nada que decir. Es una oración del corazón. ¿ Qué se le puede añadir ? ¿ Qué comentar más ? No se disecciona una oración. Habla por sí misma (Yo igual, frente a San Antonio, y durante el día completo, ¡ me quedé sin palabras ! ¡ Y mi reciente tentación homosexual me dejó mudo, incapaz de escribir !). También enfocó su homilía no en la Unidad – como hubiera sido de buen tono hacerlo, y como se afanan por hacerlo en este momento los moralizadores católicos-bobos (burgueses-bohemia) mediáticos que parlotean sobre la « unidad de los cristianos » y sobre la « Misericordia » para que no se les diga su falta de ánimo para anunciar la Verdad – sino en la fidelidad a sí mismo. A priori, no soy un adepto del concepto de « fidelidad a sí » porque a menudo, en nuestro mundo, ésta es una excusa para el egoísmo. Sin embargo, en boca de este cura, la fidelidad a sí mismo estaba tan conectada con Jesús, con nuestra conciencia interior (el Espíritu Santo), con el martirio de san Esteban (« ¿ Por qué él fue hasta el final ? ¿ En nombre de qué ?? » preguntaba el padre Claudio), que era exactamente lo que necesitaba oír con respecto a mi compromiso con la continencia homosexual : « Cuando soy infiel a mí mismo, es a Jesús con quien soy infiel. Cuando me atacan, es a Jesús a quien atacan en mí. » El padre Claudio nos hizo un contundente llamamiento a vivir en coherencia y fidelidad con lo que sentíamos en el fondo de nuestra alma, con lo que habíamos decidido, para no someternos a los dolores de la « fragmentación » (expresión que resonaba como un italianismo), a las tristezas de la « pérdida de nosotros mismos » en prácticas o relaciones que no nos correspondían. Y aquel fondo de nuestra unidad, es Jesús. Luego, nos explicó que era importante inclinarse ante una persona, porque eso era el verdadero amor (… yo acababa de arrodillarse mucho tiempo delante de San Antonio). Después, aludió a la melancolía que podíamos sentir en determinados momentos de nuestra vida, incluso cuando hace un lindo día fuera (… y era exactamente la sensación paradójica que me rompía el corazón justo antes de llegar a esta iglesia y de haber caminado en aquel hermoso día de primavera parisina). A la salida de la misa, esperé a que ya no hubiese nadie para entretenerme con el padre Claudio, y agradecerle (sin malentendidos) que haya sido sin saberlo el Mensajero de mi intercambio privado con San Antonio justo antes de la misa. Darle las gracias por haberme consolado tan bien. ¡ Creo que le dio gusto ! Y era verdad, además.
¡ Así que ya véis como los sacerdotes son decepcionantes y desde qué perspectiva lo defiendo ! Entonces, en pocas palabras, si usted se siente homosexual, sobre todo, no espere nada de los sacerdotes. Pero esperen todo de Jesús que han revestido. Algunos sacerdotes son el consuelo de la homosexualidad continente.
16 – ¿ Lo pasa mal que su familia haya ido a manifestar contra el « matrimonio homosexual » ?
No. Estoy más bien enojado con los miembros de mi familia que no fueron a manifestar, ¡ aunque los entienda muy bien por otro lado ! Las Manifestaciones Para Todos eran tan homófobas (no en intenciones, sino en práctica) y tan inconscientemente favorables al « matrimonio para todos » (por su defensa implícita de la Unión Civil y de la heterosexualidad) que ¡ había razones para huir de ellas ! Durante las Manifestaciones Para Todos, toda persona homosexual creyente se encontraba entre la espada y la pared, dividida entre una profunda rabia frente a la homofobia bienintencionada de la mayoría de los manifestantes (« Cariño, si vamos a manifestar, no es nada contra ti, sabes. Es por las consecuencias sobre los niños. » mentían sinceramente los padres ; y el hijo homo o sus amigos les contestaban : « ¿¡ En serio ?! Esta ley pasa en nombre nuestro, en favor de las personas homosexuales. Es nuestro regalo personalizado, nuestro reconocimiento social y material. Traduce nuestro amor. Se hace pasar por nosotros… Y ahora me estáis diciendo que la homosexualidad no tiene nada que ver con ella ?!? ¡ Toda la reivindicación política, jurídica, social, sentimental, identitaria de aquella ley del ‘matrimonio para todos’ se basa en la creencia en el amor homosexual y en las personas homosexuales ! ¿¡¿ Os estáis burlando de nosotros o qué?!? ») y la homofobia objetiva y sin embargo sútil de la ley del « matrimonio para todos » en sí (de hecho, ofrecer en la forma de un contrato la diferencia sexual a « parejas » que no la incorporan, significa hacer un regalo envenenado e inadecuado a las personas que se aplaude mientras se las censura y se las utiliza para vengarse en secreto del matrimonio tradicional, es conceder un privilegio que no cambia para nada las situaciones de sufrimiento y la insatisfacción que ellas viven de manera concreta y diaria).
Todos las personas homosexuales creyentes sensatas han podido comprobar rápidamente que Jesús ha sido descartado de las manifestaciones ; y el tema de la homosexualidad así como nosotros, las personas homosexuales, ¡ igual ! Por lo tanto, fuimos rechazados en las dos dimensiones más íntimas y más importantes de nuestra persona. Entonces sí, ¡ había mucho motivo para que viviéramos mal las manifestaciones pro-Vida de oposición al matrimonio homosexual ! Incluso después del huracán y de la ola de autosatisfacción cómoda de la victimización, los manifestantes en contra del « matrimonio gay », avergonzados, apenas se atreven a mirarnos a los ojos ahora. Esta es la prueba que hubo homofobia y catofobia : a la vez por parte de los pro-matrimonio-para-todos, y por parte de la anti-matrimonio-para-todos. Si no fuera por Cristo, ¡ toda aquella hipocresía casi me impulsaría a romper mi continencia y a aparecer en público ante todos esos fundamentalistas Pro-Vida « católicos » para dar un besuqueo (con doble ración de lengua) a un hombre delante de sus narices !
La experiencia de las Manifestaciones Para Todos fue un trauma increíblemente violento que aún no se ha identificado ni curado, no tanto en la sociedad civil sino dentro de la Iglesia Católica. De hecho, los católicos todavía están seguros de que no tienen nada que reprocharse. Les llevará un tiempo reconocer la brecha interna que les divide a causa de la ley del « matrimonio homosexual ». Por eso, en adelante, se están preparando a oponerse mucho entre ellos, además a causa de malentendidos que parecen « detalles », porque no habrá habido perdón antes.
17 – ¿ Las personas homosexuales han sido siempre bien acogidas en la Iglesia ?
Públicamente, y por lo que he visto, las personas homosexuales no han sido casi nunca bien recibidas (salvo a escondidas). Porque a partir del momento en que esta acogida es visible, llega el temor a las recuperaciones y a las interpretaciones, o bien surgen el acomodamiento con el « amor homosexual » y la complacencia demagógica. En mi opinión, en este momento, hay una persona en la que eso constituye una excepción, es el Papa Francisco : ni demagogo ni indiferente.
Por lo demás, si nos exhiben o nos invitan, a menudo es en un destello, y sólo para precaverse de la presunción de homofobia, más que por lo que decimos. Veo el lío que es para los católicos y sacerdotes el hacerme venir para una conferencia, y sobre todo para que ésta sea pública. Mis intervenciones suelen convertirse en una moda pasajera o literalmente en Asunto de Estado, inclusive dentro de las parroquias y capellanías. Por ejemplo, a principios de junio del 2016, en Lille (ciudad del Norte de Francia), dado que mi testimonio sobre el tema del consuelo – en relación con la homosexualidad – había sido objeto de una invitación amplia en las redes sociales católicas, aquello desencadenó una mini guerra civil en el mundo católico de la ciudad : miedos, chantajes, amenazas, escepticismo de algunos sacerdotes, censura por parte de la Pastoral de la Salud y luego de la Pastoral de las Familias, escándalo… ¡ Como si yo fuera un criminal peligroso ! Inconcebible. Estuve a punto de cancelar. Afortunadamente, la conferencia tuvo lugar igual y sucedió estupendamente, sobre todo gracias a la combatividad de los organizadores. Pero ¡ cuántos fueron los obstáculos por una simple invitación ! Y lo peor, es que las trabas por la acogida de las personas homosexuales, los ponen aquellos católicos que pretenden ser nuestros mejores amigos… pero que en realidad nos cierran las puertas de su iglesia en cuanto abrimos la boca para contarles lo que vivimos.
En descargo de los católicos, y para dar al César lo que es del César, las personas homosexuales, en la Iglesia Católica, son un poco mejor recibidas que en otros lugares. Porque los católicos están más preparados para la hospitalidad, para comprender la realidad de la Cruz en todas las situaciones humanas, y para no juzgar a las personas según sus acciones o heridas. Pero incluso en su caso, aún hay mucho margen de mejora para que se relajen respecto a la homosexualidad (¡ especialmente los católicos que nos apoyan demasiado para ser limpios !) y por otro lado para acoger a las personas homosexuales en Verdad, y con más razón a las que viven lo que pide la Iglesia y que se contentan con transmitir simplemente lo que Ella recomienda.
Sin embargo, en cualquier caso, lo cierto y muy alentador, es que Jesús, por su parte, siempre nos ha acogido bien y sigue haciéndolo ; y acerca de las personas de Iglesia que Lo imitan, ellas también son tan perfectas como su Maestro. El verdadero católico abre sus brazos al ser diferente, al segundón, al que no se ama o que es rechazado, al delincuente, al criminal, al herido en su sexualidad. Él es leal en sus amistades y no le da miedo al qué dirán. No considera la Caridad como una sumisión o una corrupción. He conocido a mucha gente así en la Iglesia Católica. Gracias a Dios.
18 – ¿ Existe una presión de los medios católicos tradicionales contra las personas homosexuales ?
Sí. La he comprobado. ¡ Por personas interpuestas, además ! Por ejemplo a través de la pequeña carrera de obstáculos de mi compañero de piso actual : un chaval genial, católico, muy sencillo, que no es homo, y que en un principio tuvo que sufrir a causa de su entorno. A pesar de que no tenía dudas sobre mí, de que tiene una novia oficial con la que se va a casar, ha tenido que aguantar la fama de vivir « bajo el mismo techo que un homo » acerca de sus amigos y familiares. Los prejuicios fijos que se ciernen sobre las personas católicas con educación tradicional que desean encontrarnos y mezclarse con nosotros en su vida cotidiana, demuestran que ¡ hace falta mucha perseverancia para no desanimarse y para encargarse socialmente del tema de la homosexualidad ! Ya se pueden imaginar desde luego las actitudes de rechazo, de desconfianza, de miedo, de indiferencia, de hipocresía, que nosotros, las personas homosexuales, a veces tenemos que soportar directamente en nuestra propia parroquia y en los círculos conservadores. ¡ Sobre todo si nuestra homosexualidad llega a ser conocida públicamente !
Entreteniéndome también con católicos tradicionalistas asumidos y abiertos, relativamente lúcidos sobre las ventajas y las intransigencias de su entorno social/religioso « orgullosamente reaccionario », y que han sido sensibilizados gracias a mi trabajo a la riqueza de la interpretación universalista y crística de la cultura homosexual, admiten todos la existencia de una « profunda homofobia de ignorancia » que observan generalmente entre sus compañeros tradicionalistas, sin que sea necesario para mí insistir. La encuentran tanto más perjudicial cuanto que me conocen en la vida real y saben lo bien que nos llevamos juntos, cuánto estoy muchísimo más cerca de los tradicionalistas que de los progresistas, cuánto las hostilidades de la gente de su familia política/religiosa se basan en malentendidos absurdos : « Sucede por ignorancia, esta cerrazón de los tradicionalistas respecto a la homosexualidad y a tu discurso, me aseguran. Qué pena… ¿ No habría manera para que te escuchen ? »
Dicho esto, para tranquilizar a los católicos tradicionalistas que nos escuchan y respetan, la presión de los círculos católicos progresistas contra las personas homosexuales es mucho más violenta. Porque ellos, nos odian pensando amarnos. Por lo que ni se dan cuenta de su maldad. Quizás la ignorancia de los tradicionalistas resulte menos difícil de digerir que una pasión amorosa tan impetuosa y paradójica como el fanatismo gay friendly.
19 – ¿ Son los católicos homófobos ?
Lo pienso. Al contrario de lo que había asegurado por televisión el 8 de mayo del 2011 y durante las Manifestaciones Para Todos en el año 2012, por demagogia y para tranquilizar a mis compañeros de fe y convencerme a mí mismo, observo que los católicos caen regularmente en la trampa de la homofobia. La prueba es que no pueden soportar que se les trate de « homófobos/homofóbicos », y se pontifican tan pronto como oyen la palabra « homofobia » que desprecian sin haber buscado a conocer su sentido, su esencia, sus mecanismos, a las personas y las acciones que se esconden detrás. Consideran la homofobia como un simple insulto o una ideología modernista infundada, construida desde cero por el antifascismo moralizante libertario. Mientras que la homofobia, concretamente, son intenciones y hechos reales (insultos, acoso, rechazos, asesinatos, suicidios, violaciones, actos genitales violentos o no, exterminios de masa, sistemas políticos, etc.), son agresores y agredidos (cuando no son ambos…). Sí, la mayoría de los católicos es homófoba. Como cualquier ser humano que es capaz – especialmente cuando no se encuentra bien – de tener miedo a sí y a sus semejantes hasta el punto de atacarlos/atacarse a sí mismo, y en particular de atacar a las personas homosexuales. Todos somos homófobos a causa de nuestra humanidad común y de nuestras complicidades repetidas con el pecado original. Ni siquiera yo, a veces. A pesar de todo, sigue siendo más escandaloso que la homofobia (= miedo al mismo + temor a la homosexualidad + ataque contra las personas homosexuales + « identidad » y práctica homosexuales) provenga de católicos, porque ellos conocen la Verdad-Caridad, y por lo tanto tienen aún más la obligación a obedecerLe absteniéndose de caer en la práctica homófoba.
Por experiencia propia y relativamente larga en la Iglesia Católica, les puedo asegurar que la homofobia está muy establecida en las comunidades parroquiales y en el Clero. Por supuesto, indicar esta fuerte tendencia no borra las numerosas excepciones a aquella. Hay algunos fieles y algunos sacerdotes que aman verdaderamente a las personas homosexuales y nos acogen en Verdad. Pero el miedo a la homosexualidad, cuya fuente se arraiga a menudo en la ignorancia, en una angustia legítima frente a la extrañeza y al pecado, mucho más que en una voluntad calculada para dañar y acoger mal, es real y muy generalizada. Los católicos, en conjunto, hacen de la homosexualidad un tabú, un « no-tema », un peligro, y hasta – por relativismo « misericordioso » – un amor del cual sobre todo no haría falta hablar. Confunden el acto homosexual y la persona homosexual, o bien el pecado y el signo de pecado. Están aterrorizados a la idea de sólo pronunciar las palabras « homosexualidad » y « homofobia ». Este deseo de enterrar el tema de la homosexualidad constituye la primera etapa de lo que se llama homofobia. Y cuando no se le enfrenta a un miedo y no se le alumbra a la luz amante del Evangelio, aquel se transforma muy rápidamente en irritación, en repliegue paranoico, en violencia, en amenaza, en rechazo de personas que el término prohibido abarca.
He oído por parte de mis propios amigos gays católicos el relato verídico de algunos linchamientos homófobos espectaculares e inadmisibles, orquestados por comunidades católicas enteras (inclusive supuestamente « nuevas »). He visto que ponían a feligreses homosexuales en cuarentena por haber sido atrapados en delito de adulterio o de seducción homosexual, mientras que antes de su descenso de categoría, eran los preferidos de su asamblea religiosa, de su parroquia, de su grupo de oración, de su abadía. Acabaron en depresión, tratados como apestados de los cuales es mejor alejarse, como príncipes descoronados y caídos, como héroes inmediatamente rebajados al rango de traidores o de manipuladores pedófilos (porque, por supuesto, muchas buenas familias católicas hacen la amalgama habitual entre homosexualidad y pedofilia), con cargo punitivo colectivo implacable, digno de una manada de lobos, y a menudo con la histeria melosa que se hace de « psicóloga », que « patologiza » y « espiritualiza » a más y mejor (« ¡ Te excluimos, pedazo de perverso narcisista ! ¡ Mariscariote ! ¡ Y no vuelvas ! ¡ Sin embargo, queremos que sepas que seguiremos rezando por ti ! Te lo decimos con toda amistad, eh… »).
Me encontré con chicos extraordinarios, dulces, talentuosos, para nada perversos, que sin embargo perdieron todos sus galones de la noche a la mañana, que fueron abandonados por la mayor parte de sus amigos católicos y por su red religiosa antes calurosa, que fueron definitivamente excluidos de su parroquia o su abadía, simplemente porque su homosexualidad en acto fue descubierta y no sólo les implica a ellos (pues claro : para practicar su homosexualidad cuando se es católico, en general, no se puede hacerlo solo, ni fuera del mundo católico…). Si no te quedas en los clavos, si no piensas exactamente como nosotros, si no correspondes al retrato idealizado que tenemos de ti, si defraudas las esperanzas de vocación sacerdotal que ponemos en ti, si pasas el acto homosexual (y que, encima, te hemos dejado un puesto de responsabilidad en el que has arrastrado a otra persona que tú, aún con su consentimiento), ¡ se acabó, amigo ! ¡ Nos devuelves nuestra amistad ! ¡ Te tratan como basura ! ¡ Para esos adalides de la Misericordia, no hay lugar para la Misericordia !
El enfoque parroquial y pastoral sobre la falta homosexual es más que patoso : la mayoría del tiempo, es súper violento y catastrófico. Ya no nos encontramos con una familia espiritual, sino con un tribunal de tiburones, un sistema bloqueado en casi todas partes, que acosa, que encierra al pecador en su pecado, que lleva una comisión de investigación minuciosa contra este último, que lo estigmatiza (además « por su propio bien », « por seguridad », « por caridad »). Y muy pocos feligreses se alzan para tenderte una mano. La mayoría de los católicos, respecto a la homosexualidad, se refugian apresuradamente en sus torres de marfil que son « la diferencia sexual », « la heterosexualidad », « la Familia », « Los Niños », y que erigen como ídolos.
La mayoría de las comunidades religiosas católicas, frente a la realidad de la práctica o de la atracción homosexual, entran en pánico total. ¡ Hasta en 2016 ! Nada más descubrir que uno de sus miembros está/es herido y homosexualmente pecador… y en vez de acompañarlo, de afrontar el problema, de atenderle, de consolarlo y de darle una segunda oportunidad, ¡ ellas amputan ! ¡ Excluyen ! ¡ Tiran al niño con el agua del baño ! Es la psicosis. La lapidación psicológica-espiritual en las plazas públicas. ¡ La caza del hombre impuro ! La trampa se cierra sobre éste sin que él pueda defenderse, ya que a pesar de todo ha sido pillado por una falta objetiva. Después, ¡ menudo sentimiento de culpabilidad, menuda pérdida de confianza en sí, menuda reconciliación con Dios ! Después de eso, él necesitará mucho humor y fortaleza para reconstruirse, para seguir creyendo en la Iglesia-Institución. Sé de feligreses homosexuales, de monjes exclaustrados o antiguos sacerdotes, quienes dieron la espalda de manera sostenible a la Iglesia, para acabar encerrándose en una « vida espiritual » privada y una vida homosexual activa (a menudo destructiva), escocidos por la armada diocesana de corazones secos y de juicios perentorios. ¡ Algunas parroquias tienen una enorme responsabilidad y tendrán que rendir cuentas allá arriba ! ¡ Se lo digo yo !
Para terminar de responder a la pregunta, creo que el problema de fondo hoy estriba en la relación de los católicos con Cristo crucificado. Muchos sólo lo ven como un salvador que sufre y que ama, y no al gurú criminal tal como apareció a ojos de sus discípulos y del mundo, durante y justo después de su crucifixión. Luego, esta incomprensión del Misterio de la Cruz falsifica su relación misericordiosa con los culpables de nuestro tiempo (incluyendo a los culpables homosexuales), ya que los disocian de Cristo. Sin embargo, Jesús hasta aceptó parecerse a los malos (¡ para salvarlos !). « Dios le hizo pecado por nosotros. » (2 Co 5, 21) escribe San Pablo hablando del curioso vínculo de parentesco entre Jesús y su Padre. La Cruz, mucho antes de ser el « signo de Amor loco » que sabemos, es ante todo un « SE BUSCA » de traición y de criminalidad, que precisamente nos lleva a creer que Jesús (y/o su Padre) no nos hubieran amado, ¡ y hasta nos hubieran odiado ! Pienso que tenemos que tenerlo muy presente cada vez que nos enfrentamos a un criminal o a un hombre cuya práctica (homosexual) desaprobamos. Hasta su muerte, el pecador sigue siendo un Cristo disfrazado de malo, por lo tanto un Hombre que querer y que servir como un maestro. Nuestra Papa Francisco, por ejemplo, lo ha entendido perfectamente.
20 – ¿ Alguna vez usted ha experimentado episodios de rechazo en la Iglesia a causa de su homosexualidad ?
Sí. Comenzó con la desconfianza (disfrazada de « prudencia »), la difamación (disfrazada de « consejo »), el desprecio (disfrazado de « realismo »), el rechazo (disfrazado de « estrategia »). Y este rechazo siempre me ha sido presentado como un bien para evitar un mal. « ¿ Quieres irte con un movimiento humanitario de Iglesia ? ¿ Quieres ingresar en el seminario ? ¿ Quieres hablar en público sobre la homosexualidad ? Te lo digo con toda la amistad (¡¡¡ incluso rezo por ti !!) pero es mejor que no. Sin embargo, quiero que sepas una vez más que no soy homófobo (además, mi testigo de boda era homosexual…), y que nuestra negativa es por tu bien. Es para ahorrarte un malestar con los habitantes de acá, un sacerdocio infeliz, una mediatización peligrosa, la trampa del narcisismo ¡ en la que ya has caído declarándote abiertamente homosexual ! » Y ni siquiera hablo de los insultos de aquellos católicos que me ven como un activista LGBT oculto porque no ladro a las palabras « Género », « Madres de alquiler » (« GPA »), « Lobby », « medios », etc., y porque revelo la homofobia real de La Manif Para Todos. Encima, tengo el mal gusto de dar a conocer públicamente que soy católico y de tendencia política de izquierdas. Me contestan que « ser de izquierdas » no significa nada. Que hablar de la importancia de la homosexualidad es un delirio monomaniaco para intelectual ávido de notoriedad. Y que el uso de la palabra « homofobia » me acusa directamente, invalida mi credibilidad, me encierra en la categoría de los libertarios LGBT y de los paranoicos complotistas. Usted me lo pregunta, se lo digo sin rodeo. Y además, he sufrido este rechazo sin ser siquiera defensor de cualquier « identidad homosexual » o « amor homosexual » o « derecho legal homosexual ». Muy al contrario, puesto que soy continente. Así que ¡ tiemblo al pensar en la acogida « católica » mucho peor que encuentran mis hermanos homosexuales que no actúan y no piensan bien, que respetan aún menos las exigencias de la Iglesia que yo, y que ofrecen a sus acusadores contradicciones objetivas !
21 – ¿ A qué sacramentos no tengo acceso como homosexual ?
Como persona homo, en teoría, uno tiene derecho a (o más bien el deber de) los siete sacramentos de la Iglesia Católica : el Bautismo, la Eucaristía, la Confirmación, la Reconciliación, el Matrimonio, la Unción de los enfermos, Órdenes sacerdotales. Una pequeña nota de cautela : no podrá recibirlos todos porque entre la boda y la Orden, habrá que escoger uno de los dos. Pero el hecho de sentirse homosexual no impide para nada a Dios que nos dé sus Gracias, ni a una persona que las reciba. La continencia (o la castidad en el caso del matrimonio) abre a todos los sacramentos. Sólo el pecado y las malas acciones graves nos separan de Dios. En otras palabras, sólo el adulterio y la práctica « conyugal » homo o hetero (vida fuera del matrimonio o fuera de la continencia) son un freno radical a la recepción de la Eucaristía, del Matrimonio, del Orden, y un freno parcial a la recepción del Bautismo, de la Reconciliación, de la Confirmación y del Sacramento de los enfermos. Tiene sentido : si no queremos conformarnos a la obediencia a la Iglesia respecto a la homosexualidad, ¿ de qué sirve reclamar el Bautismo como si fuera un derecho, y cuidar de su propio jardín religioso ? De nada. Por lo que incluso los sacramentos (Bautismo, Confirmación, Reconciliación, Sacramento de los Enfermos) que no requieren un don y un compromiso completos de su propia persona ya son prefiguraciones de los sacramentos (Eucaristía, Matrimonio, Orden) que los exigen.
Por ejemplo, me choca cuando una persona que practica la homosexualidad pide el Bautismo (para ella o para « su » niño criado por ella y su compañero del mismo sexo) aunque sigue siendo en « pareja » homo. Me parece que hay una incoherencia. La Gracia del Bautismo no podrá ser plenamente recibida por ella. Del mismo modo, me parece inaceptable que « parejas » homosexuales, durante la misa, tomen la fila de la Comunión, como si nada, igual que niños formales que tomarían la Eucaristía por primera vez, y que encima, el cura, que a veces conoce perfectamente su estado de vida, cierre los ojos y les deje comer el Cuerpo de Cristo. Tanto unos como otros tendrán que rendir cuentas de ello ante el Tribunal Celeste. Claro, si fuera obligatorio no ser pecador para comulgar, ¡ nadie lo podría ! Pero a pesar de todo, hay un mínimo. Y las situaciones de adulterio son lo suficientemente graves (nuevo matrimonio después de un divorcio, concubinato, práctica homosexual incluso « fiel », engaño y violación del matrimonio, parodias de boda, depravación, infidelidad…) como para que no se considere a las personas que lo viven dignas de recibir a Jesús a quien rechazan concretamente en su vida cotidiana. No se puede por un lado expulsar en « amores » a la diferencia de sexos, y luego por otro pretender recibirla a través de Jesús-Eucaristía de Amor. Debemos mostrar respeto por quién es Cristo, es decir la Encarnación divina de la diferencia sexual, ¡ en lugar de considerarLo como un « derecho » o una proyección espiritual y sentimental !
En cuanto al Sacramento del Perdón, allí también, no se le puede dar a una persona si ella no ha sido bautizada de antemano, y sobre todo si no está dispuesta a reconocerse pecadora en la práctica homosexual y no ha decidido cambiar radicalmente de vida. De lo contrario, se trata de una indulgencia parcial que se le ofrece a un corazón cerrado. Por lo tanto, el sacramento no tendrá un gran efecto. Sin embargo, incluso si no se administra el Sacramento de la Confesión, una simple conversación entre un cura y usted ya puede dar frutos hermosos y llevarle, a la larga, hasta el verdadero Sacramento : es sólo cosa diferida, y nunca es tarde para convertirse. La puerta de los Sacramentos católicos está cerrada a la persona homosexualmente practicante, pero no está bloqueada. Y hasta que no haya cambiado de vida, le es posible recibir otras formas de presencia crística que la Eucaristía y los Sacramentos : la escucha de la Palabra bíblica, la oración, la vida comunitaria y los hermanos, los actos de solidaridad y de servicio, etc.
No hay pérdida de la vida, ni del Cristiano, si no se puede (todavía) comulgar o ser bautizado. El dolor de la separación con los sacramentos puede ser muy temporal en caso de que nos comportemos mejor : en el fondo, sólo es debido a un orgullo que no quiere dotarse de los medios para morir a la Gracia, y que se cierra, se vuelve inflexible. Pero en lugar de pedirles a Dios y a la Iglesia que se suavicen, se « abran » y « se adapten » a nuestros pecados, tratemos más bien de suavizarnos nosotros mismos en la obediencia y la escucha de los mandamientos de la Iglesia para no pecar, precisamente. Y acabaremos por ver que incluso si no recibimos (aún) el Pan entero de los Sacramentos, sin embargo ya gozamos de sus nutritivas migas, al igual que la mujer cananea del Evangelio. « En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio, gritaba diciendo : ‘¡ Ten piedad de mí, Señor, hijo de David ! Mi hija está malamente endemoniada.’ Pero él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le rogaban : ‘Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros.’ Respondió él : ‘No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.’ Ella, no obstante, vino a postrarse ante él y le dijo : ‘¡ Señor, socórreme !’ Él respondió : ‘No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.’ ‘Sí, Señor – repuso ella -, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.’ Entonces Jesús le respondió : ‘Mujer, grande es tu fe ; que te suceda como deseas.’ Y desde aquel momento quedó curada su hija. » (Mateo 15, 22-28) En la Biblia, siempre hay personajes abispados y listos que intentan estafar al Señor, o que fintan para recibir los beneficios de su Gracia. Y como Él es bueno, los satisface en parte, aún cuando no aprueba sus acciones, les recuerda su deber de conversión y su Cruz, y que no cede en lo Esencial : la obediencia a Sus órdenes.
A través de la persona de la Cananea, se ve claro que Jesús trata con dureza de « perros » a todos los que no forman parte del Pueblo elegido (los Judíos) y que no Le obedecen. Eso puede parecer a primera vista injusto y desagradable. Pero, en realidad, encaja perfectamente con lo que suelen decir de ellos mismos los propios sujetos homosexuales (Véase el código « Perros » de mi Diccionario de Símbolos homosexuales). Entonces Cristo no nos traiciona y ni siquiera nos insulta. Son los pecadores quienes se insultan solos. Por otra parte, Él afirma que vino en prioridad por ellos, y acaba por curarlos igual. Entonces, que las personas que practican su homosexualidad no se mosqueen, se armen de paciencia y no se hagan los excluidos respecto a los sacramentos de la Iglesia Católica, ya que no hay para tanto. Si Jesús nos raciona, es primero porque lo necesitamos, y luego porque una dieta de Sus Sacramentos nos permitirá apreciarlos mejor y reconocerlos en el momento cuando seamos lo mínimo dignos de ellos. Uno no se sienta a la mesa si no está listo, en ninguno de los casos. ¡ Es el mínimo de los respetos que le debemos al Jefe-Cocinero !
Personalmente, creo que la mejor ayuda y el regalo más grande que Jesús y sus sacerdotes pueden proporcionar a las personas homosexuales todavía desobedientes, es justamente no cederles nada, y no darles acceso a todos los Sacramentos, en particular al gran pedazo de Pan Vivo que su paladar, su vientre y su corazón obviamente no podrán aún apreciar/honrar/acoger/digerir. No por sadismo, sino por el contrario porque ellos no tienen que liquidar lo que podrán darles tal vez un día. No se le ofrece un banquete a una persona hambrienta ni a una persona obesa. ¡ A menos que quieran matarla ! Su corazón debe convertirse poco a poco. Por dosis hom(o)eopáticas. Por migas.
Últimamente, caminando por París, me topé con un cartel del ayuntamiento que me divirtió tanto como me sorprendió, por lo que no era compatible con el espíritu de nuestra época, que promueve más el consumo, el engorde forzado, la gula y la humanización de los animales que la abstinencia y el racionamiento voluntarios : « Si aman a los pájaros, no los alimenten ! » Me atrevo a hacer un paralelo con nosotros, las personas homosexuales. Si vosotros, los sacerdotes y fieles católicos, nos queréis verdaderamente, no nos deis comida. Inclusive a nivel sacramental. Al igual que las aves, cuanto más nos racionaréis, tanto más nos amaréis y nos prepararéis al gran Banquete eterno. Amar, no es siempre darlo todo. O bien es dar también la Cruz.
22 – ¿ Tengo que hablar de mi orientación sexual a mi confesor ?
Lo importante, creo, no es necesariamente decirla o no decirla bajo ningún pretexto. En ambos casos, puede ser grandioso como inútil/catastrófico. Cada cual tiene que discernir los pros y los contras del secreto o de la divulgación. Si usted decide expresar su tendencia sexual, exprésela bien (y después de haberse informado bastante acerca de la homosexualidad). Si no, absténgase. Si usted ha decidido mantener el secreto, manténgalo bien, sin teatro, sin tristeza, sin rencor, con la paz de Dios que le permitirá no hacer pagar a su confesor ni a sí mismo su silencio. De lo contrario, hable de su homosexualidad. Es el Espíritu Santo, cuando Le interrogue, quien le inspirará lo que es mejor hacer en su caso.
23 – ¿ En una confesión, pongo mi homosexualidad en la lista de mis pecados ? ¿ Me arriesgo a hablar de ella ?
Si siente que la noticia no será entendida por el confesor (porque usted mismo no ve muy claro), si su conciencia le indica que su « salida del armario » (coming out) sólo sería un lloriquear del cual no saldría ningún arrepentimiento ni humildad de su parte, que le cierra puertas (para su carrera, su vocación, su relación futura con un cura a quien conoce demasiado), y que le reduciría a una caricatura que usted no es, o mucho más positivamente si usted siente que la tendencia homosexual no le encadena a adicciones o a prácticas o a una depresión insuperables, si siente que la homosexualidad no le conduce al pecado, tampoco hay necesidad de decir algo. Dios también tiene derecho a la exclusividad de algunos de sus secretos. Esto es entre Dios y usted. Y el confesionario no es el lugar donde se debe contarlo necesariamente todo, sacarlo todo, mostrar la totalidad de nuestros secretos, contar nuestros estados de ánimo. Si ciertas realidades de nuestra vida interior o exterior no son coronadas por el remordimiento, o la conciencia/la existencia de una falta, e incluso la conciencia/la existencia de un pecado, tan sólo tienen su sitio en un intercambio entre amigos o en el consultorio de un psiquiatra. No en un confesionario.
Sin embargo, si usted siente que su orientación homosexual lo debilita y lo lleva al pecado, puede hablar Y de su tendencia (que no es un pecado en sí misma si no es seguida de los actos ; sólo se reduce a un « signo de pecado », a una herencia del pecado original) Y sobre todo del pecado (acción mala + ruptura voluntaria con Dios) que le incitó a cometer. En la confesión, es el pecado mucho más que su intención, su coartada, su motor, que debe ser revelado. La intención o el deseo empeora o mitiga la gradualidad del pecado, a lo sumo. La sola tendencia homosexual no es un pecado, puesto que no constituye una elección. En mi opinión, debe ser revelada sólo si ha servido a pecar, o bien en el caso más raro de que es tan inherente a su vida de evangelización, relacional, que usted está casi obligado a hacer mención de ella para que el cura entienda los pecados que le confiesa luego, y en los cuales la homosexualidad ocupa un sitio contextual existente pero no decisivo. Y en estos casos, sí, la revelación de su tendencia puede ser puesta en la mesa, sin que ella formase parte de la lista de sus pecados. El sacerdote no es estúpido. Ya que es Jesús. Él sentirá las inflexiones de su sentimiento de culpabilidad o al contrario de su falta de culpabilidad.
Por lo demás, fuera del marco de la confesión, usted sabe que un sacerdote es a menudo un amigo estupendo y un confidente sólido con el que puede contar. No lo chocará evocando la homosexualidad : el cura del siglo XXI se enfrenta a tantas realidades que ¡ es inmune (casi demasiado, para algunos) a la indignación y al juicio de personas ! Si usted necesita un consejo, una luz, o simplemente, tiene la muerte en el corazón, no dude en revelarle su homosexualidad. Un buen sacerdote guarda un secreto como nadie. Y al ver que usted confía en él para hablarle de « eso » (porque él sabe muy bien cuánto le cuesta a uno pronunciar ciertas palabras), su corazón de padre se derretirá. Le regalará un placer tan inmenso como la alegría que habrá encontrado usted por ser escuchado por él sobre el tema tan tabú de la homosexualidad.
24 – Soy católico y homosexual. ¿ Debo salir (del armario) a mis amigos no-católicos ? ¿ Y a mis amigos católicos ? ¿ Necesitan saberlo ?
No necesariamente. Si hay una práctica homo escondida trás su coming out, o una ilusión de « identidad homosexual », ni siquiera vale la pena salir, me parece a mí. Si por el contrario en su coming out hay una continencia y el anuncio de un apostolado por la Verdad mediante la homosexualidad no practicada, entonces yo diría que es una lástima que se calle. Pero, como generalmente el gusto de la continencia y el descubrimiento de la potencia evangelizadora del análisis de la homosexualidad vienen caminando, y con tiempo y trabajo, de todas formas, su salida, más aún si es « homo-católica », no parece ser para hoy, y llegaría demasiado pronto. Para lograrla, hace falta un mínimo de oración, de duelo (del sueño de vivir un día el « amor » homo), de resistencia, de paciencia consolidada, un deseo homosexual comprendido y relativamente controlado.
Luego, yo no digo que en su caso el camino (hacia el coming out) no pueda hacerse rápidamente, sobre todo cuando el terreno ya ha sido desbrozado, y que los Novísimos ofrecen oportunidades de formación/conversiones aceleradas de personas homosexuales continentes gracias a la acción del Espíritu Santo. Vivimos una época fasta para ello. Así que si usted siente en su interior un deseo san(t)o de ofrecer su homosexualidad a los demás, al mundo y a la Iglesia, no refrene su impulso. Dígalo. No hay que desperdiciar los tesoros. Además, la moda de las « salidas del armario » gays va pasando. Por desgracia, está cediendo el paso a una no menos desoladora orden mundial que nos impone a todos que exhibamos quienes seríamos, lo que quisiéramos, y sobre todo quienes no seríamos y lo que no quisiéramos (véase la famosa campaña burguesa-bohemia de los #Soy, #Quiero, #Pro, #Apoyo, #NoSoporto, #Odio, etc., que en realidad es una confesión inconsciente de la falta de personalidad, ideas y combates). Entonces la salida homosexual más hermosa, más verdadera, más útil, puede volver fuerte, creando sorpresa, tanto más cuanto que se efectuará de otra forma : coronada por la fe, no se anunciará ni como un coming out clásico y ensayado, ni como un coming in (« Soy hetero » o « Soy un ex-gay » o « No soy verdaderamente gay sino sólo un hombre/una mujer y un Hijo de Dios »), ni siquiera como un anti-coming out ya que la homosexualidad no se negaría y sería al contrario tratada por primera vez. Sean cuales sean las épocas, de todos modos, el coming out de la continencia homo-católica siempre seguirá siendo una rareza explosiva y un éxito no humano (porque pocos lo entenderán e incluso asustará a los católicos), sino divino. Así que razón de más para osarlo. Vale la pena. Lo digo por mi propia experiencia.
25 – Crecí en una familia católica, me casé en la Iglesia, y me siento atraído por las personas del mismo sexo. ¿ Qué hacer ?
Espero que no le lastime si le digo « Ofrezca su homosexualidad a su matrimonio, a su esposa, a sus hijos y a Dios » (sin necesariamente contárselo todo). Se lo propongo igual, en mi calidad de soltero continente que podría perfectamente « soltarse » mucho más que usted porque al parecer no hay nada – ni siquiera el matrimonio ni el sacerdocio – que me retenga. Usted ha recibido un sacramento indisoluble que es el matrimonio. A veces, ha transmitido la vida a niños de los cuales es responsable y a quienes debe el amor eterno con su madre (incluso si ya no la ama de verdad). Desde luego todo eso constituye un motivo suficiente para luego no perderse en amoríos homosexuales sin porvenir, ¡ ni tampoco en un « amor » duradero en brazos de un hombre ! Frente a aquellos que le mantendrán el discurso hedonista gay friendly del « mal menor » (« Vive tu vida. No tienes que quedarte hipócritamente con tu mujer a quien has mentido desde el principio e imaginado amar. ¿ Ya no sientes nada por ella ? No insistas porque si no, tu naturaleza volverá a despertarse y siempre pesará más… » o bien « Más vale para ti que seas feliz con un hombre – aunque sea con retraso y a costa de una ruptura – ¡ que infeliz e insatisfecho toda la vida con tu esposa ! »), se lo confieso casi con certeza : usted todavía vive el amor de su vida con su esposa (no la reduzca a la « compañera » que no es, que nunca fue y que nunca será), y jamás encontrará el amor verdadero con una persona del mismo sexo. Se lo aseguraría igual si usted fuera joven, ateo y soltera.
La fe católica, el estatuto de hombre casado (y a veces de padre de familia), la calidad de las personas a nivel individual, el contexto del encuentro o de la conmoción homosexual, las sensaciones y los sentimientos personales, la capacidad para amar, la probabilidad de enamorarse de una persona del mismo sexo, son falsos debates. Son más bien los límites objetivos de la práctica homosexual, las numerosas decepciones de la « pareja » homo, las razones del despertar desgarrador de su tendencia homosexual, las realidades del duelo espiritual que está amenazando al matrimonio, a las cuales usted debería hacer frente, y no ir directo a por el camino más fácil. Poniendo palabras en sus impulsos, sus fantasías y sus ilusiones de amor, es como logrará desactivar el poder de aquellos y revalorizar su matrimonio. Estudie sanamente su homosexualidad en lugar de practicarla para negarla mejor. Así, usted será verdaderamente libre. Y su cielo ensombrecido se despejará tan rápido como se había cargado.
He encontrado a buen número de hombres casados y mujeres casadas con una persona del sexo complementario, quienes, a pesar de la persistencia de su tendencia homosexual sobre la duración, viven igual muy felices su lucha por/en el matrimonio, y han hallado un equilibrio perfectamente satisfactorio y duradero. Componer un casamiento cristiano con la homosexualidad resulta totalmente posible y más éxitoso de lo que se dice. Aquello puede ser una oportunidad, para los cónyuges, a que compartan juntos la superación del miedo íntimo que los junta. Ser al mismo tiempo homosexual y casado, total ¡ no es ni la asfixia ni la encrucijada corneliana cotidiana ! A menudo basta con dejar de alimentarse el imaginario con pornografía y películas pro-gays románticas, y sobre todo con prestar mayor atención al otro (¡ sin asfixiarlo !).
Y si le hace sentir mejor, muchas personas casadas no-homosexuales también tienen tentaciones de adulterio feroces. Esto no es específico a la homosexualidad. Es propio de cada lucha humana por la fidelidad en el matrimonio y en favor de Cristo. Así que no centre todos sus problemas y frustraciones en la homosexualidad. Aquella sólo es un síntoma de un malestar y de un miedo más amplio. No deje que la homosexualidad lo arruine todo o ponga todo en tela de juicio. ¡ No la deje que dirija su vida en su lugar ni que apague su alegría !
Sé de hombres homosexuales casados con una mujer quienes, después de haber vivido una desviación homosexual, comprendieron que no encontrarían su felicidad en este tipo de relación, y tuvieron la humildad de volver a su vida familiar de antes, reanudando con su esposa en la fidelidad. Estos no son casos aislados. Por otra parte, muchas personas homosexuales tienen el valor sobrehumano – especialmente en el contexto permisivo y bisexual actual – de permanecer fieles a su mujer, y me quito el sombrero. Del mismo modo, conozco a muchas mujeres, casadas con un hombre cuyas atracciones homosexuales conocen, que también tienen el coraje de la confianza y de la perseverancia. ¡ Nuestra época asiste a un florecimiento de heroísmos post-modernos hasta ahora totalmente inéditos ! Y eso qué grande es… aunque el hecho de vivir a diario al lado de una persona con discapacidad sexual, no sea un día de campo, haga sufrir fuertes momentos de angustia, eche a uno de vuelta en la cara sus propias debilidades e impotencias. En todo caso, la homosexualidad no practicada y vivida en el matrimonio fiel hombre-mujer crea grandes santos cuyo esplandor de bondad, de abnegación y de paciencia, descubriremos allá arriba, ¡ seguro ! Ellos realmente saben lo que significa la frase de Cristo : « Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. » (Lucas 9, 23)
CAPÍTULO II – MINISTERIO SACERDOTAL CERCA DE LAS PERSONAS HOMOSEXUALES :
26 – Cuando hablo de homosexualidad a mis jóvenes, no me escuchan y se ríen de mí. ¿ Cómo ser creíble como pastor católico ?
Hasta que no se ha entendido cómo funcionan los jóvenes, ya se comienza muy mal, sobre todo con un tema tan apasionado como la homosexualidad. Los adolescentes, en particular los de hoy, son adictos a lo afectivo (necesitan sentir emociones, oír hablar de sentimientos, de buenas intenciones, de sinceridad, de benevolencia), a la Encarnación (Con ellos, tiene que ser concreto, tienen que ver que el testigo vive lo que dice, que la persona directamente afectada por el problema que aborda está frente a ellos… si no, que se lo creen), a la injusticia (No soportan ser manipulados ni que se le falte respeto a alguien : tienen un sentido agudo del honor, y también de la justicia), al humor (eso, es la guinda de la torta). Sin estos cuatro criterios, los perdemos. Ya no podemos difundir el Amor, la Verdad, la Fe. No podemos pasar el amor, la verdad, la fe. Confíen en mi experiencia de profesor. No le enseño nada.
Con la homosexualidad, no hay misterio. Hasta que pase por alto el testimonio por la persona homosexual y que pretenda sustituirlo sí solo, usted seguirá siendo inaudible. ¡ Y la mala fama social y mediática que rodea actualmente a los sacerdotes, sobre todo en las cuestiones de sexualidad, confirma mi inquietud ! Por ejemplo, el padre Philippe de Maistre, uno de los sacerdotes capellanes del instituto Stanislas en París, ha comprendido su margen de maniobra respecto al tema : él sabe dónde es competente, también conoce sus límites de hombre no homosexual. Concede que sobre el terreno de la homosexualidad, él no puede trabajar solo, y que al cabo de un momento necesita de personas homosexuales de carne y hueso. Muchos sacerdotes deberían seguir su ejemplo y solicitarnos.
Ahora bien, desde el punto de vista del contenido de sus palabras sobre la homosexualidad, hasta que usted mantenga un discurso natalista anti-matrimonio gay totalmente paranoico, y que caricature al Género en términos que los jóvenes no pueden entender (porque – y eso hay que saberlo – el vocabulario sentimental y racional interno que ellos emplean suele limitarse a tres palabras : heterosexualidad, homosexualidad y homofobia), usted quedará inasequible. Los mentirosos o los ingenuos, por muy estúpidos y desagradables que sean, no toleran que les atribuyan intenciones que no tienen, que seamos imprecisos en lo que les reprochamos y que los acusemos de nuestras propias tonterías. Y de momento, lo que los anti-Género, La Manif Para Todos, los movimientos pro-Vida, y muchos sacerdotes critican a propósito del « lobby LGBT, ¡ está totalmente fuera del marcador ! Para comenzar, todavía no se han percatado de que el Géneroera la heterosexualidad. Así que su nivel de comprensión de la homosexualidad y de la homofobia, ni hablar…
Por otra parte, ustedes sacerdotes católicos no utilizan bastante el conocimiento que ahora tenemos sobre los actos homófobos y la homofobia (dado que por lo general, desprecian el término « homofobia »), lo cual es completamente absurdo y una pena. ¡ Si supieran cuánto la sola mención de los actos homofóbos, cuya violencia es inmensa, cierra el pico, y que ustedes podrían conocer mejor si se interesaran personalmente por ellos, por sí sola sería suficiente a impresionar a los jóvenes, a suscitar en ellos la empatía, a probarles que ustedes saben mucho acerca de la homosexualidad (mientras que ellos – e incluso las federaciones « anti-Homofobia » – nada), a demostrarles el vacío de su defensa gay friendly de la homosexualidad dictada por el pensamiento único mediático, a hacerles entender que ustedes se preocupan verdaderamente por las personas homosexuales, por su sufrimiento, más allá de los discursos politizados y teóricos sobre la homosexualidad ! Además, cuando los chavales vean a un cura hacerle frente a la homofobia, ¡ ustedes sacarán a sus ojos el Premio la modernidad ! Yo creo que no utilizan lo suficiente mi trabajo sobre la homofobia ni lo que saben de la cantidad de sufrimientos y de violencias inimaginables de las personas homosexuales con quienes se encuentran. Por eso los demás se ríen de ustedes cuando intentan hablar de homosexualidad. Casi diría que tienen toda la culpa si son inaudibles ante un grupo de pastoral escolar juvenil. Porque las herramientas, ¡ ya las tienen !
27 – ¿ Qué decir en el confesionario a una persona homosexual que busca consejos ?
Antes de decir, hay que ser. Así que, finalmente, usted tranquilo. No tiene que retorcerse el cerebro para saber qué decir. Y si tiene que explicar en público la postura de la Iglesia acerca de la homosexualidad y dar consejos, el Espíritu Santo le ayudará. De preferencia, haga más preguntas que afirmaciones. Sea amable y esté a la escucha. Tenga toques de audacia también (un día, gracias a mi testimonio sobre las violaciones, un cura me contó que durante una confesión, frente a una persona homosexual enfurecida, había tenido la suavidad y la firmeza de hacerle una sola pregunta – « ¿ Ha sido usted alguna vez violado ? » – lo que desencadenó un mar de lágrimas liberador por parte del penitente). Nosotros, las personas homosexuales, somos buena tierra. Nuestra capa de barniz se rompe rápidamente.
No le estoy enseñando nada nuevo cuando le digo que, mientras anuncie la muerte de Cristo, y su Resurrección (en nosotros), lo Esencial está ahí. ¿ En qué consiste, concretamente ? Respecto al dosier « Muerte », se trata de que el sufrimiento y el mal cometido salgan fuera de nosotros. Y por lo general, de la vida de la persona activamente homosexual, ¡ hay bastante para hacer un álbum ! Luego, la muerte de Dios debe ser proclamada. La muerte del grano de trigo que cae en tierra también. « ¿ Quieres seguir a Jesús ? Tienes que morir a ti mismo y sufrir. Está en juego tu Salvación. Y tu alma, a diferencia de tu cuerpo, es inmortal. Por eso hay un reto importante para ti por la eternidad ! » Por último, en cuanto al dosier « Resurrección », en este caso, usted puede valorarnos, expresar su alegría de encontrarnos (sin dar a entender que justifique nuestra situación y nuestra práctica), pedirnos que oremos por usted (¡ apreciamos muchísimo la iniciativa !), decirnos que nuestra vida es bella y que podemos llegar a ser grandes santos en la Iglesia (porque eso, lo dudamos, pero en secreto ¡ soñamos con ello !).
El momento más difícil, pero que debe ser escaso hoy en día por la ampliación de la descristianización y de la ignorancia religiosa respecto a los sacramentos católicos, es cuando usted tiene que anunciar que no da la absolución si alguna vez el confesado cohabita o vive en pareja homo y que está al tanto de que no tiene derecho al Sacramento (Si no es el caso, usted no está obligado a revelárselo, y él se quedará con la buena impresión de una conversación filial profunda). Entonces, muchos personas homosexuales pueden entrar en rabietas al descubrir la realidad. Por eso usted tiene que ofrecer una espléndida contrapartida llena de amor y de Verdad para consolarlas de aquel límite.
Si por fin usted se ve obligado a exponer el pensamiento de la Iglesia sobre la homosexualidad, entonces yo le aconsejo que sea muy avezado para no dudar en su corazón por un lado de que la tendencia homosexual es una herida y un miedo, por el otro de que no es amor verdadero (porque el verdadero amor radica en la acogida de la diferencia de sexos) y que la homosexualidad a menudo esconde una violación, incluso si aquella es difícil de probar. Su fe y su obediencia, un poco sometidas en el momento a la arbitrariedad, le servirán de timón para mantener el rumbo. El confesionario no es obviamente el lugar del debate de ideas, pero, a pesar de todo, se requiere un mínimo. Bien se tiene que enunciar el « Ve y no peques más » para que el Amor de Cristo sea completo. Y usted, como sacerdote enfrentado a una persona homosexual que le sostiene erre que erre que ella « ama », que « no sufre », que « no tiene otra opción » y que es « muy feliz practicando su homosexualidad », siempre tendrá que padecer la indefinición de la frontera entre los actos homosexuales y la « pareja » homosexual (la Iglesia se pronuncia claramente sobre los actos homosexuales, pero no sobre la relativa equivalencia de aquellos con la « pareja » homo, ni verdaderamente sobre el llamado « amor homosexual »), indefinición que no es fácil de explicar ni de justificar, pero a la que se debe aferrar de todas formas porque el tiempo, la realidad en la duración, la experiencia de las personas homosexuales, les dan finalmente razón a la Biblia y la Iglesia Católica.
28 – ¿ Se puede integrar a las personas homosexuales en una oración universal ?
No creo que sea apropiado. A menos que hayan vivido un largo tiempo comunitario de explicación de las palabras y del concepto de homosexualidad antes. A menos para una misa que concluye una peregrinación. A menos que la « O.U. » se integre en una proceso o en el programa de una sesión en la que la homosexualidad y las personas homosexuales encajan verdaderamente. A menos que (¡ es más raro !) la oración universal sea leída por una persona homosexual continente y conocida por los parroquianos. Si no, en casos distintos de éstos, la intención específica sobre la homosexualidad resulta a mi parecer tan adecuada como un puñetazo en el ojo., da la impresión engañosa de que la homosexualidad es justificada y banalizada, y será objeto de escándalo y de malentendidos inútiles.
Sin embargo, puedo entender perfectamente que muchas oraciones universales tradicionales actuales, que huelen a mensajes implícitos, a mojigatería cobarde, a fórmula ensayada e impersonal, a eufemismo hipócrita, a mimetismo escolar, irritan. Especialmente cuando se trata de nombrar la homosexualidad sin nombrarla (ejemplo : « Señor, te pedimos por las personas que sufren en su cuerpo y en su alma. »), de denunciar el « matrimonio homosexual » sin denunciarlo (ejemplo : « Te oramos Señor para que los seres humanos sean respetados, desde su concepción hasta su muerte natural, y que las familias sean protegidas. »), de repetir el discurso vacío de los partidos políticos de derechas defendiendo una cristiandad cultural más que la persona de Cristo (ejemplo oído ayer mismo en una parroquia de París : « Señor, Te encomendamos a los gobernantes : que lleven los valores respetuosos de lo Humano, de la Vida, de nuestras raíces, al servicio de los más frágiles y del bien commun »), de demostrar sin embargo un poco de apertura misericordiosa acerca de las personas homosexuales autorizándose algunas discretas fantasías gays friendly (por ejemplo : « Señor, en este Año de la Misericordia, enséñanos a no juzgar a las personas, y a acoger verdaderamente a los heridos de la sexualidad con tu corazón amante. »).
Las oraciones universales siempre han sido – por lo menos en las misas de la forma ordinaria – un fiel reflejo de nuestro tiempo. Y puesto que vivimos una época de gran confusión, extravío, banalización del mal, maniqueísmo espiritualista, demagogia politiquera, simulacros de « compromisos », miedo a proclamar la Verdad y a usar las palabras de la neolengua (con mayor motivo « homosexualidad », « heterosexualidad » y « homofobia »), no faltan las oportunidades para comprobarlo. En Francia, se observa que los movimientos Pro-Vida (Sens Commun, Les Veilleurs, Écologie Humaine, etc.) han pasado por allí y han causado muchos daños. Todavía falta un largo trecho para oír hablar de homosexualidad en las oraciones universales. Ya que en las homilías, aquella suele provocar un clamor de indignación del cual los pocos sacerdotes intrépidos que realizaron el experimento todavía se acuerdan…
29 – Como sacerdote, ¿ tengo que ser firme o suave frente a una persona homosexual ?
Eso depende del perfil psicológico y del estado de ánimo de la persona homosexual a quien usted recibe. Le aconsejo que haga lo que normalmente ya sabe hacer, y lo que Santa Teresita aplicaba súper bien cuando era maestra de novicias en su convento del Carmelo : ser mansueto con la persona que necesita ser consolada, valorada, y que sería abrumada por su exceso de rigor ; ser fuerte con la persona que es frágil, y que necesita su firmeza, su autoridad y de una amenaza buena. La Verdad anunciada sin Caridad y sin humor, es un desastre. La Caridad anunciada sin Verdad, también. ¡ Es su turno de ser astuto y de jugar a dos bandas !
Con todo, las personas homosexuales pecan hoy muchísimo más por ignorancia, fragilidad, pereza, sentimentalismo, censura social y exceso de « Caridad » por parte de los demás a su respecto, que por conocimiento de la Verdad y de sus pecados. Por eso, en mi opinión, vale la pena una vez más que usted se atreva al método « fuerte »… sin perjuicio de acabar luego con la pomada. He oído relatos de amigos homosexuales que han cambiado radicalmente de estilo de vida, y que pasaron del galanteo/de la masturbación en alta dosis a la práctica religiosa ascética y fiel, gracias a sacerdotes que habían ido directamente al grano con ellos, cara a cara en el confesionario : « Oiga, le agradezco su confianza y usted es amado infinitamente por Dios. Pero ha de saber que la homosexualidad como práctica, no me gusta nada. ¡ Nada ! » Aquellos amigos, primero sorprendidos al ser estrujados como un arce, necesitaban oír eso (la radicalidad de la Cruz), conocer su pecado y darse cuenta de que su comportamiento sentimental y sexual desagradaba mucho a Dios. Si se hubieran topado con un abuelito un poco blando, laxista, relativista, poco cuadrado, que hubiese jugado a la compasión y al silencio para fingir una Caridad que ya no es, sin duda se hubieran vuelto a sus malos y viejos hábitos. Se hubieran visto inconscientemente submergidos por la melancolía del joven rico de la Biblia, que no ha querido encontrar a Cristo y que no Lo ha tomado en serio. « La Verdad los hará libres (Juan 8, 32). Y acerca de la homosexualidad, hoy en día, es la Verdad quien nos hace más falta. Como sacerdote, usted no debe perder de vista que la homosexualidad es mala (incluso en la forma de « pareja », de « espiritualidad », o de atracción no-actuada), que el reto de la Salvación eterna se juega para el alma que la practica, y que ha de documentarse sobre la gravedad de la homosexualidad si todavía no está convencido de ella (¡ y muchos de sus colegas no están convencidos !). No debe dudar de que son el entusiasmo, la vehemencia y el vigor que evangelizan mejor.
30 – ¿ Se debe abordar la cuestión de la homosexualidad de manera práctica como para los que, salvo los catecúmenos, no tienen acceso a la comunión ? Divorciados que se han vueltos a casar, concubinos, « parejas de hecho », etc.
Sí. Absolutamente. Como lo desarrollo en la pregunta n°157, los dos « estados de vida » – del divorcio y de la homosexualidad – sin embargo, muy diferentes si los estudiamos por separado, se asemejan en la modalidad de su resolución santa, a saber la libre elección del celibato continente. La homosexualidad actuada, más aún que por sí misma, es un pecado adulterino, igual que el nuevo matrimonio después del divorcio o como cualquier forma de sexualidad adulta fuera del matrimonio tradicional fiel y fuera del celibato consagrado fiel.
31 – ¿ Es necesaria una pastoral específica para las personas homosexuales ? ¿ No va a estigmatizarlas todavía más ? ¿ La creo en mi parroquia ? ¿ Hago un anuncio ? ¿ A quién contacto ?
La pastoral específica no es una cuestión fácil para nada, porque va más allá de la mera presunción de justificación eclesial de la identidad o de la práctica homo. Ya hemos entendido (salvo Frigide Barjot y algunos obispos o cardenales supuestamente « progre ») que el Vaticano nunca justificaría la « identidad homosexual » ni la práctica homo, ni la existencia de un « amor » homosexual, ni una Unión Civil, ni la bendición de uniones homosexuales. Ya hemos entendido que la Iglesia acoge a las personas homosexuales, y apela a no juzgar sino al contrario a valorarlas. Los temores de muchos de nosotros no se centran allí en absoluto, pero en otra parte : en la posibilidad de hacer del deseo homosexual un criterio de Misión y de pastoral específica ; y yo diría aún más : en la posibilidad de que la herida homosexual sea eclesialmente reconocida como lugar desde el que puede surgir la Santidad de Dios. ¡¡¡ Una cosa de locos !!! Este es el verdadero centro de nuestros cuestionamientos interiores. ¿ Qué margen justo dejarle a la homosexualidad dentro de la Iglesia ?
Detrás del proyecto de creación de una pastoral específica destinada a las personas con atracción sexual por el mismo sexo se plantea una cuestión práctica profunda : ¿ se puede considerar al deseo homosexual como un criterio para la clasificación de los seres humanos (¡ incluso si se vive en la continencia, es decir, en la ausencia de práctica homosexual y en el rechazo de la identificación de sí mismo con una identidad homosexual o con el reconocimiento de un deseo erótico real y a menudo duradero !) ; y si es así, ¿ merece este proyecto un encuadramiento especial (ya sea una pastoral de acogida especializada, sea incluso, para aquellos que piensan en grande, la creación, para las personas homosexuales continentes, de una orden religiosa o de una consagración específica, del mismo tipo que la hermandad que había fundado el padre Lataste con destino a antiguas mujeres prostitutas y presas) ?
Rotundo SÍ, responden los exaltados de una diversidad y de una unidad eclesial algo así como una Gay Church, los románticos ansiosos por expresar una integración exprés forzada de las personas homosexuales en la Iglesia. Ello parte de buenas intenciones, pero olvidan que la verdadera Caridad no existe sin la exigencia de la Verdad sobre el deseo homosexual y los actos homosexuales.
NO rotundo, contestan los que, en mi opinión, confunden orientación sexual y identidad, o deseo erótico y práctica de este deseo. « No se puede reducir al ser humano a su única sexualidad » dicen ellos, so pretexto de argumentos universalistas. Eso no es verdad. Si bien es cierto que el ser humano no se reduce a la genitalidad, sí que se reduce, en un tiempo humano terrestre, a su sexualidad (teniendo en cuenta de que « sexualidad » significa « diferencia de sexos », « sexuación », y « relación con el mundo como ser sexuado »). Los enemigos de una pastoral hacia las personas homosexuales son los mismos que afirman que el reconocimiento de la existencia del deseo homosexual confiere a éste demasiada importancia, casi lo justificaría, « estigmatizaría » a las personas que lo sienten, las « encerraría en guetos comunitaristas » (« la homofobia positiva », al igual que el « racismo positivo » y las « discriminaciones positivas »), « se esencializaría » en la forma de especie ficticia (mientras que pretenderán por otro lado luchar contra esta esencialización y atribuirán la personificación del deseo homosexual a los individuos quienes sea reconocen la existencia del deseo homo, sea lo congelan en identidad o en acto/amor, sea construyen un « lobby LGBT »). Nada de esto, concretamente, en la creación de una pastoral específica o de una consagración específica.
La cuestión de la « pastoral orientada » merece un verdadero debate, ya que incluso en el ámbito asociativo católico que aboga por la continencia (hablo por supuesto de Courage Internacional, el único apostolado hacia las personas con atracción por el mismo sexo, oficialmente respaldado por la Iglesia Católica), sus líderes y yo no estamos de acuerdo. La mayoría de ellos hablan solamente del horizonte de la « castidad », término hermoso pero un poco trastero que prescindiría de tratar a secas de « continencia », siendo considerada la continencia como un Everest difícil/imposible de proponer públicamente (ya que ella asusta y no sería muy atractiva), como una opción asequible sólo para una pequeña minoría de personas homosexuales católicas que desean ser castas. Creo que esto no es cierto : la continencia es mucho más accesible y mucho menos costosa de lo que uno se imagina ; también es una palabra que ayuda a vivir la verdadera castidad, ya que le da una encarnación y de una forma claras ; evita los amores platónicos y el dolor de las amistades amorosas… realidades que la palabra « castidad » mal explicada entretiene.
En mi opinión, para contestar al reto de una pastoral eclesial específica para las personas homosexuales o las personas afectadas de cerca o de lejos por la homosexualidad, nos encontramos ante dos zonas grises que aún quedan por aclarar :
– La primera es la amalgama (todavía muy persistente, incluso naciente, en el seno de la Iglesia) entre castidad y continencia. Mientras que, para las personas duradera y terrestremente homosexuales, no se les propone cualquier forma de « castidad » (porque la verdadera castidad también puede se experimenta dentro de una pareja mujer-hombre amante que no tiene que renunciar a vivir la genitalidad, dentro de una amistad mujer-hombre única que se convertirá en amor en el seno de una familia) ; se les propone justamente una castidad muy específica, semejante a la que se pide a los célibes consagrados religiosos, a saber la amistad desinteresada, la ausencia total de actividad genital y sentimental, y la continencia (una abstinencia dada a Jesús y a los demás, con el reconocimiento de la existencia del deseo homosexual). No sirve para nada mentir ni esconderse detrás del concepto religiosamente correcto de « castidad » o de « caridad ». Nos guste o no, la castidad para las personas duraderamente homosexuales tiene una forma específica (un poco apremiante, es cierto, porque es más reducida y menos variada que para las personas sexualmente atraídas por el sexo complementario) ; y esta forma se llama la continencia.
– La segunda zona gris es contentarse con la continencia y hacer de ella una vocación de Iglesia. Cuando en realidad, la continencia (igual que el celibato sin proyecto de don entero de su propia persona a la persona amada) no es una vocación en pie de igualdad con el matrimonio de amor entre un hombre y una mujer o el celibato consagrado religioso y/o sacerdotal. No es una « tercera Vía sagrada » que se podría poner en el mismo plano que las otras dos. Tampoco es una vía muerta. Pero si realmente quiere seguir siendo evangélica, debe ser entendida como una etapa de transición, una cámara de descompresión hacia una de las dos vocaciones oficiales de la Iglesia – el matrimonio o el celibato consagrado – que no las suplantará (se les pide a las personas duraderamente homosexuales que dan el paso de la « continencia hacia el matrimonio hombre-mujer amante » mucha cautela ; se requiere aún mayor precaución y discernimiento para las personas duraderamente homosexuales que dan el paso de la « continencia hacia el celibato consagrado y el sacerdocio »), un camino que tampoco se apartará de ellas, y que incluso alcanzará espiritual y formalmente poco más o menos las mismas exigencias que el celibato consagrado. Para las personas duraderamente homosexuales en un tiempo terrestre, creo en la continencia como una etapa (respetuosa del celibato consagrado y del matrimonio mujer-hombre amante) que merece una consagración que no debe considerarse de la misma altura que el celibato consagrado sacerdotal o el matrimonio mujer-hombre amante, pero que, debido a la fuerza relativa del deseo homosexual, pueda existir sin correr el riesgo de hacer de la continencia un refugio justificador del deseo homosexual. Incluso yo, como persona continente, no tengo derecho a quedarme en el deseo homosexual so pretexto de abstinencia por Jesús. No sé cómo evolucionará mi deseo sexual, por lo que no debo decidir cómo Jesús y los demás me sanan/me sanarán de esta herida deseosa que habita en mí, no tengo que encerrarme ni descansarme en mi testimonio de « persona homosexual continente » abrigándome en mi deseo homosexual recubierto de fe y de abstinencia. Lo admito, existe esa tentación de utilizar la continencia para, en el fondo, no tratar de cambiar o para justificar un miedo a la diferencia sexual, o para alejarse del matrimonio o del sacerdocio y eclipsarlos. Pero mientras tanto, el deseo homosexual es real, todavía me sobrepasa en cuanto a las mujeres. ¡ Y el deseo de entregarme totalmente a la Iglesia con todo lo que soy y todo lo que siento está también muy presente ! ¡ El hecho de que no sienta la vocación del matrimonio ni del sacerdocio no es una razón para permanecer encerrado en mi casa, para no darme enteramente a la Iglesia, y que la Iglesia no pueda hacer nada de mí y no tenga nada grande que proponerme !
Tenemos el deber de contestar las dos preguntas de la pastoral específica y de la consagración específica hacia las personas homosexuales en la Iglesia, no en una lógica moralista alarmista (como « ¡ Hay que asumir posiciones absolutamente ! ¡ Para saber qué responder, para no parecer idiotas, para evitar las malas interpretaciones, los excesos y las divisiones que pueden surgir en la Iglesia a causa de la espinosa y explosiva cuestión de la homosexualidad ! Para desarrollar un discurso claro y exigente, misericordioso al mismo tiempo que Verdadero ! »), sino en una lógica mucho más positiva, un impulso de Esperanza, de entusiasmo, porque no perdamos de vista que hay personas con tendencia homosexual que son extraordinarias y que sin duda constituyen una riqueza para la Iglesia, hay la Salvación de esas personas que está en juego, y por encima de todo eso hay un reto colectivo de Santidad. Una homosexualidad vivida en la obediencia a la Iglesia hace grandes santos (es un cura católico, homosexual continente supongo yo, quien me lo dijo un día). ¿ Por qué es imprescindible que nosotros, como católicos, hagamos hincapié en la importancia de la homosexualidad en la Iglesia, sin jamás justificar el deseo homosexual, ni una seudo « identidad homosexual », ni un « amor homosexual » ? Porque, en algunos casos, una vez transformado por el Señor, el deseo homosexual se convierte en la piedra angular anteriormente rechazada por los constructores. Porque es un lugar desde donde puede fluir una fuerza de Vida enorme, original, divertida, increíblemente eficaz. Un poco al igual que una vacuna que contiene paradójicamente una dosis de veneno. Como lo escribía hace poco, no sólo la homosexualidad no es un tema irrisorio, sino que además es el escondite mundial actual del diablo. Ese es la cara oscura del problema. Pero el lado resplandeciente mucho más positivo, es que una vez que se desvela y explica ese escondite, una vez que se vive la homosexualidad en la continencia y que se la da a la Iglesia y a los demás, el deseo homosexual puede llegar a ser uno de los más potentes motores de santidad por el cual el Espíritu Santo (= la Esencia de Dios) fluye y se extiende en el mundo entero. En otras palabras, la herida homosexual, en su calidad de brecha, puede, si es atravesada por el Espíritu Santo, si es entregada enteramente a Dios y a su Iglesia, hacer pasar mucha Luz de Cristo, en un mundo tenso y particularmente hechizado/sumido por la palabra « homosexualidad » y por la práctica sensual y genital BISEXUAL.
A mi parecer, defiendo el hecho de que la existencia del deseo homosexual (que no justifico en la forma de identidad, ni de amor, ni de práctica, ni siquiera de identidad religiosa continente) sea un criterio específico de clasificación de las personas (como para los divorciados vueltos a casar), y por lo tanto yo estoy a favor de la creación de una pastoral específica hacia las personas homosexuales. No podemos, por el hecho de que no estamos de acuerdo (y con razón) con la existencia del deseo homosexual, afirmar sin embargo que este último no existe, ni argumentar que, debido a que las personas homosexuales son principalmente hombre o mujer E Hijos de Dios, no necesitan un acompañamiento especial, ni que no viven un camino peculiar con esta camilla deseosa. Sería un error, y desconocer el deseo homosexual que, aunque no sea esencial, no deja de ser a veces profundo y duradero. El deseo homosexual es una realidad deseosa que puede condicionar fuertemente la identidad y los actos de las personas que lo sienten, a pesar de que no reemplace la identidad fundamental de las personas. No puede siempre ser barrido así… aunque a veces sea efectivamente « barrido así » por el Espíritu Santo, mediante liberaciones espectaculares, mediante el encuentro de la persona del otro sexo que sabrá liberar poco a poco a la persona homosexual de su miedo a la diferencia de sexos. Tras haber estudiado seriamente el arraigo del deseo homosexual en muchas vidas humanas, también tras haberme encontrado con cierto numéro de personas homosexuales que han vidido « sesiones agapê » liberadoras pero no totalmente transformadoras en cuanto a las tendencias homosexuales, creo que el deseo homosexual es a menudo (una vez más, digo « a menudo », porque depende de las situaciones y de los grados de arraigo del deseo homosexual : ¡ el espectro de las homosexualidades es amplio !) un tipo duro. Por otra parte, las personas católicas, continentes o que se encaminan hacia la continencia, existen. Es una realidad humana de Iglesia, ciertamente minoritaria de por fuera (no estoy pidiendo que se exagere el fenómeno, o que la homosexualidad se convierta en una obsesión eclesial, ni mucho menos), pero simbólicamente muy importante. Hay detrás de estas personas con atracciones hacia el mismo sexo un fuerte reto de santidad que nos abarca a todos. Y hay detrás de la homosexualidad un fuerte desafío de conversión de los corazones de un gran número de personas no-homosexuales, que se presentan cada vez más como « heteros gays friendly », que se cortan de la Iglesia y de Jesús sólo a causa de la cuestión homosexual y de su incomprensión del tema. La Iglesia apuesta muchísimo con lo de la homosexualidad. En lugar de huir del tema (¡ y de los seres humanos homosexuales vivos !) en la tibieza y el miedo, convinciéndose sola de que esto no es tan importante, yo creo que la Iglesia tiene (y va por el buen camino) que tomar concretamente las riendas y proponer una pastoral específica para las personas homosexuales. Si Ella no lo hace, el tema se volverá constantemente en contra suya, como un bumerán. Ella se perderá a gran cantidad de personas de calidad, dejará de lado una potente herramienta de Evangelización, un súper canal de Santidad, es decir la homosexualidad atravesada y trascendida por el Espíritu Santo. Y Dios odia el despilfarro. Él sabe reciclar y encender cualquier madera humana, hasta podrida.
Aunque aparentemente el criterio que prevalece en una vocación religiosa o en la acogida de una persona humana sea la vocación de seguir y servir a Cristo, esto no impide en absoluto que se sume a este primer criterio el contexto específico en el que Jesús llama a cada uno. Y es nuestra obligación, en el nombre de la Encarnación de Cristo en nuestra Humanidad sexuada e imperfecta, tener en cuenta los lugares, los acontecimientos, las condiciones/los condicionamientos terrestres, las realidades deseosas, en los que Jesús se enmarca. A través de una pastoral o francamente de la creación de una consagración específica (oblatura, diaconado), consagración que no suplantará la vocación sacerdotal, que tampoco la parodiará. Y para evitar esta parodia, la creación de una hermandad religiosa sería ideal. Pero avancemos ya paso a paso acogiendo positivamente la noticia de la creación (que de hecho ya había sido sugerida por Benedicto XVI) de una pastoral específica hacia las personas homosexuales. Hasta que se demuestre lo contrario, nosotros, personas con atracción por el mismo sexo, no tenemos sarna. Y aun cuando la tendríamos, la Iglesia, Ella, vendría igual hacia nosotros. No La frene.
Por último, para concluir y responder a su más urgente y concreta pregunta de párroco, y en espera de esa oblatura, le envío a usted hacia la asociación Courage Internacional, que le ayudará a no crear un grupo de diálogo sobre la homosexualidad que sea un auto de payasos gigante.
32 – Activistas LGBT (Lesbiana, Gay, Bi, Trans) demandan mi parroquia por homofobia. ¿ Qué hacer ?
Esto parece de broma o un detalle, y entiendo perfectamente que le moleste, y hasta que le fastidie (teniendo en cuenta el clima particularmente explosivo en América Latina). Pero las cosas se calientan peligrosamente para la Iglesia católica. Por eso la homosexualidad es un tema imprescindible y primordial, aunque no les dé la gana. Por ejemplo, sé de políticos honestos que, debido a su oposición al « matrimonio para todos », tienen en estos momentos que supervisar un juicio por homofobia en contra suya, y quiera o no quiera, ya que se la considera penalmente en ciertos países como un delito, la homofobia arma contra ellos un procedimiento y enjuiciamientos muy pesados que no hacen para nada gracia (amenaza a su carrera política, presiones financieras y psicológicas inimaginables, aislamiento social, vigilancia y acoso…). Estos políticos son los primeros en descubrir con asombro la Ley del silencio que se desata contra ellos a partir de una anodina « presunción de homofobia » que ha hinchado en juicio, y que ha corrompido en tan sólo algunos años todo nuestro sistema jurídico nacional. Además, no es casualidad que en Francia el « matrimonio homosexual » haya sido defendido por la Ministra de Justicia en persona : ¡ la Sra. Christiane Taubira !
La soga de la acusación por homofobia también rodea el cuello de los sacerdotes que se negarán a cumplir con las bendiciones y los matrimonios religiosos homosexuales, o a administrar ciertos sacramentos. O bien porque se opusieron al « matrimonio homosexual » cuando todavía era sólo el proyecto legislativo de un « matrimonio civil bis ». O simplemente porque son sacerdotes y representan una Institución religiosa odiada en nombre del mal que profiere (¡ con razón !) contra los actos homosexuales. Por lo tanto, es muy probable que, en los meses o años venideros, la homofobia sirva de coartada a un juicio atentado contra un sacerdote o una parroquia. En este caso, le sugiero que se informe seriamente sobre la homofobia (su definición, sus mecanismos, las desviaciones de su significado, y sus usos comunes : trato de todo aquello en mi código « Homosexual homófobo » de mi Diccionario de Códigos homosexuales así como mi libro La homofobia en Verdad).
Y sobre todo, no tenga miedo a la homofobia. Ella es impresionante pero queda muy inconsistente hasta que no se identifique los hechos que la palabra abarca. Siendo concretamente el coming out y la práctica homosexual, la homofobia nunca podrá soportar de ser desenmascarada hasta el final, ¡ de lo contrario incriminaría a los mismos que le acusan a usted ! Siendo también basada en la creencia infundada en la « identidad homosexual » o en el « amor homosexual », es decir en una fantasía y una intención, ella no puede constituir por sí sola un motivo de condena de una comunidad parroquial o de un clérigo. Se vuelve peligrosa sólo si acompaña un acto grave (violación, golpes, asaltos, insultos, acoso, etc.). Si no, tan sólo es una lupa inofensiva, una circunstancia agravante pero no-constituyente.
En cuanto ahora a las citas que grupos homosexuales podrían concertar con usted, sin caer en la paranoia complotista (pero el clima mundial es lo que es), tendría razón de desconfiar. Por lo general aquellas están relacionadas con una queja, una petición, una comisión de investigación, que anuncian un procedimiento oculto de acusación por homofobia. Las reuniones informales, la mera consulta a un cura, el interés gratuito por la palabra sacerdotal, no son especialidades de la casa LGBT… Si no hay cámaras o un cura a quien atrapar e instrumentalizar, las asociaciones homosexuales no suelen acudir a los presbiterios. Temen demasiado a que se les diga verdades contra que no sabrían qué contestar. La mayoría de ellas cazan en manada, cobardemente, a cara cubierta o colectiva, por carta certificada o mediante la amenaza de juicio a distancia, y con el fin de que no se anuncie el Amor de Dios por cada miembro de su delegación.
En última instancia, invítelos a misa o para una verdadera conversación. Y si las condiciones para un intercambio sereno non son anteriormente definidas un mínimo, si claramente no hay ninguna voluntad de diálogo o de escucha por parte de los activistas pro-gays, o incluso una trampa penal perversa, rechaze la oferta hasta el momento en que las reglas de respeto y de Verdad se cumplan. Además, no hay nada mejor, para la calidad de una entrevista en Verdad sobre un tema tan íntimo como la homosexualidad, que el encuentro interpersonal o en círculo pequeño, de todas formas. En cambio, Sin embargo, si usted es un cura de los mejores (¡ y los hay !), con las ideas claras, súper bien capacitado sobre el tema de la homosexualidad y de la heterosexualidad, divertido sin ser demagógica, con respuesta para muchas cosas, usted tendrá una oportunidad de oro para evangelizar en poco tiempo a muchos corazones muy heridos pues seguramente receptivos. Los debates en torno a la homosexualidad, es todo o nada. Pero la mayor parte del tiempo, con la ayuda de Dios y el consuelo interior de que el « amor homosexual » no es amor, ¡ todo va muy bien !
Por último, si el encuentro con la comunidad homosexual sucede en un contexto más forzado y peligroso para su vida de lo esperado (ni que decir tiene, ya estoy pensando en las persecuciones finales, en los incendios y la degradación de sus locales/iglesias, en su detención/juicio/ejecución), entonces llegará la hora de la Alegría del Noviazgo. Última recomendación : no se olvide que las palabras « homosexualidad » y « católico » (sobre todo asociadas) son la llave que abre todos los corazones, y a menudo la oportunidad de conseguir conversiones sorprendentes. Con ellas, ¡ palabrería imposible !
33 – Una pareja homosexual quiere bautizar a su hijo. ¿ Acepto ?
Creo que sí. En teoría, es obvio que no se puede privar a un niño – especialmente un bebé – de la identidad de Hijo de Dios, del Amor del Padre y de la Iglesia Católica, ni cargarlo para una situación « conyugal » y « familiar » que no ha escogido en absoluto. Las dificultades aparecen en cuanto a las modalidades prácticas de la administración del sacramento del bautismo. No obstante, aquellas, lejos de ser problemáticas, pondrán a prueba las verdaderas motivaciones de la « pareja » homo con respecto a « su » hijo, al Sacramento, y a la Iglesia.
El hecho de que el niño sea presentado por una « pareja » homosexual va (¡ y debe !) necesariamente sufrir modificaciones formales (¡ en lo que respecta el fondo pecaminoso de la práctica homosexual !). Por ejemplo, creo que es oportuno proponer una ceremonia discreta e retirada, y no presentar – como es habitual en muchas asambleas parroquiales – el acontecimiento públicamente en la comunidad del domingo, para no dar a entender que la Iglesia justificaría la « pareja » homosexual o la « homo-paternidad ». También es bueno preocuparse por las contradicciones y los cambios que impone de facto la condición « conyugal » homosexual. De hecho, conozco a pocas « parejas » homosexuales, con o sin hijo, quienes obedecen realmente a la Iglesia, quienes se dedican realmente a la vida de su iglesia, y luego se comprometen – si crían a un niño – a apoyar la educación de éste en la fe. Y es lógico. ¿ Cómo, rechazando a Dios Padre (esto es particularmente evidente en las « parejas » de mujeres) e fingiendo la familia de sangre real, las uniones homosexuales pueden pretender concretamente integrar a « su » hijo en la gran Familia de los cristianos ? Hay una verdadera contradicción en el proceso. Algunos sacerdotes laxos quizá se laven las manos. Pero aquello sigue planteando un problema moral, simbólico y teológico profundo.
Por último, el desafío espiritual, demonólogico, escatológico, resurreccional es subrayado por la práctica homosexual pero también por cualquier bautismo infantil… y por lo tanto se traslapa con los que pretenden ser sus « padres » en el marco homosexual. Por ejemplo, me han contado hace poco que un joven sacerdote provincial – cuyo coraje e integridad personalmente admiro – aceptó bautizar a un niño criado por una « pareja » de mismo sexo, pero poniendo sus condiciones : había chocado a los « dos papás », diciéndoles que, durante la ceremonia privada, no les haría pronunciar el ritual de renuncia al mal (« ¿ Renuncian al pecado para vivir en la libertad de los Hijos de Dios? ¿ Renuncian a los engaños del mal para no ser esclavos del pecado? ¿ Renuncian al Demonio, que es autor del pecado? »). A día de hoy, ellos todavía no se han tragado la píldora. Y me alegro si el sacerdote, además de ser misericordioso, ¡ ha logrado salvaguardar la Verdad !
34 – Me piden que bendiga una unión homosexual. ¿ Acepto ?
Si fuera usted, yo no aceptaría. Por la sencilla razón de que su jerarquía le pide explícitamente que no lo haga (ha sido ordenado para obedecer), pero también porque la frontera entre el acto homosexual y la persona homosexual se ha hecho totalmente borrosa, confusa e indistinguible por la realidad ambigua de las amistades amorosas y/o de los amores platónicos sin sexualidad (es decir, sin diferencia de sexos). Usted tiene el deber moral – además de sacerdotal – de no promover ni oficializar la práctica y/o las uniones homosexuales, ni siquiera mediante una imposición de manos individual sobre cada uno de los compañeros de la « pareja » homo, ni mediante una ceremonia de expresión de amistad paterna apoyada por textos bíblicos. Y aunque ello hiera el orgullo de algunos o ponga un freno a su relación con unos feligreses regulares de su parroquia. La Verdad no es popular. Y si usted La sigue como debe seguirLa, tiene que llevar consigo el yugo de Su impopularidad.
Ahora, acerca de los sacerdotes más honestos entre ustedes, que no imitan el matrimonio y que se niegan a jugar a ser los pastores súper guays, rebeldes, demagógicos, comprensivos, que « se destacarían de la jauría de los sacerdotes rígidos y dóciles a la jerarquía del Vaticano », yo no les enseño nada solicitándoles a que redoblen su vigilancia con respecto a los intentos de instrumentalización de su estatuto de curas para justificar el « amor » homosexual. Porque la presión de homofobia que pesa sobre aquellos de ustedes que no se doblegarán a la reclamación de bendición de las « parejas » homosexuales va en crescendo en este momento. Y lo que al principio parecía un chiste de carnaval o un trámite administrativo (un derecho civil) o una petición educada y quejumbrosa, se está endureciendo cada vez más en condena agresiva (« ¡¡ Malditos sacerdotes diabólicos que os oponéis al Amor verdadero que vivimos !! ¡ De todas formas, tarde o temprano, por las buenas o por las malas, nos casaréis ! ¡ Su sacramento religioso es la última cosa que nos falta para ser totalmente iguales con los heterosexuales ! ¡ Y este matrimonio no os pertenece más a vosotros que a nosotros ! »).
Os veréis obligados a tener cuidado con no caer en las trampas que os tienden. Tengo dos ejemplos precisos que citar para demostraros que las bendiciones de las « parejas » homosexuales son la próxima guinda que os espera. El primer caso es el de la invitación a una fiesta que un joven sacerdote belga – que conocí « por casualidad » haciendo autostop – recibió de uno de sus feligreses en « pareja » homo. Él ya había sospechado un poco la recuperación que podía armarse contra él. Entonces, sin rechazar el evento, tuvo la prudencia de vestirse de civil, sólo para no aparecer en las fotos de la fiesta con sotana, hábito religioso y cuello romano, y no dar la impresión de que la Iglesia lo toleraba todo. ¡ Pero faltó muy poco ! Y de ningún modo bendijo a la « pareja » organizadora. Sin embargo, desempeñó exactamente su papel de pastor acogedor.
El segundo ejemplo de chantaje emocional orquestado contra la Iglesia en cuanto a los posibles bendiciones sacerdotales de las uniones homosexuales (algunas, lo sé, ya se celebran, aunque a hurtadillas), son los efectos de anuncio mediáticos que pueden extenderse como un reguero de pólvora, sin que vosotros, los sacerdotes, podáis controlar el movimiento. Eso es lo que sucedió, por ejemplo, al obispo francés Monseñor Brouwet durante la peregrinación diocesana de las ciudades de Lourdes-Tarbes los 5-6 marzo del 2016. De hecho, él y sus ministros fueron acosados por varios equipos de televisión porque un periodista malintencionado había sacado una historia diciendo que las 250 parejas mujer-hombre que se preparaban para el matrimonio en la diócesis incluían a « parejas homosexuales » : « Es la primera vez en Lourdes. Todas las parejas, casadas o no, homosexuales o heterosexuales, divorciadas y vueltas a casar…, son invitadas al santuario de la ciudad mariana para celebrar, sábado y domingo, el día de San Valentín, la Fiesta de los Enamorados. ‘Venid a Lourdes para decirle Te quiero’, anuncia un folleto publicitario distribuido por la diócesis de Tarbes y Lourdes. La invitación está abierta a todo tipo de parejas. » El relevo de esta información falsa no se hizo esperar. Radios, prensa, cadenas de tele… todo el mundo periodístico se entusiasmó en vano. Y el diablo estaba muy orgulloso de esa presa : una vez más, obliga a los sacerdotes a que expliquen las razones de su oposición a la « pareja homo » como acto, y por qué se niegan a toda clase de bendiciones por este acto. Ya lo véis : aún cuando no sois confrontados directa y concretamente al dilema planteado por esta situación particular, la opinión pública y los medios de comunicación se arreglan para construíroslo en vuestro lugar, en el diseño oscuro de fortalecer su propio prejuicio anticlerical que enuncia que, cualquier cosa que diga o piense, la Iglesia Católica sería homófóba porque Ella no cede a los caprichos expresados por el lobby heterosexual.
35 – Si uno de mis feligreses está en pareja homosexual, ¿ le animo a vivir como hermanos con su compañero ? ¿ Le animo a que corte con él ?
Depende de cómo lo anima. Si usted lo hace mal, sin amor, sin ninguna propuesta positiva detrás, sin empatía, sin haber establecido previamente una relación fraternal que tiene conocimiento de su situación amorosa y no desprecia la sinceridad ni los beneficios, no le diga absolutamente nada. Además, usted podría ser mal entendido y demandado por formalismo fariseo. El objetivo de la corrección fraterna acerca de un amigo gay, en el fondo, es su alegría. No su Salvación (o más bien lo que nos imaginamos de ella) ni romper todas sus « parejas » sucesivas. Su Salvación, sólo Dios se la dará. ¡ No lo olvidemos !
En lo que se refiere a la propuesta de un plazo medio para ir por etapas en la escala de exigencia – el famoso « compañerismo » seudo espiritual, seudo amistoso, seudo casto, y que sólo es en realidad un pastiche de « la amistad desinteresada » promovida por el Catecismo de la Iglesia Católica -, me parece que esta tiene que ajustarse a la situación de cada persona homosexual. Por ejemplo, es evidente que en caso de enfermedad de uno de los dos compañeros de la « pareja », o en caso de posesión común (casi indisoluble) de bienes materiales (¡ y hasta humanos !), la separación no puede ser brusca ni acaso posible : la persona homosexual que se ha comprometido demasiado con su compañero de vida debe tomar sus responsabilidades hasta el final, sobre todo cuando la cohabitación se convierte en una inevitable cuestión de vida o muerte. Dicho eso, estos « casos límite » son extremadamente raros, ya que, en general, la separación de una « pareja » homo no es vital ni desastrosa para ninguno de los dos compañeros.
Por eso, personalmente, abogo a favor de una ruptura concertada más seca y radical que un simulacro de transición entre una « vida amorosa homosexual activa » y una « cohabitación fraterna platónico y espiritual », a menudo propuesto por los sacerdotes tibios sesentayochistas o burgueses-bohemia. Como lo dice la cantante francesa Zazie, « duele y no duele ». Y la Verdad, en toda su radicalidad y todos los pequeños lutos que Ella nos pide, ordena y libera mucho más que los parches y los lotes de consolación. Especialmente en el caso de la práctica homosexual, de la cual es mejor cortar totalmente en vez de cortar menos pero mal. Aunque pueda llevar tiempo para progresar en su cabeza y en su corazón, muchas personas homosexuales católicas en pareja están esperando secretamente oír que « su union no encaja », que no por ello es tan grave reconocerlo (incluso se trata de una Buena Nueva, al final, de una constatación casi risible que hacer), que podrían ser mucho más radiantes en amor y en Iglesia siguiendo otro camino menos rutinario que la « pareja » homo que a menudo no se parece a nada.
36 – ¿ Es la homosexualidad una causa de anulación de matrimonio ?
No. No es una causa de nulidad por sí sola. Dado que no es una esencia, ni una identidad, ni un amor ni necesariamente una práctica. Siendo una enigma (del sufrimiento) y un miedo, se podría considerar la homosexualidad como una causa pero sólo de rebote y si se sumara a un trastorno o a un hecho más grave que ella. Los que la utilizan como excusa para quitarse el anillo son de mala fe. La homosexualidad a menudo actúa como una lupa que revela problemas internos preexistentes en la pareja casada hombre-mujer que se han acumulado con el tiempo, aparece como una circunstancia agravante o aceleradora de un proceso de ruptura ya iniciado antes por otras heridas/carencias. Ella siempre viene a añadirse sea a un problema más profundo de comunicación y de libertad o de perdón o de satisfacción entre los sexos, sea más dramáticamente a un problema de adulterio, de engaño, de maltrato, de patología, de conducta obsesiva/adictiva.
Un matrimonio religioso católico puede ser considerado inválido por defecto de consentimiento (el consentimiento es el acto de la voluntad por el cual un hombre y una mujer se entregan y se reciben recíprocamente a través de una alianza irrevocable). Hay varios motivos – llamados « capítulos de nulidad » – de declaración de invalidez de un matrimonio que no son específicos a la homosexualidad, pero que pueden estar relacionados con ella (derecho canónico 1095) :
– Las exclusiones formales de un de los elementos esenciales del matrimonio (fidelidad, indisolubilidad, apertura hacia los niños) ;
– La simulación del matrimonio, es decir sin intención alguna de realizar el compromiso que representa ;
– La falta de libertad causada por presiones graves (físicas como morales);
– Un engaño, sobre cuestiones importantes, con el fin de arrebatar el consentimiento del futuro cónyuge (por ejemplo, se ha escondido un elemento importante de su personalidad);
– La incapacidad para dar un consentimiento basado en una decisión lúcida y libre (por ejemplo, una grave inmadurez) ;
– Una patología que afecta a la psique y que impide establecer o asumir una vida conyugal (por ejemplo un Complejo de Edipo pregnante, o una enfermedad mental) ;
– Una incapacidad congénita para asumir las obligaciones esenciales del matrimonio (por ejemplo, un problema de identidad sexual).
Lo que va a ser (supongo) cuidadosamente examinado en el caso de una demanda de anulación de matrimonio en la que se autentica la homosexualidad de uno de los cónyuges (como practicada o simplemente deseosa y demasiado marcada), es : la profundidad del arraigo psíquico de la tendencia homosexual en la persona que la siente ; el poder de controlar esta tendencia (medible en el tiempo y frenta a ciertas tentaciones) ; la capacidad de ser excitado sexualmente (básicamente, si hay una erección o no) ; el pleno conocimiento y transparencia de la existencia de la tendencia homosexual en la pareja (básicamente, para que haya nulidad del matrimonio, es necesario que el marido no haya informado a su esposa de su homosexualidad antes de su boda).
Todo esto no elimina la confusión persistente que sigue rodeando la existencia y el significado del deseo homosexual. Tampoco quita la grandeza insondable de la acción de la Gracia, de la diferencia de los sexos verdaderamente acogida, y del Sacramento divino del matrimonio, sobre este deseo. Cada pareja es única y tiene su camino. Además, el Espíritu Santo y Jesús son libres, quitan o dejan temporalmente el mal como quieren. Y el acertijo del arraigo de un miedo o de un mal a veces es duraderamente insoluble en un tiempo humano. En algunos casos, la homosexualidad está latente, sin poner en peligro el matrimonio católico y amenazarlo seriamente. Ella incluso se beneficiará de un espectacular ayuda divina. En otros casos, por desgracia ocurre que la tendencia homosexual sea tan profundamente arraigada que actúa como un terreno que dificulta fuertemente la fortaleza de una pareja casada, y que exige la ruptura para el bien (o el « mal menor ») de todos. Por lo tanto, deseo a los jueces eclesiásticos todo el arrojo necesario para desempatar en el caso del estudio de nulidad de matrimonio en cuanto a la homosexualidad, para diagnosticar si la homosexualidad constituye un elemento anexo o dominante en la pareja casada enfrentada a ella. Hasta yo no tengo la respuesta. ¡ Sólo el Espíritu Santo puede guiarles ! (véase la pregunta n°46, que complementa ésta).
Quisiera añadir que la sistematización/banalización/democratización de la posibilidad de declaración de nulidad de matrimonio en los casos de homosexualidad incluye un alto riesgo : el revés de la homofobia, una homofobia por esta vez con un toque de ginocentrismo y de feminismo orgullosos. La normalización social de la homosexualidad puede convertirse como si nada en abuso de poder por parte de las esposas abandonadas o engañadas por la homosexualidad. He oído hablar de abusos graves en ese sentido. Algunas amas de casa explotan la homosexualidad de su marido para arrancarle sus hijos o pedir el divorcio a toda prisa o patologizarlo : lo describen como « un bipolar », « un narcisista maligno », « un manipulador » que habría engañado a todos a sabiendas. Está mal y muchas veces son injustas, estas exageraciones.
CAPÍTULO III – VIDA PARROQUIAL Y SOCIETAL ACERCA DE LA HOMOSEXUALIDAD (CASOS DE CONCIENCIA CATÓLICOS) :
37 – ¿ Cómo reaccionar frente a las parejas homosexuales discretamente presentes en la asamblea ?
No hay que reaccionar o decir lo que sea, sino rezar por ellas. Y si no lo podemos, antes (si es posible) o después de la misa, escuchar a las personas y ayudarlas a que la confesión de su culpa provenga de ellas y no de nosotros. Jesús, con la Samaritana, cumplió esta delicadeza. Como me lo dijo hace poco una mujer que fue obligada al divorcio porque su marido la engañó y luego la dejó, y como me lo demuestran las personas homosexuales en « pareja » estable y católicas practicantes, todas las personas que viven el concubinato o el adulterio o situaciones pecaminosas fuera del matrimonio y fuera del celibato consagrado, tienen realmente la sensación de vivir una triple pena cuando tratan de permanecer en la Iglesia y que participan en la misa : la triple pena de sufrir de su situación irregular (un divorcio, la práctica homosexual, el aborto, el peso de sus pecados y de la perseverancia en estos), agravada por la mirada intransigente de los demás y la marginación del Sacramento de la Reconciliación, del Bautismo y de la Eucaristía. Lo más duro, me dicen ellas, no es tanto la privación de la Eucaristía (ya que existen diferentes uniones posibles con Jesús fuera de Ella), sino la privación de la confesión. De hecho, no se permite a las personas divorciadas vueltas a casar o las personas homosexuales en « pareja » recibir el Sacramento de la Reconciliación. ¡ La factura parece asesina ! (En realidad, no lo es, porque son ellas, persistiendo en actuar mal, quienes se cortan de Jesús : Él nunca las abandona. Es su práctica que les cierran puertas ; ¡ no la Iglesia !). Tienen la impresión de ser tratadas peor que criminales o apestados, de que su comunidad religiosa y parroquial es más conciliadora con una persona sin techo o un criminal que con sus hermanos más parecidos y cercanos pero que no siguen el recto camino. Por lo que se ha de atender la susceptibilidad del pecador y establecer una estrategia para que él descubra su libertad y la Verdad sin ofenderse, y que no se hunda en el desprecio de la Iglesia o en el auto desprecio.
En mi opinión, si ustedes hacen frente a una persona en situación irregular, si por ejemplo identifican a divorciados vueltos a casar o a mujeres que han abortado o a personas homosexuales en « pareja », que están asistiendo a misa o tomando la fila de Comunión, a pesar del dolor que les da, les sugiero que dejen correr el río y que oren por ellos en lugar de intervenir. Arrégleselas para revelarles su pecado antes de que ellos lo agraven por el pecado de sacrilegio. Y si ellos lo cometen o están a punto de cometerlo, mucho después del mal hecho. Regla básica de la corrección fraterna : no infligirles una humillación pública. No hay nada peor que la vigilancia o la prohibición del instante, que la denuncia, que la delación, que una corrección que atrapa el pecado in fraganti. El control debe ser personal y venir de la propia persona pecadora. Es ella quien debe tener la mano, decidir si comulga o no, si debe ir a misa (con su compañero) o no, si debe permanecer en pareja (homo o adúltera) o no. Su libertad es sagrada. Y la toma de conciencia de su pecado debe hacerse con delicadeza, diálogo en Verdad, humor, escucha. Si la persona está demasiado cerca de su pecado, se sentirá confundida con éste, juzgada, y se puede cortar definitivamente de la Iglesia. Si expulsamos públicamente a toda persona en estado de pecado mortal, es muy probable que, por orgullo, ésta se encierre todavía más duraderamente/definitivamente en su pecado. Y eso, claro, resultaría seguir el juego al diablo.
Un no por respuesta o una prohibición expresado(a) sobre el hecho consumado podría ser interpretado(a) como un rechazo de persona, cosa que el pecador no necesita en absoluto. Excepto si usted es sacerdote y que al distribuir la Comunión tiene el tacto y la autoridad que su sacerdocio acredita (¡ el Cuerpo de Cristo se lo merece !), deje que la persona vaya a comulgar. No diga nada. Diríjase a su ángel de la guarda. Jesús, aún sabiendo que Judas iba a traicionarlo, le permitió asistir igual a la Santa Cena. En tiempos como estos, durante los cuales el mal se está intensificando, extendiendo y diversificando (pienso entre otras cosas en los padres que viven en concubinato, en los padres casados católicos que han recurrido manifiestamente a la procreación con la asistencia médica, en los padres solteros cuyos hijos nacen fuera del matrimonio, en los padres que se han vuelto a casar, en las personas homosexuales en « pareja », etc.), creo que sólo los sacerdotes, o si no, sólo las personas que pasaron por las mismas prácticas ilegítimas incriminadas y que las han dejado duraderamente, tienen la legitimidad para intervenir sobre el pecado en actos, y poseen en el momento la autoridad necesaria para hablar a la persona pecadora sin que ella se enfurezca. Los demás, cerremos el pico, sin por ello renunciar a expresar la Verdad en una ocasión más oportuna. « El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero en tirarle una piedra. » (Juan 8, 7) No perdamos de vista que Jesús escogió la hora del mediodía (la más anónima) para hablar a solas con la Samaritana (una extranjera, su enemiga).
38 – ¿ Usted cree que las parroquias deben admitir a las personas homosexuales que practican su homosexualidad para servicios tales como el catecismo (tutoras lesbianas en los Scout), el consejo presbiteral, la animación (organista, monaguillos, lector, coro), etc. ?
La pregunta puede sorprender o provocar la risa. Pero cuando uno empieza a profundizar en el tema, se da cuenta de que merece nuestra mayor atención. Y los sacerdotes se enfrentan cada vez más con ese tipo de « episodios anecdóticos » que pueden hinchar rápidamente en Asunto de Estado parroquial. En cuanto a la mera presencia o participación de las personas homosexuales en las actividades u oficios de la parroquia, está claro que no constituye un problema, proporciona un gran beneficio a todos, e incluso nos hace muy felices a nosotros, feligreses homos. Tenemos una disponibilidad y talentos que ofrecer. Y Dios acoge a cada uno en su casa. Además, Él odia el derroche.
Sin embargo, hay que añadir un matiz importante a lo que acabo de decir. No todas las funciones eclesiales dejadas a los laicos son equivalentes, tanto a nivel de las competencias, como de la remuneración y de la carga simbólica y sacramental. Dejo en manos de cada párroco la elaboración de esta jerarquía en función de cada caso. Pero leer una lectura o tocar el órgano, no es el mismo grado de servicio, de implicación, de permanencia y de ejemplaridad para la parroquia. No es la misma misión. Un día, un sacerdote de la ciudad de Estrasburgo (Noreste de Francia) vino a presentarme un asunto de conciencia personal : un organista, en discreta « pareja » homo, se postuló para su parroquia, y él no sabía cómo dirigir el caso. Tenía miedo a ser enviado al tribunal por homofobia y por haber juzgado a una persona por razones ajenas a sus innegables habilidades musicales. También se temía que todos sus feligreses no le apoyaran.
Creo que lo que cambia todo, es la continencia. Por mi parte, yo fui catequista en Savigny-sur-Orge (suburbios de París) durante cuatro años, y no tuve ningún problema. Justamente, debido al hecho de que la continencia libera de todo proselitismo, de toda contaminación del modelo simbólico, identitario y amoroso que normalmente se desprende de la fama de homosexualidad. Volviendo al caso del organista de Estrasburgo, yo propuse al párroco que sondee cara a cara las motivaciones íntimas de su postulante : ¿ Por qué éste quiere ocupar tal cargo en la iglesia ? ¿ Desea entrar en un proceso de verdadera obediencia a los mandamientos de Jesús, en un proceso de servicio, de humildad, de comprensión íntima del Corazón de la Iglesia, de conciencia de una Misión evangélica a través del acompañamiento musical ? ; ¿ o al contrario es para el dinero, el prestigio, el estatuto social y eclesial, el decoro litúrgico ? La práctica homosexual ya demuestra una clara desobediencia a la Iglesia. Y creo que este organista no quería el puesto para poner en tela de juicio aquella desobediencia. Así que, personalmente, y tras un intercambio, le hubiera dicho que no.
39 – En su opinión, ¿ qué porcentaje de feligreses pro-gays y pro-Unión Civil en la Iglesia y en las iglesias ?
Ni idea. Adivino que es sustancial. Sólo sé que soy la única persona homosexual católica continente en Francia que ha mostrado públicamente su oposición a la Unión Civil (otras – como Jean-Pier Delaume Myard – lo hicieron más tarde, tras las manifestaciones italianas, pero para buscarse un lugar en el sol mediático : no se trataba para nada de poner en duda el « amor » ni la práctica homosexuales), y es la razón por la cual las parroquias me han apartado masivamente. Casi todos los católicos y sacerdotes franceses que conozco se han acostumbrado a la Unión Civil (desde que fue votada en 1998 en el país) y no han comprendido su gravedad. La han considerado como una ley que podría retrasar/evitar el « matrimonio gay » y que sería muy diferente de éste (mientras que estas dos leyes abarcan exactamente la misma realidad simbólica e intencional que da lugar al maternidad subrogada). Una ínfima minoría de católicos franceses han percibido la violencia de la « salida del armario », de la Unión Civil, y finalmente de toda ley basada en la orientación sexual de las personas así como de la sustitución de la diferencia sexual por la heterosexualidad.
Los pocos sacerdotes católicos que están de acuerdo conmigo se asustan en el último momento para hacerme venir a su parroquia. Inicialmente, están muy animados. Y luego, anulan. No por miedo a lo que voy a decir, pero por temor a daños colaterales antes y después de mi conferencia. Se entibian por prudencia y « pedagogía ». Varios párrocos que conozco y que, después de haberse sido muy involucrados en su parroquia súper católica donde podían mostrar si ningún problema su compromiso en contra del « matrimonio para todos », fueron trasladados a una nueva parroquia en la que, en la reunión de septiembre, a veces había varias « parejas » homosexuales que les esperaban. Sin sentir vergüenza por sus convicciones, decidieron ser estratégicos, cerrar la boca, y prefirieron en un principio aplazar (o, mejor dicho, anular) mi venida. La gran mayoría de los sacerdotes católicos franceses no han tomado en absoluto la medida de la masacre humanitaria que constituye la Unión Civil.
Esa desastrosa comprobación sobre el terreno, que muestra cuánto los católicos son poco/mal comprometidos con el matrimonio y la diferencia de sexos (desde la perspectiva intelectual e intencional sí, pero no la del corazón ni de la práctica) y cuánto entran en pánico frente a la inminencia de la persecuciones anticatólicas, puedo hacerla de manera aún más insistente en los otros países. Por ejemplo, muchos católicos hispanos endurecen tanto como ablandan (a la moda burguesa bohemia) su postura sobre la Unión Civil y sobre lo que ellos suelen llamar el « lobby gay ». Son todavía más hoscos que los Franceses, ya bastante agresivos a su manera. ¡ Con eso lo digo todo ! Ellos rechazan en masa mi discurso matizado que exhorta a la consideración de la realidad homosexual y a un cuestionamiento en profundidad de la ideología que piensan denunciar mientras la apoyan sin darse cuenta de cómo se llama : la heterosexualidad. Y en los países europeos, la mayoría de los católicos saltan de un extremo a otro con respecto a las personas homosexuales, es decir, del rechazo/indiferencia total a la « apertura », para reequilibrar el conjunto y compensarse. Lo comprobamos ahora mismo en Alemania con los catastróficos « Katholikentag » (la mayor reunión católica del país) y su programa « rainbow compuesto de múltiples y diversos talleres como « el matrimonio para todos », « ¿ Cómo viven las familias arco iris » y también « Queer Teología ». Esto anda muy mal. Es como si la Asamblea General Anual del Catolicismo en Francia se dedicara por completo a la homosexualidad, pero con las mismas miras que las asociaciones cristianas pro-gays. ¡ Imagínense la protesta que armaría ! Y sin embargo, no estamos tan lejos de ello en Francia, dado que yo ya he sido expulsado dos veces de este evento nacional católico.
40 – El párroco ha partido con un hombre. La parroquia le apoya. Nosotros, ¿ qué decimos ?
Conozco varios casos concretos. El fenómeno no es para nada aislado. Primero, antes de decir nada, os sugiero que os forméis seriamente en la heterosexualidad y la trampa que ella constituye. Luego, por supuesto, no maldigáis al cura so pretexto que no estáis de acuerdo con lo que hace. Y a la inversa, no justifiquéis tampoco su acto por el relativismo ambiental ni una falsa acogida dictada por el tópico del « no-juicio ». Rezad más bien por él y su compañero. Ellos tienen gran necesidad de vuestra oración, ya que además de traicionar a la Iglesia, están mintiéndose a sí mismos y entrando en un callejón sin salida que ninguno de nosotros les puede envidiar.
A continuación, la parte más difícil son las repercusiones y la gestión de tal acontecimiento en el ambiente de la parroquia. Porque, excepto cuando se ignora el hecho (lo que aún suele suceder un poco la mayor parte del tiempo), este es el tipo de escándalo que – porque la gente no sabe nada acerca de la homosexualidad y además se siente cada vez más obligada a dar su opinión sobre ella – tiene el poder de armar mucho jaleo y división dentro de una comunidad. Entre aquellos que lanzan increpaciones, aquellos que toman el lado del cura, aquellos que simulan que no les importa, aquellos que injurian a los que injurian, y aquellos que se callan, ¡ tenemos todos los ingredientes humanos para vivir una guerra civil dentro de la Iglesia católica !
Y aún así, hablo de una época en que la homosexualidad de los sacerdotes se arreglaba en una relativa discreción y no se beneficiaba de una exhibición orgullosa ni de una cobertura mediática alimentada por el cotilleo de los feligreses. Eso está cambiando. Cada vez más católicos pierden su pudor, y se sienten obligados a « tomar partido » o discutirlo todo (« Para salvar a vuestro cura, tecla 1. Para echarlo, tecla n°2. »). Y cada vez más sacerdotes, en vez de ocultar su práctica homosexual y de esconder a su compañero, deciden jugárselo todo a una carta, se creen que « cuanto más grande, mejor pasa », que su aplomo o la piedad que inspiren los librará de la vergüenza, que su « salida del armario » no bastará para destituirlos. Entre otras cosas, ellos crean una distracción desplazando el problema de su adulterio hacia la falta de posicionamiento de la Iglesia sobre la homosexualidad (falta presentada como rígida, arcaica o ingenua) y, especialmente, hacia la energía colosal e impopular que necesitarán sus superiores jerárquicos eclesiales para decidir públicamente su expulsión/excomunión.
No os creáis que aquella temporada del orgullo/descaro arco iris sacerdotal llegue en un futuro muy lejano. Estos coming out « gays-cristianos » se vuelven cada vez más frecuentes, a veces incluso « gays-sacerdotales » (Yo sufro bastante a causa de las entrevistas-emoción huecas de mis hermanos « homos-católicos » que cuentan su vida ante las cámaras de televisión y expresan sus sentimientos sobre el « cómo viven con estas dos identidades » ¡ sin ofrecer ningún análisis de fondo sobre la homosexualidad !). Actualmente, los Krzysztof Charamsa, William Nasarre, José Mantero, Andrés Gioeni, salen a la luz, y encuentran que es muy « profundo » revelar a todos que son « sacerdote y homo » o « cristiano y homo ». No se contentan con decir que « es posible ser ambos a la vez » sino que encima argumentan que sería « más bello y más verdadero » porque ello se les impondría, que es real, que lo mantienen escondido hace mucho tiempo, que cuesta expresarlo, que puede ser mal entendido, que sería una doble declaración de amor, y que estos dos aspectos de su vida podrían fusionar con mayor perfección si la Iglesia tuviese el ánimo del Amor y del realismo. Y a través de celebridades cristianas que confiesan tanto su « inquebrantable » apego a « su » Iglesia/sus feligreses como su dolor de ser « indudablemente » homos, cada vez más católicos, afectados por estas personas « doblemente víctimas », afirman que las dos dimensiones – católica y homosexual – no se opondrían, e incluso que serían perfectamente compatibles sin tener que pasar por la continencia.
Y casi nadie se atreverá a contradecir eso, por miedo a quedar como un homófobo, incluso los católicos tradicionalistas que se sirven de aquellos malos ejemplos de sacerdotes secularizados para distanciarse aún más de la Iglesia posconciliar Vaticano II y para perseguir aún más al Papa Francisco. Y puesto que un número creciente de católicos duda de la Presencia de Jesús en la Eucaristía o de la existencia del diablo, ya que desprecian la palabra « homofobia » y « homosexualidad », que ya no creen en la primacía de la diferencia de sexos en el Amor verdadero, ni en la primacía del celibato continente sobre el matrimonio (¿ Por qué sería tan necesario que los sacerdotes no se casen, si algunos lo desean ?), que demonizan el modernismo así como el tradicionalismo, la casi totalidad de los creyentes está lista para jugar respecto a la homosexualidad la comedia sea de la « apertura tolerante », sea de la intransigencia/indiferencia exasperadas/ofendidas. El telón de los tiempos está a punto de caer.
41 – ¿Cuál es el mayor peligro que acecha a un católico frente a la homosexualidad ?
Yo puedo citar peligritos : la ignorancia y por tanto la vulnerabilidad ante el mal, si alguna vez nos enfrentamos con la realidad homosexual ; el relativismo, la indiferencia o la invectiva, si es que uno está molesto o seducido por el tema (sobre la base de una mala comprensión de lo que es la Caridad o la Verdad) ; la insatisfacción o infelicidad en « amor », si alguna vez se practica la homosexualidad ; la sensación de estar en contradicción constante con su propia fe o con los católicos en general, si alguna vez nos creemos Dios o un Don Nadie y si vivimos una doble vida.
También puedo identificar un mayor peligro que acecha al católico que practica la homosexualidad : el de verse privado de la Salvación eterna. En otras palabras, de arriesgarse a ir al infierno y de « pecar con pleno conocimiento de causa » (pleonasma). Es la Espada de Damocles más obvia. Y ya, por sí sola, sería suficiente para disuadir al católico un poco devoto y capaz de proyectarse hacia el Mundo Invisible, de practicar la homosexualidad. A pesar de que, de nuevo, nadie puede reducirse al mal que comete, y que tenemos poca idea del poder de la Gracia que puede redimirnos.
Pero, a decir verdad, todavía más que la Salvación post-mortem, existe un dolor que ya se vive en la tierra y que contrarresta de manera relativamente eficaz la práctica homosexual y incluso toda veleidad de vivir en « pareja » : la perspectiva de privarse de la Eucaristía, el Pan vivo de Jesús. Ella acecha a cada católico que reconoce (con razón) a Dios en la hostia. Personalmente, no salgo con las personas que me gustan casi sólo porque ¡ quiero a Jesús-Pan ! Más que mi Salvación o mi fama, es la Eucaristía quien me ayuda a no caer en la homosexualidad. Sé que viviendo el adulterio/el concubinato, ya no tendría acceso a la Eucaristía, y eso me haría sufrir mucho, no lo podría soportar mucho tiempo. Hablo desde mi experiencia : en 2010, es mi no-conformidad con el estado de recepción de la Comunión que me hizo cortar sucesivamente con mis amantes. Yo no podía permanecer mucho tiempo con un compañero a causa de ello. Perseverar en la mentira y la incoherencia, los hay que tienen la fuerza, el orgullo descarado o la locura, para eso. Yo, ¡ ya sé que no voy para largo ! Si la Eucaristía no impusiera tal autoridad sobre mí, créanme, por mi parte, ¡ haría un siglo que me hubiera soltado ! Todavía estaría en « pareja ». Hoy en día, la Eucaristía es la única persona que me contiene. Su ausencia es mi pesadilla tanto como su consumo – que mi estado de vida permite – es mi Alegría y mi más poderosa salvaguardia.
42 – Lo que usted dice sobre la homosexualidad se dirige únicamente a una persona homosexual que cree. Porque si uno no cree en Dios, su objetivo parece inalcanzable ; sin Dios, su discurso es inadmisible. ¿ No ?
No lo creo. Dios es real, universal y sencillo. El hecho de ser católico, muy lejos de alejar de la inteligencia y de las situaciones humanas, coincide con todo el mundo (incluso los no creyentes), con el sentido común, con las realidades profanas, y mediante una precisión y delicadeza admirables, increíbles. Especialmente cuando se trata de hablar del sufrimiento y la sexualidad. Al respecto, la fe va al grano. Nuestros contemporáneos están fascinados por las palabras que han forjado su forma de ver el mundo y el amor : « tolerancia », « diferencia », « igualdad », « homosexualidad », « heterosexualidad », « homofobia », « amor », « la libertad », « derecho », « discriminación »… Nos toca a nosotros calmarlos reutilizándolas, analizándolas, al mismo tiempo de cuidar de no poner en duda la belleza de su sinceridad, de sus buenas intenciones. A menudo, los demás se cabrean porque no soportan ser juzgados « malos » o « malintencionados ». Si los tranquilizamos en este sentido, si les mostramos que no tenemos ninguna duda de que han intentado hacer cosas buenas, entonces podremos con facilidad hacerles ver que actúan o piensan mal (incluyéndonos primero a nosotros mismos, si es posible, en sus malas acciones y en sus defectos) o más bien que podrían actuar y pensar mejor/de otra manera. ¡ Y no dirán nada !
Por último, no está prohibido practicar la mayéutica, una palabra un poco bárbara que significa simplemente « dejar a la persona que encuentre la respuesta por sí sola, cuando ella no podría recibirla directamente o por otra persona que ella ». Además, nuestros detractores a menudo tienen muchas más cosas que enseñarnos acerca de la homosexualidad de lo que imaginamos y ¡ de lo que ellos mismos sospechan ! Vámonos entonces juntos hasta esa Isla del Tesoro que es la homosexualidad, en vez de matarnos sobre la fe o el ateísmo de cada cual. La homosexualidad es un tema atractivo. La Fe católica también. Así que los dos juntos, ¡ ni hablar ! En serio, ¿ a qué esperamos para anunciar el Amor de Cristo y de la Iglesia, a través de la homosexualidad ?
43 – Soy católico y veo a mi hijo o hija que se aleja de la fe. Y cuanto más le muestro que rezo por él/ella, tanto más lo/la fastidia y lo/la aleja de la fe. ¿ Qué hago ? ¿ Insisto ? ¿ Le ofrezco su libro ? Él/Ella me odiará aún más.
Sí. No se desanime. Mi madre – que murió hace un poco más de dos años – se llama Mónica, como la santa Mónica que lloró mucho a causa de su hijo Agustín. ¡ Y valió la pena ! No tenga vergüenza de ser un santa Mónica insistente e triste (sin chantajear con sus emociones o la fe). Si no fuera así, sería más inquietante aún. Eso significaría que no quiere a su descendiente y que se burla de la Salvación de su alma. Además, las oraciones de los padres de un hijo o de una hija homosexual son siempre oídas, si no por el interesado, al menos por María y Jesús. Es lo que más importa, ¿ verdad ? Los obliga finalmente a centrar su oración en el Rey y la Reina, a contar con ellos. En cuanto a su fidelidad al Señor, aunque ésta no se adapte a priori a los actos y los deseos de su hijo, le sirve necesariamente a este último de testimonio irreemplazable y de prueba que usted lo toma en serio, que lo acompaña, que es fiel para los dos. Ella no puede quedar sin fruto.
En cuanto a mi libro, no importa si no gusta o si molesta. Por sí solo, no tiene el poder para destruir una familia ni para hacer milagros, de todas formas. Y a menos que acabe en la basura (en cuyo caso no hablemos más de ello… ¡ salvo si un basurero tiene un hijo homosexual y cae encima « por casualidad » en la desechería !), siempre se le puede echar un vistazo, hojear, y todavía puede actuar en los corazones más tarde, o bien dormitar mucho tiempo en un armario para ser redescubierto en un momento más apaciguado. Un consejo : no actúe según la reacción supuesta que tendría su hijo o su hija homosexual, pero siempre como lo debe, y para agradar al Señor. Su hijo bien podría sorprenderle. La fe es la mejor consejera, y mucho más fecunda/profética que el miedo.
44 – ¿ Cómo puedo hacer si un pariente es homosexual, rechaza la Iglesia, rechaza su familia y frecuenta a gente de un mundo nefasto ? ¿ Cómo entablar un diálogo con él y luego hacerle comprender que yo no apruebo su comportamiento ?
Amar a alguien, es acoger toda su persona y todo lo que él vive. También es tolerar su libertad de actuar mal cuando efectivamente él comete errores, sin dejar de decírselo si la situación no mejora. Por lo que tenemos que nadar entre dos aguas, la de la acogida mediante la tolerancia/el compromiso, y la de la perseverancia mediante la exigencia de Verdad. Sé que no es fácil. Pero también sé que es el humor, así como el Espíritu Santo, que le permitirán a usted vincular la Caridad y la Verdad, y difundir el mensaje vigoroso de Cristo con suavidad. No pierda de vista que las personas más catófobas, son los católicos. No las personas que no conocen a Dios y que, por eso, no pueden rechazarLo. Es paradójico, pero es la verdad.
45 – ¿ Hay un peso adicional, un Cruz mayor, que llevo por ser padre católico de un hijo homosexual ?
Parents and child talking
Sí. Sin lugar a dudas. Porque usted sabe que el alma y la Salvación de su hijo están en juego y en riesgo en este asunto. Con respecto a un pariente que no tiene la fe, el desafío que usted, progenidor católico, identifica en la práctica homosexual es más fuerte, la angustia mayor. Está bien que usted lo sepa. Ya para evitar que culpabilice en demasía y que hable/sermonee demasiado. Luego, para entender la hermosa causa de su angustia : el combate espiritual y el llamamiento personal a acentuar su oración. Y, en fin, para identificar y advertir aún mejor a su hijo homosexual contra las consecuencias reales de sus actos temporales. Cuando él le oiga avisarle de su Salvación y de su Eternidad celeste, se dará mejor cuenta de que su preocupación no es simplemente egoísta, ni debida a la mirada de los demás ni a su confort conyugal y procreativo, pero verdaderamente por su persona a él, por su Felicidad eterna, por Dios. ¡ Esto lo cambia todo ! ¡ Eso convierte su oración y su dolor para con la homosexualidad en amor entregado hacia el prójimo quien es su hijo !
46 – Me han criado en una familia católica, me he casado en la Iglesia, y mi marido (o mi esposa) me dejó por un hombre (por una mujer). ¿ Qué hago ?
Admito que se trata de situaciones muy dolorosas (aunque hoy en día se tiende a banalizar aquel dolor). Y antes de aportar algún elemento de respuesta, me guardo de hablar demasiado rápido y de emitir un metodología de talla única. ¡ Sólo puedo empatizar y encuentrarme muy pobre ante usted ! He visto a parejas hombre-mujer casadas que superan muy bien el problema de la homosexualidad (porque es un problema). Otros que se han partido los morros (véase la pregunta sobre la nulidad del matrimonio).
El problema, en el actual clima esencialista y sentimentalista que tiende a trivializar la homosexualidad y a ponerla en las nubes como una « verdad indiscutible de la persona », es que la excesiva importancia conferida a la homosexualidad puede llevar a algunas parejas hombre-mujer de hoy (incluso a algunos jueces de tribunales eclesiásticos) a creer en la necesidad de su ruptura, a acelerar el proceso canónico por nulidad, a tirar la toalla, a irracionalizar el problema (« Nos tocó a nosotros. Qué le vamos a hacer… Ya hace tiempo que lo sabíamos. No se puede luchar contra los sentimientos o contra el cuerpo o contra una enfermedad o contra una relación homosexual totalmente ajena a una relación hetero. »), a no perseverar en la superación de los conflictos (especialmente cuando no hay niños en el seno de la pareja, o cuando el adulterio implica a una tercera persona y por lo tanto una relación aparentemente « de otra naturaleza »), y a descristianizar y a pasar por alto al sacramento del matrimonio, a enterrar el caso y justificar la separación por la fatalidad determinista, sin buscar más allá (« La homosexualidad, ya que no se entiende y que no es una elección, no podemos luchar contra. Ella supera todo el amor que hemos compartido ; no anula nada. Es ‘aparte’. »). La homosexualidad puede servir de coartada práctica y falaz para cualquier anulación de matrimonio, de argumento contundente barato, de leyenda impresionante y de guión fácil que explican y resuelven en apariencia todo litigio, toda culpabilidad, toda separación. No estoy diciendo que ella no constituye a veces una razón suficiente ni un obstáculo real a la durabilidad/factibilidad de un matrimonio. ¿ Pero es ello tan sencillo ? ¿Cómo medir la profundidad del arraigo de la homosexualidad, la fuerza que la persona pueda cavar hondo en ella misma y en su esposa y en el sacramento del matrimonio, el poder que Dios da para vivir con la fragilidad homosexual en la fidelidad pese a todo ? Es difícil.
Estoy atascado para aconsejar lo que sea de manera categórica en el caso que nos ocupa. ¿ Hay que renunciar o perseverar en los casos de rupturas de matrimonio debidas a la homosexualidad sentida y/o practicada ? Yo diría que depende de cada situación. Mi esperanza cristiana me induce a decir que de todos modos, nunca hay que desanimarse, y que de cualquier situación, incluso dolorosa, incluso inextricable y violenta, Jesús puede sacar lo mejor. Sé que de todas formas, vale la pena luchar contra la homosexualidad, ya que como tendencia, y con mayor razón como práctica, ella puede ser la oportunidad de un perdón y de un diálogo maravilloso que fortalecerá su pareja, revisará su funcionamiento ; y ya que la homosexualidad practicada no hará feliz en cualquier caso a su cónyuge, o al menos no más feliz que cuando él estaba en pareja con usted. Pero a veces más vale inclinarse ante el enigma del mal, ante la presencia de la cizaña en el campo de la sexualidad, ante nuestra propia impotencia acerca de la existencia de un mal o de un miedo superior que de vez en cuando sobrepasa en un tiempo terrestre a la persona con quien nos hemos casado con buena fe, porque la tendencia homosexual puede ser predominante. Se tiene que evaluar el grado de posesión según las diferentes situaciones. En algunos casos, la homosexualidad constituirá un elemento determinante ; en otros, podrá ser atemperada, domada y reciclada con éxito. Sé de hombres que han vuelto con su esposa e sus hijos después de una o varias faltas de conducta homosexuales, porque han descubierto que este estilo de vida no los haría felices. Admiro a las esposas que tienen la paciencia y la confianza para soportar tales turbulencias, y a los maridos que tienen la humildad de luchar para volver a la fidelidad de su matrimonio y superar sus inclinaciones. También conozco casos en los que la homosexualidad está tan arraigada en la persona que ha entrenado en su impotencia y desgracia a una pareja, a una esposa y a veces a una familia entera. Por eso es importante no sobrevalorar ni ignorar la homosexualidad. Sútil línea de cresta, de la cual no conozco todos los pormenores, después de haber intentado casarme con una mujer que pensaba amar y de retirarme, a pesar de mi fe y de mi voluntad de esperar el poder del sacramento de matrimonio sobre mi orientación sexual.
47 – ¿ Hay una relación entre el Movimiento Scout y la homosexualidad ?
Sí, por el hecho de que el escutismo es humano, así que obviamente afectado por la diferencia de sexos (y el temor a ésta). No, o al menos no más que en otros ámbitos. Y yo diría, tal vez menos que en otros ámbitos. Porque en el seno del Movimiento Scout, la fe, la Realidad, el contacto con la Naturaleza, la amistad, y a menudo la no-mixidad de los sexos, favorece la reconciliación con la diferencia sexual, la construcción de la identidad sexual (masculina o femenina), y por lo tanto, el alejamiento del ensimismamiento que es la homosexualidad.
Dicho esto, incluso en el Movimiento Scout, se encuentran excepciones que confirman mi comprobación general. De hecho, conozco a cierto número de chicos o de chicas (una decena, para ser honesto) que, sea durante sus años de escutismo, sea mucho tiempo después, han demostrado ser homosexuales activos. ¡ « Scout » a veces rima con « Coming out » ! Por ejemplo, sólo en el corto período de dos años en los que fui lobato en los Scouts de Francia (tenía entre 8 y 10 años : dicho sea de paso, esta breve experiencia fue un pequeño trauma para mí lol…), cuento 3 chicos de mi edad que han « salido del armario » en la adultez, incluyendo 1 en mi propia seisena (tropa de 6). Como quien no quiera la cosa, ¡ es una buena media ! Pero están lejos de representar un indicador significativo y masivo.
Por anticlericalismo primitivo, e incluso por envidia interna, algunas malas lenguas se están divirtiendo homosexualizando el escutismo, convirtiéndolo en guarida escondida de pedófilos, de adolescentes frustrados y adoctrinados, de grupos paramilitares donde la camaradería viril YMCA estallaría en homosexualidad. Cuando hablo de peleas sospechosas internas, me refiero en particular a los Scouts de Europa que a veces acusan a los Scouts Unitarios o a los Scouts y Guías de France el hecho de que sean demasiado liberados en materia de moral (es decir « demasiado progresistas y maricas ») ; a la inversa, los Scouts de Francia a veces reprochan a los Scouts de Europa su conservadurismo que, por la represión de sexualidad que puede implicar, se convertiría entonces en homosexualidad practicada de manera no asumida. Cada bando le pasa la pelota arcoiris al otro, para a presentar el bebé para comprarse una probidad y/o una bondad. En ambos casos, hay algo de verdad. El exceso de permisividad conduce a la confusión homosexual. El exceso de rigidez también conduce a la explosión homosexual (véase los movimientos juveniles Wandervögel bajo la Alemania nazi). Ya observa este fenómeno y esta dicotomía en el ejército, en la policía, en las internados, en la cárcel o los cuarteles, por ejemplo.
Recuerdo, para el registro, tres acontecimientos cercanos que confirman lo que acabo de subrayar. El primero, es el voto oficial de los Boy Scouts of America (BSA) a favor del final de la exclusión de « los gays » en su liderazgo, el 27 de julio de 2015, en los Estados Unidos (Hacen igual en España). El segundo, es, en Francia, la reciente postura escout que sorprendió a todos, e hizo chirriar los dientes de los círculos católicos tradicionalistas : durante el período del « matrimonio para todos » (2012-2013), ¡ algunos Scouts de Francia recabaron la atención pública desfilando públicamente (y con uniformes escouts, además) en las manifestaciones a favor del « matrimonio gay » ! A raíz de la protesta que provocó, rápidamente esos activistas se volvieron a vestir de paisano y se ordenaron en la neutralidad, mientras decían que no estaban finalmente « ni a favor ni en contra » de la Ley Taubira (= matrimonio homo). Pero no es que piensen menos… Por último, tercer ejemplo : el año pasado, en 2015, en Roma (Italia), después de la Audiencia General del AGESCI por el Papa Francisco, por la tarde, varios grupos Scouts asistieron a la Marcha del Orgullo Gay ¡ y hasta fueron entrevistados por equipos de televisión ! Todo esto con la aprobación tácita del Comité Central…
Probablemente, igual que con los manifestantes de La Manif Para Todos, la gran mayoría de los Scouts que estaban « a favor » del « matrimonio homosexual » no sabían explicar por qué, ni, entre los que estaban « en contra », tampoco por qué (excepto por principio, por reacción opuesta al progresismo ambiental, y por las consecuencias de la ley). Lo cierto es que la homosexualidad, en el ambiente del escutismo internacional, de todos los colores políticos, no ha sido analizada ni entendida, por un lado porque ella es sin duda justificada y/o demonizada en secreto, por otro porque que se la practica sin duda mucho más que los mismos exploradores se lo pueden imaginar. Pero, de nuevo, sólo estoy haciendo suposiciones basadas en mis estudios de la homofobia. El Cielo se encargará de revelarnos el desenlace de la historia de este enigmático enlace entre la homosexualidad y el Movimiento Scout…
48 – ¿ Existe una relación entre la homosexualidad y el tradicionalismo religioso ?
Sí. Contra todo pronóstico, sí. Y esta paradoja se confirma regularmente para mí mediante sacerdotes amigos y laicos tradicionalistas que sin embargo aman mucho a la Iglesia Católica y asumen su preferencia por el ámbito católica tradicional. Con el mal, los extremos fusionar y se hacen eco pensando ingenuamente oponerse. En otras palabras, algunos creyentes, huyendo apasionadamente de la modernidad y del liberalismo que la homosexualidad representa, por principio, por esnobismo, por anticonformismo rebelde, por ritualismo fariseo, por odio a su época, por el alineamiento académico con un código estricto y ascético que los tranquiliza, caen en un paganismo crístico (y no cristiano), un nacionalismo « católica », un monarquismo pagano carnavalesco, una lujuria, una doble vida, vinculado con la bisexualidad. En la esferas « católicas » paseístas y nostálgicas, hay una número no desdeñable de libertinos neoplatónicos que no son conscientes de serlo. Utilizan la « tradición » para sobresalir, para alejarse de lo Real, de la diferencia de sexos, de la diferencia Creador-criatura (= la Iglesia Católica), y por lo tanto desencarnar/desvitalizar la sexualidad, el matrimonio, la práctica religiosa e incluso la procreación. En estos casos, la homosexualidad se avecina.
49 – ¿ Hay una relación entre cristiandad de extrema derecha y homosexualidad ?
Claro. ¡ Y más que uno ! Casi sólo hay efectos espejos entre la comunidad « tradi de derechas » y la comunidad gay. Los opuestos se atraen en la fusion-ruptura mimética violenta, como es conocido. Alain Escada – el jefe del Instituto fundamentalista Civitas seudo « católico » – y Caroline Fourest – la entrenadora oficiosa de las Femen francesas – se exasperan entre ellos tanto como se buscan y están fascinados inconscientemente por su improbable semejanza, semejanza que confunden con una diferencia radical e irreconciliable para no asumir sus malas acciones (comunes).
Basta con observar a los « legionarios » de Civitas, por ejemplo, para darse cuenta de que son tan dependientes de los medios de comunicación como los homosexualistas LGBT (aunque ambas partes pretendan odiar a aquellos « mierdos », como suelen llamarlos). Los primeros promueven tanto sus « libertades » y su « marginalidad » desobediente como los libertarios indignados a quienes apuntan con el dedo. Odian su época tanto como ellos (¡ cuántos tradicionalistas se imaginan que no habrían nacidos en el siglo correcto, y cultivan un estilo de vida pintoresco !). Fomentan tantas sociedades secretas como sus colegas-espías francmasones. Avanzan tan enmascarados como ellos, en la calle como en las redes sociales. Los Hommen y las Bandoleras son las réplicas casi perfectas de los Anonymous y de las Femen. Los activistas derechistas insultan tanto al « lobby LGBT » como los comunitarios homosexuales que se presentan todos como « fuera del ambiente » y anti-lobbie-gays. Tienen tan poco humor y flexibilidad como ellos. Son tan violentos y mordaces como ellos. Organizan los mismos happenings, las mismas « acciones-comando » que ellos. Son tan paranoicos como ellos. Por ejemplo, los Antifascistas pro-gays identifican a los militantes de extrema derecha con peligrosos locos oscurantistas, con inquisidores de otro tiempo… y los militantes de extrema derecha, igual, consideran a los Antifas y a las Femen como fieras, como brujas neo-anticuadas que se tiene que internar, como engendros del pulpo masónico « democrático » procedente de la Ilustración.
Al igual que los militantes pro-gays, los activistas de la extrema derecha – que encima no se aceptan de extrema derecha (porque según ellos, su partido de ultraderecha es odiosamente « republicano » – en el sentido histórico francés – y la « extrema derecha » sería un insulto y una leyenda mediática inventada expresamente para desacreditarlos, oprimirlos : « ¡¡ La extrema derecha no existe, vamos !!! ¡ al igual que el Género y el lobby gay ! ») – e integristas – que no se aceptan integristas (porque según ellos, sólo los tibios, los relativistas, los progre, los republicanos y los modernistas serían integristas ; y de todos modos, para ser integristas, ya hay que considerarse « integrado » a la Iglesia Católica y ponerse bajo la autoridad del Papa actual, ¡ lo cual es pocas veces su caso !) han basado toda su razón de ser en el concepto de « REALIDAD » y en la acción, más que en el ser y la Caridad. Exactamente como los LGBT, creen que el fin justifica los medios.
Los extremaderechistas están tan obsesionados con la civilización, la familia, el niño, la « VIDA » (palabra que repiten sin parar como loritos), el matrimonio procreativo y una fe politiquera, como sus oponentes hetero-homosexuales masones. ¡ Son tan cathos friendly como los pro-matrimonio-para-todos son gays friendly ! Para ellos, la Caridad es una sumisión, la risa una vergüenza o un escándalo, la acogida de los pobres una flaqueza concedida a la invasión « bárbara » (es decir « a los musulmanes liberales »), el Amor una vulgar « novela rosa » inventada por cobardes (homosexualizados, afeminados), por colaboracionistas simplones y falsos católicos. De hecho, están convencidos de que el Papa Francisco es un apóstata oculto, el Anticristo marxista en persona. Odian tanto al papado (que precedió al Concilio Vaticano II) que los libertarios izquierdistas a favor de la homosexualidad. Defienden tanto a un Jesús-Cultura, un mesianismo descristianizado y un catolicismo identitario anti-institucional (lo que ellos llaman « Cristiandad ») como los « LGBT ». Es de notar que muchos de sus miembros, decepcionados por la política y por la Iglesia Católica actuales, provienen históricamente de la extrema izquierda. Mucho más militantes de la extrema derecha de lo que pensamos no acuden los domingos a la misa (aunque sean capaces de gritar « ¡ Viva Cristo Rey ! » y « ¡ Viva la France Real Católica y Santa Juana de arcos ! » durante el tiempo de una manifestación… perdón, de un desfile), al igual que sus compañeros ateos de extrema izquierda. Los conservadores reaccionarios derechistas (que votan por defecto por el Frente Nacional, porque « no habría nada más ») a menudo son paganos (a pesar de su catolicismo levantado como una bandera de oro) y también tan homosexuales como los LGBT.
De hecho, por increíble que parezca (se trata efectivamente de las paradojas especulares habituales de la idolatría rencorosa), los afiliados a la extrema derecha y a la extrema izquierda son gemelos de tendencia e incluso a veces de práctica homosexuales. La gran mayoría de los militantes de extrema derecha son tan frustrados sexualmente como los LGBT « homosexualistas ». El miedo es su acción y comercio. Ellos son tan incapaces de tratar de homosexualidad (jamás los medios de la facción reaccionaria me han invitado, por ejemplo) como los magnates de la prensa y de la tele homosexuales. Creen tanto en la heterosexualidad (interpretada como sustituto de la diferencia sexual) y en la homofobia (interpretada como intenciones e imágenes, y no como violaciones y hechos reales) como sus colegas Antifascistas. Conozco a muchas personas homosexualmente activas que dirigen la extrema derecha, a sacerdotes súper tradicionalistas, a feligreses de las parroquias afiliadas a la Fraternidad San Pio X quienes, tras un aspecto anarquista o de familia heterosexual perfecta, son libertinos y desequilibrados sexuales, llenos de complejos, de angustias, de principios, muy incómodos con la vulnerabilidad, y que han congelado la diferencia de sexos en orden demasiado rígido, natalista, naturalista y espiritualista, para amarla verdaderamente como es y para vivir de ella. Por cierto están muy molestos con la homosexualidad. Tienen miedo a abordar el tema, porque sea se sitúan en el registro del juicio bruto de las personas y el maniqueísmo milenarista seudo-bíblico, sea temen a la confesión (… de su divorcio, su adulterio, su celibato mal vivido, su matrimonio arreglado, su bisexualidad e incluso su homosexualidad, su homofobia). Fíjese, por ejemplo, en el nivel de reflexión de Alain Escada (jefe de Civitas en Francia) sobre la homosexualidad : es edificante ver cómo él resguarda a la homosexualidad y la homofobia convirtiéndolas en abstracciones, en demonios encarnados. Nunca las analizará. La homofobia de los miembros de la extrema derecha proviene en su caso de una homosexualidad tanto reprimida y demonizada como practicada, ¡ exactamente como los LGBT !
Para concluir esta respuesta que por sí sola merecería un libro entero, le aconsejaría a usted, si no lo ha hecho ya, que lea los símbolos « Homosexual homófobo », « Hitler gay », « Homosexuales psicorígidos » y « Todo » en mi Diccionario de Símbolos homosexuales, así como el código 39 « Los Burgueses-Bohemia de extrema derecha » en mi libro Los Burgueses-Bohemia en Verdad, que tratan de la ambivalencia de la homofobia en las filas de la extrema derecha (que sus miembros rebautizan sarcásticamente « estreeeema derrrrechaaa » para denunciar/anticipar la demonización supuestamente « sistemática » y « absurda » que se desataría contra ellos por parte de la dictadura izquierdista y republicana actual del antifascismo moralizador). Yo soy de los que creen que se puede perfectamente criticar el fundamentalismo político y religioso de manera inteligente, además por muy buenos motivos, y no necesariamente por miedo ni mala fe ni adoctrinamiento ideológico-socialista. Porque una vez que uno se enfrenta a la realidad de estas facciones derechistas sectarias, se da cuenta de que no está soñando, de que hay desorden, y de que ¡ Jesús hizo bien en ser implacable con los fariseos y los puntillosos escribas de su época !
50 – ¿ Existe una relación entre catolicismo izquierdista y homosexualidad ?
Efectivamente. En cuanto a la gay friendly attitude, el catolicismo izquierdista es el más previsible (el socialismo y el comunismo no rechazan nada… ni siquiera el mal en el que no creen : ese es el gran problema). Pero no obstante, en el escenario eclesial respecto a la homosexualidad, éste no es necesariamente el más insistente ni el más reivindicativo, no crea. Por desgracia, a diferencia del catolicismo derechista o de la extrema derecha, el catolicismo socialista ni siquiera necesita hacer gran ruido, levantar la voz, justificarse públicamente, mostrar quien lo compone (católicos disidentes que desobedecen a su Iglesia) ni enseñar la patita, para ganar su batalla por la « tolerancia », el « amor homosexual bendecido por Dios, porque Dios es amor », el « avance de los Derechos homosexuales » (batalla que recibe el mismo trato que la colecta de Caritas, el concierto por los Cristianos orientales, o la petición por la rehabilitación del obispo progre que está a favor de la ordenación sacerdotal de las mujeres…) : sólo tiene que fundirse silenciosamente en la masa y esperar, agazapado en la sombra de su iglesia parroquial hormigonada en forma de triángulo o de cubo, que la tormenta « integrista » de la protesta contra el « matrimonio gay » dirigida por los « fachas de derechas » pase..
Dicho esto, en descargo del catolicismo de izquierdas, del que me reclamo (no he dicho « catolicismo izquierdista » ni « socialista » ni « comunista », cuidado), y que a menudo es objeto de burla por parte del catolicismo de derechas que suele sobrevalorar su laxismo, quisiera subrayar que, en su mayoría, los católicos de sensibilidad de izquierdas suelen demostrar una acogida más concreta hacia las personas homosexuales, más matices entre la persona y el acto, menos dogmatismo y moralismo, menos práctica homosexual reprimida, que los católicos de derechas. Por supuesto, una innumerable cantidad de ellos cae en una payasada de empatía absolutamente desastrosa acerca de las personas homosexuales en búsqueda de Verdad, en una ideología gelatino-espiritual que apesta a farisaísmo, en una permisividad relativista que ayuda mucho menos que la franqueza de ciertos católicos de derechas muy amables, en una solidaridad mal entendida, porque favorecen la buena intención por encima del Amor exigente del Evangelio y de las personas a quienes ayudar (¡ esta confusión es la característica del izquierdismo y de los llamados « zurdos » !). Pero este no es el caso de todos los católicos de izquierdas, y menos aún de los verdaderos católicos de izquierdas (los sacerdotes-obreros, son como los buenos cazadores y los malos cazadores del trio humorístico francés Los Desconocidos : no hay regla). Todos los « católicos de izquierdas » (expresión que hace mofarse a los desilusionados por la política que creen que ni la izquierda ni tampoco la derecha existen, pero da igual : todavía creo en la belleza de la política no-politiquera y sigo viendo enormes diferencias reales entre la izquierda y la derecha, sobre todo respecto a la Caridad en actos) no son tan adoctrinados, cursis, ignorantes, tibios, corruptos ni a favor de la Unión Civil como, por ejemplo, los medios de comunicación católicos actuales que se pretenden « cristianos de izquierdas abiertos ». Todavía hay personas de izquierdas inteligentes, honestas, exigentes, que saben amar y acoger a las personas homosexuales con más que palabras y canciones que celebran los arco iris en los campos de trigo. El Papa Francisco (que se guarda muy bien de anunciarse « de izquierdas » para evitar las divisiones bipartidistas), a mi parecer, es una de ellas, ¡ y ello me complace mucho !
51 – ¿ Existe una relación entre sectas y homosexualidad ?
Claro. El rechazo de la diferencia de sexos, lo cual es la homosexualidad, es por esencia sectario. El miedo que es la homosexualidad conduce también al sectarismo (individualista, amoroso y comunitarista). Y, para colmo, la homosexualidad, muy angelista ya que es un deseo de creerse Dios, orienta al que la siente y la practica hacia los grupos religiosos etéreos y estrictos a la vez. Por lo tanto, es totalmente lógico que la homosexualidad se combine bien con actos, comportamientos, personalidades, intransigentes, y con sistemas de creencias e instituciones político-mediático-religiosas totalitarias como las sectas. Conozco a muchos amigos homosexuales que son miembros de aquellas, que practican el New Age (Nueva Era) y que frecuentan cofradías satanistas, incluso sin identificarlas como tales dado que obtienen mediante ellas algunos beneficios y van ahí para el desarrollo de su bienestar, la recarga de su energía, para la evolución del género humano.
Cuando digo « secta », no me refiero a la caricatura del movimiento hippie de inspiración budista dirigido por un gurú raeliano, que adora a la diosa Vishnu en un Templo Mandarom. Hablo sobre todo de las sectas modernas no oficiales, de las gnosis súper tecnicistas y naturalistas, disfrazadas de ONG o de partidos políticos, compuestas por empresarios parecidos a cienciólogos, por ciéntificos-psicólogos, y hasta por cardenales romanos con traje. Probablemente sectas mucho más peligrosas que sus caricaturas, ya que actúan bajo la apariencia del bien, de la acción solidaria, de la creatividad, de la libertad, de la belleza, del progreso, de la lucha contra la superstición, de la autonomía e incluso de la espiritualidad crística. Lo apuestan todo en la acción y la voluntad individual (confundidas con la fe), tal y como lo ilustra el diseñador de moda homosexual Pierre Cardin en su entrevista para la radio francesa Francia Info el día 4 de julio del 2016 (« La felicidad está en el trabajo. » ; « La creación es mi droga. »). La secta mundial más poderosa, que sirve la « Religión Natural del Hombre » del Anticristo, tengo ganas de llamarla la secta de los Operantes anticonformistas (o Actores o Emprendedores o Ejecutivos o Comunicantes o Creadores). Sus agentes creen en un hombre-dios que se libera de su condición de criatura y que se auto-crea mediante sus buenas acciones, su trabajo, su inteligencia, su genio, sus obras, su conciencia, las tecnologías (que llaman « Naturaleza »), su ciencia, la ostentación de su oposición rebelde a sí mismo y al sistema que él ha creado (para no encargarse del orgullo, de las consecuencias desastrosas, de éste), y por supuesto sin la ayuda primordial de Jesucristo.
El deseo homosexual predispone a la traición, al anticonformismo, al culto de la alteridad absoluta y de la originalidad (es decir, a la heterosexualidad, que se desglosa la mayoría de las veces en bisexualidad y en fantasías de asexualidad), al misticismo retrógrado, al parecer, al arribismo, al poder humano supernaturalizado, al disimulo, al panteísmo rosacruz, etc. Por lo tanto, no cabe sorprenderse de que la mayoría de los seguidores de estas sectas no-oficiales, que acuden a los círculos esotéricos, a las esferas diplomáticas, a la masonería, al monarquismo supuestamente « católica » identitario, a la extrema derecha, sean de tendencia homosexual.
Esto no impide que dichas hermandades sectarias homosexuales sean apoyadas – ése es el drama – por muchos católicos sinceros que piensan que « ellas son mejores que nada : aunque no proclamen claramente a Cristo, en todo caso defienden Sus valores, y esto es un buen comienzo », por lo que las respaldan. Entre estos católicos colaboradores de la bisexualidad sectaria, contra todo pronóstico, nos encontramos con personas que además creen que se oponen a aquella : los tradicionalistas (como Civitas), unos burgueses-bohemios anarquistas de derechas (véase los códigos n°38 y 39 de mi libro Los Burgueses-Bohemios en Verdad) o « humanistas integrales anti-transhumanismo » que, mediante su fraseología positiva (positive wording) y su discurso antropocéntrico (Ecología Humana), colaboran completamente con el sistema que denuncian.
52 – ¿ Existe una relación entre protestantismo y homosexualidad ?
Sí. Por tres motivos principales, vinculados por cierto a las tres blancuras defendidas por San Don Bosco (la Virgen, la Eucaristía y el Papa), que caracterizan la quintaesencia de la Iglesia católica universal, y que son negadas por los protestantes. Aquellos están en la rebelión y la negativa a la autoridad del Papa, a la Iglesia humana institucional querida por Cristo. Dudan que los sacerdotes sean Jesús en persona. Ellos aman a un Jesús sin cuerpo, trascendente, espiritual, literario (la Biblia), decidido por la voluntad y la percepción personales, que no se hubiera rebajado hasta incorporarse en los sacerdotes y en un pan que se come, ni en cada ser humano. Como consecuencia de ello, no entienden la Comunión de los Santos ni el estatuto especial de « Madre de Dios » que incumbe a María. Al fin y al cabo, tienen un problema con la Encarnación (humana y divina). Dado que la homosexualidad también es un rechazo de la Encarnación, la negación de la virginidad, y la falla en obedecer a la Iglesia, es lógico que muchos protestantes se reconozcan en ella.
Por si fuera poco, encima de la incomprensión fundamental sobre la Encarnación de Jesús en cada Hombre, otro punto – probablemente el más importante – marca sin duda la separación entre el protestantismo y el catolicismo, y la conexión entre el protestantismo y la homosexualidad. De hecho, los protestantes adoptan una concepción exterior y pasiva de la santificación. No creen en la transición del estado de pecado al estado de Gracia (véase las polémicas entorno a la justificación, que datan de Lutero). Efectivamente, según ellos, cuando Dios interviene sobre el ser humano, no hay ningún cambio interior real en el alma, pero es Dios quien juzga si el alma es buena. El Espíritu Santo sólo es una manta que cubre a la persona, pero el alma (que reacciona, que siente, que quisiera lo que Dios quiere) permanece con su pecado. Entonces se habla de justificación forénsica (foras en latín = fuera). La pasividad del hombre frente a la Gracia, y la imposibilidad del perdón y de una profunda conversión interior, acaban por avalar, de rebote, la homosexualidad y la impregnación de ésta en el que la siente. A ojos de los protestantes, no pueden existir santos homosexuales, ni santificación efectiva dentro de la tendencia homosexual. Es incompatible. « Dado que el mal no es bueno y no debería existir (¡ está marcado en la Biblia !), ya no existiría y no podría ser el terreno de resplandor del Bien. » « Dios, eso ayuda y salva, y yo tengo que creer en ello, o de lo contrario no funciona. Pero Dios, sobre todo no puede ser yo ni está dentro de mí. » Visión muy mágica, voluntarista, desencarnada e individualista de Dios, y por supuesto de la homosexualidad.
Basta con observar, por otra parte, todas las grietas y las numerosas paradojas de las « Iglesias evangélicas » (luteranas, bautistas, pentecostales, metodistas, anglicanas, etc.) en relación con la homosexualidad. Hasta a las más conservadoras les cuesta ponerse de acuerdo entre ellas : en un santiamén, pasan del rechazo rígido a la aceptación más complaciente (ejemplos: la ordenación de mujeres obispos, los matrimonios homosexuales religiosos, los obispos protestantes que salen del armario, etc.). Parece mentira ver lo que su fobia de parecerse al modelo de « cierre homófobo típicamente católico » los lleva a hacer, se lo digo de verdad… La ambigüedad de la postura anti-homosexualidad de los protestantes radica más en una oposición de principio vinculada a una lectura literal y académica de la Biblia que en una refutación relacionada con un auténtico análisis de fondo de la homosexualidad. Por lo tanto, su obediencia a la Palabra de Jesús no dura mucho tiempo.
53 – Si los niños de la pastoral juvenil me hablan de homosexualidad (han visto parejas homosexuales por televisión, incluso uno de ellos es criado por una « pareja » homo), ¿ qué digo ?
No se tiene que perder la oportunidad de desvelar todo lo que conoce sobre el tema. ¡ Y verá que Jesús, a través de usted, tendrá éxito loco ! ¡ No hay nada peor que una catequista que esconde la cabeza bajo el ala y elude la cuestión de la homosexualidad ! La homosexualidad es una cojonuda oportunidad perdida para unirse a los jóvenes en el corazón de lo que ellos viven/creen y para revelarles el Amor de Dios por ellos (por personas – las personas homosexuales – interpuestas).
Lamentablemente, todavía hay muchos catequistas – vacilantes y mal entrenados, o demasiado influenciados por el relativismo contemporáneo – que evitan entrar en el meollo de la cuestión, en el juicio de los actos homosexuales, a fin de no enredarse en un debate emocional que podría volverse contra ellos y contra la Iglesia, frente a una juventud, incluso de educación católica, muy susceptible y animada por su época a confundir a las personas homosexuales con sus actos o con sus imágenes mediáticas (los derechos, las leyes, los clichés de la homosexualidad, los estereotipos de género masculino o femenino, etc.). Los catequistas o responsables en apostolado de la escuela secundaria, que salen del apuro soltando la cantinela práctica y convincente (pero muy incompleta) de la « imposibilidad de reducir a una persona a su apariencia física o a su sexualidad », tienen su mérito. Pero, en realidad, se acobardan y le dan rodeos al problema. Es muy triste para ellos y para los jóvenes.
Sin embargo, si ha estofado bastante el tema, francamente, tírese al agua. Usted y la Iglesia lo tendréis todo ganado. Recuerdo muy bien este testimonio recibido últimamente por una amiga de mi edad, madre de dos adolescentes, Pablo un chico de 9 años, y Matilde una chica de 15 años (aquella se planteó hace poco la cuestión de la homosexualidad, más para poner a prueba a sus padres que por convicción personal y por verdadera homosexualidad fija). Pues bien, encuentro que a esta mamá le sale ahora todo muy bien, y que su ánimo produce frutos hermosísimos. Su conocimiento de la homosexualidad desactiva las bombas y evita homosexualidades que se hubieran desencanado en respuesta de oposición a los adultos : « En cuanto a la homosexualidad, puedo decir que mis hijos siguen abordando la cuestión sin rodeos… Van al grano con toda libertad y yo, ahora, contesto con claridad. ¡ Y sin complejos ! Creo que esto los tranquiliza mucho. Sin duda alguna. Pienso que Matilde se habrá enfrentado en la escuela secundaria con ciertas cosas que nunca sabré. Ella camina y Dios se cuida de ella. Pero es gracias a ella que he tenido que profundizar todavía más sobre el tema porque soy una madre y directamente concernida, cuando una adolescente empieza a provocar respecto a una probable homosexualidad. No creo que los padres católicos estemos dispuestos y cómodos para responder correctamente. Pablo, hace apenas un mes, me hizo la observación siguiente : ‘Mamá, creo que algunos de mis compañeros de clase serán homosexuales más tarde…’ ; ‘¿ Y eso ?’, le pregunté. ‘No sé… Se nota’ Pablo tiene 9 años… y yo no le hablaba del tema. Matilde me ha dicho que era lesbiana… y yo le contesto : ‘Hija, si eres homo, y si quieres ser salvada y no perder tu alma por la eternidad – porque si practicas la homosexualidad, recuerda que es un pecado grave – tendrás que vivir en la continencia, como Philippe.’ ¿ Has visto ? ¡ Yo difundo el mensaje ! Cumplo con mi deber de madre que ama. En el fondo, ¡¡ Matilde y yo compartimos una gran complicidad !! Mi hija va bien y no tengo miedo a que vaya por mal camino. Dios siempre vela y su ángel de la guarda también. » Este ejemplo de ajustes entre padre e hijo se aplica totalemente a la relación entre educador y joven o catequista y chavales. Además, un verdadero y buen catequista se hace el portavoz de la totalidad del mensaje de la Iglesia, inclusive sobre la homosexualidad. No selecciona los pasajes del Catecismo que le convienen, y se mueve con su época. ¡ Así será aún más apreciado por sus jóvenes, y más apóstol !
54 – Si mis propios hijos me hablan de homosexualidad, ¿ qué les digo ?
Usted tiene que decir sencillamente la Verdad : que la homosexualidad es un mal (porque es un miedo, y a veces un rechazo de la diferencia de sexos, diferencia de la cual venimos todos y que nos permite existir y amar verdaderamente), a veces una irrealidad (porque todo miedo no es fundado ni duradero), pero que las personas homosexuales a su vez tienen que ser respetadas y amadas (porque no son el mal que sienten a menudo sin haberlo escogido). Ahora, sus jóvenes oyen hablar de la homosexualidad cada vez más temprano (hasta se les consulta en párvulos, como en este video de Perú)… a menos que sus castos oídos y ojos sean aún preservados de esto, en cuyo caso tanto mejor. Por lo tanto son muy sensibles a su mirada respetuosa hacia las personas homosexuales, pero necesitan tanto más su luz sobre los actos, ya que en Occidente sobre todo, su entorno escolar, generacional, educativo, mediático, los induce precisamente a que no amen a las personas homosexuales tales como son y a que no juzguen los actos homosexuales.
No sirve de nada mentir a los niños, aunque sea por buenísimas excusas (no darles ideas, salvaguardar su inocencia y su sexualidad, no embarcarse en un debate peligroso que se controla mal, etc.). Cada niño y adolescente es capaz de entender la primacía de la diferencia de sexos, en la identidad (chico/chica) y en el amor (la sexualidad). Cualquier niño puede entender que la acogida de la diferencia sexual, es el Amor mismo ; y que al rechazar la diferencia (de sexos) se ama menos y crea sufrimiento, violencia, discriminación inaceptables.
Si el tema de la homosexualidad es planteado por sus hijos, incluso los más pequeños, enfréntese a ello con alegría y gravedad (dos emociones que van bien juntas). No tenga miedo. Incluso será un golpe de suerte para usted que la palabra sea pronunciada abiertamente. Más vale que salga y que se le consulte al respecto, antes que su niño le de vueltas al fenómeno cuya existencia conoce y que tenga miedo a compartirlo con usted… porque es en este momento cuando los fantasmas se impregnan. Si sus adolescentes no le hablan del todo de homosexualidad, y a fortiori en nuestra época actual, en mi opinión, esto no es para nada buena señal.
55 – He descubierto que el padrino que había elegido para mi hijo es homosexual. ¿ Cómo me sitúo al respecto ? ¿ Pongo distancia ? ¿ Cambio de padrino ?
Jeffrey Ulate, joven que se le negó ser padrino de su sobrina Viviana.
Si la elección del padrino homosexual fue hecha con conocimiento de causa (es decir con conocimiento de la homosexualidad), la cuestión de mantener este enlace tan precioso y único entre su hijo y su padrino no se plantea. Su elección es responsable y necesariamente la buena, cualesquiera que sean los eventos venidores. A menos que con el tiempo el riesgo de mala influencia sobre su hijo sea real y que el amigo escogido realmente no demuestre ser un dechado de virtud (en particular porque está en « pareja », o va de flor en flor), se lo ruego : conserve esta filiación bautismal (y si usted es sacerdote, no le niegue este papel). El padrinazgo es no sólo un hermosa prueba de confianza, sino también una promesa de eternidad, de paternidad adoptiva espiritual que dura para toda la vida. Además, usted, y en particular su hijo (o su hija), sois probablemente el único lazo que aún conecta a su amigo-padrino con la Iglesia, con la fe y con la Verdad, en el caso de que éste practique la homosexualidad. Entonces, esta relación padrino-ahijado, de anodina, puede volverse crucial.
Si la elección del padrino se hizo antes de que usted descubriera su homosexualidad, es una situación más compleja. Pero allí también, tiene que ver esta configuración imprevista como una suerte para la evangelización, para una ayuda amistosa fortalecida, para un ajuste precozmente adulto entre usted y su hijo. No como una mala sorpresa, un palo, un peligro, una traición, una desilusión, una angustia, un problema insoluble, una excusa para revisar su decisión e incluso romper cualquier vínculo con el « traidor ». No se retira una confianza dispensada. Aún cuando las relaciones humanas evolucionan, se diluyen a veces.
Concluiré subrayando una realidad. No mentiremos. La homosexualidad da miedo, ya por su condición de pendiente resbaladiza, y también para con su perversidad intrínseca una vez que se vuelve activa, pero también en cuanto se aproxima a la juventud (véase la desconfianza acerca de los solteros empedernidos, la amalgama entre homosexualidad y pedofilia, el salto hacia la incertidumbre y la « modernidad », etc.). La coartada de la fe, de la confianza amistosa o del padrinazgo espiritual no cambia casi nada y no basta para apaciguar totalmente los ánimos. Así que nosotros, personas homosexuales, les estamos doblemente agradecidos que nos escojáis como padrinos o madrinas. Adivinamos perfectamente que, desde una perspectiva social y católica, no somos « valores seguros al 100% », incluso a los ojos de nuestros muy buenos amigos. Ofrecermos a uno de sus hijos, es todo un reto, y esto para todas las partes presentes.
Yo, por ahora, sólo me han pedido ser padrino una sola vez en mi vida, y de un alevín muy majo, además. El hijo de estimados amigos. Es un privilegio que me comprometo a cumplir. Aunque no tenga miedo de mí, sé que evitaré al máximo tocar a mi ahijado, que nunca me enamoraré de él y que jamás seré tentado por él, simplemente porque si ocurriera lo contrario, me lo prohibiría (incluso en pensamiento) y sobre todo no me perdonaría a mí mismo proyectar lo que sea de erótico sobre él. Pero también sé muy bien que en teoría, desde el punto de vista de la probabilidad y de una mirada exterior, mi condición podría asustar a la gente poco temeraria y disuadir a ciertos católicos de arriesgarse a escogerme como padrino, al menos por precaución, « en la duda », para no tentar a la suerte, y para evitar preocupaciones inútiles, aunque sea poco probable que suceda un derrape, y aunque me aseguren de que « mi homosexualidad no tiene nada que ver con eso, y no es nada contra ti… ». Muchos padres prefieren la seguridad. Los entiendo muy bien y no puedo culparlos. Pero sepan que aquellos que se atreven a confiar en nosotros más allá de sus propios miedos y de nuestra homosexualidad nos conmueven más no poder.
El hecho de que nos pidan como padrino (o madrina, para las mujeres) nos consuela muchísimo de no ser padre (o madre, para las mujeres), nos responsabiliza en la fe (porque un padrino sólo cobra sentido en la fe : el « padrino-diploma-de-amistad » es una desnaturalización contemporánea del verdadero padrinazgo), nos disuade de la menor veleidad de reivindicar el « matrimonio para todos » y luego la procreación con asistencia médica y las madres subrogadas. El padrinazgo, por supuesto, es más limitado que la paternidad de sangre, y nunca llegará a subsanar nuestra falta de pareja o de niño. Pero es mejor que nada. Y además, ofrece el lado bueno de la paternidad, de la amistad y del sacerdocio, sin los inconvenientes. Constituye una sublime ofensa a la homofobia ambiental y una prueba tangible – al igual que la continencia homosexual – que la Iglesia y las personas homosexuales se compaginan muy bien. En lugar de tomar tontamente las calles, los manifestantes católicos de La Manif Para Todos hubieran luchado de forma mucho más eficaz contra los vientres de alquiler nombrándonos a nosotros padrinos de sus chiquillos – ¡ y convirtiéndonos así al Amor de la Iglesia por nosotros !
56 – Mi hijo/hermano/primo/amigo homo me invita a su boda. ¿ Acepto, ya que entra en conflicto con mis creencias religiosas ? ¿ Acudir a esta fiesta, no equivale a justificarla, y entonces a pecar ?
No me corresponde a mí decirle lo que tiene que hacer exactamente. La homosexualidad es un terreno tan complejo y minado a causa de la sinceridad que inspira y a causa de la humanidad que contiene, que no hay una solución única aplicable a cada situación particular. Lo que importa, cualquiera que sea su decisión final, es que haya sido inspirada y que sea concluida por una aplicación sustancial de la Caridad-Verdad. Si ha habido Amor y Verdad, su elección será necesariamente buena.
Respecto a su pregunta, por ejemplo, es muy posible que usted acuda a una ceremonia de « matrimonio » homo de un pariente de manera 100% moral y católica, desde el momento en que ha formulado previamente a sus anfitriones su oposición al acto-pareja homosexual, su desacuerdo con el evento, su convencimiento de que la fiesta que tendrá lugar no es un matrimonio y de que una « pareja » homosexual nunca experimentará concretamente la realidad del matrimonio puesto que el matrimonio es la diferencia de sexos ; pero, después de haber expresado clara y amablemente su opinión en Verdad, es importante que añada que la relación de amor que usted tiene por su hijo/hermano/primo/amigo le manda que asista igual a la ceremonia. El problema sería ir a semejante farsa creyendo en ella. Si ése fuera el caso, yo le aconsejaría que no acuda al evento. Pero de lo contrario, el hecho de estar presente a un día de « boda » homo no me parece ser un pecado en sí, ni un compromiso. Todo depende de la Verdad y de la Caridad que usted ponga en su presencia… o en su decisión de ausencia. En cualquier caso, prevalecen la relación y las personas. Si obviamente su negativa de estar presente al « matrimonio » dañara seriamente la relación y no fuera comprendida, mejor valdría elegir el mal menor, y por lo tanto renunciar a sus principios morales, aceptando a pesar de todo la invitación. Será una manera para usted de asumir su parte de sufrimiento en el Amor, sin renunciar nunca a la Verdad, y de comulgar aún más con Cristo. Podría ser que su esfuerzo y su alegría en el ayuno evangelicen mucho más que una intransigencia purista/puritana que desearía permanecer a toda costa fiel a sus creencias, por muy justas que sean.
Yo añadiría un pequeño paréntesis que puede tener importancia para su discernimiento. En la situación que estamos discutiendo, resulta obvio que el grado de riesgo, de implicación personal (y por lo tanto de pecado, en el caso de que usted apruebe el evento) es más arriba si usted asiste a un « matrimonio » homo que si invitara a un pariente homosexual a su propio matrimonio válido (cf. Estudiaremos este caso más adelante con la pregunta n°64). No puedo negar que de hecho es más grave participar en una reunión « ritualizada » que justifica un acto malo y/o irreal que invitar a un hermano/primo/amigo con su compañero a un matrimonio válido, aunque en ambas circunstancias, su justificación del « amor » homo podría incitarle a pecar.
57 – En la reunión familiar, una prima viene con su pareja y « su » niño. ¿ Cómo reacciono y cómo explico esta realidad a mis hijos que los verán ?
Primero, les dice toda la Verdad a sus hijos, recordándoles la exigencia de Caridad y de hospitalidad hacia los pecadores. Luego, le conmino a que acoge ampliamente, a que dé la bienvenida a todo el mundo, sin seleccionar, y sin desviar del anuncio de la Verdad acerca de las personas interesadas. Por cierto, usted va a decirme que la Verdad es un acto, que la Caridad tiene sus límites : « ¡ No existe verdadera Caridad sin la exigencia y la firmeza de Jesús ! » Pero creo que la primera de las Verdades, es la Caridad. « ¡ Yo no soy la Madre Teresa ! » Pues ¡ sí, usted lo es ! En nombre de la Comunión de los Santos, somos Madre Teresa.
Último consejo : si usted tiene realmente dificultades con ciertas realidades sociales indefendibles que hasta contaminan su propia familia, contemple la filiación completamente torcida, pecaminosa, adúltera, incestuosa, criminal, que Dios el Padre ha elegido para unirse con todos los hombres quienes somos, y para injertar en ella a su propio hijo Jesús. ¡ Y eso debería aliviar en usted toda revuelta, angustia o sensación de injusticia !
58 – Organizo un festejo familiar con mi esposa y mis hijos. Mi hijo, homosexual, me dice que esta vez, no vendrá sin su compañero. ¿ Qué hago ?
Le propongo que aplique el mismo método que Jesús : afirmar o volver a afirmar su opinión sobre la homosexualidad, y a continuación su acogida incondicional y su amor por su hijo, aparte del desacuerdo que se perfila entre vosotros. Incluso más allá del desacuerdo. El Amor todo lo soporta. Y muchas cosas pueden decirse y ser oídas con el Amor, y en el cuidado benévolo (pero no complaciente) de la sinceridad de las personas, de los beneficios objetivos que viven las personas en una situación que sigue siendo inaceptable.
Además, no se preocupe y confíe en el buen sentido de sus hijos. Si su hijo homo es lo suficiente inteligente y consciente del sufrimiento que le causa, tendrá la delicadeza de moderar sus demandas, de comportarse bien, de cancelar algunas de sus iniciativas « un poco filosas » porque él sabrá que éstas le incomodarían y le herirían. Conozco a muchas personas homosexuales quienes, por amor por sus « viejos » y para evitar el choque cultural, admiten dormir en una cama o habitación separada de su compañero, se ahorran los gestos de afecto amoroso ostentosos, se muestran más sobrios de lo habitual, no abordan los temas sensibles con sus padres (porque incluso ellos no se sienten seguros con respecto al « matrimonio para todos », a las Manifestaciones, a la adopción, a las madres de alquiler, o adivinan que sobre estas cuestiones, ¡ es mejor no aventurarse !), o hasta acuden a las reuniones familiares o en casa de sus padres sin su pareja. Nosotros, las personas homosexuales, ¡ no somos todas terroristas, asesinos de padres, ni manipuladores !
59 – Mi hijo me dice que si no lo acepto con su pareja, nunca lo volveré a ver. ¿ Me someto a su chantaje ?
Si su hijo (o su hija) homosexual no tiene la decencia de tratarle con delicadeza (porque su espíritu está escarmentado a causa de la tristeza de usted, de las Manifestaciones Pro-Vida, de su práctica religiosa, de un pasado personal doloroso reprimido, de la influencia tóxica y vengadora de su compañero con respecto a usted, qué sé yo…) y si ha decidido ponerle a prueba pidiéndole siempre más y más (primero la aceptación de su « salida del armario », a continuación sus relaciones amistosas sospechosas, luego el desfile de sus amantes efímeros, la Gay Pride, la presencia del compañero regular para las vacaciones y las reuniones familiares, la Union Civil, y encima la invitación a su « matrimonio » y por último los « nietos » obtenidos por PMA – procreación con asistencia médica – o vientre de alquiler), entonces le sugiero dos actitudes… que pueden llevarse a cabo de forma simultánea (¡ sí sí !) porque son complementarias. « Sed prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas. » (Mateo 10, 22) Mientras usted no tiene que enfurecerse, también no debe ceder al chantaje, aunque tenga que contradecir sus antiguos laxismos y pedirle mucho a su hijo (aún cuando, por flaqueza, por miedo, por ignorancia, usted hubiera tenido que poner los límites mucho antes, a pesar de que dejó que demasiadas etapas se quemaran, que el paso atrás parezca demasiado tarde, y que su esposo o esposa ya no esté allí para apoyarle…), ¡ y sobre todo pedirse mucho a sí mismo !
¿ Por qué « a sí mismo » ? Tal vez la sobreafirmación homosexual y « militante » de su hijo reclame sólo una cosa : que usted pida perdón por la herida que ha generado su divorcio con su padre (o su madre… en caso que usted haya divorciado…), o perdón por el mal que usted le ha hecho/que su hijo ha sentido como tal, o incluso que usted se concilie con la persona con la que estaba casado(a) y que cambie de vida. Si decide hacerse ejemplar e irreprochable en Amor, es obvio que su hijo, de provocativo, le imitará en su metamorfosis. Al igual que su desorden homosexual seguía por inconsciente mimetismo de oposición la desestructuración de su propio matrimonio y de su desobediencia a la Iglesia, el retorno de su hijo a una vida más auténtica podrá responder al restablecimiento inesperado de su hogar y de su propia vida de oración/de comunidad católica.
Entiendo perfectamente que, frente al chantaje a la homosexualidad que puede tener consecuencias irreversibles (ruptura definitiva, enfermedad mortal contraída, nuevas vidas que están incluídas en el proceso de la práctica homosexual, felicidad existencial comprometida, etc.), uno no tenga ganas de jugar al todo por el todo con sus propios hijos, ni simplemente hacerse la graciosa o el más obstinado. No hay que olvidar que la homosexualidad es ante todo una herida de orgullo. Por lo tanto, su capacidad de causar daño es fuerte, y a veces se activa a partir de un detalle o de un malentendido, además. Por ejemplo, por orgullo estúpido, su hijo puede esforzarse por permanecer fiel a su compañero aún cuando objetivamente ambos se maltratan y que su « pareja » anda de capa caída. O bien por provocación inmadura, su hija lesbiana puede quedar embarazada y obligarle a usted a que acoja la vida de un nuevo ser que, moralmente, no podrá negar, rechazar ni despreciar, una vez que haya nacido.
Sin embargo, le aliento, a pesar de la naturaleza impresionante del capricho que es la homosexualidad justificada, a que no se deje intimidar. Su hijo, en su interior, está esperando que usted encuentre el ánimo para oponerse a él, espera la confesión de su propio sufrimiento (o de su pecado) que sin embargo sólo podrá venir de él (o de usted, en lo que e refiere al pecado), aunque no sepa pedírselo. El tiempo, la oración, la firmeza, la perseverancia en la dulzura y la Verdad, la alegría grave y el rechazo del mal, su conversión personal, harán, creo, que se aflojen las decisiones teatralmente sinceras y a menudo demasiado perentorias para ser definitivas. Siempre recuerdo esta observación empírica de los cazadores de caza mayor, quienes comprueban que es en el momento en que el jabalí está a punto de morir por su disparo cuando se enfurece más y causa mayores daños. Estoy convencido de que el diablo – o todas nuestras desobediencias, nuestras cerrazones, nuestras rabias, nuestros juramentos malvados – funciona igual : en su agonía es cuando se desata. Pero su energía no demuestra ni su victoria ni su duración o su verdad. Todo lo contrario. Aquella furia es proporcional a su inexistencia y a su debilidad. En cuanto al chantaje a la homosexualidad que a veces nosotros, las personas homosexuales, armamos en contra suya, háganos frente, con calma, silencio y amabilidad. La bomba se desactivará solita. Las acciones y las resoluciones dictadas por nuestro deseo homosexual son un coloso con pies de barro. La mayoría de las veces, éstas se practican sobre todo porque usted no reza bastante. Y si ora lo suficiente, pero que nosotros persistimos en nuestros errores, significa que Dios lo permite para su santificación.
60 – Organizo las vacaciones en familia. Me gustaría invitar a mi hijo homo. ¿ Incluyo a su novio, o impongo que no se junte con nosotros ?
Imponer, no. El simple diálogo suele resolver mucho más los problemas que los silencios o las prohibiciones secas. Conténtese, si lo puede, con formular su opinión sobre la homosexualidad, teniendo en cuenta de que el hecho de invitar de vacaciones no es neutro : eso equivale a adoptar a alguien oficialmente como un verdadero miembro de la familia, aunque ello parezca suceder en un marco informal y relajado. Sin embargo, el compañero de su hijo nunca formará parte de su familia de sangre, ni siquiera por cooptación o simpatía. Tan sólo podrá ser un hijo adoptivo, a título individual. Pero no mucho más. No se mienta a sí mismo ni a los demás. Sólo la Verdad permite el Amor y las relaciones auténticas.
Y, dicho sea de paso, si yo fuera usted, evitaría hacer demasiado con el « novio » de su hijo, impulsar cualquier iniciativa. No le tiene que considerar ni como un extranjero ni como un compinche o un « yerno simbólico » con el que se podría fingir una complicidad ficticia y que podría engañar a propósito de la realidad (la familia) y de la Verdad (la fe). A menos que la convivialidad forme parte de su plan de acción para convertir y evangelizar a la « pareja » de su hijo, ni siquiera se me ocurriría invitarle, de incluirle o de excluirle a las actividades familiares. Si se requiere su presencia, en este caso sólo usted ya verá lo que puede hacer y se posicionará en conciencia cuando llegue el momento. Pero no genere ideas que darían a entender que usted anima a su hijo en el camino de la práctica homosexual. También tenga cuidado de la formulación perentoria de decisiones que induciría a pensar que usted negaría por completo lo que él vive amorosamente. ¡ Todos estos casos de conciencia ya se plantearán bastante pronto y por intermedio de los demás ! Más vale que la iniciativa no venga de usted. Todo lo que le sugiero, es que no dé por sentada, que no valide y no normalice la situación ilegítima de su hijo. No por « deber » sino en nombre de la felicidad de las personas en Verdad.
61 – Los lazos con una de mis tías, lesbiana, que además es mi madrina, se han decaído, sobre todo desde el « matrimonio para todos ». ¿ Cómo recuperar el contacto ?
Es muy sencillo. 1) Invitándose a su casa (¡ lo real, siempre es ideal !). 2) O llamándola por teléfono. Sin hablar demasiado (« ¿ Quién se justifica se acusa ») sino más bien escuchando y dejando que ella se desahogue. 3) insistiendo un poco, si ella no atiende al teléfono en seguida. 4) Pediéndole perdón : no necesariamente por « haberse equivocado » – negando lo que usted piensa y lo que cree – sino al menos perdón por « haber lastimado », o que su interlocutora « se haya sentido lastimada ». 5) Escribiéndole una linda carta. Lo más corta possible : no entrar en el debate, sino más bien insistir en la importancia de la belleza de su relación, sin negar tampoco los problemas. 6) Reconociendo (porque es verdad) que las Manifestaciones Para Todos, cuan loable sea su meta, fueron homófobas. El hecho de que salga la palabra « homofobia » de su propia boca/pluma puede tener el efecto de una bomba y convertirse en la llave que abrirá de golpe el corazón de su tía, se lo juro.
Ya sabe : contra todo pronóstico, las personas más tozudas, gruñonas y contrariadas, también son las más fáciles de convertir y suavizar. ¿ Por qué ? ¡ Debido a que es agotador estar de morros ! Monseñor Patrick Le Gal – obispo en el Ejército – explicaba una vez que la persona que pone cara larga se cansa dos veces más que los otros. Dándole vueltas a su rencor, no sólo castiga al otro, ¡ sino que también se castiga a ella misma ! ¡ Doble pena ! Para sacarla de ahí, usted tiene que recurrir a la pedagogía, al humor, a la escucha. ¡ Y ella será cuanto más feliz de tener la impresión de liberarse doblemente !
En cuanto al « matrimonio para todos » en particular, créame, los defensores del « matrimonio gay » no se han abrigado ni enfurruñado tras una larga investigación, una madura reflexión, ni una plétora de argumentos sólidos. En general, defienden la ley de manera epidérmica, sin creer en ella (¡ sólo basta con oírles hablar del matrimonio !), sin ningún otro motivo que el apoyo arbitrario y emocional a las personas homosexuales. De ahí su actual silencio refunfuñón. Ya, durante la aprobación de la ley en Francia, se aguantaban la respiración y no se sentían bien. Por otra parte, la asistencia a la edición 2013 de la Marcha del Orgullo Gay fue muy tímida y mucho menor que los otros años…
Encima, cada vez más personas homosexuales dejan de lado al « matrimonio para todos », al percatarse de sus consecuencias desastrosas y de su propia falta de interés por este « regalo » envenenado/inútil. Entonces cuente también con aquella toma de conciencia – silenciosa, lenta pero poderosa – por parte de las personas homosexuales para regresar a ellas con suavidad. Muchas están dispuestas a darse cuenta de que la relación y el pasado que han compartido con usted valen mucho más que las disputas sociales en las que la gente se mete para ocultar sus problemas íntimos.
62 – Llevé a mi hijo a una merienda de cumpleaños, y al dejarlo, me han pillado porque descubrí que su compañero de clase era criado por una pareja de hombres que supervisaba la fiesta : ¿ qué hubiera tenido que hacer ?
El mismo caso de conciencia podría plantearse si su hijo se encuentra – suele sucede cada vez más – en una clase con otro niño criado por dos hombres/dos mujeres en « pareja », o con un compañero de clase para quien uno de los dos progenitores biológicos es socialmente homosexual. Estas nuevas realidades fantasmáticas actuales, lejos de ser irrelevantes, bastan con trastornar el equilibrio y la orientación pedagógica de toda una institución escolar. Sólo en esta semana, he visto que en algunas escuelas primarias francesas, el Día de la Madre y el Día de Padre habían sido reemplazados por el « Día de las personas que amamos », en nombre de la « no discriminación » de las situaciones familiares anormativas. Así que usted se ha de preparar seriamente. La ciencia ficción, el ser humano asexuado, es para hoy.
En el asunto de la merienda de cumpleaños, pero finalmente en todas las situaciones en las que su hijo puede enfrentarse a la realidad homosexual, le aconsejaría una sola cosa : a partir del momento en que usted expone la Verdad (¡ y con toda Caridad !), son viables todos los patrones de acciones y reacciones. ¡ Entonces usted dispone de un gran margen de maniobra, en realidad ! O bien saca a su hijo de la fiesta pero con Amor (sin embargo, en este caso, esa decisión puede ser interpretada como un rechazo de personas… mientras que sería mejor favorecer el diálogo), o bien lo deja pero explicando bien cómo decide dejarlo (es decir, definiendo las condiciones con calma) y preparando un hermoso « intercambio-Verdad » con los organizadores en el momento de recuperarlo. Cuando hay amor por las personas, por la Verdad sobre lo que ellas viven, cuando hay humor, todo se vuelve posible, muchas cosas son audibles y admisibles. De hecho, es así como podemos ver cuánto la fe católica libera verdaderamente, desata los nudos, distiende la atmósfera y aumenta significativamente nuestro margen de actuación (en comparación con aquellos que actúan en el fragor de sus convicciones o de sus emociones, pero sin el fuego de la Esperanza, de la Fe y de la Caridad). La Iglesia es una verdadera riqueza, un buzón de sugerencias para cualquier situación, incluso la más grotesca.
Por ejemplo, al ver los anuncios publicitarios gays friendly y pro-« homoparentalidad » de mi agencia de seguros profesionales (la MAIF), decidí cancelar mi suscripción en esa mutualidad de Salud. Por teléfono, tuve que exponer a un agente las razones de mi despedida. Hubiera podido acobardarme, plantear por pereza y rencor una excusa de mal pagador para rescindir el contrato sin discutir. Pero actuar sin Verdad, no es actuar como Cristo. Así que tomé el tiempo para explicar por qué estaba opuesto al « matrimonio homo » y a la asignación del parentesco a las formas amorosas que no son parentales. Fue la oportunidad de un diálogo apaciguado y apasionante de casi dos horas con el empleado de la MAIF que, sin ello nunca se hubiera cuestionado sobre la oposición a la homosexualidad y al « matrimonio gay », y que me confesó después que se había sentido interpelado por la novedad y el coraje de mi discurso. A menudo la gente nos rechaza sólo porque en un principio, somos nosotros los que los habíamos rechazado y que no habíamos tomado tiempo para ellos.
63 – Divulgo mi oposición al « matrimonio gay » y a la homosexualidad (de mi hijo, mi sobrino o mi nieto). Así que me pongo de malas a toda la familia gay friendly que me considera como el católico reaccionario e intolerante. Es difícil. ¿ Cómo seguir frecuentándolos en aquella atmósfera pesada ?
Me lo figuro muy bien. A veces es difícil de soportar. Aunque el juicio por « fundamentalismo », por « conservadurismo », por « retraso arcaico », no sea agradable de recibir y suele ser injusto, trate usted de convercerse de que éste es el precio de la Verdad y de su Alegría en la persecución en nombre de Jesús, teniendo en cuenta que si el punto de desacuerdo puede debilitarse con el tiempo, nunca será un detalle. No « por nada » es el debate tan tenso y doloroso : ¡ Es debido a la importancia y a la belleza del reto ! Porque lo que está en juego con el « matrimonio para todos », es la diferencia de sexos y la diferencia Creador-criaturas (la fe, la Iglesia…)… es decir los Fundamentos de nuestra vida. ¡ Así que vale la pena luchar, perseverar, sufrir ! No tanto « para tener razón ». Sino más bien para la preservación de la calidad de relación con su familia. No hay nada peor que los vínculos o los intercambios familiares que no se viven en la Verdad. Y da igual si sus allegados no le entienden siempre, le consideran como un « facha reaccionario », le faltan el respeto y le imponen – en público como en privado – un chantaje sentimental constante. En realidad tratan de sonsacarle una Verdad y una Caridad que todavía no siguen (entonces, ¡ le toca a usted destacarse dos veces más en ambos terrenos !). ¡ Aguante ! Manteniendo siempre en su corazón el horizonte de la Resurrección.
Además (¡ y esto no es un detalle ! Tal vez seo lo más importante), en estos asuntos de tensiones familiares con respecto a la homosexualidad-heterosexualidad-homofobia y al « matrimonio gay », curiosamente, la persona que se tiene que convertir más, ¡ es usted ! ¡ El problema, no es tanto los demás ! En el fondo, se trata de un combate espiritual entre su razón y su corazón. En estos debates familiares explosivos o turbios, usted siempre será, a pesar de las apariencias, maltratado más por dentro que por fuera ; los demás siempre probarán su relación íntima con Dios, con la Iglesia, con su propia sexualidad y su matrimonio, mediante su forma de contestarles ; usted siempre será más amenazado por sus propias dudas personales y su falta de argumentos en contra del « matrimonio para todos » que por los « argumentos » y los ataques de los pro-matrimonio-gay (que por lo general no son de un nivel muy alto : su defensa de la ley es puramente afectiva e ideológica). Lo que quiero decir con esto es que si los ataques de sus parientes le afectan, ello no indica ninguna « injusticia » y « conspiración » que deberían desesperarle por su familia o por su sociedad, ni tampoco ofercerle una excusa para victimizarse aún más/endurecerse. ¡ Todo lo contrario ! Su dolor y su exasperación ilustran sobre todo que todavía no sabe bastante bien por qué el « matrimonio gay » es malo, cuánto la Iglesia tiene razón en todos los recuentos a propósito de la homosexualidad, y probablemente que usted no se ha formado lo suficientemente sobre la homosexualidad y que no ama bastante a las personas homos/a sus amigos gays friendly. Así que déle gracias a Dios por la oportunidad que le entregan aquellas persecuciones, de encontrarse en Verdad con las personas homosexuales, de sumirse en el Catecismo de la Iglesia Católica, de entrenarse en el análisis/la denuncia de la homosexualidad y de la heterosexualidad manteniéndose firmemente en el amor de las personas, de ser testigo de Jesús en el corazón de su época.
Terminaré esta respuesta regalándole un pequeño « recordatorio » muy útil que escribí hace poco tiempo, para exponer de manera sintética cuatro argumentos de peso que justifican la oposición al « matrimonio gay » (y, más ampliamente, a la Unión Civil, a la homofobia, al activismo pro-gay y pro-heterosexualidad). Ya que a menudo, incluso los oponentes al « matrimonio gay » no lo conocen, y sólo se ajustan a las « consecuencias sobre la filiación » de la Ley para justificar su objeción intuitiva (eso es demasiado facilón…). Ese recordatorio le podrá ayudar. Léalo y vuélvalo a leer. Se trata más de un recuadro para usted y para su corazón, que de un contenido que derramar y asestar a los demás (de todos modos, en general, a usted no le dan tiempo para presentarlo en el momento de responder en cinco segundos a la tradicional pregunta-que-no-espera-respuesta « ¿ Por qué está en contra del matrimonio gay ? »).
Personalmente, cuando me preguntan por qué estoy « contra el matrimonio homosexual », digo primero (y el hecho de que yo sea abiertamente homosexual me ayuda a ser escuchado y considerado legítimo para hablar, es evidente) que me opongo a éste precisamente porque amo a las personas homosexuales y a la Humanidad, y que esta ley no las respeta en absoluto, aunque ésta se imponga en nombre suyo. En mi opinión, el « matrimonio homosexual » es extremadamente grave por esas cuatro razones principales que voy a aclarar ahora mismo :
1) En primer lugar, esta ley ya no se basa en la Humanidad dado que sustituye la sexuación humana por la orientación sexual de las personas, es decir por nuestros sentimientos e impulsos humanos o, lo que es lo mismo, por la gente que nos atrae físicamente y por nuestra práctica genital. Como si fuéramos ángeles o animales, ¡ y ya no seres humanos ! Así, como si nada, con las Uniones Civiles – y luego el « matrimonio asexuado » – nos deslizamos poco a poco de los Derechos Humanos a los Derechos de los homosexuales y de los heterosexuales. Esta es una violación de nestra humanidad muy grave.
2) Luego, este « matrimonio » no respecta la realidad de las personas homosexuales y de sus « parejas » potenciales, y no resuelve para nada sus problemas individuales (violación, heridas, sufrimiento : hasta ahora, 100 amigos homosexuales míos me han revelado que han sufrido una violación) ni sus problemas « conyugales » (violencia, infidelidad, hastío) y sociales. Incluso esta ley complica su existencia y aumenta la homofobia en contra de ellas, ya que las mete en situaciones y en prácticas a menudo irreversibles, comerciales y delictivas (robo y tráfico de niños), prácticas que van a generar represalias homófobas de una crueldad terrible, más rápidamente de lo que creen.
3) Por otra parte, en nombre del « amor », el « matrimonio homosexual » retira y banaliza la diferencia sexual en los textos legislativos : el marido y la mujer se desvanecen en « cónyuges », el padre y la madre en « padres ». Simbólicamente, ya no se reconoce la diferencia de sexos como el Mejor humano para existir y para amar, cuando se sabe muy bien que no hay amor humano verdadero sin la acogida de la diferencia sexual, y que todo ser humano necesita el amor dentro de las diferencias de sexos para construirse y ser feliz. Dicho de otro modo, con el « matrimonio para todos », el amor entre los dos cónyuges diferentemente sexuados, y luego entre los dos posibles padres biológicos (hombre/mujer) de un niño, ya no es reconocido ni valorado como lo mejor para que una sociedad viva en paz, ya no está protegido por la legislación nacional. Se trata de un inicio de masacre del Amor encarnado, real. Ni más ni menos.
4) Por último, esta ley del « matrimonio gay » da lo menos tres padres a un niño. Este escándalo ha sido reconocido por casi todo el mundo, incluso por los pro-matrimonio-para-todos (por eso ya no se los oye desde la aprobación de la ley…). De hecho, a partir del momento en que se nombra « padres » a ambos miembros de una « pareja » homosexual, y en que se les da a un niño que criar, es « obligatorio » recurrir a una tercera persona, ¡ si no a 4 o más ! Y no cabe ninguna excepción : habrá lo menos très padres en los casos de adopciones, proyecto de copaternidad, consecuencias del divorcio o de una separación, reprodución asistida, vientres de alquiler, etc. El « matrimonio homosexual », ¡ es el multiparentesco (un mito) impuesto a todos ! ¡ Bienvenidos en « el mejor de los mundos » !
64 – Me voy a casar en la iglesia con mi futuro marido y, al enviar las invitaciones, estoy atrapado en el fuego cruzado : no sé si debo invitar a mi primo que vive en Estados Unidos solo o con su compañero, a riesgo de causar un psicodrama en mi propia familia. ¿ Qué tengo que hacer ?
Si yo fuera usted, invitaría igual a su primo con su pareja. Convidarlo a venir solo equivaldría a no respetar su libertad o su compromiso de vida. Negaría su sinceridad, su situación concreta, así como su persona y la relación entre él y usted. Sería un castigo y una intromisión en cosas y elecciones que no son suyas. Menos mal que no acogemos a las personas según lo que hacen, pero sólo según cómo son, aunque no estemos necesariamente de acuerdo con sus acciones y su estilo de vida, y a pesar de nuestros desacuerdos. Si abriéramos nuestra puerta únicamente a aquellos con los que estamos de acuerdo al 100%, o si invitáramos a nuestra boda sólo a la gente con una forma de vida irreprochable, ¡ nos encontraríamos completamente solos !
Nuestro amor por los demás debe ser incondicional. No amamos a las personas a partir del momento en que se lo merecerían, estarían en regla o de conformidad con nuestra idea de la ética, aprobaríamos todos sus actos. Les abrimos nuestra puerta porque los amamos más allá de lo que hacen, y más allá de la respetabilidad y del decoro social. Esto no nos exime de coronar esta acogida de Verdad, especificando claramente por qué las acogemos, y teniendo en cuenta la rectitud de los actos. Pero es la Caridad que prevalece. « Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad. » (1 Cor 13, 13) Por mi parte, invitaría a su primo y a su « novio », al mismo tiempo que les enunciaría claramente lo que pienso de su unión. No de manera peyorativa ni maniquea – « Estáis equivocados, cometéis el mal, no sois felices, lo que hacéis es pecado, etc. » – sino en modo positivo – « Somos testigos que lo que estáis experimentando es sincero y os trae beneficios innegables, pero creemos que tenéis mejores cosas que vivir que una pareja, que no estáis un mínimo saciados juntos ni que todavía cada uno de vosotros haya encontrado su mejor lugar. Si os invitamos a los dos, no es como pareja, sino como personas que apreciamos cada una personalmente, como dos amigos, como dos seres queridos. Si os escribimos esto, es porque queremos estar en Verdad con vosotros, porque os amamos y que deseamos que estéis a nuestro lado para la fiesta. »
65 – Mi hijo, en pareja con un hombre, tiene un niño (por vientre de alquiler, u otros) y luego lo bautiza en la Iglesia. ¿ Voy a la ceremonia o no ? ¿ Acojo a este niño o no ?
No cabe duda de que tiene que acoger a este niño. En cuanto a la ceremonia ou la misa de bautismo, si usted tiene la fuerza, y bajo la condición de que haya dicho previa y libremente la Verdad y su opinión sobre la homosexualidad, acuda a pesar de todo al evento. Incluso un niño nacido de manera ilegal, ilegítima, mercantil, y por los malos medios, no tiene que pagar todas las consecuencias del orgullo de sus padres (¡ ya pagará bastante !) y no ha de ser privado de la Gracia divina. ¡ Él sería el fruto de una violación que usted iría a su bautismo de todos modos ! Considere que el proceso de los « padres », por muy amañado que sea, les inducirá necesariamente a caminar, e incluso a convertirse, al contacto con la catequesis del sacerdote sobre el bautismo, si alguna vez éste es bueno. Sólo puede ser bueno para ellos que usted ingrese un poco a la alegría de la fiesta (porque el bautismo sigue siendo una gran fiesta) y que ellos oigan por medio indirecto y sagrado la Verdad sobre su situación adúltera.
Ya sé, como usted, que « la religión es sagrada », y que si no hacemos las cosas en forma debida, sobre todo a nivel del rito, de las condiciones de administración sacramental, de la pureza de las intenciones de los « padres » que bautizan, se cuestionará fuertemente la validez del Sacramento. Además, su presencia en el bautismo podría dar la impresión a su hijo y a su círculo social de que usted ratifica el estilo de vida homosexual. Pero en su corazón y en sus palabras, sabe muy bien que, si se ha mantenido firme y leal a su ser interior en Jesús, no desviará y no animará/alimentará ningún mal. Aún mejor : limitará los daños y desempeñará verdaderamente su papel de mensajero de Dios. Y, por último, un sacramento, aún cuando es administrado en condiciones poco óptimas y ha decidido abrazar los medios y la Humanidad defectuosos, ¡ sigue siendo un Sacramento !
66 – En un campamento católico de esquí, un joven me confiesa sus sentimientos por un amigo de la misma edad. ¿ Qué hago como animador o como uno de sus compañeros ?
Antes de buscar una solución humana, rece y busque el asesoramiento del Espíritu Santo. Él seguro le contestará, de manera muy clara y sorprendente.
Junto a esta solicitud espiritual, usted tiene sin duda un papel que jugar. Si la divulgación – accidental o confidencial – de una homosexualidad le ha sido regalada, no es por casualidad. Es que se ha considerado que usted puede aguantarla, que es digno de confianza, o más peligrosamente, se la ha puesto a prueba/ligado. Regocíjese de ello, pase lo que pase, ya que le dará la oportunidad de anunciar a Cristo y de aliviar a una persona que ya no llevará su cruz invisible solo. Gracias a usted.
Si usted es animador en un campamento, es muy probable que el descubrimiento de la homosexualidad de uno de los jóvenes que está a su cargo sea accidental (aunque yo conozco el caso real de un joven que vino a confiar sus sentimientos amorosos « irreprimibles » respecto a otro chico de su grupo, a su jefe… y tristemente/demagógicamente, dicho « responsable », contra toda previsión, se había sentido halagado por tal marca de confianza, y se había hecho de casamentero entre los dos chicos, justificando su tráfico por la banalización y su propio desinterés en la historia). En el caso de que usted es testigo de un idilio homosexual que se está rondando, le aconsejo que no divulgue la confidencia a los otros miembros del equipo ejecutivo, ni tampoco que encubra el incidente, ni mucho menos que promueva la libre expresión de la homosexualidad entre los dos interesados, sino que tiene que operar ante todo a corazón abierto en el marco de la relación interpersonal, en el diálogo cara a cara (con los dos chicos implicados juntos, o por separado o incluso solamente con el « tentado »), en la explicación serena y la desdramatización de las primeras atracciones afectivas adolescentes.
Si realmente usted se da cuenta de que la situación no mejora, y hasta se pone fea (lo que resultaría muy sorprendente porque normalmente, la complicidad que instauran la verbalización y la comprensión de la tentación homosexual corta por lo sano), entonces, será necesario incluir a otras personas en el grupo de conversación (monitores, director de colonia, padres, grupo de jóvenes …). Pero le deseo que no se llega a esos extremos. Dado el miedo, la ignorancia, las humillaciones y el chantaje emocional que suele armar cualquier debate sobre la homosexualidad, esto podría herir inútilmente a gente, en particular a las personas directamente afectadas.
67 – Yo soy un joven scout y me hago ligar por uno de mis compañeros que me revela sus sentimientos. ¿ Cómo reacciono ? O me han puesto una mano en el trasero o un compañero de secundaria me ha acariciado. Nos hemos masturbado mutuamente delante de una película porno y me ha gustado. ¿ Qué hago ?
Película « No Se Lo Digas A Nadie » (1998) de Francisco Lombardi
No entres en la dinámica ni el círculo vicioso de la intimidación, de la banalidad, de la diversión. La sexualidad es importante, hermosa y frágil a la vez. Sé cuánto es extremadamente difícil ir a hablar de ella con alguien, ya que el gesto afectivo, amoroso, erotizado, recibido además a una edad demasiado joven, es desconcertante y humillante porque a menudo no es libre, no es muy fácil de demostrar (por lo general, es oculto y furtivo), no parece lo suficiente grave como para ser denunciado o bastante inocuo para no despistar. Y encima, cuando este gesto es homosexual, rechaza la diferencia de sexos, por lo que hiere aún más la identidad sexuada de las personas que lo comparten : pone en tela de juicio una identidad masculina o una identidad femenina, y más aún en proceso de construcción. Así que ello incrementa el trauma. Cuando la amistad se entromete (uno no tiene ganas de denunciar a un compañero), cuando la amenaza de los rumores se entromete, cuando la desconfianza acerca de los adultos se entromete (un joven no quiere que ellos exageren la situación, que el incidente se convierta en un asunto de Estado, que se amplifiquen los problemas), cuando la responsabilidad personal se entromete (para hacer este tipo de obscenidades, se debe ser como mínimo dos) y cuando el ridículo (el bam-bam o el porno o las caricias, son cosas de marica o de bebé) cierra el ciclo, entonces, casi siempre es la condena al silencio.
Aún así, si puedes hablar con un adulto de confianza, que sabrá escucharte, tranquilizarte, confirmarte que lo que has experimentado no es ni normal ni monstruoso, ni revelador de tu identidad profunda, que sabrá disociar el acto de tu persona (porque cuando uno tiene tu edad, encuentra dificultad para no identificarse con sus propias acciones), que sabrá resolver el problema permaneciendo discreto y respetuoso, hazlo. No guardes para ti lo que pasó. De lo contrario, podrías interiorizar tu miedo o tu experiencia (quizás bajo la forma de una homosexualidad cuando llegues a la edad adulta, lo que sería una lástima porque nadie es « un homosexual »), y dejar a tu o tus cómplices de tontería sin ayuda tampoco. Todos los adultos no son maduros, pero todavía hay unos pocos que lo son. Y además el lugar más seguro donde puedes estar seguro de encontrarte con una persona que será una tumba, es la confesión a un sacerdote católico.
68 – Han ligado homosexualmente a mi hijo en el Movimiento Scout. ¿ Cómo me enfrento al evento ? ¿ Monto un poyo ?
Al contrario, haga todo lo posible por evitar el escándalo (« Bienaventurados los pacificadores »). Y ahórrese una nueva versión de los psicodramas burgueses…
Conozco personalmente el caso – no en el marco del Movimiento Scout sino en el de un instituto de secundaria relativamente acomodado, lo que es lo mismo – a un alumno que hizo su declaración de amor a otro de la misma edad sin que haya habido paso al acto homosexual. Nada más que intenciones expresadas, la revelación de sentimientos, tal vez una nota de amor interceptada, de todas formas la expresión de una emoción. Pero nada más, a priori. A la vez los hechos han sido conocido en seguida porque el compañero que recibió esta declaración ha tenido el reflejo de hablar de inmediato a su padre, y el equipo ejecutivo adulto tomó el asunto en sus propias manos y apagó el fuego con calma convocando discretamente y por separado a los dos jóvenes involucrados. Al parecer, trato hecho.
Obviamente, si esto le sucede a su hijo, sea él la « víctima » o bien el autor del derrape (en el supuesto de que los papeles sean fácilmente separables, lo cual no es siempre el caso), usted puede calmar los ánimos, ofrecerle tomar tiempo para hablar, escucharlo a solas, apaciguarlo. Si es su hijo quien siente la atracción homosexual, usted puede además valorar con él la importancia y la belleza de las amistades de la adolescencia a menudo « fuertes » y apasionadas (al mismo tiempo que vuelva a darles su justa medida), enseñarle a descubrir sus impulsos y a canalizarlos, tomar el tiempo para examinar sus sentimientos (« Vamos a ver si duran o no… »), no despreciar su sinceridad, reanudar el diálogo cuando sea necesario, explicar con calma lo que es la homofilia, es decir una atracción o una fascinación sentida por cierto número de jóvenes de su edad, y que constituye a menudo una etapa clásica de la madurez afectiva de los adolescentes. La homofilia no anuncia necesariamente una homosexualidad presente o futura, sino que al contrario es la expresión de una falta de confianza, de una carencia de amistades, de una angustia, y la promesa de una bella sensibilidad a la amistad. « Sé libre, hijo mío, y no establezcas en ti lo que no es fijo. Es humano temer a la sexualidad, puesto que ella es la muerte y la vida. »
Por último, me doy cuenta de que en este tipo de configuraciones, de manera extraña y contra todo pronóstico, la intervención de los adultos se centra más el incipiente y joven incendiario que en el demandante. Por prudencia y para « no retorcer el cuchillo », se descuida al recibidor. Es lógico. Primero la atención se centra en el peligro, en el culpable, para evitar que él haga mayores daños y otros adeptos, y porque se supone que el joven a quien ha halagado tiene la inocencia para él, sería capaz de recuperarse y se recuperará rápidamente una vez que se haya resuelto la crisis, porque los adultos quieren desdramatizar, hacer borrón y cuenta nueva, exonerar al muchacho que según ellos habría sido un blanco accidental a sus espaldas. Sin embargo, opino que el seguimiento, sin por ello ser afiebrado y pesado, debe ser procurado tanto al depredador como a su presa. Porque no hay que creer que la propuesta – incluso esbozada, incluso tácita, incluso exterior, incluso extranjera, incluso ilógica – de la homosexualidad no tendría ninguna incidencia en la mente y en el corazón del joven que la recibe. Aún cuando él fuera guapo, viril y que no presentaba antes de la declaración ningún síntoma de homosexualidad. Un adolescente, a esa edad, también es frágil, sensible a su poder de atracción y de seducción. El hecho de haber sido capaz tan joven de gustar eróticamente a otro chico de su edad puede crear en él ese tipo de cuestionamientos : « Si he causado un dilema amoroso homosexual en el corazón de un amigo, si he inspirado homosexualidad, tal vez será porque se desprende de mí una homosexualidad inconsciente… tal vez haya sido yo ambiguo y me lo haya buscado… Esta declaración de amor no ha podido pasarme por casualidad… ». Entonces, a ustedes adultos que me leen, no desprecien demasiado rápido la influencia sentimental de las series de televisión sobre nuestros jóvenes, dispuestos a creerse y a imitar incluso lo que al principio nunca hubiera sido para ellos objeto de identificación.
69 – Estoy enamorada de un hombre homosexual católico. ¿ Dejo el caso o insisto ? (Pregunta subsidiaria : ¿ son todos los chavales católicos de hoy sea gays sea seminaristas ?)
Sé de situaciones en las que la insistencia, la suavidad en la perseverancia, la paciencia y la templanza, tuvieron su recompensa. Y dan parejas muy felices (aún cuando la homosexualidad del cónyuge nunca desaparece por completo, y a menudo pone la pareja en alerta, obliga a un diálogo permanente de alta calidad…). ¡ La fe ayuda ! Conozco otros casos en los que por desgracia las mismas cualidades han resultado un fracaso. Esto no quiere decir que haya chicas más dotadas que otras, que usted no tenga habilidades por si acaso no funciona, o que su fe no sea lo suficientemente fuerte. Sólo significa que la homosexualidad es un miedo y una herida compleja, que puede ser domesticada y acercada con mucho más frecuencia de lo que se piensa, pero que a veces es demasiado profunda para ser domada en un tiempo terrestre o incluso por una hermosa amistad (espiritual). El peligro de este tipo de configuraciones (cf. véase el símbolo « Amiga de un tío gay » en mi Diccionario de Códigos homosexuales), es el idealismo y el voluntarismo… o bien, en el extremo opuesto, la desesperación y el abandono. Además, el clima mediático actual no ayuda a salir de la creencia de que la homosexualidad puede/podría superarse.
Por lo tanto, le toca a usted identificar por qué ha ido a parar en aquella situación torcida, y a veces inextricable. Le toca discernir las verdaderas razones, y comentarlas con la persona homosexual que la atrae. ¿ Será por masoquismo, por amor a las complicaciones, por orgullo de salvar al otro, por miedo a los hombres y por androfobia, por miseria afectiva, por adolescencia retardada ? ¿ O bien será por fe verdadera, por amor auténtico de la persona y de la diferencia de sexos, por confrontación a la minusvalía, por coraje noble y lúcido ? « Ninguna mujer es atraída por una persona homosexual por accidente. » observa el padre Xavier Thévenot. Tal vez sea una prueba que Dios le manda porque Él siente que usted tiene el carisma para llevarla. Tal vez sea una artimaña del diablo para hundirla en sus heridas sexuales. Sólo usted tiene la respuesta y encuentrará aquella en Cristo. Pero usted también tiene una herida, eso está claro.
Respecto a su paréntesis humorística final, claro que existen también muchos hombres católicos equilibrados, muy « machos » y muy « padres », firmes en su fe, que la esperan y que aún saben cortejar de manera sana. No todos son sacerdotes o homos o ya casados o divorciados. No lo dude. Aunque a veces parezca que no hay mucha variedad, que la Iglesia católica y la práctica religiosa son « cosas de mujeres » llenas de chicas vírgenes y hambrientas, aunque comprobemos que nuestra época castra, emascula, « frigidifica », asexualiza, deviriliza a los hombres, figúrese que todavía hay muchos hombres leales – en las iglesias, en los grupos la oración, en las parroquias – aún célibes que expresan en secreto la misma queja que usted, pero esta vez en su contra : « Ya no hay verdaderas mujeres. Todas son chicas fáciles o, por el contrario chicas nerviosas y saturadas de principios rígidos. Las mujeres de hoy me agreden, me piden a la vez demasiado y no bastante, son complicadas. Son mujeres-madres o señoritas… pero no esposas. ¡ Me estoy asfixiando ! » En algún momento, tendremos que parar, entre los sexos, de creernos tan diferentes. Que yo no digo nada…
70 – Soy animador cristiano en un campamento para minusválidos, y observo los acercamientos entre dos veraneantes trisómicos. ¿ Dejo hacer o los separo ? ¿ Qué les digo si fingen el compromiso amoroso bajo la presión de los demás ?
Ya presencié la escena como animador. Fue durante un « guateque » con bailes. En aquella época, separé sin brutalidad y sin ruido a los dos veraneantes. Y no ocasionó ningún problema. El humor, la sonrisa y el silencio hacen el resto. En cuanto al compromiso amoroso entre dos personas con síndrome de Down o discapacidad mental, rara vez este se reivindica, y no reviste – que yo sepa – un carácter oficial ni serio ni incluso amoroso (… lo que no significa que, en otro marco que la unión/el acto homosexual, estas mismas personas no puedan ser capaces de amar verdaderamente : ¡ todo lo contrario !). Las personas trisómicas, a menudo muy sensibles y mimosas, están más inclinadas a gestos de efusión de ternura cualquiera que sea el sexo de la persona a quien desean entregarse, que a una práctica afectiva exclusiva con las personas de su sexo, es decir a una homosexualidad fija. Encima de que entre dos personas adultas « consentidas » y aparentemente « en pleno uso de sus facultades mentales » ya me cuesta dar credibilidad a la autenticidad de sus abrazos y de su « pareja », cuánto más me cuesta creer en la libertad y en la seriedad de los besuqueos y del cosquilleo intercambiados entre dos personas con síndrome de Down del mismo sexo. Hay que dejar – y lo digo para todos – de alimentar el mito del « amor homosexual » y de la « identidad homosexual », más aún cuando los más frágiles son instrumentalizados con fines identitaristas y sentimentales muy dudosos.
71 – Me consideran como homófobo porque soy católico. ¿ Tengo que esconder mi fe ? Si afirman « Dices esto porque eres creyente », debo responder « ¡ Para nada ! Lo digo porque es verdad y es sentido común. ¡ Diría lo mismo si fuera ateo ! » ?
Si le acusan – además como « homófobo » – a causa de su identidad de Hijo de Dios y de la Iglesia-Institución, que esto sea para usted una ocasión de humildad, de humor y de alegría (No por nada, de las 9 Bienaventuranzas ofrecidas por Jesús en la Biblia, ¡ 3 se refieren a la felicidad en la persecución en nombre de Cristo y de la fe !) y no un pretexto de orgullo y de desprecio (« Si me persiguen, ¡ será porque siempre tengo razón ! ¡ Y eso me da aún más auto-satisfacción de poseer la Verdad, y me da el derecho a contra-atacar con la misma violencia o una violencia decuplicada ! » ; « La homofobia : ¡ Tontería ! ¡ Es como la extrema derecha y el Généro : sólo existen en boca de los paranoicos ! »)
De mi propia experiencia, cuando alguien me suelta « Dices esto porque eres católico » (subtexto : « por superstición y por sumisión a otra persona que tú, y que piensa en tu lugar »), contesto un CLARO QUE SÍ entusiasta. Estoy feliz de afirmar que me opongo a la homosexualidad (y no a las personas homosexuales, infinitamente dignas de ser amadas) porque soy católico. Y es porque soy católico por lo que me vuelvo realista, concreto, verdadero, experto de la realidad homosexual. Me complace declarar con convicción que, a causa de la Encarnación de Jesús en nuestro mundo y del rasgo empírico y sencillo de la fe, el catolicismo coincide con el sentido común de la persona atea, se une a la vida íntima de cualquier persona, y que entonces yo podría hacer las mismas observaciones sobre la homosexualidad si no fuera creyente.
Otra buena nueva que le puedo traer para ayudarle a poner al maltrato buena cara y buen corazón. En los « debates » apasionados sobre la homosexualidad, si usted oye la palabra « homofobia » o el adjetivo « homófobo/homofóbico » por parte de sus críticos, ¡ considere interiormente que le ha tocado el Gordo ! Ya que, en ese caso, no sólo juegan su última carta y muestran su talón de Aquiles, sino que además dan pábulo a la espada de Verdad-Caridad. Por una parte, porque las personas – incluso homos – no saben nada de homofobia (eso representa para usted una oportunidad clave de enseñarles su ignorancia) ; luego, porque usted va a responder a la agresión por una confianza relajada (maravillosa oportunidad de desarmar/impresionar al hosco) ; en tercer lugar, porque la homofobia es un tema doloroso e impresionante (con ella, se trata de sufrimientos de adolescencia, de suicidios, de violaciones, de asesinatos, etc., en una palabra, ¡ pega fuerte !), entonces un tema que tiene majores probabilidades de tocar la fibra sensible de su oyente que el discurso teórico sobre la homosexualidad ; por último, porque con la homofobia los debates sobre la homosexualidad se descentran del juicio de las personas para trasladarse lentamente hacia la tierra más pacífica y menos culpabilizadora del juicio de los actos. Al examinar la violencia insospechable de la « identidad » homo y de la práctica homo, el pasado escolar/amistoso/profesional/social/amoroso de las personas homosexuales, la gente ya no se sentirá atacada escuchándole. Ellos le considerarán como alguien que conoce bien a las personas homosexuales y que se ha dejado tocar por su sufrimiento y su mundo. ¡ Como un católico estupendo !
72 – ¿ Debo decir la Verdad sobre la homosexualidad al riesgo de no ser escuchado y de romper de entrada toda posibilidad de diálogo, de escucha, con mi interlocutor ?
Sí. Todo depende de cómo (es decir, con fuerza y suavidad). Pero sí. Escuchado, usted nunca lo será por aquellos que ven la fe como una « debilidad del espíritu ». El diálogo, de todas formas, usted nunca lo hubiera tenido, incluso si se hubiera callado sobre la homosexualidad. Entonces, más vale hablar del tema. No tiene nada que perder, y todo que ganar. Por experiencia propia, sé que la homosexualidad es un sujeto que provoca la escucha, la curiosidad, las reacciones y la palabra, que destruye la indiferencia. Sea o no homo, este tema es una autopista hacia la fe, y la fe una autopista hacia el tratamiento de la homosexualidad. Y los enemigos de la Iglesia y de la Verdad buscarán mil excusas, mil reivindicaciones hipócritas, mil chantajes, hasta que usted cierre el pico, que no anuncie la Buena Nueva católica a las personas homosexuales, que no hayan logrado arrancarle su luz.
73 – Mi hijo homosexual no quiere leer su libro. Además, le odia, y dice que es por culpa suya si ha abandonado la Iglesia y quiere suicidarse. ¿ Qué actitud adoptar ?
No fuerce su libertad. Por supuesto. Aunque entiendo su frustración, impaciencia y ansiedad. Yo suelo representar a ojos de las personas homosexuales enojadas contra la Iglesia, contra su familia, y también – esto parece mentira – contra su propia homosexualidad (que se obligan a banalizar porque no la llevan tan bien como lo pretenden) la quintaesencia de la monstruosidad. Pero a menudo hay una fina línea entre la ira y el amor. La ira es la fase terminal de la mala fe, y el preludio a la confianza. Los indiferentes no son movidos por nada en absoluto. Mientras que los indignados están a punto de dar un vuelco a favor del amor, de la confesión de preferencia, y de la fe. Por ejemplo, son los personas más ateas que se convierten al catolicismo (consideremos a san Pablo, quien perseguía despiadadamente a los cristianos justo antes de su conversión). Recuerdo a un amigo homosexual, que tiene tres años más que yo, que vino con su novio a escuchar una de mis conferencias en el Este de Francia, y que se dió la vuelta como una tortilla al oírme. Me contó más tarde que antes de venir, me odiaba. Hoy, es un verdadero hermano que está haciendo un camino de fe sorprendente. La barrera de fantasmas y de enemistad entre el « Philippe Ariño mediáco » y el « Philippe real » vuela en pedazos cuando la gente se encuentra conmigo y deja de atribuirme sus peores fantasmas homófobos y anticlericales. Por lo tanto, la actitud de cerrazón de su hijo o hija respecto a mí – y más generalmente respecto a usted y a la Iglesia – paradójicamente trae consigo una gran promesa.
Por último, otra cosa es cierta : no hay prueba sólida de que mis conferencias y mis escritos hayan podido hacer que un día la gente se suicide o se aleje de la Iglesia. Muy al contrario. Tengo confirmaciones por e-mails que mi testimonio trae a personas homosexuales a la práctica religiosa, a misa y a la oración (¡ hasta a sacerdotes !). Las malas lenguas que difunden el rumor según el cual yo vaciaría los bancos de las iglesias y provocaría suicidios, nunca me han leído o escuchado, y tratan de silenciarme haciendo hablar a sus muertos (fantaseados) en su lugar. Además, mi discurso sobre la homosexualidad es tan positivo que es difícil estar deprimido después de haberlo oído. De hecho, en el caso en que casi toda la sociedad impone que sólo habría dos caminos de felicidad obligatorios para nosotros las personas homosexuales (es decir la « salida del armario » y la « pareja »), ¡ yo digo que hay tres ! : dos satisfactorios (los que acabo de mencionar) más otro que los supera (la homosexualidad continente entregada al mundo y a la Iglesia, y vivida en una amistad desinteresada). ¡ Tan sólo estoy abriendo la perspectiva de la felicidad de ser homosexual, y valorando a los solteros ! Así que incluso la persona deprimida de ser homo, incluso el adolescente aislado o creyente, incluso la persona homosexual que se siente mal en « pareja », incluso la que está viuda o ya mayor o que se encuentra fea, ¡ no pueden sino alegrarse ! Además, yo no veo en qué medida el hecho de dar una imagen negativa de la práctica homosexual – imagen que corresponde a menudo con sufrimientos y violencias reales – empujaría al suicidio y devaluaría la belleza de las personas homosexuales : ¡ es más bien la indiferencia gay friendly y la denegación de los sufrimientos que viven mis hermanos homosexuales que los lleva a veces a lo peor !
74 – El « matrimonio para todos » me hizo sentir incómodo con respecto a las personas homosexuales. Yo casi no fui a las manifestaciones (o no fui del todo). ¿ Usted entiende mi dilema ?
¡ Y cómo ! Tan pronto como vi el giro de las Manifs Para Todos y su fundamentalismo natalista que excluía la propia esencia del « matrimonio para todos », a saber la homosexualidad, dejé muy rápidamente de participar en ellas. Por eso nunca tiraré la piedra a alguien que se negó a ingresar a la mascarada que fueron las Manifs Para Todos, e incluso animo a la gente a que no vaya y no financie esta estructura politiquera con un nombre tan absurdo como los medios de su causa. Entre los pro-matrimonio homosexual y los anti, en realidad, es difícil encontrar su sitio. Yo mismo, todavía no lo he hallado.
Los líderes socialistas que impusieron la asexuación sentimentalizada del « matrimonio para todos » a todos los franceses nos hicieron creer que las personas homosexuales eran la ley que se aprobó en su nombre y en teoría « por su propio bien ». Entonces es lógico que, debido a este chantaje y a esta amalgama engañosa, muchas personas homosexuales se hayan identificado frenética e ingenuamente con el « matrimonio para todos », y que muchos detractores de dicha ley, por temor a pasar por homófobos y a cortar definitivamente con amigos o familiares homosexuales, hayan ocultado su participación en las Manifestaciones Para Todos y quizás no han ido del todo.
Por lo que yo me abstengo de juzgar a cualquiera en función de su presencia o ausencia en las manifestaciones en contra de la Ley Taubira, y puedo fácilmente ponerme en los zapatos de aquellos de ustedes que han preferido no acudir a aquellas, sobre todo cuando nos damos cuenta con el tiempo de su torpeza y de su homofobia. Porque si no cabe duda de que el « matrimonio para todos » dividió mucho a la sociedad, al mundo y a la Iglesia Católica, y que era nuestro deber de oponernos a éste (Se trata de una ley que transforma la diferencia de sexos en opción de identidad y de amor, Cuando en realidad la diferencia de sexos es la condición primera e innegociable de la existencia humana y del Amor), si es cierto que la Ley Taubira constituye un hito civilizacional dramático para nuestro planeta, no es menos cierto que la oposición tonta, homófoba, y obsesivamente natalista, de los « católicos » contra la Ley Taubira también contribuyó a dividir a la sociedad y a la Iglesia. De hecho, el colectivo La Manif Para Todos abriga la legislación contra la cual pretende luchar : ¡ ya no habla en absoluto del « matrimonio para todos » y lo ha sustituido por la lucha contra la maternidad subrogada (GPA) y la propuesta de una nueva Unión Civil (el PVC : una Alianza de Vida Común) ! Es asombroso.
Para ocultar su homofobia y no tratar de la homosexualidad, para aprovecharse de los católicos crédulos aterrorizándoles, La Manif Para Todos ha alternado (¡ y sigue haciéndolo !) los espantapájaros que hacen una cortina de humo a la homosexualidad e incluso al « matrimonio para todos » : el Género (Gender), la GPA (vientres de alquiler), el transhumanismo, la esclavitud humana, la libertad de educación… En todo caso, este movimiento Pro-Vida niega a Jesús y a las personas homosexuales desde el principio. Así que entiendo perfectamente que cualquier enamorado de la Iglesia y de Cristo, y cualquier amigo de las personas homosexuales, se sienta extremadamente herido por las Manifestaciones Para Todos, y llegue a ser escéptico tanto con el « matrimonio para todos » como con el movimiento de protesta de este último.
Guinda del pastel : ¡ incluso aquellos que no son capaces de defender el mensaje de la Iglesia sobre la homosexualidad ni su fe católica, están tratando ahora de ocultar su catofobia y su homofobia jugando el juego del « compromiso » político y cultural, defendiendo a los Cristianos de Oriente o la Ecología o « la Vida o « lo Humano » o los « valores/raíces cristianas » ! ¡ Cabe arrancarse el pelo ante tantas contradicciones, orgullo e hipocresía ! Recuerdo a estos apóstatas que los Cristianos orientales son perseguidos en realidad porque nosotros, los católicos occidentales, precisamente ya no asumimos ser católicos y porque avalamos la Unión Civil, fingiendo oponernos a ella sin nombrarla.
75 – ¿ Eran los eslóganes pro-Vida de La Manif Para Todos justos ?
No. Eran y siguen siendo catastróficos. Caen sea en la enunciación de verdades positivas insípidas que no asumen a Jesús, sea en la negación y la demonización irreflexiva del enemigo. Los militantes y líderes de La Manif Para Todos (= los Pro-Vida) reproducen de idéntica manera lo que reprochan a sus oponentes : por ejemplo, el propio título de La Manif Para Todos es la réplica exacta del « matrimonio para todos » (gracias, Frigide Barjot, por este mimetismo « ingenioso »…) ; han privilegiado la forma en detrimento del fondo (La Manif Para Todos, no significa absolutamente nada, excepto una universalidad sin contenido) ; la Alianza de Vida Común propuesta hace poco por La Manif Para Todos es una copia de la Unión Civil ; la heterosexualidad y el « amor homosexual » no son cuestionados por los activistas de La Manif Para Todos, al igual que los pro-matrimonio-gay ; transforman la unidad en un absoluto, exactamente como sus oponentes LGBT con el argumento de la igualdad ; por su trato únicamente natalista del « matrimonio para todos », transforman a la madre y al niño tanto en objetos como los promotores de la maternidad subrogada (¡ y eso que el Papa Benedicto XVI nos había advertido bastante contra las derivas del natalismo !) ; del mismo modo que los miembros heteros gays friendly del lobby LGBT, defienden « la Vida », « lo Humano », « la Familia », « la diferencia », « la voluntad humanista », sin darse cuenta de que usan textualmente el lenguaje del mundo. En su oposición a la homosexualidad y a la desnaturalización del matrimonio, los líderes LMPT siguen centrados en el niño, excluyendo así a todos los seres humanos que no entran en el marco del matrimonio procreativo o de la familia tradicional, es decir a casi toda la Humanidad. Encima, dejan totalmente de lado a la realidad intencional y emocional del « matrimonio para todos », y a la realidad sentimental y sacramental del matrimonio tradicional.
La Manif Para Todos, y todos los movimientos Pro-Vida que de ella se derivan, actualmente presenta uno tras otro los tópicos lingüísticos más patéticos y heterosexistas. Voy a tomar algunos ejemplos sacados de la realidad. Diciendo que « la homosexualidad no es un problema, pero que el problema radica sólo en las consecuencias sobre el niño », están equivocados : la homosexualidad, incluso como tendencia no actuada, ya constituye un problema para la persona que la siente, y no merece nuestra indiferencia. Pretender que « el matrimonio no es una cuestión de amor » es falso. El matrimonio, inclusive civil, es a menudo una cuestión de amor, aunque no figure en el papel. Defender que « un niño necesita un padre y una madre » es una mentira. Sólo necesita un padre y una madre que se aman. Dicho de otro modo, sólo necesita el amor entre su padre y su madre biológicos. Decir « papá + mamá = niño » también es falso. La diferencia de sexos no es una garantía de niño, y no basta con ser capaz técnicamente de procrear para merecer el matrimonio ni para ser promovido socialmente como modelo de amor y de familia. Decir « Un padre, una madre, no se miente a los niños » es falso : a menudo, en los casos de « homoparentalidad », el niño puede conocer física e intelectualmente la identidad de sus padres. No sufre sistemáticamente una disimulación. El problema no es la mentira sobre la genealogía, sino el no-reconocimiento del amor entre los dos padres diferentemente sexuados de un niño. Otra elucubración enunciada por La Manif Para Todos : defender « lo Humano », « al Niño », « la Vida », « los valores », « las convicciones », « el porvenir », « la Esperanza », la perseverencia (« No Pasarán ! », « On ne lâche rien ! »), es inoperante, ya que incluso los defensores del « matrimonio gay » le hacen. La única cosa que nos distinguiría de ellos, es la lucha contra la heterosexualidad, pero La Manif Para Todos no se atrevió a ello. Decir que « la sexualidad es del orden de lo privado y que la orientación sexual no es asunto de nadie » es falso. La sexualidad y el amor son tanto individuales como sociales porque constituyen realidades abiertas al mundo y a la vida. Decir que « nadie se define según su sexualidad » es falso y mundano : de ningún modo se puede reducir la sexualidad a la genitalidad ni a la sentimentalidad ; todo lo que es humano es sexual, ¡ por lo que cada ser humano se define por su sexualidad ! Estar en contra del Género (Gender) es absurdo : tenemos el deber de defender el género sexuado y las imágenes engeneradas ajustadas a la Sagrada Familia. ¡ Así que no tenemos que posicionarnos en contra de todo los géneros ni en contra del género en sí ! Decir que « el problema son los lobbies » es falso : cualquier grupo de presión no es malo en sí, y la Iglesia Católica, por ejemplo, es un lobby que tiene el mérito de existir. Decir que « el problema es el pensamiento único y los medios de comunicación » es falso. Todo depende de lo que se pone detrás de « pensamiento único » y la principal lección que hay que sacar es que el primer pensamiento único y el primero de todos los medios de comunicación, ¡ somos nosotros ! Decir que « Cristo nunca se metió en política y no hizo nada de político » (traducción = « los católicos no deben mostrar su catolicidad en la política y en los medios de comunicación ») no es correcto. La política es la vida. Bien es cierto que Jesús nunca ha sido un politiquero, pero ha amado lo suficiente a la gente y ha propuesto un modelo de vida que constituía un contrapoder visto como peligroso por los políticos de su tiempo, como para ser político y ser juzgado digno de ser crucificado. Decir y creer que « la ostentación de la identidad católica no es estratégica porque aquella cierra puertas y pasa por proselitismo », esto es falso : « católico » significa universal y abre puertas (las del Cielo, y a veces las de la tierra). Por último (porque bien hay que cerrar la lista en algún momento…), los militantes de La Manif Para Todos todavía no han comprendido que el Género no era un lobby organizado (ajeno a ellos), ni una terrible ideología-fantasma, ni una teoría bien conocida de los que la defienden, sino al contrario una ideología – la heterosexualidad – que ellos mismos apoyan porque no la denuncian explícitamente y porque confunden la heterosexualidad con la diferencia sexual.
El discurso « emprendedor », altermundista, filosófico, político (tipo Osos Amorosos, burgués-bohemio o extrema derecha), vagamente « cristiano » (o demasiado cristiano para serlo verdaderamente), verde, de movimientos como Ecología Humana, La Manif Para Todos, la revista Límite, las Sentinelas, etc., está completamente detrás del palo (Civitas y el Porvenir Para Todos, ni hablar). Incluso el argumentario de Ecología Humana es puro Humanismo Integral. Pretende luchar contra el transhumanismo, ¡ cuando en realidad el transhumanismo ES el Humanismo Integral y apuesta todo en el Hombre ! Los católicos mediáticos, o aquellos que fingen serlo, desarrollan evidencias (tales como la importancia de la educación, de la transmisión, del compromiso, de la Misericordia, de la sexualidad), sin duda de manera clara y didáctica, y que son siempre buenas de recordar, pero sin hacer progresar realmente los debates y sin nombrar los verdaderos problemas sobre los cuales se cristalizan las tensiones sociales : la heterosexualidad, la homosexualidad y la homofobia, que son las tres únicas coartadas de las leyes que nos preocupan. En cuanto a La Vanguardia (L’Avant-Garde), que reúne a todos los antiguos miembros de La Manif Para Todos decepcionados por su propio movimiento, surfean la ola burguesa-bohemia del anticonformismo « sin concesiones », del antipartidismo, pero sus lemas sobre las « raíces cristianas » y « el compromiso » se hunden en la palabrería/censura sobre la homosexualidad y sobre la Iglesia Católica como los demás.
A causa del orgullo, del miedo, de la ignorancia, de la estupidez, de la homofobia, del arribismo, de la falta de visión, de los portavoces oficiales del movimiento de oposición al « matrimonio gay », nuestro combate se ha quedado empantanado en la contradicción, la división (tantos grupos y colectivos falsos que van por las ramas, ¡ vaya broma seria !), pero sobre todo en la colaboración con el enemigo. Da miedo. Porque Francia tenía riquezas reales y medios humanos, intelectuales y espirituales, únicos para hacer frente al transhumanismo. Ahora, plegándose al espíritu del mundo y al Humanismo Integral, Ella comienza su pendiente descendente hacia las persecuciones anticristianas en nombre de la homofobia. Y la peor parte es que, de algún modo, se lo merece. Todos tendríamos que avergonzarnos por el derroche que realizó La Manif Para Todos, por la homofobia y la catofobia de los católicos.
76 – ¿ Diría usted que La Manif Para Todos y los Pro-Vida han demostrado homofobia ?
Encuesta en 2014 acerca de los Peruanos católicos
Absolutamente. Aunque lo niegue, porque en realidad, La Manif Para Todos confunde la homofobia con la presunción de homofobia, es decir con un juicio de intenciones insultante y supuestamente « absurdo ». Al final, el movimiento pro-Vida cree que la homofobia no existe, o sólo en su forma más espectacular : la agresión física – a veces mortal – a una persona homosexual, con la intención de perjudicarla. Ni siquiera se le ocurre que en su fase embrionaria, la homofobia ya es el temor al semejante, el miedo a la homosexualidad y las personas homosexuales, el rechazo del tema, una indiferencia benévola. Por lo tanto, le resulta imposible identificarse a ella, o tan sólo imaginar que pueda participar en la homofobia.
Los líderes de La Manif Para Todos, que se han negado deliberadamente a hablar de homosexualidad – pese a que aquella era la principal coartada del « matrimonio gay » -, que han impedido a las personas homosexuales capaces de abordar claramente el tema que se expresen (excepto las que justificaban la Unión Civil, que se comían al « lobby gay », y que podían sólo servirles de garantía homosexual para exonerarse de la presunción mediática de homofobia), se ríen a carcajadas e ironizan tan pronto como oyen la palabra « homofobia », juran por su vida que no son homofóbicos/homófobos (« Anda, ¿¿ tendría yo pinta de homófobo ?? » ; « ¿¡¿ Cómo se atreven a dudar así de mi bondad !?! ¿¡ Cómo se atreven a insultarme, yo la inocencia azul-blanca-rosa personificada !? ¿¡ Somos nosotros, la matanza de Orlando, o sí ?! Vamos vamos, ¡ cálmense y vuélvense más bien hacia el islamismo que ustedes, libertarios izquierdistas, encubren y justifican envolviéndose en la coartada homófoba ! » ; « ¡ Yo no puedo ser homófobo dado que estoy abiertamente en contra, dado que lo juro por mi honor y que creo sinceramente oponerme a todo forma de homofobia ! » ; « La homofobia no existe y es un falso debate. Es como el racismo. ¡ Seamos un poco más realistas, responsables, adultos, y salgamos de lo emocional, de las acusaciones apasionadas, de las fobias sociales fantaseadas, de las paranoias identitaristas y comunitaristas ! » ; « No soy homófobo ; sólo matrimoniófilo. » ; etcétera. Telón. Pasamos página. Hablemos de la Familia, para variar…).
Pero no es eso, hablar de homofobia. La homofobia no es simplemente un insulto, una acusación, un juicio malo. Encima de todo, son hechos, personas reales (agredidas o agresoras), intenciones específicas, miedos efectivos. Comenzando con el miedo a abordar francamente el tema de la homosexualidad y a nombrar la homosexualidad como mala y no-amante. Para hablar bien sobre la homofobia y saber lo que es (en lugar de defenderse inmediatamente de ella), aún falta hablar de homosexualidad. Todavía queda por saber lo que es la homofobia : a saber las violaciones – en particular intencionales – en contra de las personas homosexuales, así como la identidad homosexual y la práctica homosexual. La presunción y la acusación de homofobia llegan muy detrás en la escala de consideración y de gravedad de la homofobia. Sin embargo, una de las más graves homofobias – que es imputable en gran medida a La Manif Para Todos en ese caso – es realmente la sustitución de la diferencia de sexos por la heterosexualidad. ¡ Vaya violencia simbólica contra todos las personas homosexuales que esta validación social y tácita de la heterosexualidad como « nueva sexualidad/humanidad/amor/familia/hijos » !
En el aprovechamiento indigno de las personas homosexuales por los defensores del « matrimonio gay » y por los oponentes al « matrimonio gay », me cabe un poco el consuelo de que éste haya sido tanto homófobo como catófobo. Quiero decir que La Manif Para Todos ha ignorado, rechazado y despreciado a las personas homosexuales tanto como a las personas católicas. Por lo que los católicos auténticos me caen aún mejor.
77 – ¿ Ha reunido el « matrimonio para todos » a gente que tenían el mismo combate y que hubieran tenido que quedarse unidos prescindiendo de los egos ?
Asociación Coexister #TodosUnidos
Por fuera, sí. En realidad, no. Este llamamiento a la unidad, idea fija constantemente recalcada, ha sido dentro del movimiento más bien una fantasía colectiva, una excusa para renunciar a la Verdad, y una invitación a la autocensura para evitar de cuestionarse a sí mismo. Además, en concreto, muchos católicos, sin embargo opuestos a la Ley Taubira (= « el matrimonio para todos » en Francia), no han ido a manifestar y no se han reconocido en La Manif Para Todos. Incluso me atrevo a decir que se trata de la mayoría de los católicos. Personalmente, no creo, al denunciar los errores y las corrupciones de La Manif Para Todos, que me coge una rabieta de ego para conseguir a toda costa una visibilidad mediática. Y no siento casi nada en común con alguien que a la vez se opone al « matrimonio gay » y que defiende la Unión Civil, o con una persona que dice no a la maternidad subrogada sin oponerse a la homosexualidad, o con un militante La Manif Para Todos que no es católico. La Manif Para Todos ha cultivado demagógicamente este simulacro de Unidad para en realidad tener a todos bajo su pulgar, para silenciar a sus miembros y entre ellos a sus oponentes, robarles su dinero y su tiempo, anestesiarlos espejeando victorias ficticias y responsabilidades heroicas.
Suelo decir que la Unidad es para los anti-matrimonio-para-todos lo mismo que la Igualdad para los pro-matrimonio-para-todos : una droga para negar su propio alejamiento común de la Verdad y de la homosexualidad, y para negar sus divisiones internas. Disculpe la trivialidad de mi discurso, pero entre los oponentes a la Ley Taubira hay una mayoría que todavía se está masturbando ahora mismo con « la Unidad », « el Bien commun », « la Benevolencia », « la Caridad », « la Esperanza », « la Transmisión », « la Educación », « la Cultura », « el Compromiso » y « la Ecología ». Sin embargo la Unidad sin Cristo es una ilusión. La Caridad y la Misericordia sin el reconocimiento de la miseria y sin la verbalización del mal, también son espejismos.
Cuando me dicen que criticando a La Manif Para Todos y su « estrategia » yo me comportaría como un horrible ingrato, un caprichoso, un divisor abominable, un chico gruñón henchido de soberbia (porque sus supuestos « 15 minutos de fama ofrecidos gentilmente por La Manif Para Todos » no hubieran durado), como un criminal, un traidor, un cómplice de los vientres de alquiler (GPA), les pregunto : « ¿ Pero de qué Unidad están hablando ? ¿ La Unidad en torno a qué y a quién ? ¿ A Cristo del que han renegado y a la homosexualidad que han negado ? Porque, sí, ¡ de estos dos temas de importancia capital, hablemos ! ¡ Son ustedes los que dividen por no tratar de aquellos, y no al revés ! A pesar de lo que imaginan – porque además de esto me aseguran de que suscriben todo lo que leen de mí -, nunca hemos estado en el mismo bando y no luchamos de ningún modo contra el mismo enemigo. Yo estoy luchando contra la heterosexualidad. Ustedes se oponen a todas sus numerosas raíces sin identificar la raíz-madre. Así que no me llamen ‘hermano’ y ahórrenme el chantaje emocional a la ‘Unidad’ y a la ‘Caridad en la humildad y la complementariedad’. Hipócritas voceros de la Unidad, ¡ son ustedes los divisores reales, los esparcidos dispersantes ! No busco ningún triunfo personal. ¡ Sólo quiero la Verdad y nada más ! »
Quiero añadir que la intuición no es en absoluto la comprensión de lo que se combate. Muchos activistas Pro-Vida han adivinado que el « matrimonio homosexual » era una ley muy grave para la Humanidad (y los confirmo en esa idea), pero concretamente, en la forma de combatirlo, nos distamos totalmente. La mayoría de los oponentes al « matrimonio gay » han atacado las consecuencias de la Ley Taubira sin abordar las causas ni el « matrimonio gay » en sí. Algo así como en estado de pánico, como para resolver la cuestión más apremiante, y sin discernimiento. Además, todavía no se han percatado de la gravedad de la Unión Civil (el PaCS) y menos aún del « matrimonio homo », del cual ya (casi) no hablan. Para ellos, el « matrimonio homo » ya formaba parte del pasado incluso antes de que esté en estudio. Se histerizaron un rato contra éste (encargándose de que no se lo llamara por su verdadero nombre « matrimonio gay ») para, una vez votado, cambiar muy rápidamente de « Malo a quien vencer » : la maternidad subrogada (GPA), el transhumanismo, el Islam, el Papa Francisco, la izquierda, etc. Es la prueba de que no han priorizado/jerarquizado de ningún modo las cosas y de que actuaron como brutos sin cerebro.
Desde el punto de vista de la patología y de la actitud cateta, estamos saturados con La Manif Para Todos. Entre los histéricos que vociferan sobre la comercialización del niño y sobre la esclavitud humana, los falsos católicos que simulan sobre ellos mismos la persecución anticristiana y « familífoba » mientras ametrallan al Papa, los progre (burgueses-bohemios = los « bobos » en Francia) que fingen obsequiosa y beatíficamente el acercamiento con los JESUISCHARLIE y luego los Indignados (con poco éxito…), por no mencionar los reconciliadores ecuménicos que se vanaglorian de su propio ánimo de ayudar a los Cristianos de Oriente sin ser capaces de tener el coraje de decirse católicos y de oponerse al « matrimonio gay », todos han desviado en todas las direcciones, ¡ y a lo grande ! ¡ Y son esas mismas personas quienes, además, tienen luego el descaro de predicarnos moral sobre la Unidad, justo cuando desenmascaramos sus artimañas, su dispersión y su codicia ! Utopía de la Unidad sin Cristo y de la « humildad » sin la denuncia del mal. Fanatismo de complementariedad obligatoria. Quimera azucarada del « Todo contribuye al bien, así que todo está bien, todo se mezcla necesariamente bien, todo es aceptable. ». Creencia errónea que la homosexualidad no sería el centro del « matrimonio homosexual ».
Así que lo repito sin rodeos : no, no sólo por oponerse en deseo y en apariencia a la misma cosa, ni porque aquella es identificada con razón como universalmente mala, nos opondríamos igual, nos complementaríamos necesariamente bien, todos caminaríamos en la misma dirección, o incluso nuestro combate sería común y justa. El fin no justifica los medios. La « buena » intención tampoco. El caso del « matrimonio para todos » es un claro ejemplo de ello. ¡ Fue más bien el « testimonio (inútil) para todos » ! No hemos andado juntos y no ha habido ningún « Despertar de Conciencias », al contrario de lo que algunos falsos profetas de la Ecología Humana tratan de convencernos. Aunque la Manif Para Todos haya tenido el mérito de revelar accidentalmente las fuerzas vivas en Francia, de hecho dividió tanto – si no más – a la sociedad como el « matrimonio gay » y el Gobierno socialista reunidos. El día que tengamos la humildad para darnos cuenta de ello comencerá, creo, el retroceso hacia una Unidad verdadera. No antes.
78 – ¿ Uno se puede oponer al « matrimonio para todos » y sus consecuencias sin tocar a la Unión Civil ni a la heterosexualidad ?
No. Es imposible. Los que proclaman « la abrogación universal de los vientres de alquiler » (golpe publicitario grandilocuente y vacío…), pretendiendo ahorrarse la denuncia del « amor » homo y la profesión de su fe católica, se engañan a ellos mismos por completo y nos están mintiendo. Dado que, por un lado, el « matrimonio para todos » es un intento oculto de desocializar y de pulverizar a la larga el matrimonio religioso. Y por otra parte, la coartada del « matrimonio para todos » e incluso del uso de la maternidad subrogada, está basada en la creencia y la justificación de la « identidad » homosexual (identidad socialmente materializada por la « salida del armario » y legalmente por la Unión Civil) y en la creencia y la justificación del « amor » homosexual (amor socialmente materializado por la « pareja » homo y legalmente por el « matrimonio para todos » y sus consecuencias) como « amor universal y no-gay ». Para entender esto, hay que ir más allá de la racionalidad cartesiana del jurista, más allá de la distinción exagerada entre el matrimonio civil y el matrimonio religioso, despegarse del contenido meramente formal del PaCS (Union Civil) y del « matrimonio para todos », y considerar su realidad intencional/sentimental ante todo. Porque la Unión Civil y el matrimonio entre dos personas del mismo sexo nunca han sido pedidos por su contenido. Son reclamados en nombre del « reconocimiento de las personas homosexuales », el nombre de una alineación REAL (al contrario de lo que se imaginan muchos católicos) entre la homosexualidad y la heterosexualidad, y en nombre de la justificación mundial de la homosexualidad como supuesto « Amor universal ». El error de los oponentes a la GPA (maternidad subrogada) es descuidar el terreno de la representación simbólica, de la percepción emocional de nuestros contemporáneos, de la carga sentimental de las leyes y de las políticas actuales… porque en el fondo, lo ocupan por su miedo, su ignorancia, su homofobia, a veces su falta de fe, su (s) divorcio (s) y el apoyo encubierto al « amor homosexual ».
Eso es especialmente evidente en este momento : « La Manif Para Todos sustituye la lucha contra el « matrimonio gay » por la lucha contra la GPA (maternidad subrogada), para acabar por aprobar la Unión Civil a hurtadillas. Pero puesto que « en su mente » y « en teoría » se declara contraria a la Unión Civil, ella no admite su comprometimiento vago, y acaba por enfurruñarse en su rincón sin razón. Inmadurez a todos los niveles. Por estúpido orgullo, los líderes de La Manif Para Todos se niegan a aceptar que no pueden prescindir de las personas homosexuales ni del análisis de la homosexualidad para ganar su combate (incluso el combate contra la maternidad subrogada y a favor de la familia). Ellos ni siquiera tienen la energía para contradecirme o justificarse verbalmente ante mí porque no pueden competir con las observaciones que hago.
En perjuicio suyo, fuera de la Biblia y de su fe en las pocas cosas que dice su Iglesia oficial sobre la homosexualidad, los católicos casi sólo tienen nuestra vida, nuestra existencia, nuestro testimonio de personas homosexuales continentes, para resistir un poco socialmente contra la homosexualidad, contra el « matrimonio para todos », contra la GPA (maternidad subrograda), y para justificar su oposición a la apisonadora LGBT arco iris. No tienen otra opción, y muchos ponen mala cara por tener que colaborar con nosotros. No sólo eso. Actualmente, los hay que se arrancan los cabellos sobre nuestro caso, como por ejemplo Virginie Tellenne (también conocida como Frigide Barjot) que está tratando de imponer con forceps su creencia en el « amor homosexual » (amor del cual nunca habla y cuyo análisis rechaza, por homofobia primaria, ya que su explicación pondría el dedo en su propia llaga de amor), porque ella sabe intuitivamente que el « amor homosexual » es el último bastión importante – junto a la transubstanciación eucarística – que derribar o que levantar antes de que Cristo y su Iglesia Católica sean entregados/revelados por completo al mundo. Es el grano de arena que lo bloquea todo a nivel político o al contrario que lo pone todo en marcha : depende de qué lado uno se sitúa. Y creo que, en esta caso, la defensa barjociana del « amor homosexual » es ciega y demoníaca.
79 – ¿ Son conscientes los católicos de todas las personas que han dañado durante el paso legal del « matrimonio para todos » ?
No lo creo. Basta con ver la aprobación mayoritaria de los católicos a favor de la Alianza Vita (movimiento Pro-Vida más destacado en Francia), de La Manif Para Todos, de las Sentinelas (llamadas « les Veilleurs ») o de los « primeros de la clase » que podrían ser llamados « los Intocables » (Tugdual Derville, François-Xavier Bellamy, el padre Pierre-Hervé Grosjean, Erwann Le Morhedec, etc.) para comprobar que ¡ estamos lejos de la toma de conciencia de una culpabilidad y del arrepentimiento ! La mayoría de los católicos están a mil leguas de la autocrítica, ya que se envuelven en la victimización de ellos mismos (que les impide ser humildes y reconocer sus errores), en la demonización paranoica y radicalizada de su época, y en el odio al Papa Francisco.
Ellos no han tomado conciencia plena del reto prioritario de la homosexualidad, del « matrimonio para todos », de la heterosexualidad, para el mundo. Los consideraron como una « etapa » entre otras, como expedientes no-universales, incluso como no-temas y sujetos peligrosos, porque en el fondo tuvieron miedo a nosotros, las personas homosexuales. Hasta respaldaron la Unión Civil y la homosexualidad practicada (los póliticos de izquierdas y de derechas, los presidentes de La Manif Pour Tous, se presentan todos como católicos). Además, ni siquiera tienen idea de su homofobia, palabra que desprecian y de la cual sólo retienen la definición mediática caricaturesca gay friendly, dado que nos quieren sinceramente desde lejos. ¡ Así que la petición de perdón católica acerca de las personas homosexuales no es para mañana !
Y por sobre todo, los católicos están lejos de imaginar que la persecución contra ellos no vendrá sólo desde el exterior (medios de comunicación, ateos, musulmanes, políticos…), sino sobre todo de ellos, desde el interior del Iglesia : poco antes del Fin de los Tiempos, son los católicos quienes condenaron a Jesús místico a muerte. Todo va a suceder exactamente como en la Pasión de hace 2000 años. Son los católicos quienes iniciarán el ataque contra la Iglesia y el Papa, y a partir de quienes vendrá la Gran Apostasía. No habrá sorpresa. Así es como ocurrió con Jesús. « Acordaos de la palabra que os he dicho : El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros. » (Juan 15, 20) Desde un punto de vista humano, la Iglesia alberga lo mejor y de lo peor, que quieréis. Santa Faustina (1905-1938) vio la flagelación de Jesús « en directo » y confirma que son católicos de nuestra época que van a perseguir al Papa Francisco, a la Iglesia Católica, a Jesús pos-resurreccional (el Espíritu Santo) : « Jesús me dio a conocer por qué pecados Él se sometió a la flagelación : son los pecados de impureza. […] Vi cosas terribles : los verdugos abandonaron a Jesús y otras personas procedieron a la flagelación, tomaron los látigos y golpearon al Señor sin misericordia. Eran sacerdotes, clérigos, monjas y los más altos dignatarios de la Iglesia, lo que me sorprendió mucho. También había laicos de distintas edades y de diversos estados – desataban toda su ira contra el inocente Jesús. » (Libro Primero, párrafo 445, pp. 197-198) Es imprescindible, para vivir una humildad sustancial y estar lleno de santidad eterna, asumir que el peor de los pecadores, ¡ siempre somos nosotros !
Entrevista a Philippe Ariño, por Javier Lozano, de Actuall
Philippe Ariño, intelectual franco-español de 36 años, católico y homosexual continente, comprometido contra el « matrimonio homosexual » en Francia, es el bloguero de dos sitios muy visitados que tratan de homosexualidad : La Araña del Desierto y CUCH : Católicos Unidos Contra la Heterosexualidad. Para toda España y América Latina, se publica este mes su ultimo libro La Homosexualidad en Verdad con la Editorial Desclée de Brouwer, libro del cual se vendieron más de 10.000 ejemplares en Francia e Italia. Su discurso sin pelos en la lengua no os dejará indiferente…
1 – ¿Qué le llevó a escribir un libro sobre otra forma de ser homosexual, viviendo las enseñanzas de la Iglesia, aún sabiendo los problemas que le iba a generar?
Nuestro mundo gay friendly nos dice : « Si eres homosexual, tienes que estar necesariamente en pareja. Si no, ¡ no eres realmente homosexual, te has perdido la vida, nunca amarás, y no luchas por tu emancipación ! » No es mi forma de concebir el Amor, ni de respetar la libertad de las personas homosexuales. Especialmente cuando la « pareja » homosexual, al privarse de la diferencia sexual, resulta a menudo complicada, aburrida, dolorosa e incluso violenta. Con ésta, se trata de una parodia erotizada y sentimental de la amistad, a la vez que una parodia de amor y de sexualidad. Debido a que la sexualidad sólo es la diferencia entre los sexos. Entonces, la homosexualidad practicada hace vivir una sexualidad sin sexualidad. ¡ Vaya engaño !
2 -¿Ha tenido siempre esta forma de pensar o hubo algún punto de inflexión en su vida?
No. Sigo evolucionando. Nunca es fácil dejar definitivamente el sueño de formar una « pareja » homosexual estable y renunciar a las personas hacia donde nuestros sentimientos, nuestro cuerpos y nuestros impulsos de ternura nos llevan. Y si un día descubro que la Iglesia está equivocada acerca de la homosexualidad y que el celibato que Ella pide a las personas duraderamente homosexuales es una quimera, si un día encuentro a una « pareja » homosexual que irradia tanto como ciertos matrimonios hombre-mujer y como algunos célibes consagrados, espero tener la inteligencia necesaria para cambiar de opinión. Pero por ahora, veo que la Iglesia tiene razón acerca de la homosexualidad, y que las « parejas » homosexuales, por satisfechas que sean a veces, no están colmadas.
3 – Usted es homosexual pero se opone al llamado « matrimonio gay », ¿Por qué?
Quizá sea una sorpresa para muchos. Pero me opongo a este « matrimonio homosexual » porque justamente amo a las personas homosexuales y a la Humanidad, y que esta ley no las respeta en absoluto, aunque se impone en nombre suyo. En mi opinión, el « matrimonio homosexual » es extremadamente grave por estas cuatro razones principales que voy a aclarar ahora mismo :
1) En primer lugar, esta ley ya no se basa en la Humanidad dado que sustituye la sexuación humana por la orientación sexual de las personas, es decir por nuestros sentimientos e impulsos humanos o, lo que es lo mismo, por la gente que nos atrae físicamente y por nuestra práctica genital. Como si fuéramos ángeles o animales, ¡ y ya no seres humanos ! Así, como si nada, con las Uniones Civiles – y luego el « matrimonio asexuado » – nos deslizamos poco a poco de los Derechos Humanos a los Derechos de los homosexuales y de los heterosexuales. Esta es una violación de nestra humanidad muy grave.
2) Luego, este « matrimonio » no respecta la realidad de las personas homosexuales y de sus « parejas » potenciales, y no resuelve para nada sus problemas individuales (violación, heridas, sufrimiento : hasta ahora, 100 amigos homosexuales míos me han revelado que han sufrido una violación) ni sus problemas « conyugales » (violencia, infidelidad, hastío) y sociales. Incluso esta ley complica su existencia y aumenta la homofobia en contra de ellas, ya que las mete en situaciones y en prácticas a menudo irreversibles, comerciales y delictivas (robo y tráfico de niños), prácticas que van a generar represalias homófobas de una crueldad terrible, más rápidamente de lo que creen.
3) Por otra parte, en nombre del « amor », el « matrimonio homosexual » retira y banaliza la diferencia sexual en los textos legislativos : el marido y la mujer se desvanecen en « cónyuges », el padre y la madre en « padres ». Simbólicamente, ya no se reconoce la diferencia de sexos como el Mejor humano para existir y para amar, cuando se sabe muy bien que no hay amor humano verdadero sin la acogida de la diferencia sexual, y que todo ser humano necesita el amor dentro de las diferencias de sexos para construirse y ser feliz. Dicho de otro modo, con el « matrimonio para todos », el amor entre los dos cónyuges diferentemente sexuados, y luego entre los dos posibles padres biológicos (hombre/mujer) de un niño, ya no es reconocido ni valorado como lo mejor para que una sociedad viva en paz, ya no está protegido por la legislación nacional. Se trata de un inicio de masacre del Amor encarnado, real. Ni más ni menos.
4) Por último, esta ley del « matrimonio gay » da lo menos tres padres a un niño. Este escándalo ha sido reconocido por casi todo el mundo, incluso por los pro-matrimonio-para-todos (por eso ya no se los oye desde la aprobación de la ley…). De hecho, a partir del momento en que se nombra « padres » a ambos miembros de una « pareja » homosexual, y en que se les da a un niño que criar, es « obligatorio » recurrir a una tercera persona, ¡ si no a 4 o más ! Y no cabe ninguna excepción : habrá lo menos très padres en los casos de adopciones, proyecto de copaternidad, consecuencias del divorcio o de una separación, reprodución asistida, vientres de alquiler, etc. El « matrimonio homosexual », ¡ es el multiparentesco (un mito) impuesto a todos ! ¡ Bienvenidos en « el mejor de los mundos » !
4 – Algo similar le ocurre con la adopción por parte de parejas homosexuales, ¿ cuáles son los motivos que le llevan a posicionarse así ?
Todo niño no necesita « un papá y una mamá », como lo vitorean al unísono los manifestantes de las Manifs para Todos : los tiene de hecho, es obligatorio, ¡ al menos por su concepción biológica y por la Naturaleza !… y no es por esa única razón por la que puede ser feliz : uno puede conocer y ser criado por sus dos padres biológicos, ¡ esto no es una garantía de éxito y felicidad ! Sin embargo, cada niño necesita que su padre y su madre se amen. Como acabo de escribirlo, el « matrimonio para todos » no elimina (necesariamente) al verdadero padre biológico ni a la verdadera madre biológica de un niño, ni todas las filiaciones de sangre. Así que no hay necesidad de armar sistemáticamente jaleo en contra del parricidio. Sin embargo, la ley del « matrimonio gay » elimina al amor entre los dos padres biológicos de cada niño, dejando de presentar la diferencia sexual como el matrimonio mismo, como el único matrimonio de amor posible creo yo.
5 – Se ha puesto muy de moda en el ‘mundo gay’ el uso de vientres de alquiler, ¿qué opinión le merece esta práctica?
Esto no es una moda del « mundo gay ». Ya sólo porque el vientre de alquiler cuesta un dineral, es complicado, es irreal (uno de los dos « padres » es necesariamente excluido por la Naturaleza), es vergonzoso, se corre a veces peligro de juicio y encarcelamiento en algunos países. Pero también porque el deseo de tener hijos no es muy común entre las personas homosexuales individualmente hablando (a causa de su relación dolorosa y celosa con su propia niñez y con los niños en general) y en las « parejas » homosexuales aún menos (porque un crío puede atar todavía más a su novio : basta con que no sea una locura con aquel hombre – como suele ocurrir en muchas « parejas » homosexuales – para que el « proyecto de hijo » sea aplazado o cancelado por el binomio homo).
6 – El lobby gay ataca constantemente al catolicismo. Usted, sin embargo, es gay y católico. ¿Es la Iglesia tan mala como la quieren vender? ¿Usted se siente acogido y a gusto con el Magisterio?
No es el lobby gay (casi inexistente y muy dividido) quien ataca al catolicismo, no crea, sino el lobby LGBT (Lesbiano, Gay, Bisexual, Transexual), que no es otro que el lobby heterosexual. Así es : el lobby LGBT no para de usar la palabra « heterosexualidad » y la mayoría de sus miembros se presentan como « heterosexuales » para hacer defender su libertinaje bisexual por sus pocos « amigos » homosexuales. Y si os fijáias bie, toda ley pro-gay se anuncia políticamente a través del argumento de la « heterosexualidad ». Hay muy pocas personas « homos » en el dicho « lobby LGBT » ; sin embargo, ¡ mucha gente mal-casada, eso sí ! Y por otra parte, si el lobby hetero ataca a la Iglesia, es a menudo para cuestionarla y provocarla porque muchos hombres de Iglesia ya no desempeñan su papel de defensores de la Verdad-Caridad (Jesús) acerca del público de los « heridos sexuales », ya no les prestan bastante su ayuda (por miedo a ellos y por su práctica mimética inconsciente de la heterosexualidad), y no viven bastante lo que dicen/creen.
En cuanto al Magisterio, siempre me han recibido entre bastidores pero muy pocas veces oficialmente, ya que a los obispos y cardenales siempre les da miedo mojarse (excepto en Francia con los obispos Brouwet, Rey, Ginoux ; excepto en España con el obispo Omella-Omella). Pero no me quejo : los católicos son los que mejor me han acogido hasta hoy. Sin embargo, de ahí a decir que me han acogido siempre bien, no (¡ esto deja presagiar lo peor de la acogida de los no-católicos a mi respecto !). La gran mayoría de los católicos, por ignorancia, orgullo y miedo a la homosexualidad y a las personas homosexuales (literalmente, es el primer significado de la palabra « homofobia »), por temor a perder su fama, su trabajo o su poder, prefiere apoyar a una persona homosexual (incluso continente) a distancia y no abordar los temas cruciales de la homosexualidad, la heterosexualidad y la homofobia por ejemplo. A ojo de buen cubero, yo diría que en Francia e Italia, el 90% de los católicos defiende la Unión Civil (sin darse cuenta de que ésta ya es el matrimonio gay) y la heterosexualidad (que confunden con la diferencia de sexos)… mientras que la Iglesia Católica nunca ha defendido la heterosexualidad (… el problema, es que Ella nunca la ha criticado tampoco …). Escribo y demuestro en mi libro La Homosexualidad en Verdad que la heterosexualidad es la ideología de Género, ¡ y hasta digo que la heterosexualidad es el diablo disfrazado de diferencia sexual ! Por eso he creado en julio del 2013 un segundo sitio internet muy serio que se titula CUCH : Católicos Unidos Contra la Heterosexualidad y qui sigue en gran actividad.
7 – ¿Cómo consigue conciliar en el día a día el ser gay con ser católico?
Sin la ayuda del Espíritu Santo, de San Antonio de Padua, de Jesús y María, de mi ángel de la guarda, de mis amigos y familia, de algunos católicos auténticos, la verdad es que nunca aguantaría. Y sin la experiencia concreta de la continencia (= « abstinencia por Jesús » que vivo desde enero del 2011 : he dejado de mirar pornografía, de ligar y de masturbarme), nunca me hubiera librado de la vergüenza y ni siquiera podría abrir la boca para testimoniar. El celibato continente laico en la homosexualidad, es una forma de celibato consagrado (aunque no lo sustituya), es la libertad en la Verdad, es el humor recobrado, es la condición y la misma esencia de la Misión.
8 – Su posición desmonta al lobby gay. ¿Este lobby gay representa al conjunto de los homosexuales o hay muchos que piensen de manera similar a usted?
No. En realidad, el « lobby gay » es la nariz postiza del lobby heterosexual, el cual es fundamentalmente bisexual y libertario. Pues mi principal enemigo es la heterosexualidad, la cual ahoga la grandeza de las parejas hombre-mujer que se aman, la gracia de los célibes consagrados, de las personas homosexuales continentes. Ya veo que muchos activistas pro-Vida tratan de ver en mí un « arrepentido de la homosexualidad » (un « ex-gay »), de utilizarme como « excepción entre los homosexuales » o como ejemplo de « traidor interno », para vengarse de una « mafia » homosexual con la cual fantasean, y para hacerme decir ese tipo de tonterías : por ejemplo, que « se puede ser homosexual y en contra del matrimonio homosexual » (de hecho, es el caso de todas las personas homosexuales, al fin y al cabo), que « el lobby gay no representa a todos los homosexuales » (¿ Y qué ?), que « el matrimonio gay no tiene nada que ver con la homosexualidad » (sobre el papel es cierto, pero en intenciones y de hecho es totalmente falso), que « el niño prevalece sobre las personas homosexuales » (¿ ah, sí ?), que « una minoría de homosexuales quieren el matrimonio homosexual » (Aun cuando sea verdad, no sería una razón suficiente para no proponerlo a los pocos que lo desean sinceramente… dirá la gente de mala fe), que « el movimiento pro-Vida no es homófobo » (a fuerza de decirlo, hay grandes motivos para ponerlo en duda…), ¡ y sobre todo que « el lobby homosexual es una terrible dictadura ideológica que se va difundiendo en todos los estratos de la sociedad » !
¿ Queréis que vaya al grano ? Al no denunciar la Unión Civil ni la heterosexualidad, al creer en el « amor homosexual discreto y no-politizado », en realidad muchos adversarios del « matrimonio gay » respaldan al lobby LGBT contra el cual se victimizan. Lo que es peor, forman parte de él. Por supuesto, la comunidad homosexual centrada en la práctica homosexual se vuelve una dictadura. Eso es verdad. Pero no es cierto para la comunidad homosexual centrada en la amistad continente y santa. Y encima, la mayoría de las personas homosexuales se sienten totalemente ajenas al activismo homosexual (menos unas pocas como yo), se declaran casi todas « fuera del ambiente ». Entonces, el quejido anti-lobby-gay no cambia nada : ¡ es típicamente LGBT !
9 – ¿ Por qué se muestra con tanta agresividad el lobby gay contra aquel que no piensa como él? ¿Ha sido usted víctima de estos grupos por pensar diferente?
Las personas que practican su homosexualidad se vuelven agresivas, por una gran parte para expresar inconscientemente las violaciones que han vivido y que nadie quiere ver (sobre todo aquellos que pretenden defenderlas), y por otra parte para despertar a los católicos. Porque a menudo los cristianos no nos escuchan, no nos explican nuestro pecado con Caridad y Verdad. Suelen despreciar nuestras creencias, nuestras palabras, nuestro vocabulario, nuestra forma de ser y de reaccionar, nuestro modo de vida, nuestras amistades y « parejas », nuestro ambiente, nuestra imagen mediática, nuestro modo de vida, etc. Se ríen o se enfadan al oirnos hablar de « homofobia », porque desdeñan la palabra en sí, cuando para nosotros, no es sólo un insulto : es nuestra vida y nuestro pasado. Para nosotros, la homofobia remite a los sufrimientos que hemos experimentado en el pasado, a los ataques reales que hemos vivido a causa de nuestra homosexualidad, a veces a los asesinatos, a los suicidios, a las violaciones, a los hostigamientos, a las agresiones, a las adicciones, a los aislamientos que conocemos…
En cuanto a los ataques que he vivido a través de mi homosexualidad, confieso que he sido rechazado tanto por mis hermanos gays y lesbianas que practican su homosexualidad como por algunos militantes pro-Vida que se presentan como « heterosexuales », que desconfían en mí o me tienen celos porque mi testimonio sobre la homosexualidad es importante e inédito. Por supuesto, los primeros – mis hermanos de orientación sexual – pueden ser muy violentos, ya que muchos me tachan de « colaboracionista cobarde y homófobo », y que no tienen siempre el equilibrio o la fe para entenderme : suelen ignorarme, insultarme, amenazarme de muerte o de acciones judiciales, impedirme hablar, difamarme, hacerme llamadas telefónicas anónimas, etc. Pero « a quien se haya dado poco, poco se le demandará » (Lucas 12, 48). Sin embargo, el hecho de que yo sea rechazado por muchos de muy amigos católicos, que tienen un mayor acceso a la Verdad, a la cultura y a la Caridad, es aún más chocante, y en definitiva más violento. No le puedo guardar rencor al que no sabe la Verdad. Lo podría para con él que sabe.
10 – ¿Ha pasado el lobby gay en Occidente de perseguido a perseguidor?
Las personas homosexuales ya eran perseguidas y perseguían mucho antes. Es que su lado agresivo y conquistador se ve más hoy, se mediatiza mucho más que antes, se politiza internacionalmente… a la vez que se diluye en la promoción globalizada de la bisexualidad a través de la coartada de « la igualdad y de la alineación con la heterosexualidad ». Ellas nunca han sido perseguidoras antes de practicar su homosexualidad. Se hicieron dictatoriales una vez que la habían actualizado. En cualquier época y lugar, al realizar un acto homosexual que excluye la diferencia de sexos (de la cual venimos todos) y que excluye por lo tanto a todo ser humano (incluidas las personas homosexuales), cualquier persona acaba por rechazar a los demás tanto como a sí misma. La homofobia, como lo escribo en mi libro La Homofobia en Verdad, es el miedo al mismo, el miedo a la homosexualidad, el miedo y el ataque contra las personas homosexuales. También es la creencia en la identidad y la práctica homosexuales. De hecho, todos los actos homófobos conocidos son realizados por personas homosexuales (incluso aquellas que fingen ser heterosexuales) y tienen lugar en el marco de la práctica homosexual, de la « salida del armario », o de la prostitución. Véase el código « Homosexual homófobo » de mi Diccionario de Códigos homosexuales.
11 – La homofobia es una palabra que se ha puesto de moda y que no para de ser utilizada por políticos, pero ¿no se ha convertido en una especie de censura para todo aquel que disiente del pensamiento dominante de hoy?
Como decía anteriormente, la homofobia no se reduce a una moda, una trampa retórica, un concepto ideológico de la novlengua para extremizar a su interlocutor y hacerle callar, no es un simple insulto. La homofobia, son hechos reales – la creencia en la identidad homosexual, la práctica homosexual, y sus consecuencias prácticas – que debemos denunciar con fuerza y delicadeza. Todos podemos ser homófobos, es decir tener miedo a nosotros mismos y a nuestros semejantes, o temer y atacar a las personas homosexuales, desde el momento en que no reconocemos la violencia de la práctica homosexual y de la práctica heterosexual, a partir del moment en que hacemos de la homofobia un « no-problema » y una abstracción, con el pretexto de que la palabra « homofobia » suele ser mal comprendida por los que la usan más y pretenden erradicarla.
12 – ¿Es la ideología de Género el nuevo totalitarismo del siglo XXI?
Sí, perfectamente, en la medida en que se entiende con clarividencia que el verdadero nombre de la ideología de Género, de este totalitarismo mundializado, es la heterosexualidad : una diferencia de sexo forzada y/o borrada. Textualmente, el término redundante e híbrido de « heterosexualidad » significa « todas las alteridades a nivel de la sexualidad »… es decir tanto la diferencia de sexo sin amor y la familia procreativa sin amor como el incesto, la pedofilia, la bisexualidad, el ascetismo, la zoofilia, el libertinaje, la homosexualidad, etc. Entonces, encontramos en la etimología de la heterosexualidad la idea de totalitarismo : la heterosexualidad pretende abarcar y sacralizar TODAS las différencias… para descartar discretamente las dos diferencias más esenciales para nuestra existencia y nuestra experiencia del amor de Dios : la diferencia de sexos coronada por el Amor y la diferencia Creador-criaturas (= la Iglesia, Jesús, María), vividas tanto en el matrimonio como en el celibato consagrado. ¡ Es todo un totalitarismo !
13 – ¿Feminismo + marxismo + liberación sexual es igual a la Ideología de Género?
Sí. Pero a todos esos casos de rechazo evidente de la diferencia sexual podéis agregar aquellos donde la diferencia sexual es excesivamente sacralizada y despojada de amor, deshumanizada, tradicionalizada, impuesta rígida y académicamente, a veces en nombre de Dios : pienso en el natalismo (denunciado por el Papa Benedicto XVI como una deriva grave, incluso en el seno del catolicismo), en la histerización alrededor del Niño (a expensas de la pareja de amor que lo ha creado, o de la felicidad en el celibato), en la espiritualización excesiva del matrimonio, en la diferencia sexual demasiado marcada y separada en algunos países, en el culto del matrimonio hombre-mujer en las culturas donde la virginidad y las parejas se viven sin libertad, etc.
Por ejemplo, durante las Manifestaciones Pro-Vida y las Manifs Para Todos, sólo vi mensajes heterosexuales. El amor entre el hombre y la mujer, o el amor entre los padres biológicos de un niño, o el amor de/para los solteros, fueron completamente eliminados de las consignas y pancartas. Prohibido hablar de amor y de (homo)sexualidad… ¡ cuando la ley del « matrimonio homosexual » se imponía a todos con evidencia como la voluntad de reconocimiento social del « amor homosexual » ! En el heterosexualismo, se defiende la diferencia de sexos y la natalidad natural en sí, como principios fijos, evidentes y que obedecen a la « ley cultural/natural ». Al final, al centrarse histéricamente sobre la familia y los niños, la mayoría de los anti-matrimonio-para-todos entraron por completo en el juego de la ideología liberal-marxista del Género (que defiende también el « matrimonio », a la « familia », al « niño », la « Vida », « lo Humano », el « respecto », las « diferencias », la « espiritualidad », las « tradiciones », etc.). Por su natalismo y la defensa del matrimonio sin amor (se basaban en el hecho de que el matrimonio civil no era una cuestión de « amor » … lo cual es cierto en el papel pero no en las intenciones), los tradicionalistas lucharon a favor de la heterosexualidad y no por la diferencia de sexos ni la Iglesia. Además, con el tiempo, acabaron por expulsar de su combate contra el « matrimonio gay » (combate intuitivamente justo) a todos los seres humanos que no encajaban en el marco de la sacrosanta familia casada y reproductiva : a saber, los solteros, los bebés, los niños, los adolescentes, las parejas hombre-mujer no-casadas o/y estériles, los viudos, los ancianos, las personas homosexuales. Total, ¡ a casi toda la población ! La ideología de Género es un desastre tanto más grande cuanto que todavía no se le identifica como « heterosexualidad ». Si los defensores ciegos del Gender declaran que « éste no existe », ¡ no se dan cuenta hasta que punto tienen razón ! Todavía no existe con su verdadero nombre…
14 – ¿Cree que imponer a los niños la posibilidad de cambiar de sexo es una forma de corrupción de menores?
Claro que sí. Se trata de una violación sicológica estatal. La diferencia entre los sexos, aunque no sea una opción sino un don, nos hace libres si la reconocemos y respetamos. Al hacerles creer a los niños que podrían elegir su género sexuado, se les priva de su cuerpo, de su identidad profunda y también de su verdadera libertad de ser un chico único entre otros chicos, o una niña única entre otras chicas. Realmente entramos en los últimos tiempos. Porque Dios no va a aguantar mucho tiempo que se toque así de manera tan masiva a sus favoritos…
15 – Esta nueva ideología imperante está imponiendo leyes en todo el mundo. Las últimas incluso plantean que se eliminen los baños por sexos por ser discriminatorio. ¿Qué le parece? ¿Habrá más ocurrencias como esta en el futuro cercano?
Hoy en día, la diferencia de sexos es tanto idolatrada como demonizada por nuestro mundo que ya no la ama tal como es. Puesto que, en esencia, es limitada y limita al Hombre que la lleva por mitad, puesto que es el receptáculo frágil de la divinidad crística, esa diferencia sexual aparece a los ojos de nuestros contemporáneos que sueñan cada vez más con ser todopoderosos, como decepcionante, malvada y discriminatoria, ¡ mientras que en realidad es la Encarnación del Amor divino en cada uno de nosotros ! Por lo cual, sí, bien se adivina que la diferencia sexual corre muy pronto el riesgo de ser maltratada de mil maneras : a través de la tecnología, de los medios de comunicación, de las leyes, de la sinceridad, de los sentimientos amorosos y de la subjetividad humana… y en primer lugar, a través de la confusión ahora corriente con la heterosexualidad.
16 – La Manif Pour Tous mostró que hay un movimiento profamilia activo. ¿Cómo ve la situación actual en Europa ? ¿ Cree que se puede revertir?
No. El diablo (la heterosexualidad) se ha introducido en el gallinero (individual, familiar, amistoso, escolar, profesional, cultural, mediático, político, social, e incluso vaticano). Esto parece ser el principio del fin (de un mundo… ¡ porque creo más que nada en la Resurrección y en la Eternidad de la Iglesia !). La Manif Pour Tous no sólo no hizo nada en contra de la heterosexualidad, sino que la apoyó con sus esloganes desastrosos (« ¡ Todos somos hijos de heterosexuales ! », « ¡ Un padre y una madre : no se miente a los niños ! », « ¡ Cada niño tiene derecho a ser educado en la diferencia sexual ! », etc.) y luego por su silencio. La heterosexualidad, ya desde finales del siglo XIX, y a escala universal a partir de la existencia de los partnerships (llamados Unión Civil) en los años 1990, sirve de árbitro existencial, identitario, sentimental, legislativo, y geopolítico, tenaz en Europa y el mundo entero. Por lo tanto, el tratamiento cristiano de la homosexualidad va a desempeñar una función-clave en los próximos años. Dicho esto, dada la ignorancia de la mayoría de los católicos y del Papa al respecto de la heterosexualidad, no veo mucho tiempo antes de que la Iglesia viva la última Pasión de Jesús hasta Su Venida triunfal. Y lo digo sin ninguna tristeza, sino con gran Esperanza.